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martes, 7 de junio de 2016

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 23. El trasfondo.

-Mi nombre de nacimiento... es Marié Rosseau.-
-¿Rosseau...? ¿Por qué me es tan familiar el nombre?- preguntó Barnaby con cierto interés.
-A mí igual me resulta conocido, pero no puedo recordar en qué lugar lo he escuchado.- añadió curioso el veterano de Apollon. Agnes hizo una mueca amarga, suspiró pesadamente y continuó con su relato intentando suprimir las emociones que empezaban a emanar por culpa de la indiscreción de Vaako Kovalevskaya, y aunque fue ella quien decidió revelar a sus subordinados esta parte de su historia, hubiera preferido no hacerlo.
-Tal vez la causa de que les resulte tan familiar es por Jolyon Rosseau...- dijo la castaña con pesadez.
-Es verdad.- asintió Tiger, recordando a dicho personaje.
-Sí, Jolyon Rosseau era el Ministro de Justicia antes de... Yuri Petrov.- dijo Barnaby haciendo una pequeña pausa para evitar un desliz al decir "Lunatic" en lugar del nombre real del Juez en turno. Ni el equipo de Agnes, ella misma o los demás héroes sabían ese pequeño gran detalle, y aunque revelar esa información sería un buen comienzo, prometió no hacerlo; sin embargo, Bunny sabía que informar al equipo de ésto representaba una gran ventaja, era una promesa que pensaba mantener a toda costa.
-Jolyon Rosseau era mi padre.- asintió la castaña con amargura.- Mi madre murió cuando yo tenía ocho años, el reporte oficial decía que tuvo un accidente al resbalarse en las escaleras principales de mi antigua casa, pero incluso aunque yo era muy pequeña, puedo recordar claramente que ése día en particular, el señor Rosseau la golpeó de una manera más violenta de la usual... sólo porque le placía hacerlo.- decía la mujer. Kotetsu y Barnaby se dieron cuenta del uso de las palabras de la castaña al evitar referirse a su padre como tal.
-Lamento escuchar eso, Agnes.- dijo Bunny haciendo una pequeña reverencia.
-Puedo imaginar porqué no lo apreciabas.- añadió el tigre con la mirada llena de empatía.
-No, no es que no lo apreciara... Lo odiaba. ¡Lo odiaba demasiado! ¡Lo sigo odiando tanto que...! ¡…Y lo seguiré odiando hasta el día en el que a mi cuerpo no le quede ni un atisbo de vida! Hasta que mi cuerpo esté tan podrido y fétido que ya no sea capaz de sentir nada...- la mujer empezaba a exaltarse demasiado, pero al ver las expresiones de preocupación tanto del original Apollon Dúo como de su equipo interno, respiró profundamente intentando calmarse y prácticamente se desplomó en su asiento.-Le guardé rencor por lo de mi madre, aun cuando ese tipo de sentimientos tan oscuros no debería de sentirlos un niño, sin embargo no lo odiaba en el estricto sentido de la palabra; me daba mucho miedo hacer o decir cualquier cosa que lo hiciera enfadar y correr la misma suerte que ella. Cuando cumplí doce años empecé a parecerme mucho a mamá, físicamente hablando. Podría incluso decirse que soy su viva imagen.-

Agnes se levantó, tomó sus manos con nerviosismo mientras caminaba ansiosamente por la habitación, dibujando círculos con sus pasos.
-Una noche ya bien entrada la madrugada, escuché cómo la puerta de mi habitación se abría lentamente y él entraba, yo me incorporé mientras me tallaba los ojos para despertar un poco más y se sentó al filo de mi cama con la mirada más dulce y tierna que jamás hubiera recibido de él...-
-Agnes, no...- comenzaba a decir Tiger, sintiendo una intensa angustia recorrerle el cuerpo entero, formándosele un nudo en el estómago, adivinando con miedo el resto de la historia. Agnes rió brevemente con una expresión triste y devastada, como si el espíritu y carácter distintivo de ella nunca hubiese existido.
