-Mi nombre de nacimiento... es Marié Rosseau.-
-¿Rosseau...? ¿Por qué me es tan familiar el nombre?- preguntó Barnaby
con cierto interés.
-A mí igual me resulta conocido, pero no puedo recordar en qué lugar lo
he escuchado.- añadió curioso el veterano de Apollon. Agnes hizo una mueca
amarga, suspiró pesadamente y continuó con su relato intentando suprimir las
emociones que empezaban a emanar por culpa de la indiscreción de Vaako
Kovalevskaya, y aunque fue ella quien decidió revelar a sus subordinados esta parte
de su historia, hubiera preferido no hacerlo.
-Tal vez la causa de que les resulte tan familiar es por Jolyon
Rosseau...- dijo la castaña con pesadez.
-Es verdad.- asintió Tiger, recordando a dicho personaje.
-Sí, Jolyon Rosseau era el Ministro de Justicia antes de... Yuri
Petrov.- dijo Barnaby haciendo una pequeña pausa para evitar un desliz al decir
"Lunatic" en lugar del nombre real del Juez en turno. Ni el equipo de
Agnes, ella misma o los demás héroes sabían ese pequeño gran detalle, y aunque
revelar esa información sería un buen comienzo, prometió no hacerlo; sin
embargo, Bunny sabía que informar al equipo de ésto representaba una gran
ventaja, era una promesa que pensaba mantener a toda costa.
-Jolyon Rosseau era mi padre.- asintió la castaña con amargura.- Mi
madre murió cuando yo tenía ocho años, el reporte oficial decía que tuvo un
accidente al resbalarse en las escaleras principales de mi antigua casa, pero
incluso aunque yo era muy pequeña, puedo recordar claramente que ése día en
particular, el señor Rosseau la golpeó de una manera más violenta de la
usual... sólo porque le placía hacerlo.- decía la mujer. Kotetsu y Barnaby se
dieron cuenta del uso de las palabras de la castaña al evitar referirse a su
padre como tal.
-Lamento escuchar eso, Agnes.- dijo Bunny haciendo una pequeña
reverencia.
-Puedo imaginar porqué no lo apreciabas.- añadió el tigre con la mirada
llena de empatía.
-No, no es que no lo apreciara... Lo odiaba. ¡Lo odiaba demasiado! ¡Lo
sigo odiando tanto que...! ¡…Y lo seguiré odiando hasta el día en el que a mi
cuerpo no le quede ni un atisbo de vida! Hasta que mi cuerpo esté tan podrido y
fétido que ya no sea capaz de sentir nada...- la mujer empezaba a exaltarse
demasiado, pero al ver las expresiones de preocupación tanto del original
Apollon Dúo como de su equipo interno, respiró profundamente intentando
calmarse y prácticamente se desplomó en su asiento.-Le guardé rencor por lo de
mi madre, aun cuando ese tipo de sentimientos tan oscuros no debería de
sentirlos un niño, sin embargo no lo odiaba en el estricto sentido de la
palabra; me daba mucho miedo hacer o decir cualquier cosa que lo hiciera
enfadar y correr la misma suerte que ella. Cuando cumplí doce años empecé a
parecerme mucho a mamá, físicamente hablando. Podría incluso decirse que soy su
viva imagen.-
Agnes se levantó, tomó sus manos con nerviosismo mientras caminaba
ansiosamente por la habitación, dibujando círculos con sus pasos.
-Una noche ya bien entrada la madrugada, escuché cómo la puerta de mi
habitación se abría lentamente y él entraba, yo me incorporé mientras me
tallaba los ojos para despertar un poco más y se sentó al filo de mi cama con
la mirada más dulce y tierna que jamás hubiera recibido de él...-
-Agnes, no...- comenzaba a decir Tiger, sintiendo una intensa angustia
recorrerle el cuerpo entero, formándosele un nudo en el estómago, adivinando
con miedo el resto de la historia. Agnes rió brevemente con una expresión
triste y devastada, como si el espíritu y carácter distintivo de ella nunca
hubiese existido.
