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viernes, 17 de octubre de 2014

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 3: El antídoto.

-¿Quiere decir que...?-
::¡Sí! ¡Que Wild Tiger podrá seguir disponiendo de sus poderes durante cinco minutos, como antes!:: exclamó Saito.
...
-¿Qué...?- apenas musitó un muy sorprendido Kotetsu.
::Vengan mañana a primera hora para aclarar los detalles ¿si?:: dijo Ben con júbilo por la noticia.
El héroe tigre estaba demasiado sorprendido como para reaccionar, así que Barnaby contestó por el.
-¡Ahí estaremos!- la pantalla holográfica desapareció dejando a los dos héroes a solas como hasta hace unos momentos.- Kotetsu... ¿quieres hacer esto?- su expresión era dubitativa.
¡Claro que Tiger quería recuperar sus poderes! Pero ya se había hecho a la idea de regresar con su hermano, con su madre y con su hija. Aunque ya podía escuchar a Kaede reprochándole haber vuelto y no cumplir con ser un héroe como lo prometió, reprochándole como rompía otra vez una promesa. Si bien era cierto que quería estar con su familia, definitivamente no quería abandonar a Barnaby y ésta oportunidad era perfecta para matar dos pájaros de un tiro: así no rompería la promesa que le hizo a su hija ni la promesa que le hizo al héroe conejo.
-¡Sí! Es una buena oportunidad... y no quiero pensar en qué pasaría si la dejo pasar.- dijo firme. La culpa moral tal vez vendría después, pero por ahora estaba seguro de lo que quería. Quería permanecer junto a Bunny.
-¿Y qué era lo que querías decirme? Hablabas de tus poderes y de que ya está por terminar la temporada.- dijo en un tono ya más propio de él, serio y conciso. Pero el tigre no se lo esperaba ¿ahora con qué se iba a excusar?
-¡Ah, cierto...! Lo importante... eh... que como ya no tenía mucho tiempo con respecto a mis poderes que hiciéramos estrategias conjuntas con Ry. ¡Sí, éso! Pero ahora que puedo recuperar mi poder, supongo que no importa ya.- dijo dándose media vuelta, dispuesto a salir.- Perdona que te molestara por nada. Te veré mañana, Bunny.-