-Me dijo... "¡Cómo has crecido, Marié! Cada vez más luces igual a tu madre, y me parece que por esa razón tendrás que ocupar su lugar..."- tragó saliva e intentó normalizar su respiración para continuar hablando.- Hizo lo que le rompe el espíritu y la esperanza a cualquier niña... a cualquier mujer, a cualquier persona. Y lo hacía todas las noches hasta que cumplí dieciocho años y huí de casa. Lo primero que hice fue emanciparme, no quería nada, absolutamente nada que me hubiera dado él, ni siquiera quise el nombre que eligió para mí y mucho menos su apellido; así que renací como Agnes Joubert, un nombre que yo elegí para mí misma. Con eso, decidí que nadie más iba a poder callarme, humillarme, pisotearme ni degradarme como él lo hacía.- decía mientras su cabeza se levantaba poco a poco con cada palabra en señal de fortaleza.- Ingresé a la universidad para estudiar periodismo con toda la intención de que cuando me graduara, iba a exponer a Rosseau delante de la prensa para que Sternbild se enterara de la clase de basura que habían colocado en la silla del Juez de Justicia... pero nunca lo logré. Hay corrupción por todos lados, justo cuando sientes que podías confiar en alguien te traicionan de la manera más asquerosa posible; los profesores que tanto admiraba y respetaba prometieron ayudarme a exponer mi caso y el de mi madre, pero resultaron ser íntimos amigos del Juez. Una noche saliendo de la universidad, iba directo a la estación de policía con muchos documentos que probaban la culpabilidad de Jolyon Rosseau para que se iniciara el proceso judicial en su contra; una camioneta negra me cerró el paso y tres hombres me subieron a ella, me golpearon varias veces y cuando desperté, estaba amordazada y atada de pies y manos en el piso de un lugar que no conocía... vi a mis profesores riendo junto a Rosseau mientras quemaban cada página de los documentos, él estaba furioso, me golpeó algunas veces más y me sostuvo del cabello. Me dijo en una voz baja y ronca que nunca podría escapar de él, que yo siempre sería su mujer.-

El ambiente se volvió más frío, más obscuro... una pequeña ráfaga de aire entró por la ventana rota de la sala y movió gentilmente el cabello de Agnes, dejando ver cómo una lágrima se le escapaba.
-Volvió a... quebrarme. Él y mis profesores me ultrajaron hasta que perdí el conocimiento. Para cuando reaccioné, estaba en mi antigua casa, en mi antiguo cuarto, en mi antigua cama y el terror me inundó. No podía moverme, el cuerpo me dolía demasiado, la desesperación me sobrellevó y comencé a gritar por ayuda, ahogada en lágrimas, saliva, sudor y sangre.- la castaña ya se encontraba llorando sin molestarse siquiera por ocultarlo, pero no se le veía deprimida o triste, sino furibunda. Sus puños se apretaban entre sí y hablaba con la mandíbula tensa.- Rosseau entró a la habitación azotando la puerta y puso el cañón de un revólver justo entre mis ojos mientras me gritaba una y otra vez que me callara; pero yo no podía, estaba tan asustada que mi llanto y gritos salían de manera inconsciente. Me golpeó en el rostro con la culata del arma y ésta salió volando al extremo de la habitación, después volvió a golpearme con el puño firme esta vez, con tanta fuerza que me lanzó fuera de la cama en la misma trayectoria que el revólver. Vi tan cerca el arma que la tomé y le apunté mientras mis manos temblaban... le dije que se alejara, yo no podía moverme, estaba tan... lastimada físicamente.-
-Agnes, no me digas que el revólver es el famoso "Calibre .25".- dijo Barnaby con temor y sorpresa al recordar la célebre historia.
-No me escuchó, siguió acercándose con esa mirada tan lasciva...- siguió explicando la castaña, sintiendo un dolor aplastante sobre su pecho.- Fui yo la base de la historia del "Calibre .25".-
-¿Bunny? ¿A qué se refiere? ¿Qué es el "Calibre .25"?- Barnaby buscó con la mirada la aprobación de Agnes para explicar esta historia, la mujer asintió con la mirada y el conejo prosiguió.