-Me dijo... "¡Cómo has crecido, Marié! Cada vez más luces igual a
tu madre, y me parece que por esa razón tendrás que ocupar su lugar..."-
tragó saliva e intentó normalizar su respiración para continuar hablando.- Hizo
lo que le rompe el espíritu y la esperanza a cualquier niña... a cualquier
mujer, a cualquier persona. Y lo hacía todas las noches hasta que cumplí
dieciocho años y huí de casa. Lo primero que hice fue emanciparme, no quería
nada, absolutamente nada que me hubiera dado él, ni siquiera quise el nombre
que eligió para mí y mucho menos su apellido; así que renací como Agnes
Joubert, un nombre que yo elegí para mí misma. Con eso, decidí que nadie más
iba a poder callarme, humillarme, pisotearme ni degradarme como él lo hacía.-
decía mientras su cabeza se levantaba poco a poco con cada palabra en señal de
fortaleza.- Ingresé a la universidad para estudiar periodismo con toda la
intención de que cuando me graduara, iba a exponer a Rosseau delante de la
prensa para que Sternbild se enterara de la clase de basura que habían colocado
en la silla del Juez de Justicia... pero nunca lo logré. Hay corrupción por
todos lados, justo cuando sientes que podías confiar en alguien te traicionan
de la manera más asquerosa posible; los profesores que tanto admiraba y
respetaba prometieron ayudarme a exponer mi caso y el de mi madre, pero
resultaron ser íntimos amigos del Juez. Una noche saliendo de la universidad,
iba directo a la estación de policía con muchos documentos que probaban la
culpabilidad de Jolyon Rosseau para que se iniciara el proceso judicial en su
contra; una camioneta negra me cerró el paso y tres hombres me subieron a ella,
me golpearon varias veces y cuando desperté, estaba amordazada y atada de pies
y manos en el piso de un lugar que no conocía... vi a mis profesores riendo
junto a Rosseau mientras quemaban cada página de los documentos, él estaba
furioso, me golpeó algunas veces más y me sostuvo del cabello. Me dijo en una
voz baja y ronca que nunca podría escapar de él, que yo siempre sería su
mujer.-
El ambiente se volvió más frío, más obscuro... una pequeña ráfaga de
aire entró por la ventana rota de la sala y movió gentilmente el cabello de
Agnes, dejando ver cómo una lágrima se le escapaba.
-Volvió a... quebrarme. Él y mis profesores me ultrajaron hasta que
perdí el conocimiento. Para cuando reaccioné, estaba en mi antigua casa, en mi
antiguo cuarto, en mi antigua cama y el terror me inundó. No podía moverme, el
cuerpo me dolía demasiado, la desesperación me sobrellevó y comencé a gritar por
ayuda, ahogada en lágrimas, saliva, sudor y sangre.- la castaña ya se
encontraba llorando sin molestarse siquiera por ocultarlo, pero no se le veía
deprimida o triste, sino furibunda. Sus puños se apretaban entre sí y hablaba
con la mandíbula tensa.- Rosseau entró a la habitación azotando la puerta y
puso el cañón de un revólver justo entre mis ojos mientras me gritaba una y
otra vez que me callara; pero yo no podía, estaba tan asustada que mi llanto y
gritos salían de manera inconsciente. Me golpeó en el rostro con la culata del
arma y ésta salió volando al extremo de la habitación, después volvió a
golpearme con el puño firme esta vez, con tanta fuerza que me lanzó fuera de la
cama en la misma trayectoria que el revólver. Vi tan cerca el arma que la tomé
y le apunté mientras mis manos temblaban... le dije que se alejara, yo no podía
moverme, estaba tan... lastimada físicamente.-
-Agnes, no me digas que el revólver es el famoso "Calibre
.25".- dijo Barnaby con temor y sorpresa al recordar la célebre historia.
-No me escuchó, siguió acercándose con esa mirada tan lasciva...- siguió
explicando la castaña, sintiendo un dolor aplastante sobre su pecho.- Fui yo la
base de la historia del "Calibre .25".-
-¿Bunny? ¿A qué se refiere? ¿Qué es el "Calibre .25"?- Barnaby
buscó con la mirada la aprobación de Agnes para explicar esta historia, la
mujer asintió con la mirada y el conejo prosiguió.
