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lunes, 30 de diciembre de 2013

Gakupo x Kaito. Nuestra Aventura. Capítulo 20.

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-¿Y Kaito Shion?- preguntó un todavía aturdido Yüma.
-Fue a hablar con Gakupo, tienen muchas cosas que discutir todavía.- dijo Kiyoteru -Yüma... ¿por qué dejaste que te disparara? Te he visto en acción, y con un sólo movimiento, pudiste haberla desarmado fácilmente.-
-Fue un error de cálculo... Todos los que poseemos una placa tenemos derecho a atacar siempre y cuando nos estén atacando primero, así que la provoqué para que me disparara y los OPS pudieran llenarla de balas, pero ya veo que lo único impresionante que tienen es la musculatura y el nombre, de ahí en más, son igual de útiles que nada... de no ser por Mizki, Shion e incluso yo, no habríamos salido con vida.-
-Pudo haberte disparado en la cabeza y lo sabes.-
-Lo se, pero ya era demasiado tarde para arrepentirme... Lo lamento, Yotu. Pero te prometo que si alguien me vuelve a apuntar con mi arma, le digo que me dispare al pecho.- dijo algo divertido, mientras el castaño sólo lo miraba con desagrado.- Pero, sinceramente, en ése momento, en el que decidía qué hacer o no, lo dudé. No quería jugar a ser Dios, pero algo tuve que hacer.-
-¿Y qué pasará con ella?- y señaló a la caída pelirrosa.
-Pues se le hará la autopsia reglamentaria, y después se le notificará a su familia para que la puedan enterrar o cremar.-
Hiyama asintió con tristeza, y subió al quinto piso, a asegurarse una vez más de que Gakupo se encontraba bien.

-¡Kiyoteru! ¿Ya ha terminado todo el jaleo abajo?- preguntó Namine con un toque de indiferencia.
-Si, ya todo acabó aquí, Ritsu. Sólo están haciendo las labores de limpieza y el informe. Estimo que en unas dos horas se liberará la recepción del hospital.-
-¿No les ayudarás?-
-Ya tuve mi cuota de hoy, y además vine como agregado. Realmente mi trabajo aquí es como abogado de Shion. Por cierto, ¿sabes en donde está?-
-Entró corriendo a la habitación de Kamui, supongo que ha de seguir ahí. Pero aunque se le veía feliz, también era algo macabro ya que estaba lleno de sangre... ¿Qué fue lo que pasó allá abajo?-
-Te aseguro que a más tardar, mañana en la mañana te enterarás.- dijo Kiyoteru, y se dirigió a la habitación del samurai.
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Todo se veía borroso, su vista falseaba un poco, pero después todo se aclaró. Tenía mucho dolor de cabeza, y recordaba haber entrado a la habitación para hablar con Gakupo, pero no vio a nadie; y a partir de ahí, sólo era oscuridad. Kaito ya no recordaba más.
Quiso levantarse, pero no pudo. Algo lo mantenía pegado al suelo e inmóvil. Estaba atado a una mesa atornillada con una sábana.
-¿Pero qué pasa?- se preguntó con desesperación.
-¿Así que ya despiertas, maldita serpiente?-
-¿Gakupo?... ¿Qué es lo que está pasando?- preguntó el azulado, aún con la vista desorientada.
-Voy a hacerte unas preguntas y vas a tener mucho cuidado con lo que me vas a responder. Y para hacerlo más objetivo, sólo me responderás con un "Si" o "No", de otro modo, ganarás una reprimenda.- dijo el samurai tratando de contenerse para no arrancarle la cabeza al Shion, mientras se encontraba sentado al filo de la cama.
El azulado simplemente asintió, nunca había visto a este Gakupo, sólo había escuchado de labios del mismo Kamui lo letal que podía llegar a ser, pero nunca lo creyó de verdad ya que siempre tenía una actitud muy dulce respecto a todo.
-De acuerdo, Shion. En el set... ¿Sentiste celos cuando estuve en aquellas escenas con las chicas?-
-Si.-
-¿Celos de Miku o de Meiko?
-No.-
-¿De Gumi?-
-Si.-
-¿Sentiste celos de Luka?- Kaito sintió una punzada en el estómago y comenzó a sollozar, mientras se quedaba callado. Recordó que hasta donde Gakupo recordaba, el lo había apuñalado. Y no era una escena muy agradable verse a sí mismo cubierto de sangre. Gakupo se levantó lentamente de donde se encontraba, se colocó en cuclillas frente al hombre de azul, y con mucha gentileza levantó su barbilla para mirarlo a los ojos y propinarle una buena bofetada. -¡Contéstame, maldita sea!-
-Si...-
-¿Sentiste celos suficientemente fuertes como para querer hacerle daño?- y la verdad era que sí. Pero no un daño mortal, por supuesto. Sólo como para hacerle frente, empujarla un poco y decirle "Es mío, perra." Así que mentiría si dijera que no.
-Si, pero te juro que...- sintió de nuevo, como le volteaban la cara a la fuerza. Le dolía el rostro, y sus pómulos comenzaban a inflamarse gracias a los golpes.
-Sólo "Si" o "No" ¿Recuerdas? Ahora... La sangre que traes vulgarmente encima... ¿es de ella?- Kaito no pudo contenerlo más y rompió a llorar ahogadamente.
-Si, pero... yo... no quería... nos obligó... te juro que no quería que terminara así.-
-¿"Nos obligó"? ¿Tu y quiénes más, maldito? ¿Está viva? ¡¡¿¿ESTÁ VIVA??!! ¡RESPÓNDEME, HIJO DE PERRA!- gritaba con desesperación tomándolo de la camisa y sacudiéndolo violentamente, haciendo caso omiso del dolor que empezaba a apremiarle en el pecho.
Kaito no podía mirarlo a los ojos. Estaba muy consciente de que lo que había pasado con Luka no era su culpa, pero aún así, sentía mucho dolor el pensar que se pudo evitar su muerte.
-Perdón, amor. Ella... ya no...-

Gakupo salió de sí mismo, dio un paso hacia atrás y sus ojos se dilataron. Ya no era el en ése instante, se había convertido en lo que su padre siempre quiso: El mortal y temible Kamui del Chôshû.
En una rabieta, se abalanzó sobre el azulado, y comenzó a golpearlo y a golpearlo. Una y otra vez, fuertemente en la cara; Kaito quería gritar, pero cada sonido que salía de su garganta, era aplacado por un nuevo golpe de su amor.
Kiyoteru entró en el momento exacto, vio como Gakupo le atizaba al azulado de una manera demasiado salvaje. Tomó una sábana de la cama, la envolvió sobre la cabeza de Kamui y tiró de ella, haciendo que cayera del otro hombre. Sin soltar de la tela, asomó la cabeza por la puerta para gritar:
-¡Ritsu! ¡Por favor, que vengan Yüma y Mizki! ¡Y alguien que atienda a Shion!- le costaba un poco poder articular aquellas palabras, ya que el samurai era de verdad, muy fuerte, y forcejeaba importándole nada que los puntos de la herida se estuvieran botando de su lugar.
-Ve por los detectives. ¡Pero ya!- decía Namine a una de las enfermeras que se encontraba por ahí, mientras ella corría a atender lo que fuese que pasara.

Kamui logró escapar de aquella molesta sábana, pero Hiyama lo abrazó con las piernas, inmovilizándolo un poco.
-¡No, Ritsu! ¡No atiendas a ese maldito asesino!- gritaba, mientras la doctora analizaba el daño en Kaito.
-¡El no lo hizo, Gakupo!- le decía desde atrás el abogado.
-Maldita sea, Kiyoteru. Eres bueno. Lograste que sacaran a este maldito homicida de prisión con sólo una fianza... ¡Pensé que te importaba la justicia! ¿Dónde demonios fue a parar tu supuesta ética?-
-¡No te atrevas a cuestionar mi ética profesional! El no lo hizo, Gakupo. Escúchame.-
VY1 y VY2 no tardaron casi nada en llegar, Yüma vio la escena y abrazó a Gakupo, ya que era el único que podía igualársele en fuerza de los presentes ahí. Kiyoteru se levantó a ver el estado de Shion, y Mizki empezó a hablar con un muy alterado samurai.
-Escúcheme, Señor Kamui. Mi nombre es VY1 Mizki, y mi compañero es VY2 Yüma. El es el Comandante de la policía en la ciudad y, junto conmigo, somos detectives del departamento de homicidios. Nos asignaron su caso, y en nuestra investigación encontramos que quien cambió las cuchillas, fue la señorita Megurine. Así también, vino a querer matarlo, ya que según ella "Kaito no pudo hacerlo". Ella desarmó al comandante, le disparó en el pecho y de igual manera quiso asesinarnos a mi y a su compañero... De verdad, crea al señor abogado cuando le dice que lo único que Shion quiso hacer, era protegerlo.
En cuanto a la señorita Megurine, nos vimos en la necesidad de defendernos, y ella sufrió de muerte. La sangre que Kaito trae por toda la ropa, efectivamente es de ella, pero sólo fue porque no pudo asimilar su muerte y se abalanzó a despedirla. Eso es todo, y es la verdad. Lamento su pérdida.-

El samurai dejo de forcejear con Yüma y se calmó. Regresó a su estado natural sólo para poder procesar las palabras de Mizki y contemplar lo que había hecho con Kaito. Una vez más, había caído en las mentiras de la pelirrosa, pero sería la última. Él tampoco hubiera querido que Luka acabara muerta, pero por más que le doliera aceptarlo, tal vez era la única forma de que sus engaños, sus celos, su hipocresía bien disimulada y todo aquello terminara.
Pero aún así, compartió con ella dos años de su vida, ella había sido lo único especial para el cuando salió de Edo; cuando todavía no la carcomía la fama y la avaricia, le enseñó las delicias de la vida y lo maravilloso de disfrutarlas.
Pero ahora, lo hecho, hecho estaba. Así como el hecho de que le había partido la cara a una víctima más de las mentiras de Luka. Kaito tenía los pómulos hinchados, el ojo derecho sangrando, la nariz rota, los labios partidos y dos muelas fuera de su lugar.
-¿Cómo está?- preguntó Yotu a Ritsu.
-Ya ha perdido el conocimiento, hay que proceder a tomarle algunas radiografías, hacerle una tomografía para examinar el daño interno, limpiarlo, y acorde a lo que salga en los estudios, ver que medicamentos se le van a suministrar. Detective, llamen a un camillero, por favor. Debemos proceder lo más rápido posible.-
Yüma asintió, ya podía dejar en paz a Gakupo, ya que estaba inmóvil de la impresión. Mandó a llamar a los camilleros y cuando llegaron, trasladaron al azulado al ala de radiología. No era precisamente el área de experiencia de Namine, así que en lo que los resultados llegaban, ella atendió a a Kamui, nuevamente por la herida en el pecho.

Mientras a Gakupo le cosían nuevamente la piel (negándose a la aplicación de anestesia local), hablaba con los detectives y el abogado, para que le aclararan toda la situación. Su semblante carecía de color, estaba pálido por cada palabra que escuchaba.
Le platicaron todo con lujo de detalle, cuando Megurine los descubrió en un momento íntimo en el foro B del plató (todos prometieron guardar en secreto la relación de ellos dos), cómo enfureció y cambió las cuchillas, cómo Kaito sólo hizo lo que tenía que hacer, cómo luchó por estar a su lado en el hospital. Cómo hicieron una persecución al departamento de la mujer y de nuevo al hospital, de cómo casi todo acaba en tragedia con más de una muerte y de cómo Kaito se abalanzó a despedir a la caída con desesperación y tristeza.
Ritsu terminó de coser y se retiró de la habitación para ver que los estudios ya estuvieran listos, dejando a los cuatro hablando.
-Kiyoteru... ¿Cómo es que pude creerle?-
-No es tu culpa, Gakupo. Nadie sospechaba de ella, y sólo tuviste un arranque de ira. Estabas vulnerable, y nos tardamos demasiado en explicarte las cosas y aunque lo controlamos, también se salió de control.-
-Pero no entiendo cómo es que me convertí en lo que mas repudio. Una maldita bestia asesina, y me desquité con la persona que más amo en este mundo. Por un momento lo odié, odié su mero recuerdo y quise matarlo con toda mi rabia... ¿Sabes? Hasta pensaba pedirle matrimonio en la fiesta de cierre del proyecto... pero como ahora pintan las cosas, no me perdonará. Sólo si...- dijo el samurai, y se atragantó hasta el final.
-¿Sólo si qué?-
-Sólo si vive... podré haber estado en shock o algo así, pero conozco mi fuerza. En Edo, cuando me llegaban a desarmar, golpeaba con aquella fuerza para defenderme, y por supuesto, nadie vivía después de eso.- lloraba calladamente. Sólo le corrían abundantes lágrimas de los ojos. -Por favor, déjenme sólo un momento. Háganme saber el estado de Kaito, por favor.-
-Por supuesto... Como su compañero sentimental: ¿Quieres que avisemos a su familia lo que pasó y su estado también?-
-No creo que quiera que sus padres sepan nada de su vida. Sólo avisen a Akaito, por favor. Se portará indiferente, pero ama a su hermano.-
-Claro. Descansa, Gakupo, yo me encargaré de todo.- dijo Kiyoteru mientras salía de la habitación con los detectives.

