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jueves, 14 de enero de 2016

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 18: Reunión, el epílogo.

-¿Han oído hablar de Mr. Legend...?-
-Por supuesto que sí. No creo que haya alguien en esta ciudad que no conozca al héroe Legendario.- resopló Barnaby, con un tono casi sarcástico en respuesta a lo que él consideraba una pregunta absurda.
-Era mi ídolo, mi modelo a seguir cuando era más chico...- añadió Kotetsu, reincorporándose mientras tomaba la mano de Kaede, envuelta en el traje que aislaba las células NEXT de la chica.
-¿Pero... acaso saben cómo fue que murió?- los ojos del vigilante se tornaron vidriosos, aunque por la máscara nadie pudo percatarse de ello.
-Fue durante un ataque terrorista, un accidente. Los héroes que trabajaban junto al Legendario lo confirmaron en la rueda de prensa que se hizo el día anterior a su funeral.- contestó el veterano de Apollon, interesado particularmente en lo que Lunatic podría decir.
-Wild Tiger... no creas en toda la información que la prensa maneja; si fuera verdad todo lo que se llega a publicar o transmitir, tu seguirías siendo el culpable definitivo del asesinato de Samantha Taylor.- Kotetsu se sorprendió de la manera tan fría en la que Lunatic decía aquello, casi como si no le importase que Barnaby estuviera ahí escuchando cada palabra. Sin embargo el vigilante comprendía perfectamente el sentimiento, pero era propio de él decir las cosas sin vacilaciones, incluso de una manera un tanto cruda.
-... no metas a mi tía Samantha en esto...- decía el conejo por lo bajo, apretando los puños en un intento de controlar una casi inminente rabieta.
-La verdadera historia es muy diferente, y por mucho, más cruel que la difundida por los medios.- la mirada de Barnaby se tornó un poco obscura, reflejaba escepticismo y cierta curiosidad; buscó la mirada de Kotetsu sólo para confirmar que no era el único compartiendo aquel sentimiento, el tigre miró a su hija preguntando con el contacto visual si ella acaso sabría de aquella historia. La mirada de la castaña fue negativa, ella también buscó ver a Deino buscando respuestas, pero dada su expresión casi circunspecta, el círculo de miradas se cerró con el chico viendo al vigilante, expectante del desenlace.
-¿Usted la sabe, Lunatic?- preguntó Deino finalmente a lo que el vigilante asintió.
-Hace muchos años, había un chico... el hijo de Mr. Legend. Cuando éste chico estaba en la flor de la adolescencia sus poderes NEXT fueron presentándose con particular espontaneidad, se vio incapaz de controlarlos hasta que fue inevitable para el Legendario darse cuenta del riesgo que esto implicaba. Esto pasó cuando Mr. Legend ya estaba en declive y no fue fácil aceptar que su vida estaba cambiando drásticamente, sus poderes se desvanecían un poco más con cada segundo que transcurría y su hijo se encontraba aislado de todo y de todos por temor a lastimar a alguien. El Legendario se encontraba desesperado pues no quería abandonar la vida que llevaba, se adentró en el obscuro camino de la bebida sin control y cada día llegaba rompiendo cosas y maldiciendo por lo alto; un día se encontraba bebiendo en el garage de su residencia, su esposa, Origa, tuvo la mala idea de ver si acaso necesitaba algo, una idea que no sonaba mal en su momento. El chico se encontraba como cualquier otro día, en su cuarto alejado del mundo hasta que se empezó a escuchar aquello. Los gritos y lamentos de Origa... como todo hijo preocupado por su madre, el chico salió a investigar de dónde venían aquellos quejidos y la razón que los provocaba; el muchacho caminaba con paso lento, escuchando como si alguien estuviera golpeando a alguien más, sus sospechas se fueron arraigando más a él con cada paso que daba, los sonidos de los golpes acompasaban los lamentos de la esposa. La casa se llenaba de un ambiente macabro y obscuro a pesar de haber sido un día bastante soleado, cuando el chico llegó a la cochera y vio a Mr. Legend golpeando de una manera brutal a Origa, mientras ella le suplicaba entre golpe y golpe que por favor se detuviera, el sonido desesperado de su llanto inundaba el lugar, ella ya no tenía fuerzas como para alzar un poco los brazos e intentar protegerse... ella ya estaba resignada a que iba morir ahí, de aquella forma y con la firma del hombre al que ella más amaba.- la cara de los otros cuatro presentes era amarga, como si con cada palabra del relato pudiesen sentir lo mismo que la señora Petrov.- El chico le pidió con desespero a su padre que se detuviera, pero el Legendario no parecía escucharlo, o siquiera percatarse de que su hijo estaba presenciando aquello. El poder NEXT del hijo lo sobrellevó en un intento desesperado de salvar a su madre y terminó asesinando accidentalmente a su propio padre.- decía con la voz quebrada de aquello último.
-No me malentiendas, que nos hayas contado esto ciertamente nos ha esclarecido ciertos aspectos de la muerte de Mr. Legend que no cuadraban con los informes oficiales, que también fueron censurados en la causa oficial de muerte. Pero no nos has dicho exactamente qué fue lo que lo mató, fue su hijo quien lo detuvo de una manera que el pobre chico no hubiese querido, de eso estoy seguro, pero ¿cómo lo hizo?- preguntó Barnaby, con la expresión más suave y genuinamente intrigado por lo que Lunatic fuese a decir.
-Esta parte... la sabrán deducir un poco.- con sorpresa reflejada en sus rostros, nadie hizo comentario alguno, esperando a que el vigilante siguiera con los detalles del relato.- Mr. Legend, unos días antes de perderse en el vicio, le obsequió al muchacho cierto traje... un traje que aislaba las células NEXT para que su poder permaneciera dentro de su espacio personal y nadie lo notara ni se saliera de control.- Kaede se quedó estupefacta, incapaz de poder creerlo, la expresión de Deino era igual, inclusive dejaron ambos caer al mismo tiempo un poco ses mandíbulas de tal sorpresa.
-¿Quieres decir que...?- Lunatic asintió sabiendo lo que estaba pensando la castaña, pero sabía que los dos héroes no habían captado del todo aquello, ya que a ellos no les había dicho que ese traje alguna vez le perteneció.
-¿Le diste el traje de aquel chico a mi hija?- preguntó Kotetsu, aún sin saber la razón de la expresión de los dos más jóvenes.
-Un día antes del incidente, el traje se rompió y el chico lo había mandado a remendar con especialistas en hilos aislantes de NEXT. Por eso aquel día que el muchacho no usaba su "armadura"... Mr. Legend sufrió incineración accidental hasta la muerte.- dijo finalmente, dejando caer los hombros pesadamente tras un gran suspiro.
-¿Incineración...?- decía Barnaby total y completamente perplejo.- ¿Me estás diciendo que tu eres...?-
-¿... el hijo de Mr. Legend?- terminó de preguntar Kotetsu igualmente estupefacto.
-Aquel día, Origa, mi madre perdió la cordura y yo también terminé quemado por mis propias llamas...- dicho esto, se dio media vuelta y tomó un respiro para darse valor.

Exhaló y recordó que si aquella era la voluntad de Thanatos, habría de cumplirse. Tomó su máscara por la parte de abajo y se retiró la identidad de Lunatic, dejando que su largo cabello gris ondeara levemente con la corriente de aire que pasaba por el lugar y con la frente en alto se dio la vuelta.
-¡¿El juez de Justicia?!- exclamó Kotetsu, todos parecieron absolutamente perplejos. ¡Vaya día de emociones y de sorpresas!
-¿Yuri... Petrov?- preguntó Barnaby. Había que decirlo, ahora la mirada de Yuri reflejaba un atisbo de vergüenza, como si se hubiese desnudado frente a ellos.- ¿Eres Lunatic?- volvió a preguntar el conejo, de verdad, incapaz de asimilar la escena.
-Sólo cuando uso este traje. Cuando interpreto los deseos de Thanatos.-
-¿De verdad?- Bunny ahora parecía molesto.- ¿Sólo cuando usas el traje? ¿Como podría confiar en que desempeñas tu papel de juez siendo indiferente de esto?-
-No se si lo creas, pero incluso yo tengo ética profesional.- bufó Yuri molesto ahora.- Mi trabajo lo limito a las leyes escritas, nada más.-
-Por que vaya que me has hecho la vida difícil en los tribunales.- rezongó Tiger.- Eso sin contar que como Lunatic, me has querido matar.-
-He tomado la voluntad de Thanatos a mi conveniencia, pero me he dado cuenta de que mi Dios habla a través de tu hija. Su causa es buena y por eso me uno a ella.-
-¿Y que hay de tu promesa con Frank?- recordó Barnaby repentinamente.- ¿Cómo entra él en todo esto?-
-Mi madre en sus momentos de lucidez recordaba la forma en la que detuve a mi padre... aún me odia por ello. Aquella presión de que se me recordara a diario el terrible suceso, no sólo por parte de mi madre, sino cada vez que me miraba al espejo y ver las cicatrices que dejaron mis llamas aquel día...- Yuri vio sorpresa reflejada en todos los presentes, así que aclaró.- Las camuflo con un maquillaje especializado, por eso no son tan evidentes. En fin, me sentía presionado y en una etapa de mi vida sentí que perdí el rumbo, ya no tenía intenciones de vivir pero no quise irme por la vía fácil. En un congreso cristiano conocí a Frank, él me introdujo a Thanatos y sentí por vez primera que realmente mi vida tenía un propósito. Thanatos es la personificación de la muerte sin violencia, si bien fue cierto que mi padre sufrió antes de morir, no fue dolor malintencionado o provocado adrede. Encontré tanto en Frank como en mi Dios una salvación, poder verme a la cara con mi padre y enmendar lo que hice. Cimentar mi camino hacia él con los pecados de los criminales a los que creía expiar... no es así, nunca fue así. Frank decía constantemente que tenía una misión en la tierra, pero hasta que me uní a él a Ouroboros arrastrado por un sentimiento de agradecimiento y de amistad, como si él fuera mi guía y yo su protegido, fue que me enteré de su plan: para poder ascender al paraíso junto al Creador tenía que hacer su voluntad eliminando a los humanos, permitiendo el paso de la evolución, hacer prevalecer a los NEXT dispuestos a cooperar a la causa y eliminando a los rezagados a los deseos del hombre común, los héroes.-

-A ver si entendí... ¿De eso se trata Ouroboros ahora? ¿De NEXTs rebeldes que odian a los humanos?- preguntó Kotetsu con una expresión amarga.
-No tanto como eso...- ahora fue la voz de Deino la que se hizo sonar, rompiendo el silencio que hasta ahora guardaba.- Hay NEXTs que definitivamente odian la raza humana, ésos son básicamente los pilares de la actual organización y de ellos habrá que preocuparnos. Pero hay otros que aunque no lo dicen, sólo son simples personas desprotegidas, excluidas, que no tenían a donde más ir y por eso están militando en Ouroboros... porque los acogieron en momentos de necesidad. Estoy casi seguro de que no comulgan al cien por ciento con las ideas del Maestro, pero están dispuestos a pelear por ellas si se los pide a cambio de seguridad, comida y techo.- dijo un tanto cabizbajo.
-Deino es el segundo asistente de Frank, sabe más que cualquiera de nosotros, pero no todo. A quien le tiene plena confianza es a Jason Keyes. De una u otra manera, él se supo ganar la confianza de Frank más de lo que yo lo hice.-
-¿Cómo está la situación ahora?- preguntó Barnaby, intentando ser más objetivo.
-La organización se encuentra al oeste de la ciudad, en una fábrica de calzado abandonada, la fachada es mero señuelo ya que la inteligencia, oficinas, dormitorios, almacenes y demás se encuentran distribuidos en ocho pisos subterráneos. Al nivel de piso sólo le conocemos como "El vínculo" ya que una vez pasando por aquel patio, decidimos dar nuestras vidas a Ouroboros y al Creador. La organización crece cada vez más, estamos refugiando de tres a nueve NEXTs adicionales diariamente, y contando el agregado de hoy, el registro contaba 950 miembros en activo.- explicaba Deino.
-¡¿Ya tienen tanta gente?!- exclamó Tiger evidentemente preocupado.
-Cuando yo me uní, ya habían unos 500 o 550 NEXTs afiliados.-
-¿Y cómo sustentan tal cantidad de personas?- preguntaba Barnaby, con un sentimiento de angustia al pensar que realmente deberían estar por mucha más preocupados.
-No podría decirles con exactitud.- agregó Lunatic.- Sólo me enteré de casualidad que una mujer es quien solventa todos los gastos y que a cambio, Frank tiene que reunirse con ella una vez al mes. Supongo que la enamoró y la usa a su favor.-
-Eso es caer muy bajo, jugar con los sentimientos de una persona...- admitió Kaede en voz baja.
-Lunatic... tenemos que irnos ya.- dijo Deino, con un semblante preocupado.
-Cierto.- asintió Yuri y se puso de nuevo la máscara de Lunatic.- No podemos permitir que se note la ausencia de éstos dos.-