-Se rumoreaba entre la prensa amarillista (claro, nunca son tomados en
serio) que una amante de Jolyon Rosseau estaba embarazada de él, y cuando se lo
dijo al Juez, éste la dejó por otra mujer, negándose a reconocer al hijo;
también que una noche fue a buscarlo a su casa para hacerlo reconsiderar, pero
al encontrarlo con la otra mujer, lo asesinó con un revólver calibre .25 y se
dio a la fuga. La historia es relativamente popular porque además de que no
hubo testigos adicionales y prácticamente sigue siendo un caso sin resolver, la
bala al ser de un calibre tan grande, el tiro le deshizo el cráneo,
literalmente.- mientras Barnaby explicaba esto con amargura, Tiger empezó a
llorar levemente al comprender la verdadera historia detrás del "Calibre
.25".
-Todavía conservo el revólver en una bodega alquilada... mis profesores
sospecharon de mí, pero sabían que no podían decir o hacer nada al respecto,
porque se expondrían a una contra demanda mía de mayor peso, nada conveniente
para ellos. Esa noche salí de la casa prácticamente arrastrándome hasta mi
departamento, no podía ir a un hospital sin que me interrogaran debido a la
naturaleza de mis lesiones, así que me curé a mí misma y tomé las medidas
necesarias para evitar descendencia: me hice esterilizar.- admitió con cierta
frialdad.- Ya no vi caso en seguir con el proceso de exponer a Rosseau, estaba
muerto y ya no podría hacerlo pagar por el daño que me provocó. Sin embargo,
cuando se me presentó la oportunidad de trabajar junto a la Primera Liga de
Héroes... no lo dudé. Podría proteger a la gente de la manera en la que sé
hacerlo, por eso es que me importa tanto mantener y subir el rating; si más
gente nos sintoniza, significa que todavía tienen esperanza en la justicia. Yo
no tuve eso, y justo ahora con la Brigada 731 pisándonos los talones, Sternbild
está a punto de doblegarse. Ustedes héroes son la esperanza de la gente y no
pienso decepcionar a las masas. La humanidad no está perdida mientras haya
esperanza... peleen por la verdad y la libertad, por nosotros.-
.......................................................
“-Se supone que somos familia… Confío en ti, eres mi mejor amigo… Ellos
te necesitan más de lo que yo lo hago, sólo déjame cerrar los ojos y hazlo… ¡Me
dijiste que volveríamos juntos y me harías parte de los Sun On Yee!... ¿Por qué
me haces esto?... No lo hagas, Vaako… me estás matando… ¡¡NO!!-“
El moreno se levantó jadeando, víctima de una pesadilla llena de
terribles recuerdos; se encontraba sobresaltado, sus manos temblaban y el sudor
lleno de nervios escurría de su frente cayendo a gotas sobre la camisa que lo
vestía. Se dio cuenta de que se había quedado dormido de repente, no era muy
usual en él, pero después de todo, estaba cansado ya que sus pesadillas eran
tan frecuentes que le robaban el sueño con más frecuencia de la un humano
podría soportar (qué bueno que para estos efectos, él resultó nacer NEXT). Su
respiración agitada le dificultó tranquilizarse, tomó un pañuelo de una pequeña
mesa a su izquierda y limpió su rostro esperando refrescarse; contemplaba la
oscuridad del lugar en donde había despertado por un breve lapso de tiempo
hasta que una luz se abrió paso traviesamente al iluminar un pequeño segmento
del cuarto.
-¿Esos sueños de nuevo…?- preguntó preocupado el hombre que había
permitido que la luz invadiera desde fuera hacia dentro del espacio de un
levemente alterado Vaako; el hombre era de cabello corto y rubio, estatura
promedio, facciones suaves e incluso tiernas, complementado a unos ojos azules
o verdes según el enfoque de la iluminación. El rubio le tendió un vaso con
agua al moreno de barba poblada.
-Los de siempre, Nico. Los de siempre…- respondió Vaako, respiró
profundamente para normalizar su respiración y recibió el vaso para beber del
agua que tan amablemente le era ofrecida.
-¿Estás seguro de que no quieres ayuda? Podría pedir a Kimi que te ayude
a conciliar el sueño… las alucinaciones me han ayudado a dormir y descansar en
más de una ocasión.- decía Nico con una mirada suave y condescendiente.