-Se rumoreaba entre la prensa amarillista (claro, nunca son tomados en serio) que una amante de Jolyon Rosseau estaba embarazada de él, y cuando se lo dijo al Juez, éste la dejó por otra mujer, negándose a reconocer al hijo; también que una noche fue a buscarlo a su casa para hacerlo reconsiderar, pero al encontrarlo con la otra mujer, lo asesinó con un revólver calibre .25 y se dio a la fuga. La historia es relativamente popular porque además de que no hubo testigos adicionales y prácticamente sigue siendo un caso sin resolver, la bala al ser de un calibre tan grande, el tiro le deshizo el cráneo, literalmente.- mientras Barnaby explicaba esto con amargura, Tiger empezó a llorar levemente al comprender la verdadera historia detrás del "Calibre .25".

-Todavía conservo el revólver en una bodega alquilada... mis profesores sospecharon de mí, pero sabían que no podían decir o hacer nada al respecto, porque se expondrían a una contra demanda mía de mayor peso, nada conveniente para ellos. Esa noche salí de la casa prácticamente arrastrándome hasta mi departamento, no podía ir a un hospital sin que me interrogaran debido a la naturaleza de mis lesiones, así que me curé a mí misma y tomé las medidas necesarias para evitar descendencia: me hice esterilizar.- admitió con cierta frialdad.- Ya no vi caso en seguir con el proceso de exponer a Rosseau, estaba muerto y ya no podría hacerlo pagar por el daño que me provocó. Sin embargo, cuando se me presentó la oportunidad de trabajar junto a la Primera Liga de Héroes... no lo dudé. Podría proteger a la gente de la manera en la que sé hacerlo, por eso es que me importa tanto mantener y subir el rating; si más gente nos sintoniza, significa que todavía tienen esperanza en la justicia. Yo no tuve eso, y justo ahora con la Brigada 731 pisándonos los talones, Sternbild está a punto de doblegarse. Ustedes héroes son la esperanza de la gente y no pienso decepcionar a las masas. La humanidad no está perdida mientras haya esperanza... peleen por la verdad y la libertad, por nosotros.-
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“-Se supone que somos familia… Confío en ti, eres mi mejor amigo… Ellos te necesitan más de lo que yo lo hago, sólo déjame cerrar los ojos y hazlo… ¡Me dijiste que volveríamos juntos y me harías parte de los Sun On Yee!... ¿Por qué me haces esto?... No lo hagas, Vaako… me estás matando… ¡¡NO!!-“
El moreno se levantó jadeando, víctima de una pesadilla llena de terribles recuerdos; se encontraba sobresaltado, sus manos temblaban y el sudor lleno de nervios escurría de su frente cayendo a gotas sobre la camisa que lo vestía. Se dio cuenta de que se había quedado dormido de repente, no era muy usual en él, pero después de todo, estaba cansado ya que sus pesadillas eran tan frecuentes que le robaban el sueño con más frecuencia de la un humano podría soportar (qué bueno que para estos efectos, él resultó nacer NEXT). Su respiración agitada le dificultó tranquilizarse, tomó un pañuelo de una pequeña mesa a su izquierda y limpió su rostro esperando refrescarse; contemplaba la oscuridad del lugar en donde había despertado por un breve lapso de tiempo hasta que una luz se abrió paso traviesamente al iluminar un pequeño segmento del cuarto.
-¿Esos sueños de nuevo…?- preguntó preocupado el hombre que había permitido que la luz invadiera desde fuera hacia dentro del espacio de un levemente alterado Vaako; el hombre era de cabello corto y rubio, estatura promedio, facciones suaves e incluso tiernas, complementado a unos ojos azules o verdes según el enfoque de la iluminación. El rubio le tendió un vaso con agua al moreno de barba poblada.
-Los de siempre, Nico. Los de siempre…- respondió Vaako, respiró profundamente para normalizar su respiración y recibió el vaso para beber del agua que tan amablemente le era ofrecida.
-¿Estás seguro de que no quieres ayuda? Podría pedir a Kimi que te ayude a conciliar el sueño… las alucinaciones me han ayudado a dormir y descansar en más de una ocasión.- decía Nico con una mirada suave y condescendiente.