"Compañero sentimental". Esas palabras sí que dolían ahora.
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-Yotu, yo me voy. Tengo que hacer el informe y autorizar la autopsia para que el cuerpo de Megurine pueda ir con su familia.- dijo Yüma, tomando de los brazos a Hiyama. Después de todo, ya no tenía caso ocultar lo suyo, ya había habido mucho drama por mantener secretos amorosos.
-De acuerdo, yo me quedaré a ver de Gakupo y de Kaito.- dijo mientras se paraba en las puntas de sus pies, para depositar un tierno beso en los labios de VY2. Claro que Mizki sólo se limitó a mirar hacia otra dirección.
Se despidieron así, y Yotu llamó a Akaito. Sólo le dijo que su hermano se encontraba algo grave en el hospital, que el diagnóstico oficial no estaba listo, y que le explicaría todo una vez llegara.
Fue como dijo Kamui, podría ser un perfecto cretino por fuera, pero era obvio que le preocupaba su hermano. Así que asintió y se dirigió rápidamente al hospital. Teto lo acompañaba, ya que ahora que estaban comprometidos, nunca se separaban, y desde que decidieron unirse, habían madurado juntos. Ya no eran los caprichosos infantiles de siempre.

Tardaron unas dos horas en llegar. El festival de la nieve si que estaba haciendo estragos en la vialidad. Antes de que entraran al hospital, Ritsu dio el diagnóstico oficial a Kiyoteru, quien palideció al escucharlo. Cuando Akaito y Teto por fin llegaron al quinto piso, la pelirroja consiguió el número de la habitación de Gakupo y el de Kaito (una vez vieran el estado de su hermano, irían a ver al samurai).
Kiyoteru los vio llegar y se dirigió a darles la noticia. Les contó todo desde un principio, lo que pasó con Luka y cómo eso llevó a Gakupo al hospital, y por consiguiente, a Kaito. Tuvo que contarles del arranque de ira del samurai, pero a Akaito no le pareció tan grave el asunto, hasta que el abogado reveló finalmente el estado de Kaito.
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Gakupo se encontraba atemorizado, muerto de nervios... pidió que lo dejaran solo, pero ya habían pasado alrededor de unas dos horas y nadie le informaba acerca de Kaito.
Tenía que ser paciente, Yotu había prometido que el se encargaría de todo y debía de confiar en el, pero la angustia no le permitía calmarse y hacía que el tiempo transcurriera mucho más lento.
De repente, la puerta se abrió de un portazo, y pensando que el que entraba era el abogado, se relajó. Pero no era así, entró el gemelo de su amor, Akaito. Levantó un puño y le dio un fortísimo golpe a Kamui justo en la boca del estómago.
Acto seguido, entró corriendo Teto a abrazarlo por detrás y alejándolo un poco, intentando calmarlo. Gakupo sabía que era obvio que el pelirrojo se comportara así, y no le reprochó nada al respecto. Solamente se disculpó con el poco aire que le quedaba y las escasas fuerzas que todavía tenía su cuerpo.
-Perdóname, Akaito...-
-¡No te atrevas a dirigirme la palabra! ¡¡POR TU CULPA MI HERMANO ESTÁ EN UN MALDITO Y ASQUEROSO COMA, MALDITA SEA!!-

Un coma... No, no podía ser posible...

jueves, 5 de diciembre de 2013

Gakupo x Kaito. Nuestra Aventura. Capítulo 19.

NDA: Aquí retomo desde el capítulo 17.
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-¿Y cómo podrías saber tu eso?- preguntó con genuina curiosidad y genuino temor.
-Uno de los detectives que lleva el caso: VY1 Mizki. Es una amiga muy cercana y me ha contado porque le he estado insistiendo en que me mantenga al tanto de lo que pasaba con el responsable de que te encuentres así. En fin, sólo quería advertirte. Yo me voy de la ciudad, porque tal vez venga a por mi igualmente. Ten cuidado.- dijo la pelirrosa, y salió por la puerta.
Gakupo no sabía si creerle o no a Luka, pero algo era seguro:  Kaito de verdad lo había apuñalado. Todo el mundo lo había visto.
¿Pero cómo podía ser posible? Después de conocerse... o de creer que lo hacían. El samurai le había confiado su vida, sus secretos... los más sutiles y los más perversos. Y Kaito a él. ¿Todo se fue a la mierda? ¿Acaso nada importó? Su vida fuera de Edo se basaba en una mentira verdadera y una verdad fabricada.
Pero la realidad era así, no tenía idea de quién era ese hombre, que todo lo que habían pasado juntos era una asquerosa farsa y el, con lo desconfiado que siempre fue cayó justo en la trampa de alguien desquiciado.
¿Y los sentimientos que tenía por el azulado? Nunca antes se había enamorado, y cuando lo hizo, sentía que podía dar todo su mundo, su vida y su alma por aquella persona. Pero ya bien se dice que del amor al odio hay un paso.
Ahora, Gakupo odiaba a Kaito. Odiaba la mera idea de pensar en el, de amarlo, de necesitarlo; repudiaba su recuerdo que sólo traía dolor y sufrimiento. Y ahora que había salido de cualquier problema legal casi intacto... Kamui sabía que tendría que irse el también de la ciudad. Hiyama Kiyoteru, que era el abogado de todos, era bueno. Muy bueno. Tanto que había logrado que Kaito saliera caminando, sin represalias.
"Lo amo. Pero cuando esté recuperado, y lo vuelva a ver... lo voy a matar. Hay un límite de cuanto uno puede burlarse de alguien."
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Después de que la Doctora Ritsu les asegurara que Gakupo se encontraba sano y salvo, empezó la acción.
Mizki había recibido órdenes de bloquear todo acceso a la planta baja. Pero no podía dejar a Yüma solo... sí, claro, los Operaciones Especiales se encontraban dándole apoyo, pero no podía permanecer tranquila.
Ella siempre lo había querido, pero sabía que Yüma tenía los sentimientos puestos en alguien más... nunca lo demostraba, ni hablaba de eso, pero sin embargo ella lo sabía.
No tenía ninguna intención de averiguar quien era. Pero se había hecho la promesa de nunca dejarlo solo. Estaría ahí para brindarle todo lo que ella podía ofrecerle, y el podía aceptarle.
-Voy a bajar.-
-Mizki, no lo hagas, los OPS ya están cubriéndolo.-
-Kiyoteru, no espero que entiendas la preocupación que siento por el...-
-En realidad, si lo hago.-
-¿Cómo?- dijo VY1 confundida por la respuesta del abogado.
-No importa, pero si vas a bajar, iré contigo.-
-¡Yo iré igual! Tengo que intentar hablar con ella...- dijo Kaito.
-Si van a bajar conmigo, y las cosas se tornan violentas, no podré responder por ustedes. ¿Están conscientes de eso?-
Ambos hombres asintieron, y se dirigieron al elevador, directo al primer piso. Bajarían a la planta baja por las escaleras para que no pudieran ser notados cuando el ascensor se abriera.
Llegaron, fueron a las escaleras y bajaron. Mizki ya tenía a Luka a la vista, pero se cubrió de nuevo con la pared. No sabía cómo proceder, pero el tiempo se le agotaba...
Pero reaccionó cuando escuchó de los labios de Yüma:
-Primero muerto.-
-Vale, me funciona.- Luka disparó el arma, y Yüma cayó, azotando fuertemente su cuerpo contra el suelo.
-¡NO!- gritó Kiyoteru y se abalanzó sobre el cuerpo caído del comandante, esquivando a la pelirrosa. Ella se desconcertó un poco y volteó hacia donde se estaban refugiando Mizki y Kaito.

VY1 dio la orden de que los OPS retrocedieran y cuando obedecieron, el azulado salió, temeroso pero seguro.
-¿Por qué has hecho todo esto? ¿Qué mal te causamos nosotros? ¿Y el?- diciendo lo último, señaló a Yüma, caído mientras Hiyama trataba inútilmente de reanimarlo. Luka ahora le apuntaba, pero Mizki aún no desenfundaba.
-¡¿Cómo te atreves a preguntarme tal cosa?! Me quitaron lo que era mío... ¡¡MÍO!!. Era un crimen que no quedaría impune... la ley no tiene jurisdicción en este tipo de cosas, sobre quién pertenece a quién. No podía recurrir a nadie, así que tuve que hacer justicia por mi mano. ¡Te lo merecías! ¡Y Gakupo también! Incluso él por intentar detenerme en lo que era justo. ¡¡Gakupo es mío!!.- gritaba con un semblante macabro. -Y ahora, ya que ni siquiera pudiste matarlo, lo haré yo. Pero primero, voy a acabar contigo.-
Kaito casi moría de miedo, pero no iba a mostrarle su temor. Así que se paró firme y dijo.
-Vamos, maldita loca.-

Luka enfureció y justo cuando estaba por jalar del gatillo, Mizki sacó su arma y con puntería perfecta, la bala que salió de la pistola hizo una pequeña circunferencia en la frente de la pelirrosa, justo por en medio de los ojos.
Y ella cayó, con la boca abierta pero sin exhalar. Viendo sin mirar...
Kaito se fue de espaldas de la impresión, cayendo sobre sus cuartos traseros, pero ahora, VY1 y Kiyoteru seguían tratando de reanimar el detective caído.
-¿Sigue vivo?- preguntó Mizki.
-Así es, sólo no me atreví a decirlo enfrente de ella... La bala se detuvo en el chaleco, pero aún así el impacto fue real, así que sólo está desmayado por el golpe en la cabeza.-
Kiyoteru sintió un gran alivio cuando vio que la mujer le había disparado en el pecho y no en la cabeza... no podía permitirse perderlo, no de nuevo.
Después de un par de minutos y de varias palmadas por parte de VY1 y Hiyama, Yüma comenzó a abrir despacio los ojos.
-¿Yotu...?- preguntó algo atontado.
-¡Si! ¡Si, soy yo! ¿Estás bien?-
Yüma no se molestó en contestar, elevó una de sus manos hacia el cabello de Kiyoteru y tomó impulso para darle un desesperado beso.
-Pensé que te perdería...- dijo VY2, y se abrazó fuertemente del cuello del abogado, quien no dudó en devolverle aquel hermoso abrazo.

Mizki sintió una punzada directo en el corazón... no sólo el enamorado de su amor imposible era hombre, sino que encima de todo, era su hermanastro. Pero eso venía en segundo plano ahora, porque ya podía confirmar que no tenía oportunidad alguna de poder estar con Yüma, y a decir verdad, nunca la tuvo. Como fuese, ahora no era momento de pensar en aquello, y habló por su radio a la comisaría:
-Central, aquí VY1. Necesitamos un transporte para la morgue, al hospital Allenworth.- dijo con un nudo en el estómago. No se sentía nada bien, porque aparte de que era la primera vez que disparaba a alguien (y no conforme con eso, para darle muerte) le habían roto el corazón.
::Recibido, VY1::

Kaito, por su parte, estaba algo consternado por estar a unos cuantos metros del cadáver de su antigua compañera de trabajo. No quería que nada de esto terminara así, el sólo quería ser feliz junto al hombre que amaba. No veía nada de malo o pecaminoso en eso, era un deseo sincero y su amor era puro.
Aún así, no podía dejar de lamentarse por la muerte de Luka, si era cierto que nunca se llevaron realmente bien, era una persona con ideales, Y ahora ya sólo era un cuerpo que eventualmente, empezaría a marchitarse.
Con pesar y unas cuantas lágrimas de dolor recorriendo sus mejillas, cerró los ojos de la pelirrosa con sus dedos y cubrió su cuerpo con su chaqueta. Pero al recargar su otra mano en el suelo, sintió una sensación húmeda. Al verse, rompió en llanto con cierto horror en la mirada, ya que ahora (y literalmente) la sangre de Luka estaba por sus manos y parte de las rodillas de sus pantalones.
-¡Lo lamento! ¡Yo de verdad, no quería que terminara así! No mueras... ¡¡¡No puedes morir, joder!!!- decía desesperado mientras abrazaba con dolor el cuerpo inmóvil de Luka.
Kiyoteru se acercó a el, y lo abrazó por detrás, lo alejó con mucha gentileza del cuerpo de la mujer, y lo llevó a las escaleras. Ahora que Yüma ya estaba consciente y el transporte para el cuerpo no tardaría en llegar él y Mizki se harían cargo de todo.

Hiyama sentó a un muy horrorizado Kaito en un escalón, y comenzó a tranquilizarlo un poco.
-¿Cómo superaste toda esa muerte y destrucción?- preguntó el azulado con la mirada perdida.
-¿A qué te refieres?-
-Te vi en las noticias hace unos años, tu y Yüma disolvieron el clan yakuza más peligroso de la ciudad, pero cuando fue el juicio, Yowane Haku y sus matones hicieron una masacre en la sala. ¿Cómo superaste esas escenas tan... terribles e inhumanas?- Yotu comprendió de lo que hablaba, y contestó amablemente.
-Verás, obviamente, que no pude haber superado todas aquellas sórdidas imágenes yo sólo. Ni Yüma tampoco podría, pero lo que nos ayudó, fue que nos teníamos uno al otro. Ya viste que no sólo somos hermanastros o simples amigos, sino que es el amor de mi vida y yo el suyo. A lo que quiero llegar, Kaito, es que si tienes a alguien al que puedas confiarle hasta tu vida, lo demás no importa. Ama como si no hubiera un mañana, y deja que te amen. Es lo mejor que te puedo decir, así el y yo hemos vivido este tiempo, y hemos superado todos los obstáculos que se nos han presentado... juntos.- dijo con una sonrisa.
-Juntos... tienes razón. Ahora más que nunca, veo que mi destino es estar con el para siempre... ¡Juntos!- gritó el azulado, se levantó y subió las escaleras con una sonrisa en los labios, dispuesto a ver a su amado y decirle cuanto lo amaba.

