Ése día, particularmente, llegó muy temprano, a las siete treinta de la mañana. Desde luego, con lo perezoso que era el chico de rosa, no se encontraba despierto a dicha hora.
Mikuo avanzó directo hacia la habitación, y tomo asiento en una silla frente a la cama de Luke, quien permanecía con los ojos cerrados. Lo observaba dormir con tanta paz y delicadeza que no pudo evitar soltar un suspiro y sonrojarse un poco. Pasó una de sus manos por la mejilla del durmiente, acariciándola suavemente hasta que la mano de Megurine tiró de ella con fuerza y lo obligó a tumbarse a un lado suyo.
¿Pero cómo era que aquel muchacho tan delgado y delicado tuviera esa fuerza?
-¿Me espías mientras duermo, Mikuo?- dijo a la vez que se encimaba en el y lo aprisionaba con la fuerza de sus piernas.
-¡S-suéltame! Yo sólo vine para planear lo de Aberdeen.- pero el chico hizo caso omiso y siguió ejerciendo su aprisionamiento.
-Pensé que ya habíamos cerrado este asunto, cariño. El plan ya está hecho, sólo hay que esperar a mañana.-
-¿Estás seguro de esto, Luke?-
-¿Y tu? Yo no dudaré ni un segundo, mi hermana era todo lo que me quedaba...- decía con una seguridad abrumadora. Incuso Hatsune podía sentir como el calor subía progresivamente por el cuerpo de aquel chico, para llegar a reflejarse en unos ojos grandes y azules de los que brotaba ira y pasión. El de cabello azulverdoso frunció el ceño, tomando un poco de la seguridad del otro y asintió.
-Si, yo siempre termino lo que empiezo.- Luke se sonrió y se acercó un tanto demasiado al rostro del otro.
-Me gusta tu disposición, y estoy dispuesto a recompensarla....-
Lo hizo... de verdad, lo hizo ¡Luke estaba besando a Mikuo!
Era un bálsamo, un suave refugio... ¿Por qué demonios se estaba dejando llevar? ¿Por qué no estaba poniendo un alto? ¿Por qué lo estaba disfrutando...?
La tensión que al principio tenía, ahora era una relajación monumental; sus manos que se habían tornado puños, ahora reflejaban lo indefenso que se encontraba, como si con ese beso, Luke estuviera succionando sus preocupaciones y dudas.
Instintivamente sus manos subieron por debajo de la camiseta de Megurine, acariciando firmemente la piel que había bajo ella.
Eran bajos instintos. Tenía que admitir, aunque tal vez no en voz alta, que desde que Luka murió y conoció a su hermano había estado deseando a Luke tanto o incluso más de lo que la deseaba a ella. Esos rasgos delicados, ese cuerpo tan delgado pero no indefenso... podrían volverlo loco.
-¿Te gusta? ¿Te gusta lo que sientes?- decía el chico de rosa, mientras bajaba su mano a la entrepierna del otro.
-Si...-
-¿Me quieres? ¿Me deseas?- seguía diciendo mientras excitaba cada vez más a Mikuo, quien no podía dejar de ver aquellos ojos tan grandes y confidentes, no podía dejar de acariciar aquella suave piel perlada, no podía dejar de...- ¿Lo quieres?-
-¡Si!- gimió finalmente Mikuo, quien se dedicó a devorar con desesperación los labios del otro, quien entre gemidos y susurros decía "Entrégate a mi".
"Escúchame con atención: a partir de ahora, eres sólo mío. No te entregarás a nadie más que no sea yo.
Tu cuerpo, tu alma y tu espíritu son míos, cualquier acción o decisión que tomes, me afectará a mi por igual. Desde este mismo instante, estamos unidos para siempre y no podrás romper esta promesa, Mikuo. Nunca..."
Luke ahora había ganado. Su tablero de ajedrez ahora estaba completo: por fin se había adueñado completamente de la pieza que le faltaba, la última pieza...
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-¿Ya están listos?- dijo Akaito asomando la cabeza dentro de la habitación.
-Ya, sólo falta que ya me quiten esta estúpida intravenosa.- decía a regañadientes el joven azulado Shion.