Barnaby frunció el ceño, era evidente que no era eso lo que venía a decirle, pero si de nuevo iba a cambiar el tema para no preocuparle, ya lo podría considerar un poco egoísta al querer guardarse todo.
-¡Kotetsu! Somos un equipo, si algo te preocupa debes decírmelo.- lo detuvo postrando su mano sobre la del héroe tigre después de haberla paseado por la longitud del bien formado brazo del otro.- Soy... tu amigo.- se dio cuenta del rubor que empezaba a calentar sus mejillas y la falta de aliento que ahora le apremiaba.
"Soy tu amigo..." ¿Amigos? ¿Acaso Kotetsu esperaba que fuera diferente? ¿Que Barnaby le dijese algo más? La calidez de la mano de su compañero era abrumadora para él, sentía como si le encadenasen a una infeliz felicidad. En el creció la necesidad de tomar aquella blanca mano y besar cada uno de sus nudillos, pero en vez de eso, sólo se apartó con cautela.
-Yo... lo sé, Bunny.- antes de abrir la puerta y retirarse, le dedicó una última e intensa mirada al rubio.- Gracias por eso.- dijo finalmente al salir y así desapareció por el pasillo.
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A la mañana siguiente, a primera hora ambos héroes se presentaron en la sala de conferencias principal de Apollon Media. Ahí ya se encontraban el CEO Alexander Lloyds, Ben Jackson, Saito y el científico que habían interrogado día anterior. Se dieron la mano para saludarse con la debida propiedad y la junta comenzó.
-Buenos días, mi nombre es Halsey, Doctor Carter Halsey. Es un placer conocerlos en una situación más agradable; en fin, no les haré perder más su tiempo. Como ya les informaron, hay un suero disponible para su consumo que hará que las células NEXT del señor Kaburagi se regeneren; El suero "ReConnect" tendrá en efecto, la consecuencia propia de la recuperación total de sus poderes. Pero me temo que no todo es color de rosa, ya que hay dos posibles riesgos.-
-¿Los cuales son...?- preguntó Bunny, al parecer más atento que el propio Tiger.
-"ReConnect" se desarrollaba en el laboratorio de poderes NEXT con propiedades radioactivas o infecto-tóxicas. No hay acceso al laboratorio después de "Contingencia Biológica", por lo menos no hasta que un equipo especial de limpieza se ocupe de limpiar y desinfectar. Hablé con el director de Sword, pero dijo que dicho equipo llegará en dos semanas. Lo malo es que si ellos llegan antes que ustedes, se desharán de todo para evitar algún tipo de propagación. Nosotros ya no podríamos fabricar aquel suero, el científico que desarrolló el prototipo murió hace tres semanas, por eso sólo le hicimos algunos ajustes a la fórmula, pero la original nos es un misterio.-
-¿Y el otro riesgo?- preguntó Kotetsu ya un tanto preocupado.
-El suero "ReConnect" tiene un noventa y ocho por ciento de probabilidad exitosa, pero sigue existiendo un muy arriesgado dos por ciento de fallo. Si la fórmula no se adapta al cuerpo de Wild Tiger, resultaría en el exterminio de las células NEXT, en lugar de su regeneración. Corrimos muchos diagnósticos e hicimos varias simulaciones, las posibilidades de que "ReConnect" falle es mínima, pero sigue presente.- concluyó el Doctor Halsey.
-¿Si no me devuelve mis poderes me los quita, cierto?- preguntó el héroe tigre un poco escéptico.- Será un riesgo que tendré que correr.- la mano de Barnaby volvió a cubrir la suya. De verdad que era una sensación realmente maravillosa la piel del rubio contra la suya...
-¿Quieres hacerlo? ¿Realmente quieres tomar ése riesgo?- Lo cierto es que Bunny se sentía francamente disgustado consigo mismo, siempre había tenido mucho autocontrol y al verse atraído por su propio amigo le parecía impropio, y en Kotetsu el sentimiento no difería mucho.
-¿Dice que el suero se encuentra básicamente rodeado de sustancias radioactivas?- preguntó el tigre a lo que Halsey asintió, Kotetsu intentando disimular el encanto de sus manos tocándose, miró directo a los ojos del conejo.- Si vamos a entrar, necesitamos ayuda.-
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Anaksha Kjolsrud era una chica interesante: orígenes noruegos y crecida en China, alta y curvilínea, de complexión atlética. Tenía una banda de metal experimental con varios amigos en la cual ella era la vocalista. Muy del tipo chica ruda, siempre vestía de negro y usaba un maquillaje muy hermoso pero muy dramático. Le gustaba mucho la moda alternativa; picos, cadenas, estoperoles, mucho metal en los accesorios y aunque por fuera se viera como una total cazadora de vampiros, en el fondo era tan dulce como cualquier otra chica. No era de personalidad muy misteriosa, su actitud era siempre muy bien plantada sobre la tierra, y así en realidad era muy tranquila aunque muchas personas la pre-juzgaban por su manera de vestir; pero lo que llamó la atención de Ryan Goldsmith, fueron sus ojos, algo en sus enigmáticos ojos. Para empezar, ella "sufría" por decirlo así, una mutación en los iris que hacía que adoptaran un hermoso e intenso color morado/rosado.
Ella se había presentado junto a su banda a tocar en el Hero Bar una noche y entre la audiencia se encontraba el Príncipe de la Gravedad, quien encontró bastante atractiva a la mujer que cantaba así que decidió que iba a pasar la noche con ella. Claro que estaba seguro que ella aceptaría, después de todo, no había mujer que le dijera que no.
Una vez la presentación acabó y ella se despidió de todos sus amigos dispuesta a irse, Ryan la interceptó. Todo empezó con un "Hola" en el bar, y terminó con un "No me acuesto con la misma persona dos veces" al finalizar la carnal actividad en casa de ella. Lo curioso es que ésta última frase provino de labios de Anaksha y no de Ryan.
No supo realmente si fue ésa respuesta tan firme y convincente o si fue algo más, pero a partir de eso, inmediatamente surgió un profundo interés en acercarse a esta mujer; pasó dos meses pretendiéndola hasta que ella accedió a salir con el.
Se fueron conociendo con el paso del tiempo, ella le contó que ya estaba por graduarse de la Academia de Héroes, y que por supuesto, ya conocía a Ryan desde antes de que se hablaran. Si luchas exhibiendo tu cara, es obvio que alguien te va a reconocer. También que ella vivía sola, ya que era huérfana desde los dieciséis y no tenía ningún pariente viviendo en Sternbild.