-Sólo... prométeme que tendrás mucho cuidado. ¿De acuerdo?- decía Kotetsu a la vez que abrazaba a su pequeña del abdomen, evitando cualquier contacto piel a piel. Su voz sonaba un poco recia, como negándose a querer dejar ir a la chica.
-Mantén un perfil bajo y no hagas nada que pueda comprometer tu fachada.- agregó Barnaby con una voz suave, como si estuviera brindando consuelo en vez de dar una indicación.
-Lo prometo.- decía con algunas lágrimas en los ojos, abrazando con recelo el cuerpo de su padre con un brazo y tomando el brazo de Bunny con el otro.- De verdad... estoy arrepentida de hacerlos tener que pasar por esto, pero se que puedo ayudar.-
-Nosotros también pensamos eso, Kaede. Confiamos en ti. Como dijo Lunatic, esto será imposible sin ti.- dijo el rubio con seguridad, aunque con un poco de miedo a la vez.
-Serás una excelente heroína algún día...- dijo Tiger, alzando su mirada para ver a los ojos de su hija.- No... ya lo eres.-
La castaña se aferró más al abrazo, pero la mano de Yuri sobre su hombro le indicó a la chica que era tiempo de irse; Kaede soltó a su padre con cierta reticencia y amargura, buscó por debajo de sus ropas el guardapelo con la imagen de la joven Origa y mientras se iluminaba en un aura azul fluorescente su rostro cambió, volteó una última vez a ver a su padre y se dio la vuelta.
-Lunatic... Yuri.- recordó Barnaby.- Tu secreto estará a salvo con nosotros.-
-Lo agradezco.- dijo el vigilante haciendo una pequeña reverencia.
-Seguro entenderás que debo compartir la información de hoy con los demás héroes, ya que somos de las principales presas en esta lucha. Me limitaré sólo a los detalles de Ouroboros.- Yuri simplemente asintió.- Y... ¿me permitirías hablar de tu identidad con Ryan y Anaksha? Son de confiar además de ser nuestros aliados directos. Nuestra lucha es su lucha. Por favor.- esta vez, el vigilante lo pensó un poco. Tenía derecho a negarse después de todo.
-¿Confían en ellos?- preguntó con frialdad.
-Así es.- respondió el conejo con el mismo sentimiento, acompañado de la mirada confidente y llena de seguridad de su compañero.
-¿Les confiarían sus vidas si fuera necesario?- los héroes volvieron a asentir sin vacilaciones.- Lo pondré de esta manera... ¿Les confiarías la vida de tu hija?- esta vez la pregunta fue dirigida al mayor de los Kaburagi. El veterano abrió los ojos en señal de sorpresa para después fruncir el ceño y responder.
-Ryan abandonó al mejor compañero que pudo tener después del incidente de la Diosa para permitirme luchar junto a Barnaby, después regresó cuando se lo pedí para que mi compañero tuviera a alguien a su altura de su lado. No se opuso cuando el Trío se formó, me confió sus problemas y me confesó su amor por Anaksha, y ella... ella me devolvió mis poderes. Ryan es absolutamente leal y Anaksha es devota e incondicional. No podría confiar mi vida o la de mi hija en mejores manos.- terminó de decir con una confianza abrumadora.
-Entonces, no tengo ninguna objeción.- el vigilante suspiró y se dio la vuelta dispuesto a marcharse con los dos jóvenes.
-¡Esperen! Antes de irse... ¿Podría hablar con el chico?- Deino se vio desorientado por un momento y buscó el permiso de Yuri, quien susurró "No tardes" dando el consentimiento necesario. El rubio platinado se acercó a donde estaba el veterano. Tiger pasó un brazo por los hombros del muchacho y se dio la vuelta, inclinándose un poco para que nadie escuchara lo que preguntaría.
-¿Es verdad que estás enamorado de Kaede?- preguntó con ojos penetrantes. Un rojo coloreó las mejillas del chico, quien no hacía más que balbucear.
-¿Y-yo? ¿S-señor...' Pues... verá... lo q-que p-pasa...- Deino no podía articular palabras concretas ni mirar directo a los ojos del padre de... de Kaede.
-No me pareces un mal muchacho.- dijo Kotetsu y le sonrió al chico, a lo que éste se calmó sobremanera y soltó un suspiro de alivio.- Pero si le rompes el corazón, seré yo quien te rompa el trasero. ¿Entiendes?- la expresión del veterano se volvió a endurecer y el miedo se hizo presente una vez más.
-Sí, señor.- fue lo único que Deino atinó a decir, después se volvió a reunir con sus colegas y los tres de Ouroboros dejaron el lugar.
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-¡Annie!- exclamo Ryan con la mirada baja, viendo fijamente el pavimento debajo de ellos, llamando la atención de su compañera. Anaksha se levantó de golpe del otro extremo de la viga y se situó a lado del rubio.- Se marchan ya.-
Ambos héroes observaban como las tres figuras que habían llegado hace unos treinta o cuarenta minutos abandonaban el punto de reunión con paso firme, parecía que el encuentro había transcurrido sin ningún percance aparente. Pero de pronto, de las tres personas que caminaban lejos del lugar, una que conocían particularmente bien se frenó en seco unos segundos; Lunatic volteó el rostro, dejando que los héroes en las alturas la apreciaran unos momentos para después iluminarse todo su alrededor en aquellas majestuosas flamas antinatura. Ardió unos segundos y después se reincorporó a los otros dos para marcharse definitivamente.
-¿Qué... demonios fue eso?- preguntó Ryan con una pequeña pero inevitable expresión de miedo. Annie le contestó inundada por el mismo sentimiento.
-Quiso darnos a entender que estaba consciente de nuestra presencia. Él supo todo el tiempo que nos encontrábamos aquí... Hay que bajar rápido. No sabemos si esto pudo repercutir de manera negativa en su encuentro. Sujétate de algo.- dijo Annie con nerviosismo, a lo que Ryan se hincó y aferró fuertemente sus manos a la viga; la Leona Siniestra se iluminó en el peculiar azul brillante y con su telequinesis separó el cable de alta tensión que sujetaba el bloque de metal a la grúa de construcción al mismo tiempo que hacía la viga levitar y descender suavemente pero con rapidez hasta llegar a nivel de pavimento. Ambos saltaron de la metálica superficie con agilidad y se dirigieron con rapidez a confirmar el estado de sus colegas.
-¡Hey! ¿Se encuentran bien?- preguntó Ryan con preocupación.
-Lunatic nos... descubrió.- decía Anaksha al verse interrumpida por la escena. Barnaby le dirigió a la chica una mirada entre relajada y triste mientras abrazaba reconfortante la cabeza de Kotetsu, quien lloraba ahogadamente y en un incómodo silencio. Después de un par de segundos el veterano se reincorporó, tomó las manos de Barnaby y las besó con demasiada ternura como para ser descrita; se levantó dejando caer con pesadez los hombros, permitiendo el escape de un gran suspiro, cargado tanto de alivio como de estrés.
-Kaede estará bien... él lo prometió.- dijo Tiger al secarse las últimas lágrimas que corrían por su rostro.
-¿Él? ¿Lunatic?- preguntó Ryan.
-Es una historia que me parece que deben escuchar...- dijo Barnaby al recargarse sobre un muro, adoptando una posición cómoda para comenzar a contar aquella anécdota.- Mantengan la mente abierta, es un tanto... increíble.- los dos héroes asintieron y Bunny comenzó a hablar.
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-¡Si ese es el caso debemos de atacar de inmediato antes de que junten más rebeldes!- exclamó el Príncipe de la Gravedad Errante evidentemente alarmado.
-No te precipites, Ryan. Creo que tenemos que evaluar la situación primero.- decía Barnaby.
-¿No creen que si Kaede pudiese saber con más exactitud lo que piensan los demás militantes tendríamos más oportunidad de saber por dónde atacar a la Organización?-  preguntó Kotetsu con un repentino cambio de actitud.- Confío en mi hija, y si dijo que ayudará es por que lo hará.-
-Pienso que lo más prudente sería esperar hasta la próxima vez que Kaede se reporte. Así le daremos tiempo de recolectar toda la información que le sea posible. Además, con el chico Deino trabajando junto a Frank y la promesa de Lunat... de Yuri Petrov... bueno, tengo la corazonada de que mantendrá su palabra.- agregó la semi pelirroja.
-¿El juez de Justicia, eh? ¡Vaya que ésa no me la esperaba!- admitió Ryan con una leve sonrisa.

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 17. Reunión, el momento.

Desde aquella discusión, Anick había intentado hablar lo menos posible con Anaksha; le era totalmente insoportable aquella semi pelirroja... ahí, creyendo que el mundo estaba a sus pies.
Así como también disfrutaba de la compañía de uno de los hombres más codiciados del mundo entero, aprovechando la fama que se había ganado con la única gracia de ser capaz de mover objetos con la mente. ¡Qué vulgaridad! Sin embargo ella... bueno, la compañía la había colocado gracias a la herencia que le dejó su finado marido (el cual había sido mayor que ella por tan solo cuarenta y siete años, así que su matrimonio fue relativamente corto).
Pero ella había sido la responsable de haber hecho a SkullBunny prosperar... su gran equipo de administradores, publicistas y mercadólogos no importaban ¿Cierto? ¡Cierto! Sin su liderazgo, de seguro esos profesionales con todos sus estudios y conocimientos no sabrían qué hacer por su cuenta.
Sin embargo no podía permitirse perder la confianza de la chica Kjolsrud, ella era los únicos oídos que tenía dentro de la Primera Liga de Héroes; porque claro, una cosa eran los archivos y expedientes a los que ella tenía acceso (limitado, cabe mencionar, ya que Anick no formaba parte de los grandes directivos de Hero TV), y otra muy distinta lo que los propios héroes mantenían entre ellos, asuntos de interés que no comentaban a sus jefes directos, patrocinadores ni a Agnes Joubert.

Ése día en particular fue cuando Anick sabía que no podía procrastinar esto más tiempo, así que tomó su orgullo y su odio, los reprimió lo mejor que pudo y mandó a llamar a la chica Kjolsrud a la oficina central de la corporación SkullBunny, su oficina.
Un par de minutos después alguien llamó a la puerta y la CEO permitió el acceso a quien esperaba del otro lado; Anaksha entró con el rostro carente de expresión y su cabello recogido en una coleta no disimulaban en nada este aspecto, sus pasos sonaban discretamente a pesar de usar tacones altos lo cual indicaba que caminaba de puntillas, como con cautela. Hizo una pequeña reverencia con la cabeza hacia su jefa, ofreciendo un amable pero frío saludo a la rubia sentada tras el escritorio; Anick, tratando de conservar su rostro inexpresivo de todo aquello que pudiera indicar desagrado, señaló con cortesía uno de los sillones de su oficina para que la Leona Siniestra tomara asiento. La heroína así lo hizo, Lomawien se levantó de su silla para acompañar a su empleada al otro lado de aquella pequeña sala quedando frente a frente, separadas por la pequeña mesa entre ellas.
-¿Qué... qué tal te va?- preguntó la rubia, con una sonrisa mal disimulada mientras tomaba la pequeña tetera de la mesa y servía dos tazas de té negro. Anaksha se percató de ello, pero más que curiosa, le pareció perturbadora la sonrisa de su jefa... como si se encontrase en un intenso dolor.
-Bien, gracias. ¿Cómo estás tu? ¿Te... encuentras bien?- expresó la chica con un poco de preocupación, y había que decirlo, cierto desagrado (esto no pasó desapercibido por la rubia, quien poco a poco sentía que perdía la paciencia).
-Sólo quería decirte que lamento lo del otro día.- dijo amablemente, al mismo tiempo que sentía como si tuviera una hemorragia interna. El coraje y enojo de tener que decir algo que no sentía y más aparte hacia una persona que ella despreciaba era casi insoportable.- Pero debes entender que me gusta saber en lo que estás metida, después de todo te contraté porque siempre me gustó tu sinceridad directa y valentía.- la rubia empezaba ansiosamente a rasguñar el asiento del sillón mientras el resto de su puño se apretaba furiosamente, pero su expresión facial seguía igual.
-Tienes razón, Anick. Debí habértelo dicho, también lo lamento.- admitió la chica notando los ansiosos ademanes de su jefa, pero se limitó a asentir.- No quiero sonar descortés pero tengo que terminar unos reportes en mi cubículo. ¿Necesitas algo más?-
¡Demonios! Esta mujer era tan directa y no se andaba con rodeos... de verdad no quería, pero Anick necesitaba alargar un poco más la conversación, por lo menos hasta que Anaksha dijera algo remotamente interesante. Intentó disimular su desagrado por la semi pelirroja un poco más y seguir conversando como si de amigas se tratara.
-¡Oh, vamos! Toma otra taza de té conmigo y cuéntame un poco más de ti. ¿Has hecho amigos dentro de la liga?- preguntó en un tono más jovial, pero al mismo tiempo rasguñaba el asiento un poco más fuerte. Annie se sintió desconcertada con el repentino cambio de actitud, sentía que esta mujer quería ganarse su confianza, pero hacerlo no sería tan fácil, de hecho dudaba que algún día pudiera confiar en Anick plenamente. Había algo que se lo impedía, no sabía con exactitud qué era, tal vez fuese sólo una corazonada... y esperaba no equivocarse.
-Bueno, tu conoces mi pasado con respecto a lo de mis padres y Wild Tiger, así que el hecho de que ahora pueda trabajar en el mismo ámbito que él, es todo un sueño. Además, mi novio también está ahí y junto con Barnaby, bueno.... se podría decir que nos hemos hecho amigos.- contestó la semi pelirroja. Barnaby Brooks Jr. y Kotetsu T. Kaburagi... justo a lo que Anick quería llegar.
-¿El Apollon Trío, eh? ¿Algo interesante que valga la pena comentar?- preguntó la rubia, acercándose a la chica inconscientemente, abriendo los ojos como a la espera de algo emocionante.
-Claro que si. Si sigo sumando puntos así, podría quitar a Apollon Media y a Poseidon Lines de marcador y hacer renombre a SkullBunny en nuestra temporada debut.- dijo evadiendo el tema, era obvio que la rubia deseaba información personal de los héroes, información que nunca obtendría de Annie.- ¿Acaso eso no es muy interesante?- dijo para sonreír ella después.
La falsa felicidad desapareció por completo de Anick, simplemente se limitó a asentir con una expresión enojada, pero queriendo sonreír de todos modos. Apretó los dientes reprimiendo un arranque de ira y empezó a hablar con una voz más grave de lo usual.
-Ciertamente. Si me permites, acabo de recordar que tenía que hacer unas llamadas... muy importantes.-
-Por supuesto, gracias por el té.- dijo la chica Kjolsrud mientras se levantaba y hacía otra reverencia.- Con tu permiso.- finalizó y se retiró de la oficina sin más.