A un lado de el, se encontraba Gakupo, quien lo ayudó a vestirse con sus habituales ropas de civil.
Había llegado el día en que darían de alta a Kaito, el samurai fue al departamento, consiguió una muda de ropa y regresó para llevarse a su amante de vuelta al mundo.
Los prometidos pelirrojos y los dos hombres amantes se reunieron en la habitación del azulado. Estaban esperando a que la última bolsa del medicamento se terminara y así Kaito podría irse.
-¿No era su boda ya por estas fechas?- preguntó Gakupo, mientras Shion levantaba la cabeza en señal de duda, igualmente.
-Si, pero decidimos postergarlo para un mes después de la fiesta de cierre de la Saga. Así nos aseguramos de tenerlos a todos presentes.- dijo Teto guiñando un ojo a los dos hombres.
-Jejeje, claro que sí. ¿Van a ir a la fiesta?-
-¡Claro! Aunque no participamos, somos invitados de Fujimori. Mi compromiso con Teto le hace ganar dinero. Piénsenlo: Vocaloid y UTAU juntos. No sólo nos hacemos de más renombre, sino que puede haber posibles duetos y más lucro.-
-Pero Fujimori se puede ir a la mierda. Nosotros vamos a ir a divertirnos, y a verlos a ustedes ¿Cierto?-
-Por supuesto, cariño.- dijo Akaito con una gran y sincera sonrisa.
Ritsu entró al cuarto, le indicó a Akaito que bajara a la recepción a terminar el papeleo del alta de su hermano y quitó la aguja que había estado tanto tiempo invadiendo las venas de Kaito.
-Con esto ya deberás de estar bien, sólo lleva la dieta y el ejercicio que te indiqué, no bebas ni fumes durante los próximos veinte días y ven a revisión general una vez al mes ¿entendido?-
-Gracias, Ritsu. Por todo...- dijo mientras se abalanzaba a abrazar a la joven doctora.
-Oh, claro...- dijo correspondiendo el abrazo.- Sólo cuídense, muchachos. Cualquier cosa, cuenten conmigo.-
Ambos hombres agradecieron como era debido y salieron del hospital, los prometidos les siguieron y cada quién salió para su hogar.
La jornada de Ritsu estaba por terminar, como siempre, se dirigió a su casillero dentro del hospital, se retiró la bata para guardarla y se retocó un poco el maquillaje.
Después de algunos pacientes y días testarudos, por fin podría ir a casa, descansar y estar junto a su esposo.
Conoció a Leon Aberdeen en el aeropuerto de Nueva York, ella estaba en un intercambio de la facultad de medicina y se conocieron en un choque accidental. Amor a primera vista (o Visa).
Se despidió de todos sus compañeros y amigos del hospital, y salió a la entrada principal, que estaba bellamente iluminada por la luz de la luna.
Pasó el automóvil de Leon, y ella subió, pero no era su marido quien iba conduciendo.
-Buenas noches, Doctora Ritsu. Si intenta gritar o dar alarma, su marido y usted misma correrán peligro.- dijo un hombre desconocido. Llevaba una máscara de látex que desfiguraba sus rasgos y lo hacía imposible de reconocer, Ritsu se asustó como nunca lo había hecho, pero no tenía opción, tenía que obedecer.
-¿Qué quieres de mi?-
-Yo, nada. Mis jefes quieren preguntarle algunas cosas, pero si se rehúsa a responder... bueno, Leon Aberdeen podría morir.- Namine se enfrió, sintió como un nudo se iba formando en su estómago.- Por favor, colóquese esto.- dijo el hombre que conducía, tendiéndole un antifaz negro, con el cuál no podía ver. Una vez que se lo colocó, sintió como el hombre le ponía unas esposas alrededor de las muñecas.
...............................................................................
Mikuo estaba totalmente embobado con Luke, si éste le decía "salta", el saltaba. Era como si alguna especie de hechizo o encantamiento hubiese caído sobre Hatsune impidiéndole pensar por su cuenta.
Pero esto le convenía a Luke... el de azulverdoso era su más importante y fiel pieza en su juego.