Saliendo del hospital con el alta dada, el rubio le insistió a Anaksha que permaneciera con él en su casa y no se fuera sola a su departamento.
-¿No causo ningún inconveniente? No tengo problema en ir a mi piso, estaré bien.-
-¿Y si te sientes mal y no hay nadie para atenderte? No, mejor quédate aquí.- reprochó Ryan.
-El doctor dijo que ya estoy bien, Ryan.- contestó Annie, con firmeza.
-Aún así, quédate. Por... por favor.- casi se ahogaba al pronunciar lo último. Por supuesto que el Príncipe de la Gravedad no decía palabras tan mundanas como "Por favor" o "Gracias", pero esta mujer sacaba a relucir su lado más vulnerable. Annie se percató del puchero que hacía Goldsmith, luchando con sus pensamientos y se acercó a besarlo.
-De acuerdo, me quedaré... sólo unos días ¿si?-
-"Sólo unos días" me bastan.- dijo entre risas mientras la cargaba entre sus fuertes brazos y desaparecían en la intimidad de la habitación de Ryan.

Al día siguiente, Ryan se despertó solo. La sábana que lo cubría sólo lo cubría a él, buscaba con la mirada a Annie, pero ella no estaba. Pensando pestes y haciendo bilis se levantó del lecho enojado porque la mujer lo había abandonado. Cubrió su desnudez con una bata y se dirigió a la cocina por una taza de café. La joven estaba ahí, ya había preparado el desayuno y estaba vestida en ropas deportivas. Al parecer había salido a ejercitarse un poco.
-Ya despertaste, bien. Siéntate antes de que se te enfríe el Baozi.-
-¿Baozi?- preguntó curioso el rubio.
-Es un tipo de pan al vapor chino, es muy rico. Los que hice hoy son de coco. Cómelos antes de que se enfríen ¿quieres?- dijo en un tono más suave y le tendió una taza de café recién hecho.- Bien, me voy a dar una ducha. Si quieres más, están cocinándose en la vaporera.- le dio un beso en la frente y entró al cuarto de baño.
Ryan intentaba no parecer sorprendido, siguió comiendo su delicioso Baozi y tomando sorbos del exquisito café; él sabía que ésta era la forma que tenía Annie de expresarle su gratitud por no haberla dejado sola, pero qué mejor agradecimiento podía pedir él que estar con ella. Ryan así lo veía, pero era demasiado creído como para decirlo en voz alta, aunque estaba más que seguro que ella ya lo sabía.
Pasaron algunos minutos y el timbre de la entrada principal retumbó por la enorme propiedad que poseía el rubio, se levantó a regañadientes y abrió la puerta.