-Estoy bien, gracias.- respondió el moreno con una triste, leve y
torcida sonrisa.- No lo molestes por algo como esto, no vale la pena.-
-De acuerdo.- asintió Nico con cierta preocupación, dejando escapar un
sonoro suspiro. De un momento a otro recordó porqué estaba buscando a Vaako en
primer lugar.- Por cierto, Jason Keyes habló hace un momento… Frank quiere
hablar contigo. Pidió que le devolvieses la llamada con encriptado. La línea ya
está preparada, sólo hace falta que atiendas.-
-Voy enseguida.- el moreno se levantó, terminó de beber el agua así como
de secarse el sudor del rostro y se cambió rápidamente la camisa; su gran
complexión, fornida y robusta, ciertamente intimidaba bastante, su barba tupida
y obscura, cabello negro como el ébano, su blanca piel y sus imponentes casi
dos metros de estatura también contribuían a su formidable y sombría presencia.
-Vaako… ¿Crees que nos coloquen en activo?- preguntó la voz detrás de
él, emanando genuino temor que resistía la oclusión en la garganta del rubio.
-No lo sé, Nico. Pero si es así, para este momento nos hemos entrenado…-
-… y nuestro sacrificio valdrá para un bien mayor.- Nico dejó caer los
hombros y bajó la mirada.- Cómo quisiera volver a casa.-
-Igual yo, amigo. Lo anhelo.- Vaako pronunció esta última palabra con
particular recelo y salió de la habitación, listo para enfrentar al líder
actual de Ouroboros.
::Vaako, necesito que lo hagas hoy.:: Martínez sonaba tan gélido
inclusive al otro lado de la línea, el moreno maldijo con voz muda y por lo
bajo, no quería hacerlo. No quería llevar a cabo el plan que tanto habían
repasado, pero no podía negarse o las consecuencias serían muy graves.
-¿Dónde y a qué hora?- preguntó seriamente, aunque en el fondo se sentía
profundamente derrotado.
::En la noche se va a transmitir el espectáculo de la Compañía Circense
Nacional, es muy probable que casi toda Sternbild lo vea. Escúchame bien,
quiero que sea especial… lo más dramático que sea posible. :: decía Frank casi
saboreando las palabras que salían de su boca. Vaako entendió muy bien el
significado de aquello, quería enviar un mensaje que no pudiese ser olvidado, y
lo que no se olvida es el terror. Él más que nadie lo sabía, aunque le era
profundamente doloroso tener que llevar a cabo tan siniestro plan, le afligía
aún más tener que involucrar a su equipo, aquel que también sufría pero por la
lealtad que le tenían, lo soportaban de una valiente manera.
-¿El especialista en cuchillos?- preguntó el moreno con pesadez,
adivinando lo que su superior pensaba.
::Exacto.- el moreno carraspeó sutilmente en señal de molestia.- Sabes
qué hacer.::
Con un nudo en el estómago, una fuerte presión en el pecho y una
expresión totalmente amarga dibujada en su rostro, salió de la habitación dónde
se encontraba su línea telefónica interna y red de computadoras, conectados a
varios decodificadores, servidores y routers a la vez; entró a la sala
principal, ahí donde vio a todo su equipo frente a una pantalla de televisión,
relajándose y ciertamente, sin estar preparados para lo que venía.
Los diez miembros de la Brigada 731 se habían asentado en una estación
de trenes subterránea que llevaba más de doce años abandonada, la estructura se
consideraba tan inestable que ni la delincuencia, policía o ingenieros civiles
se atrevían a aventurarse dentro de ésta; simplemente pensaban que algún día
por la frágil construcción restante, se vencería hasta deshacerse en sus
propios cimientos. Sin embargo, cuando Vaako y su equipo se trasladaron a este
lugar, comenzaron la remodelación de la estación hasta dejarla lo más parecido
a un cálido hogar, casi reconstruyendo la subterránea edificación.
-Chicos… es hora.- dijo el moreno de barba poblada dirigiéndose a su
gente. Los nueve NEXTs se espabilaron, mirándose con un profundo dolor en sus
ojos y una expresión tan amarga como la de su líder mismo.
-¿Cuál es el plan?- preguntó Jean Eric, rompiendo el silencio con su
firme voz.