-Estoy bien, gracias.- respondió el moreno con una triste, leve y torcida sonrisa.- No lo molestes por algo como esto, no vale la pena.-
-De acuerdo.- asintió Nico con cierta preocupación, dejando escapar un sonoro suspiro. De un momento a otro recordó porqué estaba buscando a Vaako en primer lugar.- Por cierto, Jason Keyes habló hace un momento… Frank quiere hablar contigo. Pidió que le devolvieses la llamada con encriptado. La línea ya está preparada, sólo hace falta que atiendas.-
-Voy enseguida.- el moreno se levantó, terminó de beber el agua así como de secarse el sudor del rostro y se cambió rápidamente la camisa; su gran complexión, fornida y robusta, ciertamente intimidaba bastante, su barba tupida y obscura, cabello negro como el ébano, su blanca piel y sus imponentes casi dos metros de estatura también contribuían a su formidable y sombría presencia.
-Vaako… ¿Crees que nos coloquen en activo?- preguntó la voz detrás de él, emanando genuino temor que resistía la oclusión en la garganta del rubio.
-No lo sé, Nico. Pero si es así, para este momento nos hemos entrenado…-
-… y nuestro sacrificio valdrá para un bien mayor.- Nico dejó caer los hombros y bajó la mirada.- Cómo quisiera volver a casa.-
-Igual yo, amigo. Lo anhelo.- Vaako pronunció esta última palabra con particular recelo y salió de la habitación, listo para enfrentar al líder actual de Ouroboros.

::Vaako, necesito que lo hagas hoy.:: Martínez sonaba tan gélido inclusive al otro lado de la línea, el moreno maldijo con voz muda y por lo bajo, no quería hacerlo. No quería llevar a cabo el plan que tanto habían repasado, pero no podía negarse o las consecuencias serían muy graves.
-¿Dónde y a qué hora?- preguntó seriamente, aunque en el fondo se sentía profundamente derrotado.
::En la noche se va a transmitir el espectáculo de la Compañía Circense Nacional, es muy probable que casi toda Sternbild lo vea. Escúchame bien, quiero que sea especial… lo más dramático que sea posible. :: decía Frank casi saboreando las palabras que salían de su boca. Vaako entendió muy bien el significado de aquello, quería enviar un mensaje que no pudiese ser olvidado, y lo que no se olvida es el terror. Él más que nadie lo sabía, aunque le era profundamente doloroso tener que llevar a cabo tan siniestro plan, le afligía aún más tener que involucrar a su equipo, aquel que también sufría pero por la lealtad que le tenían, lo soportaban de una valiente manera.
-¿El especialista en cuchillos?- preguntó el moreno con pesadez, adivinando lo que su superior pensaba.
::Exacto.- el moreno carraspeó sutilmente en señal de molestia.- Sabes qué hacer.::

Con un nudo en el estómago, una fuerte presión en el pecho y una expresión totalmente amarga dibujada en su rostro, salió de la habitación dónde se encontraba su línea telefónica interna y red de computadoras, conectados a varios decodificadores, servidores y routers a la vez; entró a la sala principal, ahí donde vio a todo su equipo frente a una pantalla de televisión, relajándose y ciertamente, sin estar preparados para lo que venía.
Los diez miembros de la Brigada 731 se habían asentado en una estación de trenes subterránea que llevaba más de doce años abandonada, la estructura se consideraba tan inestable que ni la delincuencia, policía o ingenieros civiles se atrevían a aventurarse dentro de ésta; simplemente pensaban que algún día por la frágil construcción restante, se vencería hasta deshacerse en sus propios cimientos. Sin embargo, cuando Vaako y su equipo se trasladaron a este lugar, comenzaron la remodelación de la estación hasta dejarla lo más parecido a un cálido hogar, casi reconstruyendo la subterránea edificación.

-Chicos… es hora.- dijo el moreno de barba poblada dirigiéndose a su gente. Los nueve NEXTs se espabilaron, mirándose con un profundo dolor en sus ojos y una expresión tan amarga como la de su líder mismo.
-¿Cuál es el plan?- preguntó Jean Eric, rompiendo el silencio con su firme voz.