-¿Qué hay, chicos?- preguntó recargándose en la pared, cruzado de brazos y con su sonrisa altanera de siempre.
-Hola, Ry.- saludó Kotetsu, Barnaby sólo movió la cabeza para devolver el saludo.- Eh... necesitamos ayuda en algo... ¿Podemos pasar?-
Ryan lo pensó un poco, pero finalmente se hizo a un lado indicándoles que pasaran.
-Si rompes algo, lo pagas, Kotetsu.- advirtió en parte broma y en parte verdad.
Como era de esperarse, la decoración era un poco extravagante y llamativa, pero no caía en lo ostentoso. Casi todo estaba adornado en tonos dorados y cafés, los muebles eran casi todos de madera y había también mucha cristalería. Ciertamente, el Príncipe de la Gravedad no usaba para nada sus poderes en casa, sería terriblemente desastroso para tan bonito arreglo. Ryan caminó por delante llegando hasta la sala de estar y se sentó en un sofá.
-¿Qué pasa y porque Junior se ve tan... estresado?- dijo con un todo medio asqueado.
-Por favor, no digas esas cosas.- respondió Barnaby muy serio.- Estamos en una situación complicada y necesitamos de tu ayuda, o mejor dicho, de los dos.- Kotetsu asintió con su habitual sonrisa mientras el conejo explicaba.
-¿"De los dos"?- preguntó Ryan confundido.
-Al parecer hay un suero que hará que recupere mis poderes... lo desarrollaban en la Base Sword pero después de "Contingencia Biológica", quedó rodeado de material radioactivo. Es el único en existencia y pues... Annie tiene poderes telequinéticos ¿cierto?- decía el héroe tigre, a lo que el Príncipe de la Gravedad comprendió lo que quería decir y levantó la voz, indignado al parecer.
-¡No! Definitivamente no.-
-Ry, es lo único que se me ocurre. Si hablaras con ella para que pudiera usar su poder y sacar el vial de suero sin tocarlo, lo podríamos desinfectar en el laboratorio de Saito y...-
-¡Ella no va a volver a pisar ése lugar!- se levantó Ryan, al parecer ofendido de que insinuaran que su chica volviera al lugar donde había desfallecido.
-¿Quién no va a volver a ése lugar?- preguntó Annie, saliendo de uno de los pasillos, vistiendo un vestido negro casual y mientras cepillaba la parte roja de su cabello. Le dirigió una mirada enojada a Goldsmith y sonrió a los dos tercios restantes del Apollon Trío.- No nos hemos presentado como es debido, me llamo Anaksha, o Annie si lo prefieren.- dijo tendiéndoles la mano.
Ambos hombres se sorprendieron de que ella se encontrara ahí, pero era natural que pasaran la noche juntos si eran pareja. Kotetsu volteó su rostro un poco y se colocó su máscara de Wild Tiger antes de devolver el saludo, estaba consciente de que después del incidente Maverick, el mundo ahora estaba enterado de su verdadera identidad, pero ya era una costumbre de años y le gustaba conservar todavía ese dramatismo.

-Perdonen que escuchara cuando todavía no me llamaban, pero entiendo que necesitan mi ayuda ¿Estoy en lo correcto?- preguntó la mujer mientras Ryan hacía berrinches en el otro extremo del sillón.
-Así es, lo que necesitamos se encuentra rodeado de material radioactivo y nos ayudaría mucho que lo pudieses sustraer, ya que puedes hacerlo sin tocarlo. Lo pondríamos en una caja especial para transportar y el científico de Apollon se encargaría de desinfectarlo.- explicó Barnaby.
-Me parece bien. Hagámoslo.- dijo feliz la mujer.
-¿Qué? ¡Annie!- quiso reclamar Ryan, pero fue cortado por otra mirada de la semi pelirroja. Cruzó los brazos y contestó a regañadientes.- De acuerdo, vamos.-
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La Base de Investigación Sword se encontraba rodeada por incontables conos evasivos y tiras amarillas con las leyendas "No pasar. Zona Bajo Investigación. Policía de Sternbild" y el logotipo de la Oficina de Justicia. La gente siente inmediatamente un miedo colectivo al escuchar la palabra "contingencia" ya que la asocian con "virus", y por lo tanto "muerte". Gracias a ello, la zona se encontraba ciertamente desolada, apenas se escuchaba el tránsito a lo lejos y el aire chocando sutilmente en el edificio hacía un poco macabra la escena.
El Apollon Trío y Annie se debatían entre entrar o no, se veía como una casa embrujada típica de ferias y festivales, pero la diferencia era que aquí el peligro era real, y no con cosas simplonas como fantasmas, muertos y brujas; sino con virus y bacterias letales que podrían conducir a la muerte más espantosa posible.
Los héroes se acomodaron sus respectivos trajes, los hombres sus armaduras y la chica su leotardo (hecho de una tela ultra-resistente).
-¿Qué? ¿Tienen miedo?- preguntó Ryan burlón. Ambos héroes observaron un poco a la distancia, se vieron mutuamente con una sonrisa ligera y Barnaby le respondió con el mismo tono burlón.
-Tal vez un poco, si. Pero evidentemente, ella no.- dijo señalando con la mirada a Annie como empezaba a mover los pesados trozos de acero biocromado que sellaban la entrada con sus poderes (ahora que no estaban calientes ni ejerciendo presión para cerrarse, era como mover una camioneta. Pan comido para ella) y adentrándose en la obscuridad de Sword.
A Ryan se le bajó el color de golpe, se puso pálido y bajándose el visor fue a alcanzar a Anaksha. Tiger se rió e hizo una seña para que Bunny lo siguiera, pero Barnaby estaba medio perdido en el momento. Aquella simple sonrisa tan natural fue hermosa, y estaba preguntándose cuándo fue que detalles de ése tipo y de tan poca magnitud lo ponían tan nervioso. Sacudió ése pensamiento y el también se adentró en las sombras de la Base.