-Conforme a lo que Frank quiere, he diseñado un plan sencillo pero
eficaz, pero tiene que seguirse con suma precisión.- contestó Vaako, ahora
adoptando un semblante serio y concentrado a pesar de su desidia por concluir
su estratagema.- Susie, Daniil y Nico, los necesito a ustedes en la base
militar de Sternbild. Susie, mientras Nico se va abriendo paso e investiga la
localización del armamento a través de sus terminales de acceso, tú los
protegerás en lo que Daniil consigue diez cañones antiaéreos. No fallen o todo
se nos vendrá abajo. Requiero que se vayan ahora para que nos compren tiempo y
así colocarlos en torno a la ciudad antes de la presentación de la Compañía
Circense. Cuando los consigan, quiero que Nico regrese aquí para asegurarnos de
que no corten la transmisión del espectáculo circense.- los tres involucrados
asintieron, pero Susie expresó sus dudas.
-¿Para qué necesitamos el evento del circo?- preguntó la rubia con
escepticismo y el moreno suspiró con tristeza dirigiendo su mirada hacia
Valtteri, a lo que todos los presentes reaccionaron con cierto temor.
-Valtteri tendrá que ayudarnos en esto… Frank quiere que Sternbild sepa
a qué se enfrenta.- el resto de la Brigada asintió tristemente y Vaako siguió
con explicando el plan.- Daniil, cuando tengas los cañones, acompáñate de Kimi,
Simona y Jean Eric. Colócalos en torno a la ciudad entera, no dejes puntos
ciegos. Sebastian y Romain irán a la presentación y Valtteri se dirigirá al
especialista en cuchillos… lamento tener que pedirte esto, Val, pero tendrá que
ser exagerado para infundir miedo.- dijo Vaako al castaño cenizo quién sólo
bajó la mirada pero asintió con firmeza.- Nico y Susie se quedarán conmigo
aquí, cuando Valtteri acabe con su parte, tendré que entrar en escena y
necesito que me ayuden.-
………………………………………………
-Susie, tu cabello sobresale del pasamontañas.- indicó Nico con un
semblante triste en lo que Daniil observaba con un par de bifocales a la
distancia, tanteando terreno para un ataque certero.
-Gracias.- agradeció la rubia y se acomodó la cabellera de manera
correcta, la mujer respiró profundamente y sintió un escalofrío recorrer su
espalda. Acto seguido, tendió a sus compañeros un par de artefactos de pequeño
tamaño, tenían un par de filtros dentro de dos pequeños tubos que estos
dispositivos poseían.- No olviden colocarse el purificador antes de entrar.-
Los hombres de la Brigada asintieron y se colocaron dichos purificadores
en la nariz, esperaron un par de minutos
más y Daniil dio el visto bueno para infiltrarse a la base militar de Sternbild
cuando vio que los guardias de la primer terminal de acceso hacían relevo de
turno, dejando espacio para una ventana de treinta o treinta y cinco segundos.
Los tres brigadistas corrieron con sigilo hacia la primera terminal,
Nico tocó el dispositivo y cuando una pequeña descarga eléctrica viajó desde la
terminal hacia su mano, en su mente pudo ver un código binario que pudo
descifrar mentalmente con rapidez sobrenatural y digitó rápidamente los números
que permitirían la entrada; la siguiente terminal fue un poco más compleja, ahí
pudo ver mentalmente un pedazo de los planos de la construcción de la base
donde la sección de armamento no era visible, la terminal le envió a su mano
otro código binario el cual volvió a descifrar con rapidez, pero ahora
necesitaba una huella autorizada para el acceso, a lo que volvió a tocar el
dispositivo de seguridad y le ordenó que pasara por alto la seguridad dactilar.
-¡Susie! ¡Ya vienen!- gritó Daniil al escuchar ruido al cerrar la
segunda puerta tras de sí.
-Necesito un poco más de tiempo con ésta, tan sólo veinte o treinta
segundos.- decía Nico al analizar la dificultad del tercer acceso.
-¿Cuántos son?- preguntó la rubia, Nico tocó la terminal e ingresó al
sistema de bitácoras, donde ordenaban la intervención de dos equipos de élite y
uno de operaciones especiales para contener la amenaza de seguridad.