Uno de los jardineros que trabajaba plantando algunas rosas negras en el jardín frontal del edificio de la compañía se llevó un buen susto cuando un jarrón de cristal cayó a escasos diez centímetros de donde éste se ubicaba, desconcertado alzó la mirada para poder ubicar de dónde habría caído este recipiente; se dio cuenta de que de todas las ventanas que había, sólo la de la CEO Anick Lomawien en el piso 23 estaba abierta. No era secreto entre los empleados y demás subordinados que cuando la mujer enfadaba su mejor manera para expresarlo era arrojando objetos fuera de su ventana, por esta misma razón los jardineros de la compañía hacían rondas y apuestas para que, quien perdiera, fuera quien se ocupara del jardín que quedaba exactamente bajo el ventanal y bajo este muy frecuente riesgo.
La rubia daba vueltas en su oficina, ya no sabía qué podía hacer; no quería volver a hablar nunca con aquella mujer semi pelirroja, pero no tenía más opción. No pudo obtener ningún tipo de información útil que pudiera ayudar a la causa de... ¡él!. Tenía que llamarle, era verdad. Aquella era la importante llamada que debía de hacer; volvió a sentarse frente al escritorio como cabeza de la compañía, tomó el teléfono y digitó aquellos números que sabía de memoria al derecho y al revés. Mientras el tono de espera sonaba, se sonrió pícaramente recordando el motivo de la llamada.
::¿Ahora qué es lo que quieres?:: escupió aquella voz al otro lado del teléfono, con un tono que denotaba fastidio.
-Sólo quería escuchar tu voz, me encanta. Te extraño.- decía Anick con una sonrisa dibujada en su rostro, un tono de voz demasiado gentil y suave y un sonrojo evidente que le iluminaba todo el rostro.
::¿Eso es todo? A diferencia de tu mediocre ocupación, yo sí tengo cosas que hacer, así que...::
-¡No! ¡Espera!- exclamó preocupada.- Quería preguntarte algo. ¿Las provisiones que mandé son suficientes? Por que si no lo son, puedo mandar otro contenedor hoy mismo...-
::Detente, Anick. Por ahora es suficiente, si mandas más no voy a poder almacenarlas. Ya tengo un exceso alarmante de existencias.:: refutó secamente.
-Bueno... sólo quería que tu gente esté bien aprovisionada.- contestó suavemente con semblante enamorado.
::Lo están. ¿Eso es todo?:: contestó con seriedad, casi impaciente de finalizar con la conversación.
-Sólo una cosa más: sé que estás muy ocupado pero... ¿cuando vendrás a verme? Ya casi se cumple el mes.-
::Cuando se cumpla el plazo iré, mientras tanto, no te metas en mis asuntos ni me molestes con llamadas innecesarias. ¿Entiendes o tengo que explicarlo como si fueras un infante?::
-De acuerdo.- asintió la rubia sonriente y con alegría.- Te amo, Frank.- pero la única respuesta que recibió fue el sonido de la llamada siendo finalizada del otro lado de la línea. Soltó una risa aguda y muy chillona que expresaba emoción, mientras se llevaba el teléfono al pecho y lo abrazaba como si de un objeto precioso se tratase; daba vueltas en su silla y miraba al techo, dejando que su imaginación volara, proyectándose a sí misma escenarios que para ella eran posibles, pero para Frank no eran más que retorcidas fantasías.
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La espesura de la noche se hacía presente sobre Sternbild, siendo cortada tanto por la luz de la luna como con la de las incesantes luminarias de la imponente megalópolis. La luminosidad de aquel astro parecía envolver suavemente el departamento de Barnaby, entraba gentilmente por la gran ventana y se mezclaba con el resto de la materia. En un par de horas tendrían que reunirse con los miembros confesados más recientes de Ouroboros; Kotetsu veía la ciudad desde la amplia ventana del hogar del conejo, caminaba de un lado a otro con inquietantes ansias recorriendo incesantemente su cuerpo entero y sus manos no dejaban de sudar y de apretarse en movimientos que reflejaban cierta impaciencia. La voz del rubio interrumpió, cortando con filo el silencio.
-¿Estás bien?- Kotetsu suspiró pesadamente, dejó caer los hombros y contestó con una sonrisa triste.
-Sólo quiero verla, Bunny.-
-La verás, y todo resultará bien. Lo prometo, no dejaré que nada malo le suceda a Kaede.- y fue finalmente con esas palabras que Tiger pudo dominar sus peores temores, como si las palabras del conejo emitieran algún tipo de garantía de la que pudiera fiarse ciegamente. El veterano se irguió y asintió con seguridad al rubio, quien se sonrojó por un momento apartando la mirada para después depositar un suave beso en los labios del moreno.- Ryan y Anaksha ya deben estar esperándonos, habrá que darnos prisa.-

Por su parte, el Príncipe de la Gravedad Errante y la Leona Siniestra se encontraban sentados en una viga en las alturas sostenida por una grúa de construcción, convenientemente situada exactamente por encima del punto de reunión a unos ochenta o noventa metros sobre el nivel del piso; Ryan volteaba algunas veces a los lados para cerciorase de que no hubieran invitados indeseados y reconocer la zona en caso de tener que intervenir, se concentró más de lo que imaginaría en la situación que no se percató del inusual silencio de su novia sino hasta haber terminado de explorar el área con la mirada.
-¿Estás bien? Estás muy callada.- preguntó con cierto interés.
-Sí, es sólo que hoy tuve una charla con Anick que me dejó bastante desconcertada.- Goldsmith la miró en silencio, esperando el desarrollo de la historia, indicándole sutilmente que le platicara lo sucedido.- Para empezar me pidió una disculpa por haberme gritado el otro día aunque tenía una expresión muy rara y sonaba como si alguien la hubiese obligado a disculparse... después me insistió un poco en que le platicara sobre mi vida en la liga y me pareció que mostraba cierto interés en Apollon Media. Como si quisiese ganarse mi amistad y que le contara mi día a día con ustedes... pero evadí el tema y me retiré; tengo una mala corazonada con respecto a ella.-
-Tal vez tengas razón, aunque me parece que es una persona muy temperamental como para planear algo... pero dado a que tú estás más cerca de ella, debes conocerla mejor. Sólo ten cuidado de qué información le confías. Aunque sólo será por lo que resta de la temporada, porque la próxima te nos unirás en Apollon ¿cierto?- el rubio sonrió ampliamente dejando que su perfecta dentadura fuera iluminada por la luz lunar. Anaksha le devolvió la sonrisa con el mismo ímpetu.
-¡Por supuesto que si! Bueno... me encantaría formar parte del equipo como lo llamó el Señor Lloyds. "Apollon DreamTeam" ¿Te imaginas? Sólo que aún tengo que consultarlo con Kotetsu y Barnaby. Sólo me uniré si la totalidad del Apollon Trío me acepta.-
-No creo que sea problema, después de Sword estoy seguro de que confían en ti, después de todo, fue por eso que Wild Tiger recuperó sus poderes... ¿Cuándo les diremos?-
-Por ahora creo que voy a esperar a que lo de su hija se solucione. Me gustaría que Kotetsu esté más tranquilo y bien concentrado para tomar esta decisión. Lo importante ahora no es mi salida de mi compañía para entrar a la suya, sino que su pequeña esté a salvo.- contestó la del cabello rojo y negro, Ryan pensó por un momento cómo formularía su siguiente pregunta.
-Realmente te sientes en deuda con Tiger... ¿cierto?- Annie entendió perfectamente lo que el rubio quería decir con ello.
-Ya no, creo que saldé mi deuda en Sword. Pero lo que sí siento hacia él es muy fuerte... lo veo como una figura paterna. Lo veo como el padre que me rescató después de que el mío fue asesinado. Además entiendo lo que está en juego, tanto Kaburagi padre como hija están en riesgo en sus respectivos extremos; no quiero que Kaede sufra lo que yo perdiendo a su padre, o lo que mi padre sintió antes de que lo mataran... que su hija moría.-
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Kotetsu y Barnaby se encontraban en el punto de reunión, habían confirmado por mensaje de texto que Ryan y Annie los estarían cubriendo por si algo se saliese de control, Bunny salió del pequeño lugar para ver alrededor, mirando hacia arriba para ver a sus colegas en las alturas y para intentar avistar algún tipo de llamas color antinatura a la distancia. El rubio regresó al pequeño e incompleto cuarto tomando su lugar como compañero justo a lado del Tigre, quien tenía un ritmo respiratorio bastante ansioso; Kotetsu bajó su mano de su rostro para entrelazarla fuertemente a la del conejo, buscando algún tipo de consuelo o seguridad. Barnaby, con su otra mano, tomó el rostro del veterano y le hizo voltear para que pudiesen verse a los ojos. Las brillantes esmeraldas del rubio penetraron en lo más profundo del alma del tigre, diciéndole en silencio que no se preocupara... que todo estaría bien. Con esa misma vehemencia e intensidad lo interpretó el moreno, destensando un poco su cuerpo, confiando en la seguridad de su compañero.
-¿Papá...?- se escuchó suavemente a lo lejos. Ambos hombres se levantaron de golpe de la pequeña viga en donde se recargaban. Kotetsu sabía que no podía gritar o alzar demasiado la voz, así que se reprimió y contestó en un tono moderado, aunque con bastante desesperación todavía.
-¿Kaede? ¿Eres tu?- una chica peliblanca de no más de catorce o quince años emergió de las sombras, detrás de ella caminaba otro chico de cabello casi blanco y ojos grises, y detrás de ellos, la sombra del vigilante nocturno más renombrado en Sternbild. Kotetsu se quedó mirándola durante algunos segundos. -Es verdad que tu rostro no es el mismo... pero la expresión de tus ojos sigue siendo delatora... sigue siendo la de mi pequeña.- dijo para sollozar suavemente, con la voz quebrada; Kaede se acercó llorando a él. Por primera vez en mucho tiempo se encontraba deseosa de darle un fuerte abrazo, pero la ironía de la vida era fuerte; justo ahora que quería estrechar a su padre fuertemente, era cuando se veía imposibilitada de hacerlo por el riesgo que ésto conllevaba, perder su coartada y estrategia. Kotetsu lo recordó también, pero se hincó ante su hija y abrazó su abdomen con fuerza y amor, evitando a toda costa su cabeza. El veterano lloraba desconsoladamente, aliviado de poder abrazar a su hija, Kaede abrazó la cabeza de su progenitor contra su pecho, evitando también el roce de piel, buscando la aprobación de Lunatic con la mirada para poder regresar a su rostro original. Kotetsu levantó la cabeza, había abrazado y llorado arrodillado ante una niña peliblanca para erguirse y poder ver a los ojos de su niña castaña, los ojos que brillaban no sólo por las lágrimas, sino por la misma fuerza y ferocidad que los de su madre antes que ella.
-Papá... perdóname...- decía la castaña entre lágrimas, aquellas que caían directamente en la nuca de su padre.
-Ya no tiene importancia, lo único que necesitaba era saber que estabas bien...- decía el moreno al pegarse con más fiereza al pequeño cuerpo de su hija. La chica alzó la mirada buscando a Barnaby, quien tenía un semblante aliviado pero también amargo al pensar que la hija de su compañero estaba envuelta en un asunto demasiado serio.
-Barnaby... de verdad, lo lamento.- admitió muy avergonzada, recordando lo que en su momento de ira le confesó.
-Ya lo dijo tu padre, no tiene importancia. Sólo nos importa que te encuentres bien, Kaede.- dijo esbozando una pequeña sonrisa hacia la castaña, diciendo aquellas palabras de corazón.
-No me importa lo que pueda pasar, si quieres puedo llevarte de nuevo al pueblo, no necesitas regresar a ese lugar...- la voz de Kotetsu denotaba cierta ansiedad que era casi imposible de disimular.
-No puedo hacer eso, papá... tengo que acabar esto.- decía cabizbaja, incapaz de soportar la preocupación de su padre mirándola tan directamente.
-Kaede... no estás obligada a quedarte. Yo ya estoy orgulloso de quién eres y de lo que te has convertido...- su padre la miraba convencido de lo que decía.
-Podemos sacarte de esto, Kaede. Sólo tienes que pedirlo.- asintió Bunny.
-De verdad no... tengo que acabar esto...-