El atardecer había caído sobre la ciudad, y estos dos hombres se encontraban en una bodega abandonada, no muy lejos de Allenworth. Llegaron dos camionetas negras con seis hombres vestidos de negro (obviamente, contratados por los dos cómplices), seguidos de un automóvil particularmente especial.
El vehículo de Leon Aberdeen era pilotado por el séptimo hombre, y el gran e importante banquero iba amarrado e inconsciente en uno de los maleteros de una camioneta.
-Interceptarlo no fue tan difícil, menos si es tan rutinario como dijiste. Uno de mis muchachos se hizo pasar por uno de los de Valet Parking y así pudo conseguir al auto y al hombre.-
-Muy bien.- dijo Luke satisfecho, mientras Mikuo lo escuchaba con mucha atención.- Repasemos el plan. Todos nos ponemos un pasamontañas, menos el que va a ir por Ritsu al hospital. Cuando regrese con ella, empezamos las preguntas, y que vea a su marido. Eso le va a gustar.-
-Cuando llegues- dijo Mikuo, refiriéndose al hombre que llevaba el vehículo de Leon- esconde el auto dentro de la bodega. Amarren a Aberdeen en una silla y tengan lista otra para la mujer. Por si las cosas se ponen difíciles ¿Están armados?-
Los siete hombres asintieron y el plan se puso en marcha. Mientras el auto iba a por Ritsu, dos hombres (ya todos con los pasamontañas puestos) sacaron a un todavía inconsciente hombre rubio del maletero y lo ataron violentamente a una muy incómoda silla.
No pasó mucho tiempo para que el vehículo llegara nuevamente, y con el, la doctora Namine Ritsu. Con muy poca, o casi nula delicadeza, otro hombre la obligó a salir del vehículo y la arrastró hasta otra silla, donde aseguraron sus manos y piernas.
Por supuesto que Luke y Mikuo iban a hacer las preguntas, pero no eran tan estúpidos como para dejar que sus voces se escucharan y las pudieran identificar. Así que cada uno iba a tener un intérprete que hablara por ellos.
-Doctora Ritsu, póngase cómoda, por favor. Necesitamos que nos diga algunas cosas que queremos saber.- dijo el representante de Luke.
-¿Qué quieres?-
-Sólo que nos diga algunas cosas de dos peculiares pacientes suyos.- dijo el intérprete de Mikuo.
-Vete al diablo. No voy a violar la confidencialidad médico-paciente.-
-Creo que no entiendes la situación, zorra.- dijo "Mikuo" y ordenó que uno de los hombres quitara el antifaz de sus ojos, sólo para que ella contemplara a su marido atado a una silla con otro sujeto apuntándole con un revólver justo en la sien.- Ahora, por cada respuesta que no me sirva, le meto una bala.- Luke veía a Mikuo orgulloso, como si fuera una creación que resultó perfecta.
-Sólo... dime qué es lo que quieres saber.- dijo Namine llorando.
-Quiero saber qué tuvo que ver el accidente de Kamui Gakupo, la muerte de Megurine Luka y el coma de Shion Kaito.-
-P-pero, yo no sé mucho de eso...- el sonido del cilindro del revólver apuntándole sin ninguna duda a su marido la enfrió y cuando el hombre que sostenía el arma le propinó un muy fuerte golpe a la boca del estómago del banquero, empezó a decir- ¡De acuerdo! Yo... la verdad no sé mucho, sólo los atendí. Quien tiene la información completa es la policía y el abogado de ellos, Hiyama Kiyoteru. Yo sólo podría describir todo a grandes rasgos, yo...-
-Pues empieza a hablar, que no tengo todo el día y me puedo aburrir de escucharte. Y si me aburro, puedo empezar a disparar.- dijo el portavoz de Luke.
-Gakupo llegó herido de gravedad, lo único que supe fue que Luka había cambiado algo en la utilería de unos videos que estaban en rodaje y que por eso Kaito lo apuñaló... de ése incidente ya no sé más. Al día siguiente, Luka llegó al Allenworth, habló con Gakupo y le dijo que Kaito había sido el que lo apuñaló con alevosía y ventaja, pero cuando ella bajó a la recepción... yo, sólo me enteré que se resistió a un arresto y le disparó a un policía, que sus compañeros respondieron y así murió.-
-¿Y el coma de Kaito? ¿Qué con eso?- preguntó el intérprete de Mikuo.