-Son tres equipos… dos de ocho y uno de cinco.- respondió Nico con la
mirada perdida, descifrando toda la información que veía dentro de su cabeza.
La puerta se abrió y de ella entraron los veintiún elementos militares
en diferentes formaciones ofensivas listos para atacar a los brigadistas, sin
embargo, no contaban con que estos fueran individuos de naturaleza NEXT; Susie
se iluminó en el característico azul fluorescente y eso definitivamente
intimidó a los militares que no sabían qué esperar de la figura femenina, uno
de ellos se alarmó tanto que disparó sin previo aviso a la mujer pero la bala
sólo atravesó las prendas. Ella se estaba desvaneciendo poco a poco mientras
sus ropas iban perdiendo el volumen que las ocupaban, y si los elementos no
hubiesen estado tan atónitos, habrían notado que la habitación se llenaba de un
gentil humo gris.
Los hombres se intoxicaban a medida que respiraban aquel vapor, sus ojos
y oídos empezaron a sangrar mientras escuchaban un zumbido tan aturdidor que
era violento; otros se convulsionaban con frenesí, sus cuerpos se movían
salvajemente incapaces de reaccionar y expulsando espuma por la boca. Cuando se
encontraron definitivamente derrotados, el humo se empezó a disipar y
paulatinamente, las ropas que estaban inertes en el piso volvieron a llenarse
con su respectivo volumen y la presencia de la mujer se fue haciendo verosímil.
-Listo.- dijo Nico mientras la tercera puerta se abría.- La bodega de
armamento está sobre este pasillo y detrás de dos puertas más. Enviarán otros
tres equipos, será mejor apresurarnos; vienen equipados con máscaras de gas,
tendrás que aumentar la toxicidad para traspasar los filtros.- Susie asintió y
en su mente agradeció que sus amigos fueran NEXTs, ya que aún con los
purificadores o las máscaras de gas, un humano promedio no aguantaría el grado
tóxico que podía llegar a emanar.
Avanzaron sin problemas hasta la última terminal de acceso, cuando Nico
ingresó de nuevo a la bitácora de movimientos pudo detectar que los tres
equipos restantes les impedirían el contacto con los antiaéreos al otro lado de
la puerta.
-Susie, están ahí.- indicó el rubio, con esa mirada ausente
característica propia de cuando se encontraba usando sus dones. La mujer volvió
a su forma vaporosa y se escabulló por las pequeñas ranuras de la puerta
mientras Daniil y Nico daban un paso atrás para intentar no respirar la
toxicidad de su compañera; después de un momento, los dos brigadistas que se
encontraban detrás del acceso al armamento sólo pudieron escuchar quejidos, uno
que otro grito, caídas estrepitosas y demás.
-Chicos, está hecho. Pueden pasar.- dijo Susie por detrás de la puerta.
-¿Están ahí los cañones?- preguntó Daniil, a lo que la mujer le dio una
respuesta afirmativa.
-De acuerdo, denme unos segundos para abrir la puerta, los refuerzos
militares llegarán en dos minutos.- advirtió el otro hombre mientras hacía lo
suyo con la terminal de acceso, cuando la puerta cedió, la rubia dejó salir un
grito preocupado.
-¡Esperen, no vayan a entrar!- ambos hombres se colocaron a la defensiva
y su respiración se tornó agitada.
-¡¿Qué es lo que pasa?!- la voz de Daniil se llenó de temor.
-…Mi ropa. ¿Podrían dármela?- dijo la mujer con un tono de voz
ciertamente avergonzado, a lo que Nico volteó con una leve sonrisa a buscar la
ropa que Susie había dejado atrás al volverse humo, le tendió las prendas por
la puerta sin asomarse y una femenina mano las tomó.- Gracias… pasen, pero no
volteen a la izquierda, por favor. Me estaré vistiendo.- Los tres brigadistas
soltaron una risa breve. Daniil, mientras su persona se iluminaba en un azul
fluorescente, lanzaba un sutil haz de luz a los enormes cañones antiaéreos y
los reducía de tamaño hasta que midieron lo mismo que una batería AA; el moreno
tomó los diez enormes y ahora pequeños artefactos, y como si se trataran de
cualquier cosa, los guardó en sus bolsillos. Los brigadistas se marcharon
conforme al plan; Daniil se reunió con Kimi, Simona y Jean Eric en el ala oeste
de la ciudad, relativamente cerca de la base de Ouroboros, y así con la misma
facilidad con la que encogió los enormes artefactos, volvía a proyectar su haz
de luz sobre éstos y los cañones regresaban a su tamaño original, los colocó
alrededor de la ciudad con la misma instrucción que le había dado Vaako, sin
dejar puntos ciegos. Nico y Susie volvieron con el líder de la 731, montaron un
trípode con una cámara apuntando hacia una pared y una silla, en donde se
sentaría el moreno para dar el discurso que asentaría el movimiento NEXT que se
venía, sólo tenían que esperar por la señal de Valtteri.