Subió al quinto piso, empujando a quien fuera que se interpusiera entre el y la habitación 502; le gritaban algunos "¡Cuidado, Shion! ¡Ve más lento, Shion!" pero el hacía caso omiso.
Entró desesperadamente a la habitación, pero la cama estaba vacía...
-¿Gakupo...?- De repente, todo se tornó negro.
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Gakupo seguía pensando en las palabras de Luka, y en la amenaza que había prometido hacía aquel que robó y destrozó (e incluso, literalmente apuñaló) cruelmente su corazón. Ritsu entró, revisó la intravenosa de medicamento, y después se dirigió al samurai.
-¿Estás bien, Gakupo?-
-Sí, Doctora...-
-No me refiero a que si te sientes bien, eso lo puedo saber con los análisis, me refiero a ti... ¿Estás bien?-
Claro que no, no estaba bien. Eso era más que obvio, nadie sabía de la relación que tenía con Kaito (sólo Gumi, y ella había prometido mantenerlo en secreto), pero aunque el de azul y el, fuesen perfectos desconocidos, lo habían apuñalado de igual manera.
Se daba cuenta de la maldad que había en el mundo en general, una maldad que pensaba haber dejado tras su partida de Edo; sin embargo estaba presente en todo y en todos.
-Creo que lo superaré, de todos modos, a esto me enfrentaba a diario hace algunos años. Sólo que nunca fui tan descuidado como ahora, y cuando me hería, sólo me cosían la piel y ya.- decía mientras miraba las agujas que le atravesaban las muñecas para suministrarle los antibióticos y analgésicos.
-Si necesitas ayuda, o alguien que sólo te escuche, háblame.-
-Gracias, Ritsu.-
Cuando ella salió de la habitación, escuchaba cómo decía en un tono algo bajo "Está bien, te lo aseguro." así como otra voz femenina, distinta a cualquiera que antes hubiera escuchado, le agradecía.
¿Qué pasaba? ¿Quién preguntaba por el? No era ninguna de las chicas que conociera.

Pasaron algunos minutos, y comenzó a escuchar jaleo. No le dio mucha importancia hasta que escuchó un disparo (o mejor dicho, el primer disparo), y escuchó como alguien gritaba un profundo y desesperado "No".
Decidió esperar un poco, y sonó el segundo disparo.
"Maldita sea, Luka tenía razón. Ya vino a matarnos a los dos, espero que ella haya salido a tiempo de aquí... ¡Por favor, que siga viva!" pensaba con mucha angustia. Se levantó de la camilla, con cuidado de no esforzarse demasiado como para reabrir su herida en el pecho, tomó el perchero donde se encontraba colgado el medicamento y se colocó a un lado de la puerta. Si bien se encontraba débil, Kaito no lo iba matar así de fácil, iba a pelear hasta que no le quedara un soplo de vida. No le enorgullecía su linaje de violencia, pero Kamui era y Kamui sería. Luchar hasta morir.
Al cabo de algunos minutos, "¡Cuidado, Shion! ¡Ve más lento, Shion!" escuchaba, y sabía que su enamorado, y némesis a la vez, ya iba a por el.
La puerta se abrió, y Kaito respiraba agitadamente... tenía la ropa y las manos llenas de sangre, en incluso algunas gotas en la cara.
-¿Gakupo...?- El samurai tenía la sangre hirviendo y el corazón latiendo a mil. ¿A quién se había cargado para poder llegar hasta a es? De verdad esperaba que Luka estuviera bien.
Con el perchero en sus manos le dio un fortísimo golpe en la nuca, lo suficientemente fuerte como para que cayera desmayado. Tomó la sábana que estaba en la cama, e improvisó una cuerda con la cual amarró al azulado a una pata de una mesa que estaba atornillada al piso, y así no pudiera escapar.
Sus ganas de matarlo iban creciendo a medida que el tiempo pasaba, pero antes tenía preguntas que hacerle a Kaito; y esas preguntas necesitaban respuestas.
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Todo se veía borroso, su vista falseaba un poco, pero después todo se aclaró. Tenía mucho dolor de cabeza, y recordaba haber entrado a la habitación para hablar con Gakupo, pero no vio a nadie; y a partir de ahí, sólo era oscuridad. Kaito ya no recordaba más.
Quiso levantarse, pero no pudo. Algo lo mantenía pegado al suelo e inmóvil. Estaba atado a una mesa atornillada con una sábana.
-¿Pero qué pasa?- se preguntó con desesperación.
-¿Así que ya despiertas, maldita serpiente?-
-¿Gakupo?-

jueves, 21 de noviembre de 2013

Gakupo x Kaito. Nuestra Aventura. Capítulo 18.

NDA: Este capítulo va a ser un One Shot. Voy a explicar aquí la relación que llevan Hiyama Kiyoteru y VY2 Yüma. (Y va a ser muuuy largo xD)
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Me vi reflejado en aquellos ojos verdes... y entonces supe que era el. Él y nadie más.
Mi nombre es Kiyoteru, y cuando lo conocí, teníamos la inocente edad de nueve años.

Mi padre era abogado, mi mamá murió cuando yo nací, así que realmente nunca la conocí. Mi papá siempre trató de darme lo que necesitaba, pero por lo mismo casi nunca pasé tiempo con el, así que podría decirse que crecí solo... Bueno, solo no, pero sin el muy presente en mi vida.
Cuando cumplí los ocho años y medio nos mudamos a un lindo vecindario, calles limpias, vecinos agradables. De hecho, vivíamos junto a la casa del comandante de la policía de la ciudad.
Así que teníamos la sensación de seguridad.

Cuando por fin comenzó el ciclo escolar, evidentemente me encontraba nervioso. Intentas que no te importe demasiado, pero siempre buscas aceptación social de algún modo. Así que haciendo toda inseguridad de lado subí al autobús, donde todos los lugares se encontraban ocupados, a excepción de uno hasta el fondo.
Me senté ahí y comencé a observar. Todos los demás niños se apretujaban acosando a un muchacho de mi edad, y aparentemente de mi curso. No supe en ése momento porqué le armaban a aquel chico tal jaleo, sino hasta en la hora del almuerzo en el comedor.
Los niños se volvieron a juntar alrededor de aquel muchacho, tenía los ojos verdes más intensos que jamás hubiera visto, cabello brillosamente rosado y la expresión más fuerte y firme como para pertenecer a un niño de mi edad.
Resultó que su padre era el comandante de la policía, así que me enteré indirectamente, que era mi vecino.

Como era de esperarse, el era muy popular y raramente lo dejaban solo. Pero aún así, sus ojos intensos revelaban mucha soledad. Que sus "amigos" sólo estaban con el por mera conveniencia.
Pasaron algunos meses y aunque me moría por hablarle, la multitud siempre me echaba del lugar. Fue sino hasta un día que regresábamos a nuestras casas en el autobús, que pude acercarme, mientras el se dirigía a su puerta.
-¡Hola! ¿Te llamas Yüma, cierto?- me miró con incredulidad, incluso con cierta inseguridad, pero me respondió con otra pregunta.
-¿Quién eres tu?-
-Me llamo Kiyoteru, pero aveces me llaman Yotu. Soy de tu curso y tu vecino... espero algún día ser tu amigo.-
-Yo no tengo amigos.- dijo mientras me daba la espalda y cerraba la puerta de su hogar en mis narices.

Normalmente eso me hubiera bastado para terminar con mis intentos de ser su amigo, pero había algo en esos ojos, algo que no pude dejar pasar.
Tenía que estar a su lado para apoyarlo, llámenlo como quieran, pero no podía abandonarlo. A pesar de estar todo el tiempo rodeado de personas y ser el más popular, estaba en una constante soledad.
Me dí la vuelta, dispuesto a volver a mi casa, pero la puerta que se me había cerrado en la cara volvió a abrirse, y se asomó con inseguridad aquel muchacho.
-¿Quieres pasar? Mamá cocinó estofado de pollo...- me preguntó cabizbajo, pero el inseguro ahora era yo.
-¿De verdad quieres que pase?-
-¿Tienes otra cosa que hacer?- me pareció ver un brote de desilusión.
-No, para nada, pero acabas de...-
-Lo siento, no quise ofenderte. Sólo... lo siento.-
-De acuerdo.- sonreí y me acerqué a el. Entonces abrió la puerta aún más para que pudiera pasar.

Su casa era muy parecida a la mía, nada muy extravagante. Lo único que me llamó la atención era que en el centro de la sala, justo por encima de la chimenea, había un retrato muy grande de un señor no muy viejo. pero tampoco tan joven. De cabello rosado igualmente y los ojos verdes también, pero inexpresivo, en extremo.
Me quedé admirando la pintura y Yüma empezó a explicarme.
-El es Hanasaki Yümiya. Mi abuelo. El era comandante de la policía, como mi padre... y algún día yo igual lo seré. ¿Y tus padres, Yotu?-
-Mi padre es abogado, y yo también quiero serlo algún día. Mi madre murió cuando yo nací.-
-Lo lamento...-
-No importa, no puedo lamentar a una persona que nunca conocí, aunque me hubiera gustado crecer con mi mamá. Papá dice que la vida te pone ciertas pruebas para probarte, y que si las superamos, podemos hacernos llamar hombres de valor.-
-Eso suena muy bien cuando lo dices.-
-Amo a papá, aunque rara vez lo veo, trabaja todo el día... Por cierto ¿porqué dices que no tienes amigos? Te veo con muchos siempre.-
-Te explicaré eso después de comer, ven.-

Después de haber comido, nos dirigimos a su cuarto a jugar videojuegos. Mi padre no llegaría sino hasta en la noche, así que todavía tenía tiempo de sobra.
-Verás, como mi padre es policía todos quieren que les de visto bueno para favores, así que por eso estoy rodeado constantemente de personas hipócritas.-
-Entiendo, pero debes de saber que yo de verdad quiero ser tu amigo.-
-¿Y por qué?- esta vez me miró muy serio. Había en sus ojos un reflejo desafiante, así que tenía que cuidar mis siguientes palabras.
-Porque... de verdad así lo siento.- no salieron más palabras que aquellas. Era lo único que tenía para decir.
-De acuerdo.- me dijo en un tono más amable y sincero.
Dejamos la tarde ahí y yo regresé a casa, tenía muchas ganas de contarle a papá lo que había sucedido ese día, pero como siempre, llegó muy cansado, me dio un beso en la frente y sin quitarse de encima el traje se durmió sobre la cama. Sólo le quité los zapatos, le dí otro beso en la mejilla y lo arropé con las sábanas.
-Gracias, papá.-

Así fueron los siguientes tres años, Yüma y yo siendo muy amigos, nuestros padres dejando el alma en el trabajo y divirtiéndonos y conociéndonos cada vez más después de la escuela.
Todo era muy tranquilo, una rutina muy linda y divertida. Hasta que un día pasó lo inimaginable, algo que cambiaría nuestras vidas, pero la suya sobre todo.
El narcotráfico de la ciudad estaba en ascenso, y por supuesto, el jefe de la policía tenía los ojos bien puestos en eso. Nunca supe muy bien qué pasaba con ese asunto, pero de lo que si me enteré bien, era de que el padre de Yüma, Hanasaki Yümio, tenía en su poder pruebas irrefutables del manejo y comercio ilícito de sustancias adictivas en contra de la líder del clan yakuza Yowane... pruebas que manejaba de forma confidencial. Al menos eso memoricé de lo que tanto repetía mi padre (Que trabajaba en la fiscalía del ayuntamiento. No trabajaba en el caso, pero su superior era el responsable).
Las pruebas nunca se revelaron.
El día en que enjuiciaban las actividades ilícitas de Yowane Haku, el jefe Hanasaki no apareció, a pesar de haber salido de su casa la mañana de aquel día.
Pasaron nueve días sin que nadie supiera nada del jefe, la madre de Yüma y él mismo, se encontraban desesperados, sin saber nada acerca de su familia. Hasta que el décimo día, un oficial llamó a su puerta. Yo observaba todo desde mi ventana, ya que mi amigo no quería salir ni hablar con nadie hasta que no supiera de su padre, así que cuando la madre de Yüma atendió y éste se quitó la gorra para hacer una reverencia con un semblante triste... ella supo que el jefe Yümio ya no volvería.

Por falta de pruebas en contra de la líder yakuza Yowane Haku, fue absuelta de todos los cargos. Aunque todo mundo sabía que ella era el cerebro detrás de la violencia, las adicciones y las muertes de muchas personas, no había evidencia de que ella fuera la responsable.
Mi padre y yo fuimos al funeral del jefe. Recuerdo que Yüma no me dirigió ni la palabra ni la mirada aquel día, pero me sostuvo fuertemente de la mano mientras lloraba con ahogo, y con su otra mano, sostenía a su madre. Ella le acarició la cabeza y miró hacia el cielo, como despidiéndose de su difunto esposo, pero sin derramar una lágrima.
Se dio lugar a la lectura de testamento, y ahí decía que el jefe había dejado un paquete para Yüma. Que era su deber abrirlo en cuanto cumpliera la mayoría de edad, así que por mientras, aquel maletín lo iba a guardar el mejor amigo de Hanasaki Yümio: su asesor legal y un hombre de su entera confianza. Nadie sabía su nombre, pero le llamaban "Big Al".
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Tres años pasaron desde aquel evento, nosotros estábamos en la cumbre de la adolescencia y nuestros padres (su madre y mi padre) decidieron casarse. Nunca supe en qué momento empezaron a salir, pero la madre de Yüma siempre fue muy cariñosa conmigo, y mi padre y mi nuevo hermanastro parecían tolerarse bastante bien.
Así que continuamos nuestra vida escolar, siendo los mejores amigos y ahora hermanos. Pero nunca voy a olvidar aquel día especial, en que unos amigos del instituto nos invitaron a tomar unos tragos.
Si, claro, apenas éramos unos chavales, pero queríamos sentir aquella adrenalina de portarnos como chicos malos. Así que ése día después de la jornada escolar, avisamos en nuestra casa que no regresaríamos sino hasta en la noche por un "proyecto de último momento".
Llegamos a casa de un amigo nuestro, toda la escuela sabía que en la casa de Utatane Piko se hacían las mejores fiestas de la colonia. Y así era, sus padres casi nunca estaban y trataban de compensarlo siendo extremadamente permisivos con el. Así que por motivo de su decimoséptimo cumpleaños, nos invitó incluso a nosotros (que para entonces, éramos dos años menor que el y el resto de sus amigos).