-Tu hija tiene razón, Kaburagi. Te conviene tener más ojos y oídos dentro de la Organización. Deino y yo somos más cercanos a Frank pero tu hija puede saber de la opinión de los militantes. Sin ella, será imposible ganar esta guerra.- admitió el vigilante, abriendo paso con el gutural sonido de su voz.
-¿Cómo sabemos que te podemos confiar a Kaede? Ayer nos dijiste muchas cosas, Lunatic.- resopló Barnaby evidentemente molesto.
-Yo no estuve involucrado en Ouroboros para cuando pasó lo de tu familia, Barnaby Brooks Jr. Se que no confían en mi, si fuera de otra manera, Ryan Goldsmith y Anaksha Kjolsrud no nos estarían vigilando desde las alturas.- el Apollon Dúo original se frenó en seco al escuchar esto último.
-Eso... fue sólo... una medida preventiva.- reprochó Bunny, con un rojo iluminando la piel de su rostro.
-Sin embargo, yo confío en ustedes, si no fuera así, al ver a sus compañeros me hubiera dado media vuelta y los hubiera dejado esperar a nada en este lugar. Pero Thanatos así lo quiso y cumplí con mi promesa.-
-Respóndeme una última duda y si lo haces, juro que confiaremos en ti... total y absolutamente.- decía Barnaby, Lunatic se quedó en silencio esperando a que el rubio siguiera hablando.- Ayer dijiste que habías faltado a tu promesa a Frank. ¿Eso de qué va?-
-Es una historia un poco larga.- admitió el vigilante.
-No tenemos nada que hacer hoy.- dijo con seguridad el rubio, carente de expresión.

Lunatic les había dicho que confiaba en ellos, así que tenía que ir a por todo. Lo sintió desde lo más profundo de su alma y supo que era el deseo de Thanatos que así fuera.
-¿Han oído hablar de Mr. Legend...?-

lunes, 30 de noviembre de 2015

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 16. Reunión, el preludio.

-¡¿Ouroboros?!-gritaron los dos originales del Apollon Dúo al unísono. Claro que Frank Martínez ya les había anunciado que la sociedad perduraba... pero ¿Kaede dentro de ella? ¿Acaso su enojo era tal que se había enlistado en las filas enemigas? Kotetsu pensaba eso y también se convencía que así hiciera lo imposible, su hija no lo perdonaría.
-No se las razones que la orillaron a infiltrarse, pero...- decía Lunatic para ser interrumpido por Barnaby.
-Espera... ¿infiltrada?- preguntó haciendo énfasis en aquella palabra.
-En realidad... es un poco más complicado que eso.- Lunatic empezó a narrar como Kaede había llegado, el primer contacto con Deino, cuando el centinela los vio y todo lo consiguiente.- ... ella me hizo cambiar de parecer. Cambió mi modo de ver las cosas... tiene una pasión por la vida que no se iguala con nadie; Thanatos habla con la verdad, y habla a través de tu hija. Así que Deino y yo decidimos ayudarla...- le dijo también acerca de la maravillosa habilidad de la chica para copiar dos poderes a la vez y el traje protector que aislaba sus células para evitar que la descubrieran.
-No lo entiendo... ¿por qué la estás ayudando? ¿Cómo podemos saber que no se trata de una trampa? Básicamente, nos has confesado que eres un miembro de la organización... ¡y quién sabe por cuánto tiempo lo fuiste! Creo que una cosa que siempre te reconocí era que tu posición era imparcial: ni de nuestro lado ni del suyo.- reclamó Barnaby con mucha incertidumbre.
-No puedo excusarme, puedo asegurar que yo no sabía de Ouroboros sino hasta el incidente de Jake, pero a esta altura supongo que da igual si me creen o no. Lo que sí es verdad y ustedes han podido ver es que la organización ha resurgido y el líder no es menos peligroso que su hermano menor.- el rubio dio un paso adelante reprimiendo una rabieta al escuchar los nombres de sus némesis, pero el veterano le detuvo con un brazo.-Escuchen... en realidad no sabría decirles qué fue lo que cambió en mí, sin embargo de Deino sí puedo asegurar que está completamente enamorado de tu hija. Tendrán que conformarse con mi palabra, es lo único que aún me queda con honor. He faltado a la promesa que hace tiempo le hice a Frank...-
-¡¿Enamorado de Kaede?! No, no, no, no y definitivamente no. ¡Ella está aún muy pequeña para esas tonterías de muchachos y demás cosas...!- reclamaba molesto el veterano.
-Kotetsu, concéntrate.- regañó Barnaby por lo bajo mientras Tiger sólo fruncía el ceño en señal de desagrado.- ¿Estarán bien? ¿Podemos ver a Kaede para asegurarnos?-
-Les prometo que la mantendré a salvo, el mundo no puede privarse de su existencia. En cuando a lo otro, será difícil. Puedo ideármelas para concertarles una reunión mañana por la noche en este mismo lugar. Tendremos que ser lo más breves posibles para no levantar sospechas ¿de acuerdo?- ambos héroes asintieron, un poco más tranquilos pero no menos preocupados y un tanto escépticos aún.- Sólo no olviden que usa el rostro de alguien más, pero estoy más que seguro que sabrán que se trata de ella, una vez que estemos en una zona segura podrá volver a su rostro original, lejos de los ojos de cualquier persona; eviten a toda costa tocar su cara y prácticamente toda su cabeza con la piel desnuda ya que son sus únicos puntos vulnerables, o de lo contrario toda nuestra coartada se desvanecerá.-

Lunatic se retiró del lugar, había dicho lo que tenía que decir, nada más y nada menos. El vigilante se sentía nervioso, recordaba aquellas palabras que había dicho: "He faltado a la promesa que hace tiempo le hice a Frank..." Por supuesto que entraba en debates consigo mismo; Martínez fue su salvador, su guía, su impulso a seguir con la obra de Thanatos. Pero en todo este tiempo... ¡qué tan errado había sido interpretado su voluntad! Las palabras de su Dios llegaban con tanta claridad a su alma, sólo para distorsionarse con sus más íntimos deseos, los más sutiles y los más perversos. Y esta pequeña niña, hija de uno de los seres que menos compaginaban con su manera de ser y de pensar, ésta que vino a poner su vida de cabeza y que le provocara hacer labor de meditación para reconsiderar su vida entera. Por fin Thanatos le había puesto ante sus ojos su fiera voluntad, sin distracciones ni malos entendidos: Lo que fuese que el Dios quisiera, Kaede lo expresaría claramente.
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-... y hoy por la noche tendremos que regresar al lugar. Sólo espero que no sea una trampa.- explicaba Barnaby a Ryan y Annie. Los héroes se reunieron al día siguiente en el gimnasio privado de Hero TV; y más específicamente, el original Apollon Dúo se encontraba entrenando un par de horas extras en castigo por no haber sumado puntos en el marcador (impuesto por la [molesta] dueña y el director de dicha compañía).
-Los cubriremos desde lejos, además, Lunatic no les especificó que tenían que ir solos ¿no? Supongo que con ser discretos y guardar distancia bastará.- dijo Annie.
-Nos pospusieron la entrevista de hoy en la noche hasta el fin de semana. Así que no tenemos nada que hacer...- dijo Ryan con un aire de ironía mientras asentía a las palabras de la joven, claro que nunca aceptaría en voz alta que él mismo le había pedido a Agnes la reagendación de dicha entrevista para poder ayudar a sus compañeros de Apollon. Se sentía genuinamente preocupado por ellos después de avistar al "tipejo del fuego azul", pero era demasiado orgulloso como para admitirlo.
-No podremos llevar las armaduras. Son localizables y quiero mantener esto entre nosotros, si esto llegara a saberse entre los peces grandes y directivos, pondremos a mi hija en riesgo. Nos pedirán atacar de inmediato... y todavía no estamos listos para ello.- dijo Kotetsu con preocupación.
-Los demás héroes ya saben de la situación... pero queremos involucrarlos lo menos posible.- agregó Barnaby.
-Por ahora, tengo que hacer lo más complicado hasta el momento: hablar con mi madre al respecto.- dijo Tiger, soltando un pesado suspiro.
-¿Estarán bien? Me refiero también a que tu madre ya está lo suficientemente asustada... ¿Crees que sea buena idea contarle que tu hija se infiltró en la organización criminal NEXT más peligrosa de nuestros tiempos?- preguntó Bunny.
-Vaya... ya que lo pones así...- el veterano rascó su nuca y respiró.- Aún así, ella merece saber lo que pasa y lo que podrá pasar...-

Kotetsu se alejó un momento y subió a la terraza para hablar por teléfono; el tigre sentía un nudo en el estómago y seca la garganta. Era verdad, su madre se había hecho cargo de su hija durante muchos años en su ausencia, había sido no solo su progenitora o abuela de la niña, había sido también como la segunda madre de Kaede. Anju Kaburagi conocía muchas más cosas de su hija que él mismo y aunque siempre sentía culpa por ello, nunca dejó de concentrase en hacer su papel de héroe, haciendo del mundo un lugar mejor para su pequeña... utilizando sus poderes para el bien de la gente. Con una profunda bocanada de aire tomó el valor necesario para buscar el número telefónico en la agenda de su teléfono celular y presionó "LLAMAR".
::¡¿Kotetsu?! ¡¿Has sabido algo de Kaede?!:: contestó su madre con una voz un tanto demasiado preocupada.
-Hola, mamá... Barnaby y yo... la encontramos.-
::¡Oh, Kotetsu!:: dijo y rompió a llorar.:: ¡Lo has hecho! ¡Gracias, hijo!::
-Mamá... no es... no se cómo decirlo.-
::¿Cuándo la enviarás a casa?::
-Escucha, necesito decirte algo, pero tienes que calmarte ¿De acuerdo?-
::¿...qué pasa? ¿Está bien?:: preguntó en un tono más calmado, pero ciertamente más temeroso.
-Kaede... ella... se involucró en algo muy serio. ¿Recuerdas lo que escribió en la nota que dejó? ¿Que básicamente quería compensar las cosas? Ella... se fue a lo extremo, mamá.-
Kotetsu empezó a relatar toda la historia que Lunatic le había dicho, desde el momento en el que el tal chico Deino la recogió de la estación de trenes hasta cuando el mismo Frank Martínez la acogió oficialmente dentro de Ouroboros en perfil bajo (también, la capacidad de la chica para imitar dos poderes al mismo tiempo) y la mencionada reunión de aquella misma noche.
::No la puedes dejar ahí... ¿La sacarás de esa... esa secta o lo que sea que Ouroboros es, verdad?::
-No puedo mamá, si intento acercarme a ella lo único que conseguiré es hacerle daño.-
::Pero... ¿no podrías llevártela cuando la veas hoy?::
-Si no vuelve a la base de Ouroboros sólo apresuraremos el tiempo en que los NEXT rebeldes ataquen... no sabemos qué tan armados estén o lo peligrosos que sean. Cualquier movimiento en falso y miles o hasta millones pagarán el precio.-
::¡¡No me importan esos miles o millones, Kotetsu!! ¡¡Me importa Kaede...!!:: dijo Anju para de nuevo romper a llorar.
-Mamá... no puedo sacrificar a nadie... no puedo...- Tiger se hincó haciéndose un ovillo mientras sobaba su cabeza y contenía el llanto con una voz demasiado quebrada.
::... lo se... eres demasiado noble, hijo. Sólo... tráela a salvo. Es lo único que pido, no dejes que le hagan daño.::
-Eso te lo prometo. Sobre mi vida.-
::Kotetsu... sin importar lo que pase... siempre estaré orgullosa de ustedes dos. Kaede es una excelente niña...::
-¿... mamá?-
::... porque tiene un excelente padre.::
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Ivan terminaba de asearse en los vestidores, había sido un poco extraño regresar al trabajo después de haber estado inactivo por varios días. Sin embargo, a Keith le parecía maravilloso poder volver a desempeñar su papel de vigía. El chico ciertamente había pensado mucho en lo que el Rey le había dicho el día en el que... bueno, ya no sabría describirlo como "beso", puesto que sólo había sido un leve roce de labios, sin embargo aún existía la duda de las razones del monarca tendría para haber hecho semejante cosa. Sacudió todo pensamiento de él, ya estaba un tanto abrumado de repasar una y otra vez lo mismo, necesitaba un pequeño descanso mental; pero en ése momento en el que el chico casi terminaba de vaciar a Keith de su mente, el Rey emergió vestido con sus habituales ropas por detrás de los casilleros. Ivan estaba en proceso de colocarse la ropa interior, así que cuando se percató de la presencia del monarca, un ligero sonrojo se elevó a sus mejillas; le dio la espalda a Keith para ocultar su desnudez y el color rosa de sus mejillas (el cual le parecía más vergonzoso que su desnudez misma).
-¡Ivan! ¡Buen trabajo hoy!- le felicitó el mayor de los rubios con una sonrisa de oreja a oreja, aunque el menor no pudo percatarse de ello, lo imaginó.
-Igualmente, Keith. Me alegra que ya esté en forma de nuevo...- respondió un poco cabizbajo.
-¿Tienes algo que hacer más en la noche?- preguntó Keith, aunque si Origami hubiera puesto un poco más de atención hubiera notado el atisbo de esperanza que salía de la garganta de Sky High.