…………………………………………………
-De acuerdo. ¿Estás listo?- preguntó Sebastian a Romain, sin embargo,
ambos parecían un tanto asqueados.
-Claro que no, sabes que detesto que hagas esto…- respondió Romain quien
tenía tomado por los brazos a su compañero brigadista.
-¿Cómo esperas entrar sin que nos vean entonces?- contestó Sebastian en
un bufido.
-Sólo digo que no me gusta esto, la teleportación me marea demasiado.-
-Intentaré hacerlo con suavidad. ¡Pero si vuelves a vomitar encima de
mí, juro que te asesino!- exclamó Seb evidentemente disgustado.- Bueno, aquí
vamos. Uno, dos…- y antes de que pudiera contar hasta el tercer número,
Sebastian había jalado a Romain en su campo de teleportación, llevándolo a uno
de los camerinos del Auditorio Principal. No pasó ni un segundo siquiera cuando
regresó con el otro brigadista que le esperaba.
-¿Todo bien?- preguntó Valtteri, bastante divertido.
-Espero que sí, sólo lo dejé ahí y regresé por ti. ¿Tú estás listo?-
contestó Sebastian en el mismo humor que su compañero.
-Sí, supongo que si cierro los ojos estaré bien.- así lo dijo y su
compañero lo tomó por los brazos de igual manera que con Romain, el conteo lo
consideró innecesario y llevó a Valtteri al camerino. Cuando llegaron, vieron a
su colega en una esquina, pálido y con la boca sucia de alguna especie de
mezcla amarillenta. Quisieron dar un paso hacia él para confirmar si se
encontraba bien o no, pero cuando movieron sus pies se dieron cuenta de que
estaban sobre un charco de sustancia espesa, de mal olor y de similar color a
la que Romain le ensuciaba.- … qué asco, Rome.-
-¡¿Qué esperaban?! ¡Esto me marea muchísimo!- tanto Sebastian como
Valtteri soltaron una sonora carcajada y buscaron con qué limpiarse del
desastre de su amigo.
Después de unos minutos se encontraban sobre el escenario, de pie sobre
la parrilla esperando a que el espectáculo comenzara y Valtteri hiciera su
parte; a los tres se les miraba con un semblante serio y gris, totalmente en
contra de lo que iban a provocar, pero sin opción para negarse a hacerlo.
-…¿Cómo fue que descubriste tus poderes?- preguntó Romain, sintiendo una
profunda condescendencia por su compañero, a lo que Sebastian se concentró en
lo que Valtteri pudiera responder, el hombre soltó un suspiro y empezó a
relatar a grandes rasgos.
-¿Recuerdan que siempre en la infancia tenemos un profesor que nos
molesta? Estaba en la primaria y mi profesora me castigó por no haber hecho mi
tarea, no me dejó salir a jugar. Entonces yo deseé con todas mis fuerzas que ella
no existiera, empecé a irradiar una luz azul, y cuando me di cuenta, la
profesora ya no estaba. Se escuchó un grito y después un gran golpe, los
adultos no nos dejaron salir; al día siguiente nos dijeron que ella había
tenido un accidente y ya no la volveríamos a ver. Después de algunos años, pude
comprender lo terrible de mi poder. Y de ahí Vaako me encontró, tuvimos un par
de misiones juntos, pero básicamente él le dio un nuevo enfoque a mi vida. No fue
el mismo reclutamiento que ustedes, pero hubo un momento en el que también me
quiso eliminar.- explicó el castaño Valtteri.
-Era su obligación en ese momento, todo pasamos por la parte en la que
Vaako nos quiso matar.- agregó en un suspiro Sebastian.