La música sonaba por lo alto, chicos bailando y emborrachándose por doquier, las mujeres enseñando sus atributos... y nosotros sólo viendo. Piko se nos acercó (evidentemente ebrio) con un par de cervezas, Yüma tomó la suya y se volteó a hablar con una chica... creo que su nombre era Mizki. Ella era un año mayor que nosotros, pero todo el mundo sabía que estaba enamorada de mi hermanastro.
No supe porqué. pero pude sentir una pequeña punzada en el estómago cuando ella le acarició la mejilla... Yo me volví molesto a hablar con Piko y a aceptarle la cerveza que me tendía, pero en vez de eso, alejó la botella de mi y me susurró al oído "Acércate."
Por simple instinto o curiosidad, no sé bien cuál de ellas fue, obedecí. Me tomó por la cintura y me abrazó, con su otra mano tomó la botella de cerveza y la acercó a mis labios. La bebida pasaba por mi boca con mucha gentileza, y se sentían bien sus atenciones... pero algo no estaba bien.
-No la tomes toda, tienes que compartir.-
No entendí a qué se refería, pero empecé a tener una idea de lo que hablaba cuando devoraba mis labios frenéticamente. Quise liberarme del abrazo y del beso, pero nunca fui muy fuerte y en cambio el era un atleta (Mariscal de campo del equipo de fútbol americano de la escuela).
-Piko... espera... detente.-
-Vamos, Yotu: lo deseas. El cuarto de mis padres es caliente y hace frío... ¿Por qué no me das un masaje?-
-P-pero yo...-
-¿Me vas a decir que es tu primera vez?- no supe qué contestarle. Sólo me quedé helado y pensando... realmente sería mi primera vez. Ni siquiera había dado mi primer beso oficial (por supuesto que el que acababa de recibir no contaba), incluso había una chica en el colegio que me gustaba, pero no me atraía sexualmente ni nada. Creo que sólo era mi mejor amiga.

Sólo había una persona que podía hacerme sentir verdaderamente especial, y era el... mi hermanastro.
Desde ciertos puntos de vista, podría considerarse enfermizo puesto que somos hombres y "hermanos" sobre todo, pero aunque no quería reconocerlo, Yüma es mi primer amor, primero y único.
-¡¿Qué demonios estás haciendo con mi hermano?! ¡Suéltalo!- gritó el y al mismo tiempo retiraba el aprehensivo brazo de Piko de mi alrededor.
-Tranquilízate, viejo... No le haré nada al pequeñín. Puedo acostarme con quien yo quiera por menos de esto.- se giró y se fue riendo con sus amigos, igualmente ebrios.
Yüma dejó a la chica hablando sola, me tomó del brazo y me dirigió a una de las habitaciones de la casa de Utatane. Había unos chicos besándose ahí, pero la mirada tan gélida de mi hermanastro los ahuyentó. Habiéndose marchado, cerró la puerta con seguro, dejó la cerveza sobre una de las mesas de noche y me abrazó fuertemente, después de algunos minutos de silencio, me dijo:
-¿Sabes? Mañana se cumplen tres años desde que mi padre murió...-
-Lo siento, Yüma.-
-Desde aquella vez en la que me hablaste, he dejado de sentirme solo... Y no sé porque no puedo si quiera tolerar la idea de que alguien te toque.-
-Déjalo así, está ebrio...-
-No sólo es eso, sino que... no quiero que nadie te toque mas que yo. Lo sé, sueno como una novia celosa, pero me repugna la idea de que estés con alguien más, sea hombre o mujer. Y lo que voy a hacer a continuación, tienes todo el derecho de golpearme y no volverme a hablar jamás...-
-¿Pero de qué hablas?-
-Hablo de que te quiero sólo para mi, Yotu.- y fue justo cuando sus hermosos y rosados labios se unieron a los míos, mientras deslizaba sus dedos entre mi castaño cabello, desaliñándolo por completo. Yo solo llevé mi mano junto a la suya y la tomé.
-¿Quiere decir que no te repugno?- me preguntó algo temeroso.
-Creo que esperabas que te rechazara, y que te dijera que lo que hacemos es enfermo...-
-Si, era remotamente cerca de lo que esperaba...-
-Pero lo que no sabes, es que yo ansío esto. No podré ser muy brillante, o experimentado... o nada. Pero sé que lo que siento por ti es más que un amor de amigos o fraternal. Lo supe desde el primer momento en el que te vi, a pesar de que sólo éramos unos niños.-

Yüma, abrió los ojos tanto como pudo, se sentó al filo de la cama y me miró detenidamente. Yo me senté junto a el y tomó mi mano.
-Por más que odie esto, tenemos que mantenerlo en secreto...-
-Lo sé, nadie puede saber. Por lo menos no ahora, y como creo que van a ser las cosas, no tan pronto.-
-Pero yo sé que algún día podremos ser libres... pero promete que me esperarás.-
-¿Esperar qué?-
-Cuando cumpla la mayoría de edad, Big Al me va a dar el maletín que dejó mi padre. Yo sé que lo dejó por algún motivo, y quiero dedicar todas mis fuerzas a eso. Por eso necesito que me digas que me esperarás, a que termine lo que mi padre dejó pendiente.-
-Lo haré, te lo prometo.-
Después de hacerle esa promesa, volví a unir mis labios a los suyos. Ahora que me había confesado sus sentimientos y yo a el, no planeaba dejarlo ir por un segundo. Sería hasta aquel momento en el que pusiera su vida en el paquete de Big Al, que me resignaría a esperarlo el tiempo que fuera necesario.
Creo que en ese momento, todas nuestras emociones y sentimientos empezaron a brotar por cada poro de nuestra piel, y nuestra corta vida se hizo más larga en ese momento.
Ambos nos despedimos de nuestra virginidad ese día, en la cama de Piko... y no podríamos haber estado más felices por ello.
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Sabía que el momento era inevitable. No había nada que pudiera hacer para convencerlo de lo contrario, así que ni lo intenté...
Cumplimos los dieciocho años, y fuimos a la universidad. Yo fui becado a una de las mejores universidades del país a comenzar mis estudios en derecho y abogacía, y Yüma a la Academia de Policía Estatal, justo como su padre y su abuelo.
Antes de partir a nuestros respectivos destinos nos hicimos la promesa de no estar con nadie, aunque fueran algunos años, no estaríamos con absolutamente nadie más (claro que lo vería una semana o dos cuando fuera navidad y vacaciones). Eso y que nos enviaríamos correos electrónicos cada semana.
Una vez instalado en mi cuarto, dentro de la universidad, me llegó su primera carta:

"Yotu,
Espero que ya hayas desempacado todo y hayas conocido a tus compañeros de cuarto. La verdad es que estoy muy preocupado por ti, ya que no quiero que te pase nada o que se propasen contigo.
Como sea, cualquier cosa que te incomoda, házmelo saber de inmediato, por favor.
Por mi parte, ya estoy bien instalado en la academia. Resulta que algunos de mis compañeros de la primaria también están inscritos en mi curso, y uno de ellos es mi compañero de cuarto.
Te escribo más bien con motivo de platicarte algo que tiene un tanto intranquilo. Ayer me encontré con Big Al en la oficina del rector. ¿Recuerdas que cuando cumpliera la mayoría de edad, el tendría que darme un maletín que dejó mi padre antes de desaparecer? Me prometió que me lo daría una vez que me graduara, porque considera que es prematuro dármelo ahora. Confío en su juicio porque mi padre lo hacía... después de todo eran mejores amigos por algo.
Así que me esforzaré en graduarme lo más rápido posible. He consultado este tema con el rector de la academia y dice que puedo graduarme en dos años en vez de cuatro si tomo los cursos de ambos turnos. Estoy consciente de que va a ser muy demandante, pero tengo que lograrlo. Sé que puedo hacerlo.
Aún así, encontraré el tiempo necesario para escribir y leer las cartas electrónicas que nos prometimos. Mi carta cada semana no faltará.
Sólo llevo un poco más de una semana sin verte y te extraño demasiado, Kiyoteru... pero la próxima vez que te vea será hasta las fiestas, la verdad es que por una parte no quiero nada de esto, porque no quiero estar alejado de ti, pero debo de terminar esto.
Hay una cosa que nunca te dije... el día en que me enteré que mi padre había muerto le juré a mi madre y a mi mismo que cuando llegara el momento, iría tras Yowane Haku y la haría pagar no sólo por mi padre, sino por todas las personas a las que dañó. Nunca te mencioné esto porque sabía que te preocuparías mucho, pero yo sé que me comprendes y que tu harías lo mismo. Así que lamento haberte ocultado eso.
Te escribiré sin falta la próxima semana.
Te ama,
Yüma."

Le respondí, diciéndole que lo apoyaba en la decisión que tomara, y que yo también lo amaba. Que le informaría de lo que sea que pasara y que se cuidara, ya que yo haría lo mismo. Que sabía yo también que lograría terminar el entrenamiento policial en dos años. Confiaba en eso.
Pero en realidad, me encontraba destrozado por dentro... estaba muerto de miedo. Yowane Haku, la yakuza mas temible de nuestra época había prácticamente reducido a nada el cuerpo del jefe Hanasaki Yümio. Identificaron su cuerpo incinerado por una huella dactilar de su mano derecha.
¿Y si mi hermanastro (que también es mi único y primer amor) terminaba igual? No quería si quiera pensarlo, pero no podía evitarlo.
Mi carrera tendría una duración de tres años y medio, pero con mi conocimiento previo en leyes, gracias a mi padre, yo también podría acabar en dos años. Y así, si Yüma planeaba arriesgarse buscando a Yowane Haku, no lo haría sólo. Tendría a su lado a un abogado dispuesto en convertirse en militar por él.
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Gracias a un esfuerzo sobrehumano por parte de los dos, logramos terminar nuestras respectivas carreras en dos años (y curiosamente, casi al mismo tiempo nos graduamos).
Yüma se graduó como Detective (le dieron un arma y su placa "VY2"), pasando directamente al ayuntamiento de la ciudad, y yo como Abogado con especialidad en derecho penal. Planeaba entrar a la fiscalía, al igual que mi progenitor, pero se me presentó una oportunidad un tanto más lucrativa.
Mis profesores, encantados de mi manera de aprender y aprobar, me recomendaron a un tal Señor Fujimori. Estaba involucrado de alguna manera al mundo del espectáculo, pero dejé esa oferta pendiente hasta que el asunto de la yakuza se solucionara.

Yüma y yo nos encontrábamos en el despacho de Big Al, ya que ahora que ambos estábamos graduados, podía darle el maletín. Yo sólo me encontraba ahí como abogado de mi hermanastro, sólo para formalizar la entrega del paquete y terminar con el asunto legal del testamento del Jefe Yümio; así que una vez terminadas las formalidades administrativas, Big Al nos dio el visto bueno para abrir el maletín. Pero antes de que pudiera llevar la mano al paquete, nos detuvo.
-Esperen.-
-Al, llevo ocho años esperando.- dijo Yüma.
-Y podrás esperar un poco más. Necesito decirte algo importante antes de que abras ese maletín... El día en que tu padre desapareció, justo el día del juicio en contra de Yowane, no fue una coincidencia.-
-¡Explícate!- gritó mi hermanastro y se puso de pie.
-Lo que tienes ahí- dijo señalando el maletín- son las pruebas en contra de Yowane Haku. Las mismas que tu padre iba a presentar el día en que desapareció... La noche anterior, Haku lo contactó. Le dijo que si el presentaba esas pruebas, tu madre y tu morirían entonces; le ordenó que se entregara a sus hombres junto con las pruebas que tenía en contra de ella. Prácticamente, le exigió su vida a cambio de la seguridad de ustedes dos. Pero Yümio no iba a dejar las cosas así, así que tomó todas las pruebas que tenía: Documentos, fotos, grabaciones y demás, y sacó una réplica exacta de absolutamente todo, guardando los originales en este maletín. Así fue con Yowane, le presentó lo que ella quería ver y cerraron el trato. Su vida, a cambio de la seguridad de las suyas...-
Yüma estaba temblando, tenía los ojos desorbitados, el peso le ganó y cayó en el sillón sin creer lo que escuchaba... su padre se había sacrificado para salvarlos. Pero el jefe era inteligente. Engañó a la yakuza, haciéndole creer que tenía las pruebas originales en su poder. Fue cuando me atreví a hablar.
-¿Eso significa que con esas pruebas, Yüma podría llevar a juicio a Yowane? ¿Eso es lo que quería el jefe? ¿Por eso tenías que darle el maletín a Yüma cuando cumpliera la mayoría de edad?-
-Así es. Pero no lo hice en ese momento, porque quería que primero se graduara Detective y trabajara el caso en el ayuntamiento con ayuda de la fiscalía. Pero sino mal recuerdo, tu te graduaste como mejor de tu generación en derecho penal, así que podrías asistirlo en todo el procedimiento... Pero eso implica arriesgar su propia vida, y tal vez la de sus padres de igual manera.-
-¡No! ¡Esta vez esa perra no se va a salir con la suya! Esta vez... ¡¡Va a pagar todo!!- gritó mi hermanastro, tomándome de la mano fuertemente. Justo como aquel día, en el funeral de su padre.
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Planeamos todo pulcramente. Saliendo del despacho de Big Al, fuimos a casa de nuestros padres y les explicamos la situación. Les dijimos que debían irse, que se debían de ocultar hasta que todo pasara. Al les reservó un vuelo a Mombasa para esa misma noche. Obviamente, la madre de Yúma se opuso al principio, la noticia la golpeó igual de fuerte a ella, así que quería estar en todo momento junto a su hijo, pero pudo ver toda la ira a través de los ojos de mi hermanastro y comprendió que esto era algo que tenía que hacer el solo.
Empacaron rápidamente todo y les explicamos que una vez llegando a Kenya, tendrían que usar nombres falsos y sólo dinero en efectivo. Big Al contactó a Protección a Testigos y les proporcionaron identidades temporales en sus pasaportes y visas. No había manera posible que Yowane Haku pudiera localizarlos, y así nosotros no tendríamos talón de Aquiles. Nos despedimos de ellos en el aeropuerto, fue un momento muy sentimental para todos, porque sabíamos muy bien que tal vez esa fuera la última vez que nos viéramos si las cosas salían mal.