-Cuando pasó lo de Luka, Kaito llegó junto con la policía; al parecer él estuvo en la línea de fuego junto con el abogado y la compañera del detective encargado, VY1 Mizki. Después de eso, Kaito subió a hablar con Gakupo, pero éste ya había sido envenenado por las palabras de Luka, y cuando entró lo golpeó. En el momento en el que yo llegué, Kiyoteru estaba conteniendo a Gakupo de su ira y yo me dediqué a atender a Kaito que ya estaba totalmente inconsciente; los golpes causaron un traumatismo cerebral grave y estuvo en coma por un tiempo... Shion Akaito, Kasane Teto y el mismo Gakupo se quedaron al pendiente de él todo el tiempo hasta su recuperación. Es todo lo que sé.-
Luke y Mikuo se miraron uno al otro y con la mirada, Hatsune dio la orden para que el hombre le diera otro gran golpe a Leon, que como ya había despertado, estaba violentamente amordazado. Cuando Aberdeen se retorció de dolor, Namine empezó a llorar más.
-¡¡Se los juro!! ¡Es todo lo que sé...!-
Megurine dio la indicación de que se les liberara a ambos, pero antes, les advirtió a través del portavoz:
-Si acuden a la policía o alertan a alguien de lo que acaba de pasar aquí, no sólo los secuestraremos con una pequeña amenaza. Esta vez, los mataremos y ni con una lupa van a encontrar sus restos ¿De acuerdo? Porque si lo hacen, si llegan a hablar de esto con alguien, lo sabré. Que no les quepa la menor duda.-
Los esposos se abrazaron y asintieron con mucho miedo, tomaron el auto de Aberdeen y se fueron a toda prisa.
"Lo único que pude guardarme, es el hecho de Gakupo y Kaito que son pareja. Podrían usar eso en su contra... si bien les dije casi todo lo que sucedió, no decirles ese detalle podría ganarles algo de tiempo. No puedo advertirle a nadie de esto, así que sólo puedo esperar a que todo salga bien... Tiene que salir bien, pero bien sabe mi Dios que dije todo eso para salvar al hombre que amo, así que espero me perdonen. ¿Quién querría saber esto? ¿Y por qué...? ¿Para qué?"
Los hombres contratados se dispersaron, Luke y Mikuo regresaron a casa del chico de rosa y continuaron con su plan.
-¿Y ahora qué? ¿Crees que la zorra ésa nos haya contado todo lo que sabe?- preguntó Mikuo.
-Si... no se atrevería a mentir con la vida de Aberdeen en juego. Pero, aún así, presiento que no es todo lo que pasó ahí... hay todavía cosas que incluso ella no sabe. Lo se...-
-Mencionó que Kaito y Kiyoteru estaban en la línea de fuego cuando Luka murió. ¿Por qué?-
-Eso nos toca a nosotros de investigar, pero sólo podemos averiguarlo con Kaito.- dijo Luke.
-¿Por qué con Hiyama no?-
-Tu lo deberías de saber, cariño... Recientemente, tu abogado y el Comandante de la policía salieron del clóset, que aparte de que son hermanastros, son pareja.-
-Es verdad... ¿Y eso qué tiene que ver?- refunfuñó el chico azulverdoso.
-Bueno, que aparte de que Kiyoteru es hermanastro del Comandante, ya con eso cuenta con la protección de la policía, y la cosa se pone peor haciéndolos amantes. ¿No recuerdas hace algunos años? Esos tipos son algo fuerte, disolvieron el clan yakuza más importante de la ciudad.-
-Ah, es cierto, el incidente de Yowane Haku...-
-Así es, si esos dos tuvieron algo tan importante entre manos y pudieron resolverlo, debe de ser que el asunto entre Gakupo, Kaito y Luka es grave. La verdad, no dudo que mi hermana haya hecho todo eso, la creo muy capaz, pero lo que no creo es que lo haya hecho sin razón alguna. Algo debieron de haberle hecho para orillarla a hacer lo que hizo.-
-Totalmente de acuerdo. Pero... ¿qué vamos a hacer ahora?- preguntó confundido Mikuo
-Pasar al plan B.-
-¿Te refieres a...?-
-Si, IA y Lily entran al juego.-
Mikuo avanzó directo hacia la habitación, y tomo asiento en una silla frente a la cama de Luke, quien permanecía con los ojos cerrados. Lo observaba dormir con tanta paz y delicadeza que no pudo evitar soltar un suspiro y sonrojarse un poco. Pasó una de sus manos por la mejilla del durmiente, acariciándola suavemente hasta que la mano de Megurine tiró de ella con fuerza y lo obligó a tumbarse a un lado suyo.