-Conforme a lo que Frank quiere, he diseñado un plan sencillo pero eficaz, pero tiene que seguirse con suma precisión.- contestó Vaako, ahora adoptando un semblante serio y concentrado a pesar de su desidia por concluir su estratagema.- Susie, Daniil y Nico, los necesito a ustedes en la base militar de Sternbild. Susie, mientras Nico se va abriendo paso e investiga la localización del armamento a través de sus terminales de acceso, tú los protegerás en lo que Daniil consigue diez cañones antiaéreos. No fallen o todo se nos vendrá abajo. Requiero que se vayan ahora para que nos compren tiempo y así colocarlos en torno a la ciudad antes de la presentación de la Compañía Circense. Cuando los consigan, quiero que Nico regrese aquí para asegurarnos de que no corten la transmisión del espectáculo circense.- los tres involucrados asintieron, pero Susie expresó sus dudas.
-¿Para qué necesitamos el evento del circo?- preguntó la rubia con escepticismo y el moreno suspiró con tristeza dirigiendo su mirada hacia Valtteri, a lo que todos los presentes reaccionaron con cierto temor.
-Valtteri tendrá que ayudarnos en esto… Frank quiere que Sternbild sepa a qué se enfrenta.- el resto de la Brigada asintió tristemente y Vaako siguió con explicando el plan.- Daniil, cuando tengas los cañones, acompáñate de Kimi, Simona y Jean Eric. Colócalos en torno a la ciudad entera, no dejes puntos ciegos. Sebastian y Romain irán a la presentación y Valtteri se dirigirá al especialista en cuchillos… lamento tener que pedirte esto, Val, pero tendrá que ser exagerado para infundir miedo.- dijo Vaako al castaño cenizo quién sólo bajó la mirada pero asintió con firmeza.- Nico y Susie se quedarán conmigo aquí, cuando Valtteri acabe con su parte, tendré que entrar en escena y necesito que me ayuden.-
………………………………………………

-Susie, tu cabello sobresale del pasamontañas.- indicó Nico con un semblante triste en lo que Daniil observaba con un par de bifocales a la distancia, tanteando terreno para un ataque certero.
-Gracias.- agradeció la rubia y se acomodó la cabellera de manera correcta, la mujer respiró profundamente y sintió un escalofrío recorrer su espalda. Acto seguido, tendió a sus compañeros un par de artefactos de pequeño tamaño, tenían un par de filtros dentro de dos pequeños tubos que estos dispositivos poseían.- No olviden colocarse el purificador antes de entrar.-
Los hombres de la Brigada asintieron y se colocaron dichos purificadores en la nariz,  esperaron un par de minutos más y Daniil dio el visto bueno para infiltrarse a la base militar de Sternbild cuando vio que los guardias de la primer terminal de acceso hacían relevo de turno, dejando espacio para una ventana de treinta o treinta y cinco segundos.
Los tres brigadistas corrieron con sigilo hacia la primera terminal, Nico tocó el dispositivo y cuando una pequeña descarga eléctrica viajó desde la terminal hacia su mano, en su mente pudo ver un código binario que pudo descifrar mentalmente con rapidez sobrenatural y digitó rápidamente los números que permitirían la entrada; la siguiente terminal fue un poco más compleja, ahí pudo ver mentalmente un pedazo de los planos de la construcción de la base donde la sección de armamento no era visible, la terminal le envió a su mano otro código binario el cual volvió a descifrar con rapidez, pero ahora necesitaba una huella autorizada para el acceso, a lo que volvió a tocar el dispositivo de seguridad y le ordenó que pasara por alto la seguridad dactilar.
-¡Susie! ¡Ya vienen!- gritó Daniil al escuchar ruido al cerrar la segunda puerta tras de sí.
-Necesito un poco más de tiempo con ésta, tan sólo veinte o treinta segundos.- decía Nico al analizar la dificultad del tercer acceso.
-¿Cuántos son?- preguntó la rubia, Nico tocó la terminal e ingresó al sistema de bitácoras, donde ordenaban la intervención de dos equipos de élite y uno de operaciones especiales para contener la amenaza de seguridad.