Al día siguiente, empezamos todo formalmente. Los cargos fueron hechos y se citó nuevamente a la yakuza a declarar.
Entramos a la sala donde se iba a juzgar a Yowane, Yüma presentando las pruebas y yo en representación de la fiscalía. Había reporteros por todos lados, claro que era noticia del siglo el segundo juicio por los mismos cargos de aquella mujer; ella estaba sentada en la mesa a nuestra izquierda, con la sonrisa más burlona del mundo. Estoy seguro que pensaba que no tendríamos nada en contra de ella, ya que las pruebas que ella había visto se habían quemado junto al cuerpo del jefe Yümio.
El abogado de aquella mujer se nos acercó y le tendió una nota a Yüma:
-Lo envía la señorita Yowane.-
La tomó y la abrió con curiosidad, para sólo maldecirla por lo bajo.
-Tenemos que destrozarla, Kiyoteru... Tenemos que hacerlo.- dijo y me tendió la nota a mi.
¡Maldita mujer! ¡Era el colmo del cinismo! La nota decía: "Te pareces mucho a tu padre."

El juicio comenzó y no demoramos mucho. Fui directo al grano exponiendo los actos macabros y faltos de humanidad de la mujer, los documentos tenían cuentas de transacciones ilícitas, las grabaciones tenían crudas imágenes de cómo se deleitaba mientras torturaban a las personas frente a ella, entre otras cosas. El jurado no dudó en declararla culpable y sentenciarla a cadena perpetua.
Cuando los oficiales se acercaron para arrestarla, ella gritó:
-No me van a detener... ¡Ahora!-
Y las personas que presenciaban el juicio desde atrás, se levantaron de sus asientos y sacaron de sus ropas pistolas para disparar a matar. Las personas se tiraban al suelo evitando los disparos, y unas caían porque los habían alcanzado. Policías entraron a la sala y comenzó un verdadero tiroteo. Yüma tiró la mesa que estaba delante nuestro, la aventó contra una esquina, me tomó del brazo y nos refugiamos detrás. El sacó su arma y la recargó.
-Yotu, por favor no mires.- me dijo mientras me daba un tierno beso.
Asomó la cabeza por encima de la mesa y empezó a disparar.  Empezaron a entrar más y más policías hasta que superaron en número a los matones. Haku se vio atrapada y sacó un revólver de entre su vestido. Yüma, desde nuestra posición le gritó:
-¡Suelta el arma y entrégate!-
-¡No me van a encerrar!- gritó y le apuntó a mi hermanastro. Yo estaba viendo todo desde un costado de la mesa.- Creo que Yümiya, Yümio y Yüma van a compartir tumba después de todo...-
La mujer disparó con mala puntería (afortunadamente) pero hirió a mi hermanastro en el hombro izquierdo. Lo siguiente que ocurrió me lo contó Yüma, ya que yo no recuerdo nada (me dijo el médico que entré en una especie de shock).
Me dijo que empecé a temblar y se me formó un semblante duro y hasta macabro, no lo dudo.... después de todo, la maldita lo había herido. Dijo que tomé la pistola y que le disparé directo en las manos, repetidas veces; tantas que prácticamente se las destruí. Actualmente vive en la prisión estatal femenil con muñones en vez de manos.

Ya después todo salió bien: a Yüma sólo le retiraron la bala y le cosieron la herida, nuestros padres se enamoraron de Kenya y decidieron vivir ahí permanentemente, todos los hombres de Yowane fueron aprisionados igualmente, disolvimos un peligroso clan yakuza y fuimos los héroes de la ciudad algunos meses. A el lo ascendieron de Detective, a Comandante con licencia de Detective en el departamento de Homicidios y a mi me contrató aquel Señor Fujimori para ser su asesor legar privado (con un sueldo bastante generoso) y como abogado de emergencia para los integrantes de su grupo musical "Vocaloid".

-Yotu...-
-¿Si, Yüma?-
-Gracias por todo.-
-Gracias por existir... Te amo.-
-Yo también te amo.-

lunes, 4 de noviembre de 2013

Gakupo x Kaito. Nuestra Aventura. Capítulo 17.

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... -Estuve leyendo los perfiles psicológicos de cada uno. me llamó la atención que tenía leves tendencias sociópatas. No me sorprendería que en un arranque de ira, se volviera totalmente instintiva y visceral, pero al mismo tiempo fría y calculadora.- Yüma se sorprendió de aquello y habló por su radio.- Aquí VY2, necesito refuerzos para arresto. Sujeto posiblemente armado y violento. Femenino, veinte años. Megurine Luka. Patio número dos, partimos en tres minutos.-
-¿Y Kaito?- preguntó el abogado.
-Mizki, lleva a Kiyoteru con Shion, y si lo desea, que vea los videos.-

Yüma se dirigió a su oficina, para tomar un chaleco protector (el cual colocó debajo de sus ropas), y su arma, por si se daba el caso de tener que responder con violencia. Una vez preparado, se dirigió al patio número dos, dónde dos patrullas y cuatro oficiales lo esperaban para brindarle el respaldo que necesitaba. Subió como copiloto de una de las patrullas y partieron al departamento de CV03.
El vehículo salió de la estación, con la sirena sonando por lo alto, había mucho tráfico, pero los automóviles iban abriendo paso como podían a las patrullas.
"Justo hoy tenía que ser el Festival de la nieve en Sapporo" pensó VY2. Las personas abrían paso a los oficiales, pero era un tanto tardado pasar, ya que el desfile adornaba toda la calle, inmovilizando la mayoría de la vialidad.
Después de algunos gritos al son de "Muévanse" y "A un lado", las autoridades consiguieron llegar al departamento de Luka, subieron el elevador y Yüma golpeó fuertemente la puerta.
-¡Señorita Megurine! ¡Abra la puerta! ¡Tenemos una orden de arresto!- al no haber respuesta, desenfundó el arma y dijo: -Procedan.-
Dos de los oficiales igualmente sacaron su pistola nueve milímetros y de una patada, lograron derribar la puerta.
Yüma entro con cautela, revisando cada lugar y afirmando que se encontraba despejado. Escuchaba el ruido de la televisión encendida, así que se dirigió al living muy cuidadosamente., pero pronto se dio cuenta de que todo el lugar estaba vacío. No había señales de Megurine por ninguna parte.
La televisión estaba en el canal siete, en las noticias de las doce. Tenía que ver aquello en algo, lo presentía. Pero una llamada de Mizki por radio lo sacó de sus pensamientos.
::Detective, aquí VY1... tenemos una situación::
-Aquí VY2 ¿Qué pasa?-
::Al parecer uno de los paramédicos que atendió a Kamui en Aszod, reveló anónimamente al canal siete su estado de salud. Gracias a que hemos mantenido confidencialmente el caso, no reveló más detalles::
-¿Al canal siete? ¿Cuándo transmitieron esta fuga de información?-
::Hace aproximadamente media hora:: Yüma sintió cómo cobraba sentido todo. Megurine se había enterado del estado de salud de Gakupo y ahora iba a terminar lo que había empezado. Debía detenerle.
-¡Todos! ¡A Allenworth! ¡¡PERO YA!!- dijo mientras se dirigía corriendo a la puerta. 
Los oficiales le siguieron, corriendo igualmente. Bajaron del piso y subieron nuevamente a las patrullas y sonando las sirenas, se dirigieron al hospital. ¡Pero vaya que había tráfico!
Yüma empezaba a sospechar que no llegaría a tiempo.
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Ése día, Luka se levantó muy temprano por la mañana, y recogió los restos de las ropas de Gakupo para guardarlas en bolsas de basura y dejarlas en el contenedor del edificio.
Estaba furiosa, pero satisfecha de lo que había provocado. No se arrepentía ni un poco. Se lo merecían aquellos dos, por negarle lo que era suyo por derecho.
Después de un rato de vagar en sus pensamientos, se dirigió a la cocina a preparar una taza de café. Un furioso café, a decir verdad. Cuando dio el primer sorbo se fue tranquilizando, el calor de aquella bebida recorriendo su cuerpo era como un suave bálsamo para su ira.
Pero sonó el teléfono, quebrantando su "paz interior".
-¡¿QUÉ?!- Contestó furiosa.
::¿Luka? ¡No lo vas a creer!!:: dijo Meiko feliz ::Prende el televisor en el canal siente::
-Meiko, odio ver el noticiero...-
::¡Hazme caso!:: expresó con emoción notoria y colgó el teléfono.
A Megurine le pareció extraño, así que por mera curiosidad obedeció. La conductora del noticiero era la prima de Hatsune Miku: Akita Neru. Recordaba vagamente que algunos meses atrás, Miku parloteaba tonterías de que su prima estaba haciendo todo lo posible para que su carrera periodística ascendiera, pero... ¿Qué diablos le hizo creer a Meiko que esto le interesaba?.
Estuvo apunto de apagar la televisión, molesta, pero fue algo que dijo Neru, lo que hizo que la pelirrosa pusiera atención:
"-... Y en otras noticias, el conocido cantante del grupo musical 'Vocaloid', Kamui Gakupo, sufrió un terrible accidente ayer en el castillo de Aszod. Al parecer, se estaban grabando los videoclips del nuevo proyecto musical del grupo, cuando una falla en la utilería lo dejó herido de gravedad. La información ha sido proporcionada anónimamente por uno de los paramédicos que atendió al señor Kamui. Hasta ahora sólo se nos dijo que fue 'un descuido en la utilería', pero no se nos revelaron más detalles del accidente. Afortunadamente, Kamui ya está fuera de peligro y siendo tratado en el hospital Allenworth. La doctora Namine Ritsu, quién fue quien salvó la vida del cantante y actor, no quiso hacer comentarios al respecto. Los detectives VY1 Mizki y VY2 Yüma, que son los responsables del caso, han sido difíciles de contactar, pero seguiremos intentando. El estudio del canal siete le mandamos la mejor de las suertes y una recuperación pronta. Pasando a otro tema, el festival de la nieve ha inundado las calles de la ciudad...-"