¿Pero cómo era que aquel muchacho tan delgado y delicado tuviera esa fuerza?
-¿Me espías mientras duermo, Mikuo?- dijo a la vez que se encimaba en el y lo aprisionaba con la fuerza de sus piernas.
-¡S-suéltame! Yo sólo vine para planear lo de Aberdeen.- pero el chico hizo caso omiso y siguió ejerciendo su aprisionamiento.
-Pensé que ya habíamos cerrado este asunto, cariño. El plan ya está hecho, sólo hay que esperar a mañana.-
-¿Estás seguro de esto, Luke?-
-¿Y tu? Yo no dudaré ni un segundo, mi hermana era todo lo que me quedaba...- decía con una seguridad abrumadora. Incuso Hatsune podía sentir como el calor subía progresivamente por el cuerpo de aquel chico, para llegar a reflejarse en unos ojos grandes y azules de los que brotaba ira y pasión. El de cabello azulverdoso frunció el ceño, tomando un poco de la seguridad del otro y asintió.
-Si, yo siempre termino lo que empiezo.- Luke se sonrió y se acercó un tanto demasiado al rostro del otro.
-Me gusta tu disposición, y estoy dispuesto a recompensarla....-
Lo hizo... de verdad, lo hizo ¡Luke estaba besando a Mikuo!
Era un bálsamo, un suave refugio... ¿Por qué demonios se estaba dejando llevar? ¿Por qué no estaba poniendo un alto? ¿Por qué lo estaba disfrutando...?
La tensión que al principio tenía, ahora era una relajación monumental; sus manos que se habían tornado puños, ahora reflejaban lo indefenso que se encontraba, como si con ese beso, Luke estuviera succionando sus preocupaciones y dudas.
Instintivamente sus manos subieron por debajo de la camiseta de Megurine, acariciando firmemente la piel que había bajo ella.
Eran bajos instintos. Tenía que admitir, aunque tal vez no en voz alta, que desde que Luka murió y conoció a su hermano había estado deseando a Luke tanto o incluso más de lo que la deseaba a ella. Esos rasgos delicados, ese cuerpo tan delgado pero no indefenso... podrían volverlo loco.
-¿Te gusta? ¿Te gusta lo que sientes?- decía el chico de rosa, mientras bajaba su mano a la entrepierna del otro.
-Si...-
-¿Me quieres? ¿Me deseas?- seguía diciendo mientras excitaba cada vez más a Mikuo, quien no podía dejar de ver aquellos ojos tan grandes y confidentes, no podía dejar de acariciar aquella suave piel perlada, no podía dejar de...- ¿Lo quieres?-
-¡Si!- gimió finalmente Mikuo, quien se dedicó a devorar con desesperación los labios del otro, quien entre gemidos y susurros decía "Entrégate a mi".
"Escúchame con atención: a partir de ahora, eres sólo mío. No te entregarás a nadie más que no sea yo.
Tu cuerpo, tu alma y tu espíritu son míos, cualquier acción o decisión que tomes, me afectará a mi por igual. Desde este mismo instante, estamos unidos para siempre y no podrás romper esta promesa, Mikuo. Nunca..."
Luke ahora había ganado. Su tablero de ajedrez ahora estaba completo: por fin se había adueñado completamente de la pieza que le faltaba, la última pieza...
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-¿Ya están listos?- dijo Akaito asomando la cabeza dentro de la habitación.
-Ya, sólo falta que ya me quiten esta estúpida intravenosa.- decía a regañadientes el joven azulado Shion.
A un lado de el, se encontraba Gakupo, quien lo ayudó a vestirse con sus habituales ropas de civil.