Los pasillos eran de un blanco muy lindo y tranquilizante, todo estaba despejado, a excepción de algunas cosas rotas por aquí y por allá. Las luces parpadeaban un poco y de vez en cuando, en resultado de que el generador de energía de emergencia estaba por agotar sus reservas.
Ya que era un recorrido relativamente largo por las instalaciones, Ryan y Annie tomaron la delantera, caminaban tranquilamente tomados de la mano y hablando, soltando una que otra risa espontánea.
Kotetsu los veía desde atrás, envidiando de uno u otro modo la naturalidad con la que se desarrollaba su amorío, y a la vez se preguntaba porqué le costaba tanto trabajo aceptar sus sentimientos por Barnaby y dar el paso. Si lo rechazaba, ya no tenía mucho que perder. Sabía perfectamente que la única razón que tenía de permanecer en la Primera Liga era Bunny, ya ni siquiera la promesa que se había hecho a sí mismo de ser un héroe hasta que su cuerpo se lo permitiera.
Miró la mano del conejo moviéndose al ritmo de sus pasos, la forma era perfecta y aunque traía la armadura puesta ya podía imaginarse la textura tan suave y perlada de su maravillosa piel. No lo resistió y la tomó sin vacilar, entrelazando sus dedos con los del rubio. Bunny se sonrojó, pero afortunadamente su visor no revelaba el intenso rojo que desprendían sus mejillas. Intentó disimular lo más que pudo aquella sorpresa en su voz y preguntó:
-Kotetsu... ¿qué haces...?-
-Sólo déjame quedarme así un momento más...- suspiró el tigre. No sólo quería estar de esta manera con su compañero, también lo atormentaba la idea que "ReConnect" no funcionara y sus poderes desaparecieran por completo, haciendo que definitivamente tuviera que separarse de su amigo.- No sé... no sé qué es lo que haría si fallara.-
-Kotetsu...- Tiger había pensado en voz alta, pero Barnaby comprendió su preocupación. Él entendía que su estancia en la Primera Liga se debía en parte a que él mismo se lo había pedido. Y de verdad se negaba una y otra vez a dejarlo ir sin una buena y verdadera razón, tenían que estar juntos, así fue desde el principio y así debía de ser... apretó su mano alrededor de la del tigre, resistiéndose a liberarlo.- Todo va a estar bien.-
Sólo esas palabras de consuelo, tan simples pero a la vez tan poderosas animaron a Kotetsu; sus manos apretándose era un bálsamo reconfortante. Que la suerte y el azar decidan lo que pasara con el suero, pero que esta sensación fuera interminable... era lo que quería.

Cuando en cierto momento se encontraron caminando de la mano, sin ver el camino pero en cambio viendo a sus ojos, ahora con sus respectivos visores levantados dejándose admirar mutuamente sus ventanas al mundo... los cuerpos de Ryan y Annie se azotaron entre ellos, acompañado de un ajeno y sonoro grito de "¡Aléjense!".

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