Luka quedó atónita. "¿Cómo es posible que no haya muerto? Ni para eso sirve el inútil de Kaito..." pensó.
Tomó su bolso, las llaves de su deportivo rosa y se dispuso a encarar una vez más al hombre.
"A Allenworth, entonces".
Tardó un poco en llegar, ya que el festival de la nieve empezaba a atraer a la gente, pero no había tanto jaleo. Cuando entró al hospital, preguntó por la doctora Namine Ritsu y la dirigieron al quinto piso.
Tomó el elevador, y vio a la mujer que lucía un cabello casi tan largo como el de ella misma, de color rojo, una bata y un estetoscopio alrededor del cuello. Con un gafete que decía "Dra. Namine Ritsu".
-¿Doctora Ritsu? Vengo a ver a Gakupo. Es mi novio.-
-¡Ah! Tu debes de ser Luka.- dijo la doctora. "¿Cómo es eso? Soy mundialmente conocida, idiota." pensó la pelirrosa, pero contestó de igual manera.
-Así es, vengo a ver como está y hablar con el un momento.-
-Supongo que puedo dejar que lo veas, pero sólo por un momento. No puede agitarse demasiado, y debe descansar.-
-Con unos minutos será suficiente.-
-Por supuesto. Es la habitación 502. Que no se exalte demasiado, por favor.-
Era el permiso suficiente que necesitaba, sin decir más fue a la habitación indicada. Se concentró un poco antes de entrar, porque no iba a hacer ella el trabajo sucio. Iba a hacer algo mucho mejor, así que continuó y abrió la puerta, asomándose a medias.
Gakupo estaba ahí, con la televisión encendida pero en silencio, mientras perdía su mirada en la ventana con los ojos desbordantes de miseria.
-¿Qué demonios es lo que quieres, Luka?- dijo sin dirigirle la mirada. Tenía realmente buen oído y buena vista periférica. Samurai, lo quisiera o no después de todo.
-Vine a ver como estabas...-
-Tu y tu intento de compasión se pueden ir mucho a la mierda.- dijo el hombre molesto. Estaba de muy mal humor.
-Sólo vine a advertirte. Cuando estábamos grabando el video, y estábamos en nuestra escena... Kaito tuvo un arranque de celos y nadie se dio cuenta cuando cambió el cuchillo y te apuñaló a traición.- dijo con lágrimas en los ojos, dignas de un premio Oscar.
-¡Ja! Es curioso que utilices la palabra "traición" sin morderte. No te creo, así que lárgate.-
-Como quieras, pero el ya lo confesó. Lo habrían metido a prisión de no ser porque Kiyoteru le consiguió una fianza. Una muy cara, pero nada que no se pudiera costear...-
Gakupo abrió los ojos, sorprendido. Quitó la pesada mirada de aquella ventana y la dirigió a Luka, que aún seguía brotando lágrimas hipócritas.
-¿Y cómo podrías saber tu eso?- preguntó con genuina curiosidad y genuino temor.
-Uno de los detectives que lleva el caso: VY1 Mizki. Es una amiga muy cercana y me ha contado porque le he estado insistiendo en que me mantenga al tanto de lo que pasaba con el responsable de que te encuentres así. En fin, sólo quería advertirte. Yo me voy de la ciudad, porque tal vez venga a por mi igualmente. Ten cuidado.-
Dicho eso, y antes de marcharse pudo ver como los ojos del samurai se llenaban de consternación constante, de miseria, y de nada de esperanza para vivir.
Tomó de nuevo el ascensor, hasta la planta baja para el acceso al estacionamiento. Mientras el elevador bajaba, iba riendo escandalosamente. "Mi trabajo está hecho" pensó.
Las puertas se abrieron, dejándola salir, pero justo cuando puso un pie afuera, le gritaban desde una mediana distancia.
-¡Megurine Luka! ¡Deténgase ahí!-
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Yüma seguía atascado en el tráfico. El festival de la nieve cada vez atraía a más personas y le impedía progresivamente avanzar. Se empezaba a preocupar, si no salía a tiempo, CV03 podría llegar a hacer una maldita masacre a Allenworth.
Las patrullas lograron avanzar unos cuantos metros, pero no era nada a comparación de lo lejos que quedaba el hospital. "Necesito encontrar una manera de llegar", pensó.
Su atención se vio atrapada en un edificio alto, con unas gárgolas en la punta. "El hotel Yoshiwara...". Rápidamente sacó su radio y contactó a VY1.
-Mizki, el festival de la nieve nos impedirá llegar a tiempo. Necesito que envíes un helicóptero.-
::Pero no hay un helipuerto remotamente cerca de su ubicación. El más cercano es el de Allenworth::
-El hotel Yoshiwara tiene la azotea lo suficientemente amplia. Recógeme ahí. Trae contigo a Shion, Hiyama y tres Operaciones Especiales.-
::Enseguida, detective. Estaremos ahí en cinco minutos::
-Que sea menos. Si no llegamos, puede que sea demasiado tarde.-
::Entendido, comandante::

VY2 se apresuró. Corrió entre la gente al hotel, entró y tomó el elevador. Fue lo bastante rápido y llegó al mismo tiempo que el helicóptero. Cuando Kaito seguía intentando (fallidamente) asimilar lo que había visto en los videos, Hiyama le avisó que iban a por Luka, pero que había que apresurarse, puesto que ella se dirigía a Allenworth probablemente a terminar lo que había empezado.
Corrió desesperadamente junto a su abogado, Mizki y tres hombres corpulentos más hacia el patio número uno a tomar un helicóptero, y en cuestión de minutos descendían sobre el Yoshiwara para unírseles Yüma.
::Tiempo estimado a hospital Allenworth, dos minutos:: dijo el piloto.

Para cuando llegaron al hospital, Yüma había estado planeando una estrategia en su cabeza.
-Mizki, que Hiyama y Shion vayan contigo. Kamui se encuentra en el quinto piso. Tienes autorizado usar la fuerza, si es necesario. Los OPS y yo, iremos a la planta baja. ¡Vayan!-
-¡Sí, señor!- gritó VY1. Kaito y Kiyoteru fueron a las escaleras para bajar al quinto piso. El hospital sólo tenía seis, así que no tardaron mucho. Ya en el piso donde se encontraba el samurai, Mizki vio a Ritsu.
-Doctora ¿Megurine Luka ha venido?- preguntó agitada.
-Ah, si. Justo acaba de retirarse de ver a Gakupo. Mire, justo se acaba de cerrar el elevador. Ahí va.- dijo sin importancia, haciendo un leve señalamiento a la cabina, para después volver a hacer sus anotaciones.
-¡Yüma, se dirige hacia la planta baja en el elevador!- gritó a su radio.
::Copiado, que seguridad cierre todos los accesos al primer piso. Nadie entra y nadie sale ¿Entendido?::
-Afirmativo.-

Cuando VY2 recibió la advertencia de su compañera, entraba al hospital apenas.
-¡¡TODO EL MUNDO SALGA!! ¡POLICÍA DE LA CIUDAD!- todos se sorprendieron, pero obedecieron rápidamente, ya que sabían el protocolo.
Era una recepción enorme, así que apresuraron el paso para llegar al elevador de donde iba a salir la pelirrosa. Las puertas se abrieron, y ella emergió a través.
-¡Megurine Luka! ¡Deténgase ahí!- gritó VY2 con placa en mano.- ¡Tenemos una orden para arrestarla!-
La mujer se vio acorralada, no tenía a donde huir ahora. Se acercó al detective de cabello rosa, igualmente. Y le dijo en un tono malditamente sensual:
-Si me das cinco minutos de ventaja, te doy las mejores horas de tu vida.- se sonrió.
-Eso no va a suceder. ¡Arréstenla!- Los OPS obedecieron, soltaron por un momento sus pesados rifles, y los dejaron caer sobre sus cuerpos, pues las correas los detenían. Se dispusieron a arrestar a la mujer.
-No debiste de hacer eso, cariño.- dijo Luka.
En ése momento ella empujó al detective, haciéndolo tropezar y caer de espaldas contra el suelo. De la nada, se encontraba frente a su propia arma apuntándole. Megurine le había retirado el arma de la funda sin que el se diese cuenta. Los OPS volvieron a tomar su rifle y mientras le apuntaban, uno de ellos gritó:
-¡Baje el arma y ponga las manos sobre la cabeza!-
-"Eso no va a suceder" ¿Cierto?- dijo burlonamente mientras seguía apuntando el arma a Yüma. El hombre se levantó y Luka le siguió con la pistola.- Les vas a decir que me dejen de apuntar, y me vas a dejar salir de aquí, ¿entendido?-
VY2 la miró con desagrado. El no iba a ceder, nunca cedía. Y menos lo iba a hacer frente a una desquiciada. Realmente no tenía idea qué pasaba por la mente de aquella mujer... De verdad no podía ser tan tonta como para pensar que realmente tenía una escapatoria de aquella situación.
Pero tal vez, el tenía que arriesgar un poco más para poder sacarle las garras para siempre, para que ya no pudiera hacer más daño. Su perfil psicológico lo aprendió de memoria.
Psicópata y con tendencias sociópatas, fría, manipuladora... visceral.

Yüma sabía muy bien que la decisión que estaba por tomar, no era suya, ni de nadie. Y sin embargo estaba dispuesto a tomarla, era egoísta y jugaría a ser Dios por un momento. Pero no sonaba tan mal en aquel instante.
Luka era el tipo de personas que, no importa a cuanta gente pisoteara, mientras pudiera llegar a la cima se sentiría victoriosa y no tendría ningún tipo de absurdo remordimiento. Aunque fuese por un pequeño y patético momento. Cerró los ojos y se dijo a si mismo que un mal pequeño por un bien mayor valía la pena.
Lo único que lamentaba, era no tener la posibilidad de ver a su amor de nuevo. Era frío y serio la mayoría del tiempo, pero cuando miraba a los ojos de su amor, se volvía alguien totalmente distinto.
"Te amaré incluso en la otra vida..."
Depende que decidiera ella, y a donde apuntara... tendría una posibilidad en dos de sobrevivir. Pero seguiría existiendo el riesgo de que ella disparara a lo seguro.

-Primero muerto.-
-Vale, me funciona.-
Luka disparó el arma y Yüma cayó.





lunes, 21 de octubre de 2013

Gakupo x Kaito. Nuestra Aventura. Capítulo 16.

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-"Señor Shion, por favor, ábrannos paso... Sigue vivo, pero sus signos son débiles en extremo. Hay que trasladarlo al hospital lo más rápido que podamos"-
-"La ambulancia se va a tardar mínimo una hora en llegar de aquí al hospital. Hay que pedir un helicóptero."-
-"Base, aquí equipo de rescate Sierra Dos Cinco Nueve, necesitamos traslado aéreo inmediato para víctima de acuchillamiento. Diríjanse al Castillo de Aszod, afueras de la ciudad. Cambio."
::Aquí base, a Sierra Dos Cinco Nueve, autorizado el traslado al hospital Allenworth. Tiempo estimado: Dos minutos.::
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-Señor Shion, soy el Detective Yüma, placa VY2, departamento de Homicidios. Me temo que voy a tener que hacerle algunas preguntas.-
Kaito estaba consternado, perturbado. Estaba asustado. Temía por la vida de su perfecto ideal, y si hubiera una oportunidad en el que él tuviera que sacrificar su propia vida para salvar la de su hombre, no lo pensaría ni una vez.
Estaba sentado en el piso, los paramédicos ya se habían llevado a Gakupo al hospital. El azulado los iba a acompañar, pero la policía no se lo permitió. Debía contestar las preguntas del detective Yüma primero, ya que todo mundo había visto cómo lo apuñalaba.
-¿Estaba usted consciente de que el cuchillo no era falso?-
-¡Claro que no! Nunca habría hecha nada que perjudicase a Gakupo...-
-Mire, yo sólo hago mi trabajo. Y todo apunta en contra de usted.-
-Lo sé... pero...- no terminó de formar una frase cuando rompió a llorar.
Yüma señaló a una mujer, que igualmente llevaba colgada una placa, con la clave VY1.
-Ella es la detective Mizki, lo cuidará hasta que pueda declarar formalmente y se tranquilice.-

Yüma se dirigió a hablar con Meiko y Len, los responsables del proyecto, como líder y director respectivamente.
-¿Se revisó la utilería antes de filmar?- preguntó Yüma.
-Si, lo revisé yo misma antes de empezar el rodaje.- dijo muy preocupada Meiko. -El cuchillo debía de hundirse en el momento que se ejerciera presión, y aunque no se hundiera, la hoja es de goma, así que el riesgo SE SUPONÍA debía ser nulo.-
-¿Quién más tenía acceso al inventario?-
-Sólo Vocaloid y producción. Los demás (extras y personal de apoyo) tenían acceso restringido.- dijo al borde del llanto el jovencito Kagamine.
Yüma anotó varias cosas en su pequeña libreta, la guardó y dijo:
-¿Cuántas cámaras de seguridad hay?-
-Len instaló bastantes. No hay ningún punto ciego en toda el área en la que filmamos...-
-Voy a necesitar todos los videos, pero en especial el de la bodega de utilería y sus alrededores. La verdad, no creo que el señor Shion lo haya hecho a sabiendas.-
-El no lo hizo, no tiene ni el temple para matar un insecto. Repudia la violencia, al igual que Gakupo.-
-Aunque odie hacerlo...- se dio la vuelta. El detective llevaba paso hacia Kaito, asintió la cabeza dirigiéndose a Mizki y dijo: -Lo siento señor Shion, voy a tener que arrestarlo por intento de homicidio, hasta que se me permita investigar más a fondo.
Tiene derecho a permanecer en silencio. Cualquier cosa que diga podrá ser usada en su contra ante un tribunal. Tiene derecho a consultar a un abogado y/o a tener a uno presente cuando sea interrogado por la policía. Si no puede contratar uno, se le será designado para representarlo.- fue cuando lo volteó bruscamente y le colocó un par de esposas alrededor de las muñecas.

Kaito no se opuso, tenía los ojos húmedos y la mente en blanco. No podía ni sabía que hacer o qué decir.
-¡No! ¡No se lo pueden llevar! ¡Sabes que él no lo hizo, Yüma!- gritó Miku con desesperación.
-Si no lo hago, voy contra el protocolo. Y además, si no me lo llevo, el verdadero culpable podría buscarlo a el también...-
Todo el mundo palideció ante las palabras del detective. Todos menos una persona.
-¿Y Luka?- preguntó Gumi. Nadie pareció darle importancia a su pregunta.