-Son tres equipos… dos de ocho y uno de cinco.- respondió Nico con la mirada perdida, descifrando toda la información que veía dentro de su cabeza.

La puerta se abrió y de ella entraron los veintiún elementos militares en diferentes formaciones ofensivas listos para atacar a los brigadistas, sin embargo, no contaban con que estos fueran individuos de naturaleza NEXT; Susie se iluminó en el característico azul fluorescente y eso definitivamente intimidó a los militares que no sabían qué esperar de la figura femenina, uno de ellos se alarmó tanto que disparó sin previo aviso a la mujer pero la bala sólo atravesó las prendas. Ella se estaba desvaneciendo poco a poco mientras sus ropas iban perdiendo el volumen que las ocupaban, y si los elementos no hubiesen estado tan atónitos, habrían notado que la habitación se llenaba de un gentil humo gris.
Los hombres se intoxicaban a medida que respiraban aquel vapor, sus ojos y oídos empezaron a sangrar mientras escuchaban un zumbido tan aturdidor que era violento; otros se convulsionaban con frenesí, sus cuerpos se movían salvajemente incapaces de reaccionar y expulsando espuma por la boca. Cuando se encontraron definitivamente derrotados, el humo se empezó a disipar y paulatinamente, las ropas que estaban inertes en el piso volvieron a llenarse con su respectivo volumen y la presencia de la mujer se fue haciendo verosímil.
-Listo.- dijo Nico mientras la tercera puerta se abría.- La bodega de armamento está sobre este pasillo y detrás de dos puertas más. Enviarán otros tres equipos, será mejor apresurarnos; vienen equipados con máscaras de gas, tendrás que aumentar la toxicidad para traspasar los filtros.- Susie asintió y en su mente agradeció que sus amigos fueran NEXTs, ya que aún con los purificadores o las máscaras de gas, un humano promedio no aguantaría el grado tóxico que podía llegar a emanar.
Avanzaron sin problemas hasta la última terminal de acceso, cuando Nico ingresó de nuevo a la bitácora de movimientos pudo detectar que los tres equipos restantes les impedirían el contacto con los antiaéreos al otro lado de la puerta.
-Susie, están ahí.- indicó el rubio, con esa mirada ausente característica propia de cuando se encontraba usando sus dones. La mujer volvió a su forma vaporosa y se escabulló por las pequeñas ranuras de la puerta mientras Daniil y Nico daban un paso atrás para intentar no respirar la toxicidad de su compañera; después de un momento, los dos brigadistas que se encontraban detrás del acceso al armamento sólo pudieron escuchar quejidos, uno que otro grito, caídas estrepitosas y demás.
-Chicos, está hecho. Pueden pasar.- dijo Susie por detrás de la puerta.
-¿Están ahí los cañones?- preguntó Daniil, a lo que la mujer le dio una respuesta afirmativa.
-De acuerdo, denme unos segundos para abrir la puerta, los refuerzos militares llegarán en dos minutos.- advirtió el otro hombre mientras hacía lo suyo con la terminal de acceso, cuando la puerta cedió, la rubia dejó salir un grito preocupado.
-¡Esperen, no vayan a entrar!- ambos hombres se colocaron a la defensiva y su respiración se tornó agitada.
-¡¿Qué es lo que pasa?!- la voz de Daniil se llenó de temor.
-…Mi ropa. ¿Podrían dármela?- dijo la mujer con un tono de voz ciertamente avergonzado, a lo que Nico volteó con una leve sonrisa a buscar la ropa que Susie había dejado atrás al volverse humo, le tendió las prendas por la puerta sin asomarse y una femenina mano las tomó.- Gracias… pasen, pero no volteen a la izquierda, por favor. Me estaré vistiendo.- Los tres brigadistas soltaron una risa breve. Daniil, mientras su persona se iluminaba en un azul fluorescente, lanzaba un sutil haz de luz a los enormes cañones antiaéreos y los reducía de tamaño hasta que midieron lo mismo que una batería AA; el moreno tomó los diez enormes y ahora pequeños artefactos, y como si se trataran de cualquier cosa, los guardó en sus bolsillos. Los brigadistas se marcharon conforme al plan; Daniil se reunió con Kimi, Simona y Jean Eric en el ala oeste de la ciudad, relativamente cerca de la base de Ouroboros, y así con la misma facilidad con la que encogió los enormes artefactos, volvía a proyectar su haz de luz sobre éstos y los cañones regresaban a su tamaño original, los colocó alrededor de la ciudad con la misma instrucción que le había dado Vaako, sin dejar puntos ciegos. Nico y Susie volvieron con el líder de la 731, montaron un trípode con una cámara apuntando hacia una pared y una silla, en donde se sentaría el moreno para dar el discurso que asentaría el movimiento NEXT que se venía, sólo tenían que esperar por la señal de Valtteri.