Ivan logró deducir a qué olía el asunto... le iba a invitar a salir. Recordaba lo que el Rey le había dicho aquél día, que quería pasar tiempo con él porque así lo deseara, no impulsado por la culpa. Sin embargo, ahora sentía ese atisbo de remordimiento por ser Keith quien lo buscara y no Ivan. Pero podía voltear un poco las cosas, tal vez podía salvar el momento de una manera inteligente para hacer que Sky High se sintiera el invitado, y no al revés.
-No, en realidad no tenía nada planeado. Pero si usted también está libre tal vez... podríamos... ir a cenar o algo parecido.- los ojos de Keith se llenaron de una luz demasiado luminosa como para ser simple emoción. Al ver los ojos del Rey, Ivan se llenó de tranquilidad; le producía paz poder hacer al monarca feliz.
-¡Estupendo! ¿Tienes alguna sugerencia?- preguntó entusiasmado.
-Usted decida, Keith. Va por mi cuenta.- el Rey se quedó pensativo un par de segundos.
-Vayamos a tu restaurante favorito. Quiero probar tus gustos. Los míos no son nada complicados... en realidad lo que huela delicioso está bien para mí.- confesó en un todo entre despreocupado y apenado.
-De acuerdo... espero le agrade la comida japonesa.-
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Al terminar una peculiar y deliciosa cena a base de pescado crudo, arroz, algunas frituras cuyos nombres eran un poco difíciles para el Rey de recordar, y un poco de sake, ambos rubios arribaron a la casa del monarca. Los hombres se encontraban felices, el destilado había hecho de las suyas, sin embargo no estaban ebrios; simplemente les había puesto en un ambiente alegre.
Ivan jugaba con John, el labrador se retorcía entre sus manos buscando caricias para después tumbarse panza arriba para que le rascara, moviendo su pata posterior derecha en señal de cosquillas y la cola en señal de felicidad; Keith sacó un par de cervezas de su refrigerador, abrió una bolsa de botanas para vaciarlas en un recipiente hondo y llevarlas a la mesa de la sala. Prendió la televisión que estaba sintonizada en el canal de Hero TV, donde anunciaban que la entrevista de lo que ahora la gente llamaba "Golden Xiaji" (haciendo un juego de palabras entre los nombres de los héroes para representar en una sola palabra a la pareja) se pospondría al fin de semana debido a la "apretada agenda de los héroes".
-Al parecer todos están cayendo en esto del amor ¿no crees? Lo de Tiger y Barnaby me tomó por sorpresa, pero lo están llevando bastante bien... inclusive con lo del asunto de su pequeña niña.- dijo el Rey, expresando lo último con preocupación.
-Estaremos ahí para ellos cuando lo necesiten. Por ahora no podemos hacer nada sin que ellos nos lo pidan, podríamos hacer más mal que bien.- el Rey asintió a la afirmación de Ivan, le dio un pequeño sorbo a la lata y luego le sonrió.
-Me he puesto a pensar sobre ésos dos... creo que nuestra sociedad siempre estará dañada, pero no por los terroristas o malhechores contra los que luchamos, sino por ésta misma. Hay muchos prejuicios allá fuera, y estoy seguro de que ambos han considerado cómo podría repercutir en sus carreras si esto sale a la luz. Pero... ¿por qué dejar que alguien más decida por ti mismo cuando uno es dueño de su propio destino?-
-¿Keith...?-
-A lo que quiero llegar Ivan, es que no quiero que nadie me diga qué es correcto y qué no para poder vivir mi vida felizmente. Por ejemplo... Tiger y Barnaby nos dijeron que no eran homosexuales, a pesar de haberse enamorado. Creo que de cierta forma entiendo el sentimiento, no veo a los hombres en general como objetos de deseo, pero creo que si la persona ideal... mi media naranja llegara dentro de un cuerpo masculino... no me importaría en lo absoluto. No lo dejaría ir por nada del mundo, a no ser de que fuese él quien me lo pidiera.- dijo con una sonrisa.
-No lo había considerado nunca de esa manera...- Ivan lo dijo sinceramente, nunca había sentido repulsión ni nada por el estilo hacia la comunidad gay-lésbica, sin embargo tampoco había indagado mucho en el tema. Era más bien un pensamiento similar a "cada quién en su asunto". Pero lo que sí había estado pensando fue en aquello del otro día en casa de Keith, en ese mismo sillón donde ahora conversaban. Era ahora o nunca, tenía que preguntar las razones de ello, de aquel "beso"; aunque probablemente el Rey estaba tan cansado en ese momento que era muy seguro que lo hubiese olvidado, o recordar que tan siquiera lo hizo.

-La vez pasada que le dieron de alta... bueno, probablemente no lo recuerde... pero....- Keith fijó la vista en el chico con una expresión muy atenta, arqueando la ceja de una manera bastante atractiva, una que Ivan no pudo interpretar muy bien.- Usted... me besó.- admitió por fin, con las mejillas un tanto ruborizadas.
-Sí. Lo hice.- admitió también el Rey, con la ceja todavía arqueada en una expresión indescifrable y la voz firme, como si quisiera apegarse a cada palabra que pronunciaba.
-¿Puedo preguntar... porqué?-
-¿Alguna vez te han dicho que pareces un zorro albino?-
-¿Qué?- preguntó el chico evidentemente desorientado por el rumbo que tomaba la conversación.
-Nunca he sido un hombre religioso o supersticioso, sin embargo creo firmemente en que aunque nosotros forjamos nuestro destino, el universo tiene cosas preparadas para cada uno de nosotros, no importa cuánto lo queramos cambiar, evitar o posponer.- dijo Keith con una suave sonrisa, casi ronroneando con su voz. Ivan siguió el nuevo camino de la charla sin rechistar, sintiendo parecer que el tema conllevaba a uno más conciso.
-¿Lo has descubierto? ¿Qué es lo que esperas de tu destino?-
-Sí. Hace muchos años cuando apenas era un adolescente de doce años, una gitana me leyó la palma de la mano derecha, diciéndome que mi destino me estaba augurando un evento lejano. Me dijo que algún día me convertiría en un águila y me enamoraría de un zorro blanco que me protegería más de lo que yo a él. Claro que en aquel entonces me lo tomé de forma literal y estaba aterrado de volverme un animal. Tres años después aparecieron mis poderes, y otros años después me contrataron como héroe. Cuando mi compañía me proporcionó el equipo para nivelar mi vuelo, comprendí entonces que la gitana hablaba en sentido figurado: que yo era aquella águila. Y terminé de convencerme seis meses después cuando un egresado de la Academia de Héroes se unió a la Primera Liga.- la voz del Rey se volvió mucho más grave, pero no perdió ese toque casi aterciopelado que emanaba de su garganta. Se acercó cada vez un poco más al chico delante suyo.
-¿Ke...ith...?- preguntó Ivan un poco más disperso, mientras involuntariamente se acercaba al rostro del monarca. Sus labios estaban entreabiertos y dejó escapar un poco de aire entre ellos, permitiéndole al mayor de los rubios aspirar su cálido aliento.
-Y entonces me di cuenta de que podrías ser tu... pero no fue sino hasta ahora que me pude dar cuenta. De que siempre fuiste tu.-
Y entonces pasó... ahora fue de verdad. Se acercaron uno al otro cerrando los ojos inconscientemente, dejándose llevar por aquel destino. Los labios de los rubios se unieron en un cálido beso en el que se podían sentir unas discretas lágrimas provenientes de ambos pares de ojos. No hubo objeción alguna, si Ivan era el zorro blanco, aquel zorro albino, lo sería y estaría ahí para defender al águila desde su elemento terrenal.
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Ciertamente sentía un nudo en el estómago, incluso pensó que su propio padre no la reconocería por llevar otro rostro. Kaede no pudo conciliar el sueño la noche anterior, deseaba ver a su padre y por primera vez en mucho tiempo abrazarle como nunca; sin embargo no podría hacerlo con el entusiasmo con el que lo deseaba por temor a perder sus dos habilidades y que su coartada se desvaneciera. El plan no era tan complejo: se verían dentro de unas horas, Lunatic les llevaría a ella y a Deino a la construcción donde el centinela y el dúo original de Apollon habían conversado la noche anterior y una vez en el lugar y de asegurarse que la zona estaba despejada, ella podría volver por un instante a su rostro original.
-¿Kae...?- el chico rubio casi platino le dedicó una suave mirada.- ¿Te encuentras bien?- Deino sostenía una tabla de madera con algunos papeles sostenidos en ella y un lápiz con el que hacía anotaciones.
-Sí... solo estoy un poco nerviosa.- asintió tristemente mientras terminaba de doblar la última sábana del lote. Sus tareas hasta ahora eran sencillas, doblar la ropa limpia que salía de la lavandería para colocarlas en el almacén situado en el primer nivel nivel subterráneo.

La estructura de la base de Ouroboros era una mera fachada por fuera: la fábrica de calzado al oeste de la ciudad era muy grande, pero estaba terriblemente gastada por el exterior; el interior era simplemente el nivel de piso, nada adicional construido sobre la estructura o dentro de ella. Aquel interior servía no sólo de fachada, sino que también era lo que los NEXTs rebeldes llamaban "El vínculo" ya que era el camino que los conectaba hacia el nuevo mundo, el nuevo régimen de los que ellos decían que reinaría, el siguiente paso a la evolución.
Siguiendo al fondo de la explanada, habían unas escaleras escondidas tras una puerta oxidada y vieja que contribuía a la imagen de una frágil estructura; bajando por estos escalones se llegaba a los niveles subterráneos que eran por mucho, más modernos y sofisticados que lo que dejaba ver el exterior. Inclusive los acabados parecían de un hotel cuatro estrellas, paredes blancas y lámparas de luz fría.
En el primer nivel subterráneo se encontraban la lavandería y los diversos almacenes (de ropas y textiles, comida, provisiones varias, artículos de limpieza, entre otros). En el segundo, la cocina de casi un tamaño industrial y el comedor para todos los refugiados. El tercero albergaba algo más interesante, ahí estaban distribuidos los archivos físicos de la organización, también el área de inteligencia con varios individuos que antes de ser reclutados se dedicaban a la investigación pública y privada; al fondo, la oficina del líder Frank Martínez y de su mano derecha, Jason Keyes, dentro de la misma oficina, los dormitorios de ambas personalidades. Finalmente, los dormitorios generales, vestidores y duchas ocupaban toda la extensión del cuarto al octavo nivel (cabe mencionar que una enfermería estaba de más dado que el líder de la organización era quien les curaba de todo mal).
Sólo a los que trabajaban en el área de inteligencia, Deino y a Lunatic se les permitía el acceso al tercer nivel, Kaede se sintió un poco frustrada al no poder ver por sí misma aquel piso, tan sólo tenía que conformarse con una mirada rápida y despistada de la primera vez que le llevaron ante Frank, sin embargo, también sentía el alivio de poder contar con los ojos de Deino dentro de las oficinas principales. El chico le contaba a detalle cada pequeña experiencia que tenía dentro del nivel; aprovechaban cada momento que tenían juntos, ya que ella con sus tareas dentro de los almacenes y el trabajo del chico al coordinar las actividades de todos los refugiados, les dejaba escaso tiempo que compartir por la noche.

-Quiero mostrarte algo... ven conmigo.- dijo Deino con una pequeña sonrisa, mientras le tendía la mano a la chica, que por el momento era peliblanca. Ella le dedicó una sonrisa triste y se aferró a la mano que le era ofrecida. Esperarían a Lunatic en los contenedores donde se habían encontrado por primera vez, lo suficientemente lejos de la fábrica, aunque ya había sonado el toque de queda para todos los demás (ciertamente, ser el segundo asistente de Frank y coordinador de actividades internas de Ouroboros le daba a Deino algunos privilegios para saltarse el toque).
-La vista es hermosa.- dijo Kaede con los ojos abiertos cuales platos al contemplar el cielo despejado, la luna llena y la imponente estatua de la Diosa que se veía a la distancia.
El muchacho platinado se le acercó, pero consciente de que no podría tocar su rostro, tomó la mano de la chica; hizo que la colocara sobre su mejilla, así Kaede parecía que se tocaba el rostro, pero la intención era más profunda.
Deino se sonrojó un poco más de la cuenta pero sus ojos se veían firmes y decididos, el platinado besó el dorso de su mano, simulando que en realidad lo recibiera en el rostro. Kaede adoptó el mismo color que tintó el rostro del otro, y lo miró con la misma dulzura con la que éste la miraba.
Pasaron el rato en silencio, diciéndose mil palabras cruzando sus miradas hasta que llegó el centinela... entonces era tiempo de concentrarse en otro asunto.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Halloween / Día de los Muertos Make Up

Pues para estás festividades decidí hacer algo especial (por no decir SUMAMENTE IMPROVISADO DE 20 MINUTOS) jaja.
Así que hice un híbrido entre un arlequín del demonio (jajajaja) y la típica Catrina Mexicana.