Megurine se encontraba ya muy lejos del lugar, tomó su auto y llegó a su departamento. Sacó del armario toda la ropa que había dejado el samurai en su partida, aquella noche cuando la encontró en plena faena amorosa con el chico Hatsune.
Empezó a aventar las prendas frenéticamente, y para cuando todas estaban en una pequeña montaña, se abalanzó sobre ellas, rompiendo cada una. Tenía una semblante psicótico en el rostro, y los ojos llenos de ira.
-Te dije que me las ibas a pagar ¡¿NO TE LO DIJE?! ¿Me oyes, Gakupo? ¡Nadie me abandona! ¡NADIE!-
No podía concebir la idea de que algo le fuese negado. Y la persona que le negó aquello que ella más deseaba con inmensa avaricia, pagó con su vida. Y la persona que fue cómplice en negarle lo que le correspondía por derecho, pasaría toda una vida encerrado. Sin nada ni nadie.
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El helicóptero aterrizó en el helipuerto del Hospital Allenworth, Gakupo iba muy mal de verdad, no reaccionaba, Sólo escuchaba lo que la gente alrededor decía, y lo escuchaba como en sueños... como si se tratase de un susurro.
-"Descripción. ¡Háblenme!"- dijo una voz femenina, Kamui sentía cómo lo movían de una camilla a otra, y empezaban jadear las personas cercanas. Al parecer iban corriendo.
-"Hombre, Veintidós años, Un metro noventa centímetros de estatura, aproximadamente ochenta kilogramos de peso, herida individual provocada por objeto punzocortante. Al parecer iba dirigida al corazón. Logramos detenerle la hemorragia, pero el movimiento del helicóptero hizo que volviera a sangrar."-
-"Llévenlo a Traumatología. ¡Hay que suturar pero ya!"-
-"El Anestesiólogo ya llegó para anestesia general. Los signos vitales son débiles, pero está semiconsciente, al parecer en un tipo de shock."-
-"No hay tiempo, si se le aplica la anestesia, el tiempo que tarde en hacer efecto corre el riesgo de desangrarse. La herida no fue tan profunda, no llegó al corazón ni dañó gravemente el tejido, pero si no le cerramos eso, va a morir...
Yo sé que me escuchas, Gakupo. Lo lamento, pero vas a tener que soportar el dolor. ¡Traigan el equipo!"-

"¿Pero qué es esa voz? ¿Qué tiene que me resulta familiar?" La voz de aquella mujer era similar a la de la doctora que igualmente le suturó la herida en el pecho, que le provocó Kyosuke Kamui, su padre, al renunciar al Chôshû, cuando salió por siempre de Edo.
"Doctora Namine ¿Namine Ritsu?... ¡Argh!" pensó cuando sintió el dolor del acero quirúrgico atravesando su piel, el hilo uniendo su carne nuevamente.
"¿Por qué lo hizo? Yo lo amaba... lo amo. ¿Cómo pudo hacer eso?" Se lamentaba en sus pensamientos, mientras el dolor de la herida, y las cosidas de la aguja lo hacían agonizar.
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Al día siguiente, Kaito se encontraba aislado.
Había llegado a la jefatura de policía con el detective Yüma y Mizki. Se encontraba en una sala de interrogatorio con VY2, esperando a que llegara su abogado.
Hiyama Kiyoteru era el abogado que compartían todos los Vocaloid cuando se encontraban en cualquier predicamento legal.
Entró por la puerta, con paso firme y semblante amistoso:
-Buenas tardes, señores. Ya he leído todo el papeleo y estamos preparados para proseguir. Yüma, no lo presiones. Todos sabemos que no lo hizo.- dijo Kiyoteru.
-Lo sé... pero hay que tener una declaración formal en el expediente.-
-Por eso digo, sólo no lo presiones.-
-Haremos esto de la manera más rápida posible ¿De acuerdo?- Kaito y el abogado asintieron. Hiyama se sentó a un lado del azulado.- Sólo quiero que me cuentes acerca de la relación que tienen Kamui Gakupo y tu.-

Yüma y Mizki ya habían a entrevistado a los testigos oculares, pero la joven Megpoid les contó algo muy interesante. Algo que absolutamente nadie sabía de ellos dos, mas que ella.
-Gakupo me dijo que el y Kaito estaban muy enamorados, incluso después de haber terminado su relación con Luka, a el se le veía feliz. De esa felicidad cuando amas a alguien y eres correspondido.
Nunca hablé con Kaito de eso, pero se veía hasta de lejos que estaba enamorado.-

-¿Nuestra relación?- pregunto Shion, temeroso aún de la vida de su amor.
-Kaito, descuida. Puedes hablar.- dijo Kiyoteru tomando su hombro, en señal de que confiara. Yüma asintió.
-Desde hace algunos meses hemos estado saliendo... porque nos amamos.- dijo cuando rompió a llorar.- A el lo había estado engañando Luka con Mikuo, y salió desconsolado a la calle. Ahí lo encontré, porque horas antes, había sido yo el desconsolado por el rechazo de Miku, que había sido mi enamorada desde hace bastante.
Estuvo viviendo conmigo, y un día llegó Luka y Mikuo a mi departamento para verme, pero Luka me exigía por ver a Gakupo y yo la mandé a la mierda. El también lo hizo, y sólo le dijo: "Esto no se va a quedar así. Si no eres mío, no serás de nadie." Eso lo recuerdo bien.- Un oficial golpeó la puerta, buscando a la detective Mizki, así que salió. Hiyama le tendió un pañuelo a Kaito, lo tomó agradecido y secó las lágrimas que corrían por sus mejillas.
-Mira, ahora estoy pidiendo la autorización de revisar las cintas de seguridad, pero esa cuestión administrativa puede llegar a tardar hasta dos días. Hasta entonces, tendrás que quedarte aquí, boletinado como el victimario. Nadie de tus amigos, ni de aquí creen que lo hayas hecho. Ni yo, pero hasta no tener las pruebas, no te podemos descartar.- informó el detective Yüma.
Mizki entró a la sala.
-La Doctora Namine me acaba de informar que el señor Kamui ya está estabilizado, pero sus signos vitales son débiles todavía. La hoja del cuchillo no llegó al corazón ni lastimó mucho los tejidos alrededor, pero perdió mucha sangre.
-¡¿Vive?! ¡VIVE!- Nunca nadie le informó el estado de su hombre, si vivía o no había sido desconocido por el.- ¡Por favor, dejen que lo vea! ¡Necesito verlo y saber que está bien!- gritaba Kaito suplicante. Se puso de pie y quería salir de la sala, pero Yüma y Kiyoteru lo detuvieron, y lo devolvieron a su asiento.
-Kaito, escúchame, no puedes salir.- dijo el abogado, tratando de contenerlo.
-No lo entiendes... ¡TENGO QUE VERLO!- decía el azulado, forcejeando contra los hombres.
-Escucha, hay algo que puedo hacer para que lo veas más pronto.- Shion se tranquilizó un poco al oír las palabras de Hiyama, pero aunque ya se encontraba sentado, seguía muy ansioso.- Yüma, tengo algunos hilos que puedo mover para conseguirte ese permiso, tal vez tarde unas horas, pero la autorización la tienes hoy. Te lo prometo, Kai.-
El hombre de la gran bufanda bajó su cabeza y la cubrió con sus brazos, sentía que toda su vida se iba haciendo añicos.
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Gakupo abrió levemente los ojos, la luz lo lastimaba. Por todos lados había luz. Volteó la cabeza para desviar esa maldita iluminación, vio un rostro alegre, que lo recibía con gusto.
-Me alegra que ya estés respondiendo. Nunca me he olvidado de ti. En realidad que eres fuerte, Gakupo. Sólo has dormido un día entero, la mayoría tardaría alrededor de unos cinco días en siquiera abrir los ojos. Pero supongo que lo samurai te hace un hueso duro de roer.-
-¿Ritsu...?- dijo con esfuerzo.
-Tranquilo, ya estás estable. No te fuerces a hablar. Aunque logramos suturarte a tiempo, perdiste mucha sangre. Casi mueres desangrado, de hecho, me sorprende que estés consiente.- dijo Namine, mientras revisaba la vía de medicamento.
-¿Porqué lo hizo...? Yo... me ama, lo amo.- dijo agitadamente, se quejó un poco del dolor del pecho, aunque estaba anestesiado, dolía todavía. Se llevó una mano sobre la herida.- Me traicionó... igual que en Edo. Salvajes... Lo odio... Lo amo.-
Dicho eso, se quedó dormido. Ritsu le aplicó un sedante en la vía, para que no se agitara.
Salió de la habitación, anotó el progreso y los signos del samurai en los registros y tomó el teléfono.
-Con la detective VY1 Mizki, por favor. Soy la Doctora Namine Ritsu.-
::¿En qué puedo ayudarla, Doctora?::
-Hablo para informar que el señor Kamui ya he despertado. Ya reacciona, pero sigue muy débil. Hemos logrado estabilizar sus signos, pero perdió mucha sangre durante la hemorragia. No hubo perforación ni rasguños en el corazón, sólo daños no tan leves en el tejido.-
::Le informaré enseguida al detective Yüma. Gracias por avisar, Doctora.::
-Hasta luego.-
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Pasaron unas tres horas desde que Kiyoteru y Yüma se habían retirado de la sala de interrogatorio, dejando a Kaito sólo con sus pensamientos.
Yüma se encontraba enredado en problemas administrativos, y Hiyama aún más. Moviendo todas sus influencias para acelerar la autorización para revisión de los videos de seguridad.
A Kaito no le importaba pasar toda una eternidad en prisión siempre y cuando su amor viviera, no le importaba lo que pasara con el. Sólo quería asegurarse una vez que el amor de su vida, estaba bien.

Kiyoteru irrumpió en la oficina de Yüma, con unos papeles en la mano, con sudor en la frente y el traje desaliñado. No había sido fácil, pero lo consiguió.
-¡Tengo la autorización!- gritó.
Yüma soltó todos los expedientes que tenía, los aventó en su escritorio, y se dirigió a la sala audiovisual a ver el video de la bodega de utilería, ubicado veinte minutos antes del inicio del rodaje del clip de Gakupo.
Con el iban la detective Mizki y el abogado de Kaito, Kiyoteru.

Se apreciaba a Meiko haciendo la revisión de inventario, checando cada objeto que se iba a ocupar. Después, a Luka, en su provocativo atuendo, caminando duramente fuera del camión uno de catering, con un objeto cubierto. Su cuerpo cubría lo que hacía con el cuchillo de goma, pero no había duda de que ella y que el arma estaban involucrados.
Pusieron otro video, esta vez del camión uno de catering, donde se le veía tomando un cuchillo del cajón de cubiertos, para acto seguido ir a la bodega. Recordó que antes de eso, tuvo que haberse puesto aquel vestuario.
-Pon en la pantalla la cámara del foro A. Tengo entendido que ahí estaban las mujeres...- dijo Yüma.
El asistente obedeció, y se veía a Megurine luciendo molesta, muy molesta. Apenas entraba a cambiarse, vio a las otras chicas salir, y minutos después, ella salió igualmente.
-Según los videos... ¿A dónde se dirige después de eso?-
Mizki que estaba viendo en otra pantalla, dijo:
-Al foro B, donde se encontraban los hombres. Detective... mire su reacción.- Todos pusieron atención a la rabieta que hacía después de espiar por la cortina del foro.
-Mizki... vaya con Shion. Pregúntale qué hacía en el foro B a las 14.30 horas.- ordenó Yüma, y así VY1 se dirigió a la habitación, donde Kaito estaba dando vueltas desesperadamente.

La puerta se abrió y la detective entró.
-Señor Shion, la respuesta de la pregunta que voy a hacerle es crucial.- Kaito asintió nervioso.- ¿Dónde estaba a las 14.30 horas del día del incidente?-
El azulado empezó a pensar cautelosamente, haciendo los cálculos de tiempo correspondientes.
-En la mañana estaba haciendo el cameo con Meiko... después de eso, me quedé a ver como terminaban de rodar. Len me dijo que fuera al foro B a cambiarme para el video que seguía a eso de las 14.20. Ahí encontré a Gakupo probándose su traje, después yo el mío. Pero... nos dejamos llevar un poco. Estuvimos besándonos unos minutos y después salimos.- dijo con pesar.
Mizki abrió los ojos sorprendida y salió corriendo buscando a Yüma. Habiéndose reunido con el, le contó la respuesta del azulado.
-¿Recuerdas la amenaza que dijo Megurine a Gakupo cuando lo fue a buscar? A mi me suena a un crimen pasional... Los encontró besándose y se enojó. Y al parecer mucho.- dijo Kiyoteru.
-Estuve leyendo los perfiles psicológicos de cada uno. me llamó la atención que tenía leves tendencias sociópatas. No me sorprendería que en un arranque de ira, se volviera totalmente instintiva y visceral, pero al mismo tiempo fría y calculadora.- Yüma se sorprendió de aquello y habló por su radio.- Aquí VY2, necesito refuerzos para arresto. Sujeto posiblemente armado y violento. Femenino, veinte años. Megurine Luka. Patio número dos, partimos en tres minutos.-
-¿Y Kaito?- preguntó el abogado.
-Mizki, lleva a Kiyoteru con Shion, y si lo desea, que vea los videos.-

Después de ser declarado libre de sospecha, Kaito casi suplicó ver las grabaciones.
Mizki y Kiyoteru iban aclarando algunas partes, hasta que todo cobró sentido para el joven de azul.
Vio el momento donde Luka cambiaba la hoja de la daga por una hoja filosa de verdad.
"Yo... lo herí, casi lo mato, por su culpa..."
-No puede ser...-

lunes, 7 de octubre de 2013

Weekly Tip: Yaoi/Anime/Manga.

Hola, amiguitos xD.
Hoy les recomiendo un Anime Yaoi que es más Shounen, y Shota si así lo quieren ver xD.

Ritsuka es un niño de 12 años, que ya no cree en la buena fe de las personas, Ya que una organización llamada "La séptima luna" o "Las siete lunas" han asesinado a su hermano, que era la persona que el más amaba.
Se encontrará con un hombre que lo llenará de dudas y nuevas emociones, que proclama haber conocido a su hermano. Agatsuma Soubi lo introducirá en un nuevo mundo.

Mi recomendación es que definitivamente lo vean, es muy bueno, aunque lo único que no me gustó mucho fue el final, pero ustedes decidirán.

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Can I smoke now?

viernes, 4 de octubre de 2013

Gakupo x Kaito. Nuestra Aventura. Capítulo 15.