…………………………………………………

-De acuerdo. ¿Estás listo?- preguntó Sebastian a Romain, sin embargo, ambos parecían un tanto asqueados.
-Claro que no, sabes que detesto que hagas esto…- respondió Romain quien tenía tomado por los brazos a su compañero brigadista.
-¿Cómo esperas entrar sin que nos vean entonces?- contestó Sebastian en un bufido.
-Sólo digo que no me gusta esto, la teleportación me marea demasiado.-
-Intentaré hacerlo con suavidad. ¡Pero si vuelves a vomitar encima de mí, juro que te asesino!- exclamó Seb evidentemente disgustado.- Bueno, aquí vamos. Uno, dos…- y antes de que pudiera contar hasta el tercer número, Sebastian había jalado a Romain en su campo de teleportación, llevándolo a uno de los camerinos del Auditorio Principal. No pasó ni un segundo siquiera cuando regresó con el otro brigadista que le esperaba.
-¿Todo bien?- preguntó Valtteri, bastante divertido.
-Espero que sí, sólo lo dejé ahí y regresé por ti. ¿Tú estás listo?- contestó Sebastian en el mismo humor que su compañero.
-Sí, supongo que si cierro los ojos estaré bien.- así lo dijo y su compañero lo tomó por los brazos de igual manera que con Romain, el conteo lo consideró innecesario y llevó a Valtteri al camerino. Cuando llegaron, vieron a su colega en una esquina, pálido y con la boca sucia de alguna especie de mezcla amarillenta. Quisieron dar un paso hacia él para confirmar si se encontraba bien o no, pero cuando movieron sus pies se dieron cuenta de que estaban sobre un charco de sustancia espesa, de mal olor y de similar color a la que Romain le ensuciaba.- … qué asco, Rome.-
-¡¿Qué esperaban?! ¡Esto me marea muchísimo!- tanto Sebastian como Valtteri soltaron una sonora carcajada y buscaron con qué limpiarse del desastre de su amigo.

Después de unos minutos se encontraban sobre el escenario, de pie sobre la parrilla esperando a que el espectáculo comenzara y Valtteri hiciera su parte; a los tres se les miraba con un semblante serio y gris, totalmente en contra de lo que iban a provocar, pero sin opción para negarse a hacerlo.
-…¿Cómo fue que descubriste tus poderes?- preguntó Romain, sintiendo una profunda condescendencia por su compañero, a lo que Sebastian se concentró en lo que Valtteri pudiera responder, el hombre soltó un suspiro y empezó a relatar a grandes rasgos.
-¿Recuerdan que siempre en la infancia tenemos un profesor que nos molesta? Estaba en la primaria y mi profesora me castigó por no haber hecho mi tarea, no me dejó salir a jugar. Entonces yo deseé con todas mis fuerzas que ella no existiera, empecé a irradiar una luz azul, y cuando me di cuenta, la profesora ya no estaba. Se escuchó un grito y después un gran golpe, los adultos no nos dejaron salir; al día siguiente nos dijeron que ella había tenido un accidente y ya no la volveríamos a ver. Después de algunos años, pude comprender lo terrible de mi poder. Y de ahí Vaako me encontró, tuvimos un par de misiones juntos, pero básicamente él le dio un nuevo enfoque a mi vida. No fue el mismo reclutamiento que ustedes, pero hubo un momento en el que también me quiso eliminar.- explicó el castaño Valtteri.
-Era su obligación en ese momento, todo pasamos por la parte en la que Vaako nos quiso matar.- agregó en un suspiro Sebastian.