Les dejo aquí las rápidas fotos que tomé antes de sumergirme en el vicio total y verme por mucho menos decente xD

domingo, 11 de octubre de 2015

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 15: Confrontaciones pre-destinadas. Parte III.

-Lunatic... Joseph está en la lavandería y Carl está durmiendo en la banca que está a un lado de la entrada principal, cerca del bote con fuego que ilumina la puerta. Desprende un olor muy fuerte a alcohol, creo que está ebrio de nuevo...- respondió Deino, quien llegaba con paso apurado después de investigar.
-Es más fácil mover a Joseph hacia Carl... tráelo. Inventa alguna excusa buena, utiliza el fuego y luego duérmelo.- ordenó el vigilante y el chico asintió.
-¡Hey! ¡Esperen! ¿Quién es Joseph y quién es Carl?- preguntó Kaede confundida, mientras buscaba entre su equipaje algún abrigo que le cubriera del frío, ya que aún no habían ingresado a la fábrica.
-Son NEXTs que vinieron hace como seis días. Joseph puede cambiar de rostro, casi como Origami Cyclone, pero Joseph sólo tiene que ver el rostro al que se transformará y no tocarlo. Además de que sólo puede hacer que sea su cara la que cambie, su cuerpo no. El interrogatorio que el Maestro le hizo fue muy duro. Tenía que asegurarse de que no era ningún espía; Jason le hizo crecer pequeños campos de fuerza dentro de la piel haciéndolos explotar. Fue muy cruel, pero después de que confirmaron que sus intenciones no eran ésas, el propio Maestro le curó y le acogió. Carl por su parte puede convertir cualquier objeto en arena...- explicó el peliblanco.
-Lo que quiero hacer es que copies esos dos poderes. Que toques a ambos hombres al mismo tiempo...- Lunatic hizo una seña a Deino para que fuera a por Joseph.- Necesitas cambiar tu rostro para que Frank no te reconozca, ya que el tiene registro de los familiares y seres cercanos a los héroes. Pero si quieres unirte te pedirá que le muestres tu poder y obviamente no puedes hacer éso teniendo sólo el de cambio de rostro. Así que mientras mantienes un rostro diferente, vas a mostrarle la otra habilidad, la de Carl. No quisiera que tuvieras dones muy poderosos, porque así te enrolarían en las filas de combate primarias y corres el riesgo de salir lastimada. A los NEXT que no tienen habilidades muy dañinas o peligrosas se les asignan tareas de limpieza y administración de provisiones. Me parece que desde ahí podrás tener una vista más amplia de lo que deseas averiguar acerca de Ouroboros.-
-Entiendo tu plan, pero... ¿el rostro de quién copiaré?-

Ah... juventud, divino tesoro. La época en donde la belleza estética reina entre los mortales. Origa Petrov era la prueba de que en la juventud, uno se encuentra en su máximo esplendor. No sólo por aquella belleza de Origa poseía de niña, sino que la energía de aquellos años, la vida le llenaba de frescura y jolgorio constante.
Lunatic se descolgó un pequeño guardapelo de plata que se sacó de entre las ropas, lo abrió y la imagen que se encontraba ahí le estrujó el corazón... un pequeño retrato de Origa Petrov a la tierna edad de trece años.
-Te confiaré el joven rostro de mi madre. ¿Podrás cuidar bien de él?- preguntó Lunatic a la chica mientras le tendía la reliquia con cierto recelo. Ella lo tomó con el debido respeto que el hombre exigía para su progenitora y lo miró con decisión.
-¡Lo haré! ¡No te decepcionaré!-
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-... y pues como tú y Carl parecen llevarse bien, pensé que podrías ayudarme a cargarlo al interior.- explicaba Deino. Joseph le dirigió una mirada escéptica.
-Te daré una cobija para que lo cubras. Carl se molesta si lo perturbas mientras duerme...- respondió un poco indiferente mientras buscaba entre la ropa doblada una manta.
-Es que...-
-¿Qué?-
-Lunatic está vigilando fuera y dice que el olor de Carl es un poco repulsivo y ordenó que lo llevara dentro, pero yo solo no aguanto el peso, y si se despierta, se molestaría menos si te ve a ti.- dijo mientras improvisaba aquellas líneas, ocultando su nerviosismo a la perfección. Joseph suspiró pesadamente.
-Tienes razón... ni hablar. Vamos.-
Mientras caminaban hacia el exterior, Deino ocultó sus manos de la vista del hombre que lo acompañaba e hizo crecer entre ellas un generoso racimo de salvia. El rubio platino le indicó a Joseph dónde estaba el NEXT ebrio, caminaron hacia a él pasando por un costado del bote con fuego y Deino incendió la punta de las plantas que llevaba, provocando que la dirección del viento impregnara de humo la cara de Joseph.
-Veamos... yo lo sostendré de los hombros, tu toma sus pies y a la cuenta de tres...- el hombre se empezó a tambalear y dobló las rodillas intentando sostenerse.- Yo, me siento...- y sin salir de su papel, Deino adoptó un semblante preocupado, mientras ocultaba detrás de su cuerpo la salvia humeante.
-¿Qué le sucede, Joseph?- a lo que el hombre se echó a reír como nunca, soltó una carcajada que era hasta contagiosa.
-Me siento... muy... bien...- dicho eso, se desplomó, dándose un golpe directo en la cara mientras seguía riendo.-El piso, se siente... fenomenal.- decía mientras hacía ademanes muy raros.

Lunatic y Kaede se acercaron viniendo desde las sombras, el vengador le explicó a la chica las propiedades de la salvia: es algo así como la hermana menor de la marihuana, cuando se inhalan grandes cantidades el efecto es similar al de haber consumido LSD sintético, es menos nocivo, más rápido en hacer efecto pero menos duradero. Les compró el tiempo suficiente como para que Kaede se acercara a tocar el pie de Carl y la cabeza de Joseph al mismo tiempo; Deino levantó a Joseph del suelo y lo dejó dormir junto a su amigo, cubriéndolos con la misma cobija que le habían ofrecido hacía unos minutos atrás.
Kaede abrió el guardapelo de Lunatic y analizó el rostro de Origa, para después concentrarse y hacerlo propio; al vigilante se le escaparon algunas lágrimas, pero nadie más que él lo supo.
-Ahora intenta convertir algo en arena.- dijo Deino, después creció en la palma de su mano una rama de roble y se la tendió a la castaña que ahora poseía el cabello casi blanco, como la chica en la foto de la reliquia.- Ten, intenta con esto.-
Kaede la tomó y sólo con el contacto la rama se desvaneció entre sus dedos cayendo al piso, haciendo que después el viento se llevara aquellos granos de arena. Lunatic sintió como una sensación de orgullo le inundaba, pero se deshizo de ese pensamiento y se mantuvo objetivo; le tendió una prenda a la chica, una de cuerpo completo que sólo dejaba al descubierto la cabeza, algo parecido a un traje de buzo.
-Tendrás que usar todo el tiempo esto.- mientras Kaede (en el rostro de una joven Origa) la tomaba y examinaba cuidadosamente.
-¿Qué es?-
-Cuando tenía tu edad no podía controlar muy bien mis dones. Mi padre me obsequió esto antes de morir. Es un traje de cuerpo completo que aisla las células NEXT para que se contengan en tu cuerpo; podrás usar la habilidad de convertir objetos en arena si desprendes la abertura de la mano para tocar las cosas. Este traje es para que no te preocupes por que alguien te toque, ya que al estar tus células aisladas, no tendrán contacto con otras para imitar habilidades. Tu único punto vulnerable será la cabeza, no debes de permitir ningún contacto.- la chica asintió.- Póntelo y vayamos con Frank antes de que sea más tarde.-
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-Jason... ¿revisaste el reporte del inventario?- preguntó Frank desde su escritorio mientras daba un sorbo a su taza de café.
-Si, Maestro.- respondió el chico a su vez que revisaba algunos papeles sostenidos en una tabla de mano.- Al parecer los almacenes de todas las áreas tienen exceso de existencias. Nos llegan más cosas de las que podemos guardar.-
-¡Ésa mujer...!- dijo, maldiciendo por lo bajo.
-¿...Maestro?-
-Hace algunos años, en mis viajes para reclutar elementos para nuestra causa, me encontré a una mujer que decía haberse enamorado de mi. Una mundana humana que se ilusionó por los actos de una noche. Meses después de que mi hermano muriera me enteré que ella era la líder de una empresa, nada importante en ése momento. Ella ha estado financiando Ouroboros desde entonces, pero a cambio tengo que reunirme con ella una vez al mes. Es muy molesto, pero hasta que no podamos ser autosustentables...-
-No has cambiado, entonces. Usar a las personas para conseguir lo que el Creador desea... suena muy propio de ti.- dijo una voz familiar a la vez que abría la puerta dejando entrar a un par de rubios platinos.- El Creador te ha puesto un tablero de ajedrez gigantesco y has sabido aprovechar todas las piezas ¿Cierto?-
-¡Así es, Lunatic, amigo mío! El Creador tiene muchas formas de hacernos probar límites, es lo maravilloso de él.- decía mientras le daba un efusivo abrazo al vigilante, quien con un poco de culpa, lo devolvió de igual manera. Jason no perdió la vista de Kaede, viéndola con una mirada absolutamente gélida.- ¿Quién es la chica?-
-¡Oh, Maestro!- decía Deino con alegría.- Ella es una NEXT que encontré. Estaba desprotegida y la traje para que se nos una.-
-¿Cuál es tu nombre?- preguntó prácticamente aullando el castaño Jason.
-Me llamo... Kae.- respondió la chica, un tanto nerviosa, pero intentando controlarse.
-Bien, Kae... ¿y qué te trajo hasta aquí?- preguntó Frank, mientras volvía a tomar asiento tras su escritorio.
-Mi familia... ellos...- decía nerviosa al tratar de inventar algo para el momento.- ...me maltrataban. Huí de casa y encontré a Deino.-
-¿Qué es ese traje que usas por dejo de las ropas?- espetó Jason al percatarse de que la chica no traía guantes nada más, sino que estos le seguían por todo el brazo y eran de la misma tela que tenía en el cuello. Con impresionante habilidad para improvisar, la chica contestó sin vacilar ni un momento.
-Mis padres pertenecían a un grupo de odio contra seres NEXT y cuando supieron lo que podía hacer, incendiaron mi recámara mientras dormía. Este traje sirve para cubrir mis quemaduras... mi piel llena de cicatrices.- dijo fingiendo tristeza.
-¿Y cuáles son tus dones?- preguntó con más interés el líder de la organización.
-Puedo convertir las cosas en arena, por eso fui capaz de apagar las llamas. Convirtiendo todas mis cosas en arenas para apaciguar el fuego.-
-¡Demuéstralo!- chilló el castaño. Frank le tendió la taza de café que bebía, Kaede desprendió la abertura del guante para dejar al descubierto la palma de su mano y con facilidad volvió el recipiente en aquel fino polvo color beige.

-¡Kae, eres más que bienvenida a nuestra causa! Incluso creo que hay otro sujeto por aquí que también convierte cosas en arena...- dijo el Maestro mientras le tendía la mano, ella volvió a acomodar el guante y estrechó la mano de Frank.- Ahora quítate el traje, como señal de mi confianza, voy a curarte esas feas quemaduras.- Kaede se frenó en seco y se le hizo un nudo en el estómago.
-Señor, de verdad no es necesario que...-
-No me respondas.- dijo Frank con una expresión gélida.
-Es que... estas cicatrices las llevo con un propósito.- fue lo único que atinó a decir la chica.
-¿Y cuál es?- preguntó ya irritado el Maestro.
-Me recuerdan el odio que le tengo a los humanos... piensan que son superiores por ser más numerosos que nosotros. Cada vez que las vea, me recordarán porqué estoy aquí, porqué tienen que ser exterminados... Maestro.-
-Niña... ¡te he subestimado! Tienes la pasión que se requiere para estar en las filas de la nueva legión del Creador. Dejaré tus cicatrices para que no pierdas esa vehemencia, pero quiero que sepas que cuando hayamos ganado esta guerra, si aun quieres hacerlas desaparecer, aquí estaré. Deino te mostrará las tareas que desempeñarás aquí, puedes retirarte.-
-Gracias, Maestro.- dijo Kaede haciendo una reverencia y retirándose junto con los dos hombres con los que llegó. Una vez que subieron a la planta principal y bien alejados de los oídos curiosos, la chica preguntó. -¿Salió bien?-
-¡Salió perfecto!- exclamó Deino con efusividad.
-Mantente en bajo perfil por mientras, encontraré la manera de avisarle a tu padre que estás a salvo.-
La chica tomó la mano del centinela y le dirigió la mirada de agradecimiento más sincera de su vida, y Lunatic al ver el rostro de su joven madre... le llegó a lo más profundo del corazón.
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::Bonjour, Heroes! Ahora que los diez están disponibles y la primera liga está completa, espero un buen espectáculo el día de hoy ¿Entendieron?:: Agnes se sonrió mientras hacía algunas indicaciones a sus trabajadores ::La situación es esta: hace once minutos, ocho ladrones sustrajeron una pintura del Museo Estatal. La obra está valuada en diez millones de Sternbild dólares. Se dirigen al complejo sur de la ciudad en un camión de mudanzas. Quiero la pintura intacta y a los ocho maleantes.::
::¡Si, señora!:: contestaron los diez al unísono.