-“Pero para este momento nos hemos entrenado… y nuestro sacrificio
valdrá para un bien mayor.”- recordó tristemente Romain.- Sin embargo, tengo
que admitir, tus poderes aunque no sirven de nada contra nosotros, son bastante
espeluznantes.-
-Lo sé, ni en mis más bizarros sueños podría haber imaginado el poder de
influenciar humanos al suicidio.- asintió Valtteri con una expresión amarga.
-¿Y qué vas a hacer con el especialista en cuchillos?-
-Frank dijo que quería que fuese dramático, tendré que hacerlo así…-
El espectáculo comenzó y los brigadistas esperaron pacientemente a que
el hombre de los cuchillos iniciara su acto, aquel pobre hombre que cómo
lamentaban que tuviera que ser el chivo expiatorio de un loco fanático.
-Lo lamento tanto…- dijo Valtteri, e hizo lo que tenía que hacer.
……………………………………………….
Susie dejó escapar algunas lágrimas frente al televisor mientras Nico,
desde sus ordenadores, hackeaba la señal de las transmisiones para que
siguieran emitiéndose, redirigió el suministro de energía hacia los generadores
de la planta de luz de Sternbild, así si se les ocurría cortar las fuentes de
alimentación, el efecto sobre la transmisión sería nulo.
Una vez que se aseguraron que el mensaje estaba claro, Vaako dijo lo que
tenía preparado para complementar el terror de las masas y definitivamente, la
emisión se detuvo. Nico y Susie se veían consternados, pero reprimieron el
sentimiento y siguieron con los planes de su líder; Nico empezó las labores de
interceptar toda comunicación.
Al poco tiempo, el rubio detectó comunicación entre las oficinas
principales de Hero TV con el Secretario de la Defensa mismo, el General
Chester Autieri, donde explicaban a grandes y escasos rasgos, la infiltración
de tres de los brigadistas a la base militar de Sternbild. Vaako reaccionó con
rapidez y elucubró un macabro plan que él mismo repudió, pero mientras más
rápido acabara con los héroes, más pronto regresaría a casa.
-Encripta la línea y pon a Valtteri al teléfono. Esto no le va a gustar
en lo absoluto.- ordenó con pesadez el moreno de barba poblada y a los pocos
segundos, tenía a su brigadista al otro lado de la línea.-Val, te necesito y de
verdad perdóname por tener que pedirte hacer esto: Junta a diez personas,
incluidos niños.-
::¡¿Niños, Vaako?! ¡¿Qué estás demente?!::
-¡Lo lamento! ¿De acuerdo? Es una medida desesperada para una situación
desesperada. Sólo quiero a nuestra familia a salvo…- pasaron algunos segundos
donde sólo se escuchaban las respiraciones de ambos, algo bastante incómodo.
::¿…en dónde?:: preguntó Valtteri de mala gana.
-El Corporativo que queda en diagonal a Hero TV, en el menor tiempo
posible. Y necesito que lo hagas con nuestras letras. Que quede bien claro que
la Brigada 731 les está pisando los talones. Coloca una de las cámaras
compactas y asegúrate que se vea al cuadro completo.-
::¿Puedo hacerlo de un modo más decente ahora? Vamos, Vaako, son
niños... No quiero que agonicen.::
-Lo dejo a tu criterio.- concluyó con Valtteri y se dirigió a su colega
rubio.- Nico, necesito hablar con ellos, dame línea y video. Por mientras,
quiero que busques en lo más profundo de los archivos, desde los más antiguos y
me des algo para confundirlos. Un expediente, un caso… un secreto, tal vez.-
-Están terminando de ver la grabación, entramos en tres, dos, uno…- dijo
Nico haciendo la señal de que Vaako estaba siendo escuchado. Tenían una pequeña
pantalla en donde se veía la sala de juntas del edificio de Hero TV, ya que el
brigadista había pirateado la cámara de vigilancia interna.
-Primera Liga de Héroes de Sternbild, queremos negociar una oportunidad
considerable a su posición actual...- dijo con una seriedad imperturbable,
aunque por dentro sentía el remordimiento quemándole con vehemencia.
“Estoy condenado… pero no condenaré a mi gente.”
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