Había llegado el día en que darían de alta a Kaito, el samurai fue al departamento, consiguió una muda de ropa y regresó para llevarse a su amante de vuelta al mundo.
Los prometidos pelirrojos y los dos hombres amantes se reunieron en la habitación del azulado. Estaban esperando a que la última bolsa del medicamento se terminara y así Kaito podría irse.
-¿No era su boda ya por estas fechas?- preguntó Gakupo, mientras Shion levantaba la cabeza en señal de duda, igualmente.
-Si, pero decidimos postergarlo para un mes después de la fiesta de cierre de la Saga. Así nos aseguramos de tenerlos a todos presentes.- dijo Teto guiñando un ojo a los dos hombres.
-Jejeje, claro que sí. ¿Van a ir a la fiesta?-
-¡Claro! Aunque no participamos, somos invitados de Fujimori. Mi compromiso con Teto le hace ganar dinero. Piénsenlo: Vocaloid y UTAU juntos. No sólo nos hacemos de más renombre, sino que puede haber posibles duetos y más lucro.-
-Pero Fujimori se puede ir a la mierda. Nosotros vamos a ir a divertirnos, y a verlos a ustedes ¿Cierto?-
-Por supuesto, cariño.- dijo Akaito con una gran y sincera sonrisa.
Ritsu entró al cuarto, le indicó a Akaito que bajara a la recepción a terminar el papeleo del alta de su hermano y quitó la aguja que había estado tanto tiempo invadiendo las venas de Kaito.
-Con esto ya deberás de estar bien, sólo lleva la dieta y el ejercicio que te indiqué, no bebas ni fumes durante los próximos veinte días y ven a revisión general una vez al mes ¿entendido?-
-Gracias, Ritsu. Por todo...- dijo mientras se abalanzaba a abrazar a la joven doctora.
-Oh, claro...- dijo correspondiendo el abrazo.- Sólo cuídense, muchachos. Cualquier cosa, cuenten conmigo.-
Ambos hombres agradecieron como era debido y salieron del hospital, los prometidos les siguieron y cada quién salió para su hogar.
La jornada de Ritsu estaba por terminar, como siempre, se dirigió a su casillero dentro del hospital, se retiró la bata para guardarla y se retocó un poco el maquillaje.
Después de algunos pacientes y días testarudos, por fin podría ir a casa, descansar y estar junto a su esposo.
Conoció a Leon Aberdeen en el aeropuerto de Nueva York, ella estaba en un intercambio de la facultad de medicina y se conocieron en un choque accidental. Amor a primera vista (o Visa).
Se despidió de todos sus compañeros y amigos del hospital, y salió a la entrada principal, que estaba bellamente iluminada por la luz de la luna.
Pasó el automóvil de Leon, y ella subió, pero no era su marido quien iba conduciendo.
-Buenas noches, Doctora Ritsu. Si intenta gritar o dar alarma, su marido y usted misma correrán peligro.- dijo un hombre desconocido. Llevaba una máscara de látex que desfiguraba sus rasgos y lo hacía imposible de reconocer, Ritsu se asustó como nunca lo había hecho, pero no tenía opción, tenía que obedecer.
-¿Qué quieres de mi?-
-Yo, nada. Mis jefes quieren preguntarle algunas cosas, pero si se rehúsa a responder... bueno, Leon Aberdeen podría morir.- Namine se enfrió, sintió como un nudo se iba formando en su estómago.- Por favor, colóquese esto.- dijo el hombre que conducía, tendiéndole un antifaz negro, con el cuál no podía ver. Una vez que se lo colocó, sintió como el hombre le ponía unas esposas alrededor de las muñecas.
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Mikuo estaba totalmente embobado con Luke, si éste le decía "salta", el saltaba. Era como si alguna especie de hechizo o encantamiento hubiese caído sobre Hatsune impidiéndole pensar por su cuenta.
Pero esto le convenía a Luke... el de azulverdoso era su más importante y fiel pieza en su juego.
El atardecer había caído sobre la ciudad, y estos dos hombres se encontraban en una bodega abandonada, no muy lejos de Allenworth. Llegaron dos camionetas negras con seis hombres vestidos de negro (obviamente, contratados por los dos cómplices), seguidos de un automóvil particularmente especial.