-“Pero para este momento nos hemos entrenado… y nuestro sacrificio valdrá para un bien mayor.”- recordó tristemente Romain.- Sin embargo, tengo que admitir, tus poderes aunque no sirven de nada contra nosotros, son bastante espeluznantes.-
-Lo sé, ni en mis más bizarros sueños podría haber imaginado el poder de influenciar humanos al suicidio.- asintió Valtteri con una expresión amarga.
-¿Y qué vas a hacer con el especialista en cuchillos?-
-Frank dijo que quería que fuese dramático, tendré que hacerlo así…-
El espectáculo comenzó y los brigadistas esperaron pacientemente a que el hombre de los cuchillos iniciara su acto, aquel pobre hombre que cómo lamentaban que tuviera que ser el chivo expiatorio de un loco fanático.
-Lo lamento tanto…- dijo Valtteri, e hizo lo que tenía que hacer.
……………………………………………….

Susie dejó escapar algunas lágrimas frente al televisor mientras Nico, desde sus ordenadores, hackeaba la señal de las transmisiones para que siguieran emitiéndose, redirigió el suministro de energía hacia los generadores de la planta de luz de Sternbild, así si se les ocurría cortar las fuentes de alimentación, el efecto sobre la transmisión sería nulo.
Una vez que se aseguraron que el mensaje estaba claro, Vaako dijo lo que tenía preparado para complementar el terror de las masas y definitivamente, la emisión se detuvo. Nico y Susie se veían consternados, pero reprimieron el sentimiento y siguieron con los planes de su líder; Nico empezó las labores de interceptar toda comunicación.
Al poco tiempo, el rubio detectó comunicación entre las oficinas principales de Hero TV con el Secretario de la Defensa mismo, el General Chester Autieri, donde explicaban a grandes y escasos rasgos, la infiltración de tres de los brigadistas a la base militar de Sternbild. Vaako reaccionó con rapidez y elucubró un macabro plan que él mismo repudió, pero mientras más rápido acabara con los héroes, más pronto regresaría a casa.
-Encripta la línea y pon a Valtteri al teléfono. Esto no le va a gustar en lo absoluto.- ordenó con pesadez el moreno de barba poblada y a los pocos segundos, tenía a su brigadista al otro lado de la línea.-Val, te necesito y de verdad perdóname por tener que pedirte hacer esto: Junta a diez personas, incluidos niños.-
::¡¿Niños, Vaako?! ¡¿Qué estás demente?!::
-¡Lo lamento! ¿De acuerdo? Es una medida desesperada para una situación desesperada. Sólo quiero a nuestra familia a salvo…- pasaron algunos segundos donde sólo se escuchaban las respiraciones de ambos, algo bastante incómodo.
::¿…en dónde?:: preguntó Valtteri de mala gana.
-El Corporativo que queda en diagonal a Hero TV, en el menor tiempo posible. Y necesito que lo hagas con nuestras letras. Que quede bien claro que la Brigada 731 les está pisando los talones. Coloca una de las cámaras compactas y asegúrate que se vea al cuadro completo.-
::¿Puedo hacerlo de un modo más decente ahora? Vamos, Vaako, son niños... No quiero que agonicen.::
-Lo dejo a tu criterio.- concluyó con Valtteri y se dirigió a su colega rubio.- Nico, necesito hablar con ellos, dame línea y video. Por mientras, quiero que busques en lo más profundo de los archivos, desde los más antiguos y me des algo para confundirlos. Un expediente, un caso… un secreto, tal vez.-


-Están terminando de ver la grabación, entramos en tres, dos, uno…- dijo Nico haciendo la señal de que Vaako estaba siendo escuchado. Tenían una pequeña pantalla en donde se veía la sala de juntas del edificio de Hero TV, ya que el brigadista había pirateado la cámara de vigilancia interna.
-Primera Liga de Héroes de Sternbild, queremos negociar una oportunidad considerable a su posición actual...- dijo con una seriedad imperturbable, aunque por dentro sentía el remordimiento quemándole con vehemencia.
“Estoy condenado… pero no condenaré a mi gente.”