NDA: Para comprender mejor, miren el video "Madness of Duke Venomania" by Gakupo.
http://www.youtube.com/watch?v=iP2UDfrX1ds
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Después de aquella velada, tan llena de emociones y besos tan fuertemente grabados en el alma, Gakupo y Kaito se levantaron temprano en la mañana del día siguiente. Recibiendo el amanecer con un gentil beso, y alistándose para ir al encuentro en el plató del castillo.
Desayunaron algo muy ligero, un café y una pieza de pan dulce, subieron al convertible púrpura del samurai, y con la velocidad del vehículo, no tardaron mucho en arribar.

Cuando llegaron al castillo, ya estaba debidamente adaptado a plató. Len había hecho un pulcro trabajo de dirección. Era una construcción muy grande, y el terreno que ocupaban los jardines y campos abarcaban aproximadamente unas 20 o 25 hectáreas cuadradas.
El portón era enorme, como de seis metros de alto, de madera y sostenido con cadenas. Por dentro, las paredes del patio principal eran de piedra, y había algunos cuartos pequeños alrededor, que casi podían simular la plaza del pueblito.
El interior era distinto, pues por el corredor principal corría una extensa alfombra roja, que terminaba en unos escalones, donde empezaba el área sagrada. Aquella en donde estaba el trono del rey... o en el caso de Gakupo, el trono del Duque.
Paredes de mármol, candelabros llenos de luz, vitrales de colores, llamativos colores... era un lugar realmente histórico y lleno de una imponente estética.

Los dos amantes miraban a sus alrededores llenos de asombro, pues era un lugar lleno de gran peso histórico, hasta que una de las personas de producción les informó:
-Disculpe, señor Shion, La señorita Fujimori lo requiere. Se filmará primero "The Epicurean Daughter of Evil" donde me informaron que tiene usted un cameo. La prueba de vestuario será en breve en el foro B.
Señor Kamui, usted dispone de tres horas libres. Finalizado el video de la señorita, proseguiremos con el suyo. Enviaré a alguien para avisarle de la prueba de vestuario.-
Kaito volteó a ver a su amante, y dijo:
-Bueno, el deber llama. Te veré en el foro B en unas horas para mi cambio de vestuario y la prueba del tuyo ¿Está bien?-
-Me parece perfecto, hasta entonces.-
Se despidieron así sin más. A Gakupo le hubiera encantado poder besarlo como siempre y decirle cuanto lo amaba, pero debía ser paciente. Si el proyecto seguía su curso normal, sólo faltarían unos dos meses para poder anunciar su relación formalmente.

Gakupo salió de aquella majestuosa sala por una puerta que se encontraba en la parte del fondo, y dio con un precioso jardín lleno de flores de todo tipo. Orquídeas, rosas, tulipanes, alcatraces, girasoles, y algunas tan bellas y exóticas que sus nombres le eran un misterio.

Mientras caminaba por el gran jardín, siguiendo el camino de piedra, recordaba lo enamorado que estaba.
"Él es todo lo que necesito... No sé, me siento raro. Nunca había pasado por esta situación. Pero también estoy seguro de lo que siento por el, no quiero a nadie más.
¿Cuándo lo puse a él por encima de mi? No me molesta, pero creo que eso ya implica un sentimiento más fuerte que el propio amor. Ojalá hubiera una palabra para describir eso. La verdad, es que no sólo quiero que anunciemos un noviazgo en la fiesta de cierre... ¡Demonios! Yo sé que voy demasiado rápido, si el proyecto acaba en dos meses, apenas llevaríamos juntos tres meses y medio. Pero realmente lo quiero solamente para mi, quiero que sea sólo mío. Después de todo, nuestra relación empezó prácticamente de la noche a la mañana, así que no creo que represente algún problema si... le pido matrimonio.
¡Si! ¡Eso haré! En la fiesta de cierre del proyecto, le voy a proponer matrimonio..."

El samurai venía inmerso en sus pensamientos, dignos de aquel que goza de las dichas del amor, pero su atención se vio rápidamente atrapada por una escena en particular, una que le era desagradable e incluso, repulsiva.
Luka se encontraba aprisionando a un hombre de producción con sus brazos y labios contra un árbol, mientras el afortunado disfrutaba de lo que Megurine estaba ofreciéndole.
Gakupo quiso pasar desapercibido, siguiendo de frente, pero fue descubierto por la joven CV03, y dejando al de producción confundido y excitado, interceptó al que todavía consideraba "su hombre".

Ya no era secreto entre los fanáticos y el mundo del entretenimiento que ellos ya no eran pareja. Al parecer, cuando tuvieron esa discusión en el centro comercial, alguien escuchó y tomó una que otra foto que después se difundió en las redes sociales y de noticias internacionales. Que el GakuLuka y había terminado, y aunque se especuló mucho al respecto del porqué y los rumores tampoco esperaron, nadie sabía el verdadero motivo de la ruptura.
-¡Gakupo, espera! No es lo que piensas... Bueno, en realidad si lo es, pero pues ¿Qué más da si no lo amo?- dijo en tono muy burlón, casi irónico y sarcástico.
-Ya no me tienes que dar explicaciones, Luka. Ya tenemos vidas apartadas, y la verdad, no te guardo rencor. Lo que vivimos juntos fue bueno, y es con lo que me quedo. Tu deberías seguir con tu vida, dejándome de buscar, así como yo hice con la mía.-
-¿Entonces si estaba en lo correcto? ¡Realmente estás saliendo con alguien más! ¿Es Megpoid, verdad? ¿Salen o sólo te acuestas con ella?- empezó a especular, muy enojada.
-Mira, con quien salga, no es asunto tuyo. Ya no voy a tener esta conversación contigo.- dijo indiferente, siguiendo su camino.
-He notado que últimamente vas con Kaito a todos lados. Te conozco, y si por ti fuera, ya no estarías en su casa. Lo he notado porque van a donde sea en tu auto. Creo que desde la primera semana ya te habrías conseguido un lugar propio, pero no lo has hecho ¿Cierto? ¿Qué ya no te gustan los pechos?- se burló.
-Luka, basta. No te concierne lo que haga o no.- Gakupo se estaba enojando, esta mujer si que era fastidiosa, pero llegó a salvarlo la voz de un muchacho de producción.
-Señor Kamui, su prueba de vestuario empieza en siete minutos, en el foro B. Señorita Megurine, a usted la esperan en el foro A.- informó a los dos y se dio la vuelta, el samurai se disponía a caminar, pero lo sostuvo la firme mano de Luka.
-En el video, tu y yo tenemos algunas escenas eróticas... Tal vez así recuerdes los apasionados momentos en los que me devorabas.-
-O tal vez piense en Gumi, mientras lo hago.- dijo Gakupo mientras se daba la vuelta y dejaba a Megurine rabiando y pataleando.

El samurai llegó al foro B, era una enorme carpa provisional, adaptada para fungir como probador y vestidor. También, pasando una cortina estaba la sala de maquillaje, y algunos muchos metros después, del lado derecho, estaba el foro A.
Por frente se encontraba la bodega de utilería, y los camiones de catering.
Entró, y vio un traje morado de época, precioso y bien planchado, con una etiqueta con su nombre. Kaito pasó al interior y lo vio admirando el traje. Lo abrazó por la espalda, y depositó un suave beso en el cuello del hombre.
-Y no has visto el mío...-
-Por cómo va la historia, ya me imagino qué será, ja.-
El samurai tomó su traje y pasó al vestidor, con fina destreza y rapidez, se colocó el traje de varias piezas, se miró al espejo y salió a lucirlo.
-¿Qué te parece?- Kaito abrió los ojos, y dio un suspiro.
-Y-yo... te ves.. este... Creo que hermoso es la palabra más adecuada.- dijo y tragó saliva.
Gakupo se acercó a besarlo, para después susurrarle al oído:
-Quiero ver como te ves con tu traje...-
Y como si se tratase de un hechizo recién suscitado, Kaito tomó un traje envuelto en plástico negro, entró a uno de los cubículos y salió.
-Es la primera vez que uso un vestido...-
-Te queda muy bien, mejor de lo que esperaba... Mucho mejor.- Shion se acercó provocativamente al hombre y le preguntó:
-¿Qué tanto te gusta?- Gakupo lo sostuvo de los glúteos y lo sentó en una mesa, en un movimiento rápido y algo brusco.
-Mucho...- dijo en un gemido. Así se empezaron a besar apasionadamente, explorando sus bocas, entrelazando sus lenguas en una armoniosa melodía. Pero Gakupo se separó, como si estuviera alerta.
-¿Qué pasa?- preguntó el azulado, algo preocupado.
-Nada... creí escuchar un ruido.- dijo, y reanudaron su beso, aunque un poco más calmados.
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Luka llegó al foro A, Meiko, Miku y Gumi ya estaban vestidas en sus provocativos atuendos. Luka lanzó una mirada asesina sobre la joven de verde, y sobre todos en general, pero más intensa en Megpoid. Así que las chicas salieron acompañando a Meiko a dar la última revisada a los objetos de utilería.
Cuando se vistió y se vio al espejo usando aquel sensual mini vestido, pensó:
"¿Por qué esperar? si me ve así, no creo que aguante los deseos de hacerme suya una vez más. Ja, bien pensado. Soy brillante." Se sonrió al espejo y caminó al foro B.
Las carpas estaban divididas por cortinas, así que su plan era entrar dramáticamente ondulándolas y lanzarse a los brazos del samurai. Pero se frenó, al escuchar una conversación cuyas voces le eran familiares.
-Es la primera vez que uso un vestido...-
-Te queda muy bien, mejor de lo que esperaba... Mucho mejor.-
-¿Qué tanto te gusta?-
-Mucho...-

Tomó un pequeño pedazo de la cortina, doblándola lo suficiente para poder ver con un ojo, la escena era... simplemente abrumadora. Sentía como una calidez subía desde sus pies hasta la cabeza, mientras apretaba los puños y temblaba de coraje.
No estaba molesta, tampoco enojada. Estaba simplemente furibunda. Dejó escapar un resoplo de su nariz, y fue descubierta. Gakupo frenó.
-¿Qué pasa?-
-Nada... creí escuchar un ruido.-

Se dio la vuelta, sin hacer ruido, pero ella ya no se controlaba a sí misma. Actuaba por puro instinto y deseo de vengarse.
Se dirigió a uno de los camiones de catering y tomó un pequeño cubierto, envuelto en una servilleta. Después, fue donde estaba la utilería, agarro el cuchillo que se suponía, Kaito le enterraba en el corazón a Gakupo (El cual contaba con resortes, para que al ejercer presión, éste se hundiera.), en el video de "The Madness of Duke Venomania" que se iba a filmar a continuación.
Arrancó la hoja falsa del cuchillo y la cambió por la del cubierto que tomó del camión, haciendo que luciera exactamente igual, pero éste ya no se hundiría cuando se ejerciera presión.
-Te dije que me las pagarías...-
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Una vez todos reunidos, Len explicó rápidamente la mecánica del rodaje, todos asintieron y se pusieron a trabajar.
Las primeras que aparecían, como parte del harem del duque, eran Luka y Miku. Seguidas Gumi y Meiko.
En algunos momentos, tuvo que besar a Gumi, mientras Kaito, en la parte trasera de las cámaras, se mordía las uñas, pero casi explota en su interior cuando hizo aquellas escenas eróticas con cada una.

Cuando era el turno de Luka, al grabar esa escena de cama, Gakupo pensó que se iba a aprovechar de eso. a fin de cuentas, prácticamente se lo había anunciado unas horas antes. pero para su sorpresa, se comportó muy fría, y con templanza.
"Seguirá enojada por lo que dije de Gumi... en fin. Así es mejor."

Después de tanto erotismo heterosexual, llegó por fin el turno de Kaito. Los estilistas le colocaron pulcramente la peluca rubia, que tenía que removerse una vez hubiese "matado" al malvado duque.
La escena se desarrolló:
Kaito entrando tímidamente por el pasillo del castillo, donde al final de la puerta el duque lo esperaba creyendo que era mujer. La actuación de Gakupo era perfecta, en todo momento permanecía concentrado. Éso inspiró al de ojos azules, así que lo tomó de la mano y empezaron a bailar un hermoso vals.
A pesar de estar actuando, Gakupo salió de personaje un segundo, y Kaito pudo ver en sus ojos lo mucho que lo amaba, mientras el otro planeaba el momento para pedir su mano... pero la voz de Len los sacó de sus pensamientos.
-¡Ahora!- grito Kagamine, que era la señal para que Kaito sacara el cuchillo de entre sus vestidos y lo apuñalara.
Así que obedeció, y lo apuñalo en el pecho. Gakupo retomó su actuación impecable, realmente parecía agonizante. Cayó sobre sus rodillas, y apretó sus brazos contra el pecho y se desvanecía poco a poco. Mientras Shion se retiraba la peluca y sonreía, así las chicas del harem salían, libres de los hechizos del malévolo duque.
Kaito salió unos centímetros antes que Gumi, ya que ella era la última en salir. Pero, aunque la mirada de Gakupo iba dirigida a ella, su último mirar fue para el hombre que amaba:
"¿Porqué?" dijo en un último pensamiento, antes de caer desmayado.
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-¡Corte! Excelente trabajo chicos.- dijo Len, dando fin al rodaje. Kaito volvió divertido, dando brinquitos.
-¡Gakupo, ya levántate! ¿No escuchaste al rubio gritar "Corte"?- dijo divertido.
Pero al parecer Gakupo lo ignoraba, y seguía tirado en el piso de mármol, así que se acercó para levantarlo.
-Gakupo, ya está. Ya terminamos...- lo giró, y vio su herida expulsar sangre, así como de su boca corría un pequeño hilo del rojo elixir y sus ojos veían sin mirar.- Oh, Dios... ¡NO ESTÁ RESPIRANDO! ¡AYUDA, POR FAVOR!-