El vehículo de Leon Aberdeen era pilotado por el séptimo hombre, y el gran e importante banquero iba amarrado e inconsciente en uno de los maleteros de una camioneta.
-Interceptarlo no fue tan difícil, menos si es tan rutinario como dijiste. Uno de mis muchachos se hizo pasar por uno de los de Valet Parking y así pudo conseguir al auto y al hombre.-
-Muy bien.- dijo Luke satisfecho, mientras Mikuo lo escuchaba con mucha atención.- Repasemos el plan. Todos nos ponemos un pasamontañas, menos el que va a ir por Ritsu al hospital. Cuando regrese con ella, empezamos las preguntas, y que vea a su marido. Eso le va a gustar.-
-Cuando llegues- dijo Mikuo, refiriéndose al hombre que llevaba el vehículo de Leon- esconde el auto dentro de la bodega. Amarren a Aberdeen en una silla y tengan lista otra para la mujer. Por si las cosas se ponen difíciles ¿Están armados?-
Los siete hombres asintieron y el plan se puso en marcha. Mientras el auto iba a por Ritsu, dos hombres (ya todos con los pasamontañas puestos) sacaron a un todavía inconsciente hombre rubio del maletero y lo ataron violentamente a una muy incómoda silla.
No pasó mucho tiempo para que el vehículo llegara nuevamente, y con el, la doctora Namine Ritsu. Con muy poca, o casi nula delicadeza, otro hombre la obligó a salir del vehículo y la arrastró hasta otra silla, donde aseguraron sus manos y piernas.
Por supuesto que Luke y Mikuo iban a hacer las preguntas, pero no eran tan estúpidos como para dejar que sus voces se escucharan y las pudieran identificar. Así que cada uno iba a tener un intérprete que hablara por ellos.
-Doctora Ritsu, póngase cómoda, por favor. Necesitamos que nos diga algunas cosas que queremos saber.- dijo el representante de Luke.
-¿Qué quieres?-
-Sólo que nos diga algunas cosas de dos peculiares pacientes suyos.- dijo el intérprete de Mikuo.
-Vete al diablo. No voy a violar la confidencialidad médico-paciente.-
-Creo que no entiendes la situación, zorra.- dijo "Mikuo" y ordenó que uno de los hombres quitara el antifaz de sus ojos, sólo para que ella contemplara a su marido atado a una silla con otro sujeto apuntándole con un revólver justo en la sien.- Ahora, por cada respuesta que no me sirva, le meto una bala.- Luke veía a Mikuo orgulloso, como si fuera una creación que resultó perfecta.
-Sólo... dime qué es lo que quieres saber.- dijo Namine llorando.
-Quiero saber qué tuvo que ver el accidente de Kamui Gakupo, la muerte de Megurine Luka y el coma de Shion Kaito.-
-P-pero, yo no sé mucho de eso...- el sonido del cilindro del revólver apuntándole sin ninguna duda a su marido la enfrió y cuando el hombre que sostenía el arma le propinó un muy fuerte golpe a la boca del estómago del banquero, empezó a decir- ¡De acuerdo! Yo... la verdad no sé mucho, sólo los atendí. Quien tiene la información completa es la policía y el abogado de ellos, Hiyama Kiyoteru. Yo sólo podría describir todo a grandes rasgos, yo...-
-Pues empieza a hablar, que no tengo todo el día y me puedo aburrir de escucharte. Y si me aburro, puedo empezar a disparar.- dijo el portavoz de Luke.
-Gakupo llegó herido de gravedad, lo único que supe fue que Luka había cambiado algo en la utilería de unos videos que estaban en rodaje y que por eso Kaito lo apuñaló... de ése incidente ya no sé más. Al día siguiente, Luka llegó al Allenworth, habló con Gakupo y le dijo que Kaito había sido el que lo apuñaló con alevosía y ventaja, pero cuando ella bajó a la recepción... yo, sólo me enteré que se resistió a un arresto y le disparó a un policía, que sus compañeros respondieron y así murió.-
-¿Y el coma de Kaito? ¿Qué con eso?- preguntó el intérprete de Mikuo.