Kotetsu y Barnaby se encontraban más tranquilos, pero no menos preocupados por la pequeña Kaburagi; el tigre se repetía que tenía que confiar en su hija, ya que por lo poco que habían hablado hace una semana, si la buscaba o faltaba a cualquier indicación que su pequeña le había indicado, lo más probable es que conseguiría ponerla en peligro antes que alejarla de ello.
Tampoco había sido sencillo para el conejo. Se esforzaba lo más que podía en centrar a Tiger, no dejarlo perder la cordura. Largas pláticas, noches en vela y varios litros de lágrimas fueron necesarios para poder aliviar un poco el sufrimiento de un casi desahuciado padre. Barnaby no se quejaba de ello, su preocupación por los Kaburagi era totalmente genuina; fue él quien habló con los demás héroes acerca de la situación. Les advirtió que cualquier intento por contactar de Kaede con cualquier miembro de la Primera Liga se tenía que manejar con suma discreción y rapidez.

::¡Regresamos con más de Hero TV! Los ladrones siguen huyendo por la Avenida Principal a toda velocidad, están armados y ya han conseguido inhabilitar a tres patrullas. ¿Les dejarán escapar con la pintura? ¡Fire Emblem es el primero en aparecer en la escena! Con eso gana 25 puntos. Aún con la velocidad de su vehículo, todavía falta bastante distancia para poder acercarse al camión de mudanzas.Vemos que el Apollon Trío son los segundos en unirse a la persecución, sumando 5 puntos cada uno. ¡Los cuatro héroes ahora van a la par y se acercan cada vez más al vehículo de los maleantes! ¿Qué estamos viendo? Las puertas del contenedor se han abierto... ¡y la pintura salió flotando como si nada! Vemos a la Leona Siniestra, Black Xiaji por detrás del vehículo del héroe de fuego, sigilosa cual sombra. ¡Ha recuperado la pintura! La novata está desacelerando para entregar la obra a las autoridades para después seguir con la persecución. ¡Los ladrones se han enfurecido y están disparando a los cinco héroes que los persiguen! Black Xiaji hace todo lo que puede por detener las balas... ¡Vemos a Rock Bison listo para embestir el camión unos metros más adelante, justo por en medio del puente colgante! Nadie del vehículo se ha percatado de esto, así que se dirigen derecho a la fuerza del toro... ¡Y se estrellan! ¡El camión se empieza a levantar por el impacto y amenaza con caer al mar! ¡Vemos que ha llegado Sky High, el Rey de los Héroes! Es bueno verlo en acción después de tanto tiempo de inactividad, como Origami Cyclone que no lo hemos visto hasta ahora. ¿Asistirá a la persecución de hoy? El Rey de los Héroes ha salvado la parte del contenedor con seis maleantes dentro, quienes han iniciado carrera en huir, pero la cabina del conductor y del copiloto aún están balanceándose en el precipicio del puente... ¡Y han caído! Esperen... una gran mano de hielo se ha formado de las aguas del mar y ha atrapado la cabina ¡Es Blue Rose diciendo su famoso lema! Aun así los ladrones no se han dado por vencidos y han huido sobre las aguas congeladas para tomar el puerto y perderse en la ciudad. Vemos que Origami Cyclone ha llegado y junto con Dragon Kid les van persiguiendo. En cuanto a los que iban en el contenedor, el resto de la liga les está siguiendo la pista. Cuando las cámaras puedan ubicar a los héroes, les traeremos más información hasta sus televisores, mientras tanto, volvemos al estudio.::
::¡Qué maravilloso que tengamos de regreso a la Primera Liga completa nuevamente! Y por supuesto, no se olviden de comprar la revista mensual "Monthly Hero" para enterarse de todas las novedades de estos héroes. Está confirmado que para el siguiente número habrá publicada una entrevista con la más reciente (y única por ahora) pareja de héroes: Black Xiaji y Golden Ryan. Un poco de la entrevista la podrán ver mañana televisada por este mismo canal y a esta misma hora, por otro lado...::

El Apollon Trío se encontraba siguiendo la pista de tres ladrones que habían escapado por entre callejones muy estrechos que se conectaban entre sí, llegando a una construcción pendiente; mientras Barnaby tenía activada la mejora de su visor le pareció ver algo a lo lejos, pero no era ningún ladrón... o humano. La sombra de Lunatic sólo se revelaba por una pequeña flama que ardía en su mano izquierda.
-Kotetsu... ¡Kotetsu!- llamó la atención del veterano, quien aunque estaba buscando señal de los asaltantes, notó la alarma en el tono de voz del conejo.- ¡Por ahí!- el moreno se percató de la llama azul y de quién la portaba.
-¡Ryan! ¿Puedes ocuparte de esto?- preguntó el tigre al príncipe de la gravedad, pero una voz detrás de él contestó.
-Nosotros nos encargamos. Yo también quiero puntos.- dijo Annie con una sonrisa, emergiendo de entre las sombras.- Vi fuego azul por allá... vayan por él.- asintió la chica con seriedad esta vez.
-Junior, viejo... tengan cuidado.- dijo Ryan, tomó la mano de Black Xiaji y se perdieron en la distancia.
Tiger y Bunny se dirigieron veloces pero cautelosos hacia donde se ocultaba aquella pequeña llama de color contra natura; pero a unos metros de poder estar los suficientemente cerca, la llama se escondió un poco más, como si quisiera ocultarse de cualquier ojo. Dejó de moverse cuando encontró un espacio sumamente obscuro, tan sólo iluminado por un gentil rayo de luna; un pequeño cuarto incompleto de la construcción. Uno en donde ninguno de los tres podría atacar.

-¿Qué haces aquí, Lunatic?- preguntó Barnaby, en una pose defensiva, aunque ya había notado la imposibilidad de un ataque.
-Tengo algo que decirle a Wild Tiger, bueno, más bien a Kotetsu T. Kaburagi.- el moreno se extrañó por esto pero no bajó la guardia, después de todo, aún recordaba la última vez que casi le mataba arrojándolo al vacío desde un zeppelin.
-¿Ahora qué quieres conmigo? ¿Me darás otro sermón de por qué tu estás bien y yo mal?-
-Esto es totalmente ajeno a nuestros principios, Kaburagi. Lo que voy a decirte... es preciso que no te alteres.- esto sin duda despertó la curiosidad de ambos héroes... y claro, con la advertencia, empezaron a sospechar del único problema personal que enfrentaban en aquel momento.
-¿Qué es lo que pasa?- preguntó Tiger, sumamente serio.
-Tu hija... ahora es miembro de Ouroboros.-

sábado, 22 de agosto de 2015

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 14: Hundiendo el cuchillo.

NDA: De nuevo, más abajo manejo contenido religioso. REPITO: No es mi intención ofender a nadie ni dar a conocer mi punto de vista en éste aspecto.
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Lo odiaba. Ahora sí, Nathan podía decir con toda seguridad que odiaba el alcohol y no lo querría consumir nunca jamás en su vida.
Recordaba que cuando finalizó la persecución de los ladrones que atrapó Black Xiaji, regresó junto con PaoLin, Karina y Antonio al gimnasio privado de Hero TV para seguir con sus actividades; recordaba también que Antonio quiso hablar con él, pero en vez de eso quedaron de verse al día siguiente por la noche en un bar discreto para poder beber algo sencillo y conversar sobre lo que había sucedido la vez anterior. Recordaba haber acudido a dicha cita y que Tonio ya lo esperaba en el lugar, también haber pedido un martini de manzana; recordaba que la plática se tornó en una discusión y haber salido del lugar molesto. Antonio le siguió, discutieron un poco más en plena calle (que para su suerte estaba solitaria) y por alguna razón, Nate accedió a ir a casa del toro que quedaba relativamente cerca del lugar. Siendo sinceros, ni siquiera podía recordar de qué tanto discutían, ni tampoco todo el camino del bar al departamento de Antonio; muchas cosas estaban borrosas en su memoria.
Recordaba haber aceptado varios vasos de whisky mientras que el toro también lo acompañaba en la bebida; también que después de otra charla que tampoco recordaba, Tonio se le acercó. Le venía a la mente cómo le había besado al principio con torpeza, que se fue convirtiendo en destreza y lascivia. Cómo las enormes manos del hispano iban apretando sus muslos de una manera exquisitamente pecaminosa, cómo con los labios aún ocupados desabotonaba la camisa del de ojos aceitunados, cómo intercambiaban caricias furiosas, cómo sucumbió ante las exigencias de su cuerpo... cómo habían cruzado la línea.

Todo eso era lo que Nathan Seymore recordaba, mientras se encontraba sufriendo una molesta resaca al mismo tiempo en el que se reincorporaba en una cama ajena a la suya, envuelto en sábanas color carmín y el héroe toro a un lado, durmiendo tan pesadamente que hasta juraría que se encontraba en estado de coma.
Mientras el cerebro de Nate intentaba terminar de procesar el escenario, se levantó del lecho y tomó la camisa del hispano para cubrirse con ella y dirigirse al baño; abrió las llaves del lavabo y lavó su rostro con agua particularmente fría. Quiso tratar de recordar la plática que habían tenido él y Antonio la noche anterior, querer recordar los antecedentes de lo que había provocado que terminaran en una situación mucho muy comprometedora, pero todo intento fue vano; no había nada completamente claro, o bueno... claramente se había excedido con el whisky, éso sí que era claro. La idea de una ducha con agua helada no parecía mala idea en aquel instante... ya después lo encararía y "tomaría al toro por los cuernos".
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Antonio tenía la buena fortuna de poder embriagarse cómodamente sabiendo que al día siguiente, no sufriría resaca alguna. Muy probablemente se debía a que su familia lo acostumbró a tolerar bebidas alcohólicas a una edad muy tierna; él provenía de un pueblo de costumbres y tradiciones muy específicas, y dar a probar el alcohol a niños pequeños era fundamental para que supieran que este tipo de sustancias existían en el mundo: para que cuando maduraran, ya entendieran plenamente que hay vicios en los que está permitido darse placer de vez en cuando o la posibilidad de perderse de por vida dentro de éstos. Claro que admitía que últimamente lo había estado haciendo más de la cuenta y que necesitaba relajarse un poco.
El héroe toro se revolvía entre sus sábanas, un rayo de luz muy tenue le iluminaba directo en el rostro indicando que ya había amanecido, y un rastro de calor reciente a lado suyo le hizo recordar la noche que había pasado. Pensó que Nathan se había ido ya, pero disipó rápidamente ese pensamiento cuando escuchó el agua de la regadera caer.

Bueno... lo hecho, hecho estaba y tenía que enfrentarse al hombre que se encontraba duchándose en el baño. Se levantó y sin molestarse en cubrir la desnudez de su cuerpo, se dirigió al sonido del agua caer. Justo en ese momento, el héroe de fuego se cubría de espaldas con una bata.
-¿Nate...?-
-Antonio... ¿qué está pasando?- el moreno volteó a ver al hispano con una expresión amarga y escéptica.- Quiero decir... no sé qué es lo que quieres de mí. Llevamos tantos años de conocernos y otros tantos de ser amigos, para que de repente estemos en esta situación y por ideas mías que no puedo ni siquiera poner en claro. Yo necesito saber... saber qué es lo que esperas de "esto".- el toro adoptó la misma expresión que el de los ojos rosados y se recargó de espaldas sobre el lavabo cruzando los brazos.
-Nathan, tengo que ser muy sincero contigo. Yo... no busco nada serio. Me conoces, soy una persona con amoríos de una noche.-
-Entonces... ¿Me estás diciendo que sólo se va a quedar en éso? ¿En sólo una noche?- preguntó el héroe de fuego con genuina curiosidad; tal vez también con un poco de preocupación y amargura, pero para nada reprochando.
-Estoy muy confundido, Nate. Hasta hace unas horas yo hubiera podido jurar sobre la tumba de mi madre que yo era completamente heterosexual. Es justo como te decía anoche...-
-Hablando de eso, tendrás que refrescarme la memoria porque no recuerdo la mayoría de las cosas que hablamos ayer...- admitió con un poco de pena.
-Bueno, te decía que a partir del primer beso que nos dimos al salir del Hero Bar, he estado pensando mucho en este asunto y por consiguiente, en ti. No has salido de mi mente durante estos días; por primera vez en mi vida, me vi deseando a un hombre, y lo que es más importante: a un amigo. No estoy seguro de poder... o querer establecer algo serio, una relación. De lo único de lo que estoy completamente seguro es de que me estás volviendo loco. Te deseo... deseo tu cuerpo.-