-Cuando pasó lo de Luka, Kaito llegó junto con la policía; al parecer él estuvo en la línea de fuego junto con el abogado y la compañera del detective encargado, VY1 Mizki. Después de eso, Kaito subió a hablar con Gakupo, pero éste ya había sido envenenado por las palabras de Luka, y cuando entró lo golpeó. En el momento en el que yo llegué, Kiyoteru estaba conteniendo a Gakupo de su ira y yo me dediqué a atender a Kaito que ya estaba totalmente inconsciente; los golpes causaron un traumatismo cerebral grave y estuvo en coma por un tiempo... Shion Akaito, Kasane Teto y el mismo Gakupo se quedaron al pendiente de él todo el tiempo hasta su recuperación. Es todo lo que sé.-
Luke y Mikuo se miraron uno al otro y con la mirada, Hatsune dio la orden para que el hombre le diera otro gran golpe a Leon, que como ya había despertado, estaba violentamente amordazado. Cuando Aberdeen se retorció de dolor, Namine empezó a llorar más.
-¡¡Se los juro!! ¡Es todo lo que sé...!-
Megurine dio la indicación de que se les liberara a ambos, pero antes, les advirtió a través del portavoz:
-Si acuden a la policía o alertan a alguien de lo que acaba de pasar aquí, no sólo los secuestraremos con una pequeña amenaza. Esta vez, los mataremos y ni con una lupa van a encontrar sus restos ¿De acuerdo? Porque si lo hacen, si llegan a hablar de esto con alguien, lo sabré. Que no les quepa la menor duda.-
Los esposos se abrazaron y asintieron con mucho miedo, tomaron el auto de Aberdeen y se fueron a toda prisa.
"Lo único que pude guardarme, es el hecho de Gakupo y Kaito que son pareja. Podrían usar eso en su contra... si bien les dije casi todo lo que sucedió, no decirles ese detalle podría ganarles algo de tiempo. No puedo advertirle a nadie de esto, así que sólo puedo esperar a que todo salga bien... Tiene que salir bien, pero bien sabe mi Dios que dije todo eso para salvar al hombre que amo, así que espero me perdonen. ¿Quién querría saber esto? ¿Y por qué...? ¿Para qué?"
Los hombres contratados se dispersaron, Luke y Mikuo regresaron a casa del chico de rosa y continuaron con su plan.
-¿Y ahora qué? ¿Crees que la zorra ésa nos haya contado todo lo que sabe?- preguntó Mikuo.
-Si... no se atrevería a mentir con la vida de Aberdeen en juego. Pero, aún así, presiento que no es todo lo que pasó ahí... hay todavía cosas que incluso ella no sabe. Lo se...-
-Mencionó que Kaito y Kiyoteru estaban en la línea de fuego cuando Luka murió. ¿Por qué?-
-Eso nos toca a nosotros de investigar, pero sólo podemos averiguarlo con Kaito.- dijo Luke.
-¿Por qué con Hiyama no?-
-Tu lo deberías de saber, cariño... Recientemente, tu abogado y el Comandante de la policía salieron del clóset, que aparte de que son hermanastros, son pareja.-
-Es verdad... ¿Y eso qué tiene que ver?- refunfuñó el chico azulverdoso.
-Bueno, que aparte de que Kiyoteru es hermanastro del Comandante, ya con eso cuenta con la protección de la policía, y la cosa se pone peor haciéndolos amantes. ¿No recuerdas hace algunos años? Esos tipos son algo fuerte, disolvieron el clan yakuza más importante de la ciudad.-
-Ah, es cierto, el incidente de Yowane Haku...-
-Así es, si esos dos tuvieron algo tan importante entre manos y pudieron resolverlo, debe de ser que el asunto entre Gakupo, Kaito y Luka es grave. La verdad, no dudo que mi hermana haya hecho todo eso, la creo muy capaz, pero lo que no creo es que lo haya hecho sin razón alguna. Algo debieron de haberle hecho para orillarla a hacer lo que hizo.-
-Totalmente de acuerdo. Pero... ¿qué vamos a hacer ahora?- preguntó confundido Mikuo
-Pasar al plan B.-
-¿Te refieres a...?-
-Si, IA y Lily entran al juego.-