-Tonio, no sé si podré ser capaz de ser sólo algo... casual. Hay veces en las que siento la necesidad de ser parte de algo, de una relación... de tener a alguien esperándome al final del día y al revés.-
-No quiero exigirte más de lo que puedas brindarme. Yo lo entiendo...- Tonio recuperó su posición erguida y se dirigió a la ducha, se detuvo antes justo al costado de Nate.- ¿Te parece si luego de ducharme te invito el desayuno? Hay un lugar por aquí donde cocinan unos waffles muy buenos...- Nathan sonrió un poco por lo bajo y asintió.
-Gracias.-
Lamentablemente, cuando Antonio salió de la ducha, lo único que pudo encontrar fue el lápiz labial de Nathan estampado en una pequeña servilleta y su embriagador perfume impregnado por todo el lado izquierdo de su cama; el hispano se sonrió triste y se vistió.
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La noche ya había caído. Kaede había escapado del pueblo con tan sólo las pocas cosas que guardó en su mochila; tomó el primer tren que salía a Sternbild y gracias a las mejoras al sistema ferroviario, llegó a la gran megalópolis en sólo un par de horas. Cuando arribó a la gran terminal de la más aún gran urbe, se aproximó a un teléfono público para llamar a Odine, haciéndole saber que ya estaba en la ciudad para que fuera a por ella a la estación. No pasó mucho tiempo, ella lo esperaba a las afueras de la terminal sentada en una pequeña banca, con las luces de los autos, edificios, espectaculares y dirigibles a su alrededor; no recordaba que Sternbild fuera tan hermosa ni que realmente le hiciera honor al apodo que los pueblerinos tenían de ella, "la ciudad que nunca duerme". Ya había permanecido varias veces, claro. Estaban entre las más memorables: la vez que tuvo una presentación sobre la pista de hielo y Barnaby la rescató, la vez que escapó para ir a resolver el asunto de su padre, cuando fue inculpado por Albert Maverick, y cómo olvidar el incidente de la Diosa. Tal vez estar bajo estrés en todas aquellas ocasiones, no le permitieron admirar realmente la belleza de la ciudad; ciertamente en ésta ocasión tendría más estrés sobre sus hombros, pero sabía que era para una buena causa y eso le relajaba un poco... tenía que serlo.

-¿Kae?- preguntó el muchacho, a lo que la chica subió su mirada para ver a quien la llamaba. Era un chico realmente rubio, demasiado. De ojos grises e inocentes, cosa que le llenó de tranquilidad. Ella asintió para afirmar su identidad, pero el chico simplemente no podía dejar de ver sus inmensos ojos marrones. Se perdió en la mirada de la castaña mientras esbozaba una tierna sonrisa con una expresión perdida.
-¿... Odine?- la chica se mostraba un poco confundida pero divertida a la vez. La mirada del rubio de algún modo u otro, la hacía sentir especial; después de un momento, el muchacho reaccionó.
-¡Oh, si! Lo siento. Es que, nunca imaginé que fueras tan... bonita.- esto último lo dijo en un disperso suspiro, a lo que Kaede se sonrojó y bajó la mirada, aún sonriendo. -Bueno, ya que estás aquí, déjame presentarme. Mi verdadero nombre es Deino.- dicho aquello, le tendió la mano a la chica, quien iba a estrecharla con gusto hasta que recordó el pequeño detalle de que no podía tocar a ningún NEXT y retiró la mano rápidamente.-¡Lo siento! Había olvidado que copias las habilidades con el contacto.-
-Está bien, es solamente que creo que debo conservar las habilidades que tengo hasta ahora.- respondió la castaña mientras tomaba sus cosas.
-¿Qué poderes tienes ahora?- preguntó el chico mientras le retiraba con cuidado la mochila para no tocarla y así cargarla él.
-No recuerdo a quién fue, pero alguien en el pueblo me tocó y ahora puedo incrementar mis capacidades físicas.- respondió. Al principio dudó un poco, pero si le pedía una prueba de sus habilidades, no podía mentir con ello.
-¡Ah! ¿Cómo Wild Tiger y Barnaby Brooks Jr.?- preguntó Deino con mera curiosidad.
-Supongo que si, aunque no sé si sea igual de potente. Antes de eso, podía escupir ácido.-dijo intentando desviar el tema.
-¡Suena genial!-
-Si tu lo dices... en realidad era muy molesto. ¡Derretí la mitad de los cubiertos en casa!- exclamó riéndose junto con el chico, que se imaginó el gracioso momento; los dos se encaminaron entre pláticas y risas a la fábrica al oeste de la ciudad.

Deino en el camino, había hecho crecer entre sus manos un pequeño racimo de unas florecillas púrpuras llamadas heliotropos para brindárselas a la chica, quien se encontraba totalmente fascinada por los cariños y atenciones de aquel rubio ojigris.
A unos cuantos metros de entrar, Deino alcanzó a ver no muy lejos, a una figura bastante conocida que se posaba sobre algunos contenedores apilados en su papel de centinela, bañado por la luz de la luna. El rubio, emocionado, le hizo una señal a Kaede de que le siguiera a hablar con dicho vigilante, ella le acompañó pero la castaña (como casi todo aquel que tuviera un televisor) ya conocía la identidad de aquel sujeto.
-¡Lunatic!- exclamó Deino, a lo que el vengador nocturno dejó su papel de centinela y bajó con el muchacho y su compañía. Kaede se asustó un poco, sabía un poco de los altercados que Lunatic y Wild Tiger en el pasado y le guardaba un poco de rencor por ello. Por su parte, el de las llamas azules miró a la castaña fijamente, su máscara no permitía que se notara cómo sus ojos se tornaban grandes como un par de platos.-Permítame presentarle a Ka...-
-Kaede Kaburagi.- dijo llanamente sin vacilar, interrumpiendo a Deino.- ¿Has traído a la hija de Wild Tiger al centro de Ouroboros?-
-¡¿Ouroboros?! ¿Éso no se había extinguido junto con Maverick?- preguntó alarmada la chica.
-¡¿La hija de Wild Tiger?!- Deino se mostraba asustado, inclusive. Qué clase de error había cometido en traer a la hija de uno de los enemigos de su Maestro.- Espera... ¡Es verdad! Estuviste en el techo de Apollon Media el día en el que inculparon a Kotetsu T. Kaburagi de haber asesinado a Samantha Taylor, y que después se supo que él era... Wild Tiger.- decía el rubio con estupefacción, sin poder creer lo que decía.

¡Maldición! Debió pensar en eso, que la reconocerían rápidamente por aquel incidente. Pero ya se encontraba en una posición muy arriesgada, no podía huir aunque quisiera. Así que optó por otra opción: intentar convencerlos de que su causa era justa.
-Yo... no puedo permitir que eliminen a los humanos. Mi familia es humana, mis amigos son humanos... nosotros mismos fuimos humanos antes de descubrir que éramos NEXTs. Hay mucha bondad todavía en este mundo, y no nos corresponde decidir quién vive y quién muere sólo por haber nacido privilegiados con estos dones. Lo único que hay que hacer es propiciar un cambio, los héroes así lo están haciendo. Con sus poderes ayudan a quienes lo necesitan, y con eso la gente aspira a ser como ellos; los inspiran a ser bondadosos, ayudar a quien lo requiere, alimentar al hambriento, curar al enfermo, alegrar al deprimido. ¿Por qué no podemos ser parte de eso también?- decía la chica mientras temblaba un poco, hablaba ansiosamente, asustada de no poder hacerlos cambiar de parecer.
-Ves al mundo con ingenuidad, niña. No conoces el lado oscuro de la sociedad, que a este punto, es más bien una suciedad. Ouroboros no murió ni con Jake Martínez ni con Albert Maverick, se regeneró con su nuevo líder: Frank Martínez. Él tiene un claro objetivo, y es eliminar a nuestros parientes menos desarrollados, que lo único que hacen es retrasar el proceso de selección natural, destruir y contaminar la pureza de la voluntad del Creador. Thanatos los acogerá en su reino, porque él habla con la verdad...-
-¿En qué clase de Dios creen que les aprueba matar a tanta gente? Dios se supone que debe ser amor, un refugio para todos aquellos que en vida no lo tienen. Siguiendo tu lógica... ¿quién te ha dado el derecho divino de arrebatar las vidas que tu no has otorgado? Le estás robando a él. Lo que tu Dios te premiará hacer será ayudar, tener compasión, ser misericorde... ser humano.- Kaede se acercó a Deino, quien la miraba sorprendido y hasta con un poco de temor. La chica tocó gentilmente la mano del chico para copiar sus habilidades; después hizo crecer otro racimo de heliotropos para tendérselas a Lunatic.- Esta es la verdadera belleza de vivir, poder enseñarles a otros el buen camino. Ofrecerles una salida, ver las cosas hermosas que tu Dios nos pone enfrente. Yo se que algún día todos tenemos que morir, pero hay que hacerlo a nuestro debido tiempo, cuando hayamos visto la verdadera pureza de la vida. No podemos negarles eso a la gente, nuestro deber como individuos, seamos NEXTs o no, es y siempre será ayudar...-

"...  nuestro deber como individuos, seamos NEXTs o no, es y siempre será ayudar..." justo de la misma manera que su padre se lo dijo alguna vez, la pequeña castaña se lo repitió. Lunatic tomó las pequeñas florecillas para contemplar que todos estos años, él mismo había tergiversado su propia redención. Los criminales merecían morir, eso le quedaba claro, pero ¿la demás gente también? Su misma madre era humana, y aunque ya sufría de un cierto grado de locura, siempre había velado por él; le había cuidado, le había curado de enfermedades, le había educado después de viuda... tal vez nunca le perdonó el hecho de haber matado accidentalmente a su padre, pero aún así cumplió con su rol de madre hasta que sus capacidades físicas y mentales se lo permitieron.
Había más madres allá en el mundo, más padres, hermanos, tíos, sobrinos, abuelos, nietos... todos esperando seguir viviendo con sus familias. La niña tenía razón: ¿Quién era él para negarles aquella vida? Su padre, antes de pasar por la crisis del declive de sus poderes, le había enseñado que hay que defender la vida de los inocentes a toda costa... y definitivamente, ya no pensaba hacer lo contrario.
Observó aquel racimo con recelo, después se hincó y puso una pequeña flor por encima de la oreja de la castaña y le habló en un tono muy suave.
-Sólo he escuchado a dos personas hablarme con tal pasión acerca de la vida. Tu has sido la tercera, y has tenido más éxito que tu padre y mi padre juntos. Así que voy a ayudarte. Thanatos habla con la verdad... pero yo sólo he escuchado aquello que me convenía.-
-¡Entonces yo también! Confiaré en ti, Kae... que siguen habiendo personas que nos acepten... que nos quieran.- la castaña se sonrió y abrazó a los dos hombres delante de ella con mucho cariño, pero sobre todo, agradecimiento.
-Gracias... de verdad.- dijo casi llorando.- ¿Podría hacer una llamada? Tengo que avisarle a mi padre que estoy bien.-
-No puedes decirle en dónde estás, Kaede. Si viene a buscarte... Frank tiene a su lado a un NEXT muy poderoso. Eso sólo podría salir mal, además de que nos descubrirían.- dijo Lunatic, a lo que la niña comprendió y suspiró.
-De acuerdo. Tan sólo le diré que estoy bien, que estoy protegida y que... que confíe en mi.-
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Después de tan estresante llamada con su padre algunas lágrimas se le escaparon, una sensación de culpa inundó sus interiores pero se repitió que era una buena causa y que los ayudaría a disolver al renacido Ouroboros; Lunatic por su parte se encontraba pensando en qué harían. ¿Cómo infiltrar a Kaede en Ouroboros? Nadie entraba sin antes pasar por el ojo de Frank, pero claramente, Martínez sabía la identidad de la hija de Wild Tiger. No sólo por la vez que Hero TV la filmó en la azotea de Apollon Media, sino por los expedientes del sistema de la televisora a los que accedía usando la cuenta de Albert Maverick.
Kaede quiso distraerse un poco con los nuevos poderes que había adquirido (cortesía de Deino), así que intentó hacer crecer un par de dientes de león en cada mano, pero lo que sucedió.... dejó en shock a los tres presentes, haciéndolos voltear a ver al mismo tiempo.

En la mano derecha, creció un hermoso diente de león, que se fue desintegrando progresivamente a causa del viento a las afueras de la fábrica; en la mano izquierda brotaba una majestuosa llama azul que se alzaba con pasión sin inmutarse del aire.
-Cuando nos abrazaste, fue a los dos al mismo tiempo... copiaste ambos poderes.- dijo Lunatic, había que decirlo, un tanto muy impresionado. Deino tenía una cara estupefacta, como si estuviera presenciando el nacimiento de un nuevo mundo o algo parecido.
Kaede se puso a experimentar, primero tocó al chico y creó un poco de césped en la esquina de un contenedor. Después tocó al vigilante y con fuego entre sus manos, quemó la contra-esquina del enorme artefacto. Convencida de lo que hacía, tocó a ambos hombres al mismo tiempo y así, de una de sus manos, creaba varitas de madera y con la otra las incendiaba, formando una pequeña fogata. Lunatic se irguió un poco y se le ocurrió un plan que podría funcionar para mantener a la castaña sana y salva.
-Deino, ve a buscar a Joseph y a Carl, que nadie te vea, sólo debemos saber en dónde están... Tengo una idea.-