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viernes, 11 de septiembre de 2020

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 34: Verdad y Reconciliación – Parte II

 Día 3 después de la primera aparición de la Brigada 731.

Agnes se encontraba de pie frente a la camilla de Anick, quien inmovilizada con correas psiquiátricas pataleaba y gritaba que la dejaran salir. Era increíble el escándalo que un cuerpo tan pequeño y delicado como el de la CEO de SkullBunny podía producir.

-¡¿Acaso sabes quién soy, zorra?! ¡Déjame ir o te juro que lo vas a pagar caro!- exclamó la señora Lomawien mientras luchaba por zafarse de sus inmovilizadores.

-Sé perfectamente quién eres, Anick. Y es por eso que me vas a decir ahora cuál es tu relación con Frank Martínez.- bramó Agnes con imponente voz. Anick fingió sorpresa de manera excesivamente exagerada y mediocre.

-¡No tengo idea de lo que me estás hablando! ¡Esto es una barbarie! ¿Por qué piensas que yo tendría algo que ver con eso?-

-Sabemos de tu plan, Anick. Que contrataste a Anaksha Kjolsrud para tener ojos dentro de la Primera Liga de Héroes, y fue ése tu mayor error. En fin, si no me lo vas a decir… yo quise hacerlo por las buenas. Pero quizás con ella sí te convenga hablar. Una advertencia: está molesta.- Agnes se dio media vuelta y salió por la puerta, inmediatamente entró aquella chica emanando un aura obscura y pesada. Anick sintió un nudo en el estómago y un hueco en el pecho.

-¡No me dejes sola con ella, Agnes! ¡Regresa, estúpida!- la rubia pataleó con fuerza pero sus esfuerzos eran en vano, las correas que la sostenían no cedieron ni un poco, sino al contrario, sentía que gradualmente se apretaban cada vez más. Miró a Anaksha frente a ella, encendida en un azul fluorescente.- ¿Acaso me matarás? No tienes las agallas…-

-No me tientes, porque no sabes cuántas ganas tengo de hacerlo. Primero me vas a contar de tu relación con Frank Martínez y después de eso, tal vez te deje seguir respirando.-

-¿Para qué quieres saber, eh? ¿Para ofrecértele como la furcia que eres? Yo no tuve que hacer eso con tu novio, él vino directamente a mí… porque soy todo lo que nunca serás. Exitosa, millonaria, soy una mujer preciosa que no necesita tener tus habilidades para conseguir lo que quiere. No tengo que venderme a un circo de payasos antinaturales que se hacen llamar “héroes” para conseguirme un hombre.- decía burlonamente.- Siempre supe que Ryan se fijó en ti por mera lástima, la forma en la que me miraba es algo que tú nunca sabrás, lo excitado que lo hice sentir cuando yo lo toqué… Así es como se trata a un hombre como él.-

-¿Por qué crees que todo gira en torno a conseguir una pareja? Me queda claro que nunca has sabido hacer nada por ti misma, y no porque te falten conocimientos o recursos, sino porque simplemente te da pereza esforzarte por algo. Jamás te has partido el lomo para cumplir una meta, no sabes lo que es dejarte el alma para salir adelante. ¿Qué tan dañada estás, Anick?- Anaksha sólo sentía desagrado.

-No tan dañada como tú, por lo menos mis padres murieron ancianos en una residencia de lujo. No que los tuyos…- lo que Anick empezaba a insinuar fue la gota que derramó el vaso, Anaksha comenzaba a perderse dentro de su propia ira. El azul fluorescente alrededor de su cuerpo se tornaba más intenso, y con sus poderes tensó aún más las correas de Anick; manipuló una sábana que llevó telequinéticamente al cuello de la rubia y la apretó con fuerza. El rostro de la CEO de SkullBunny gradualmente se volvía púrpura.

-Cállate.- fue lo único que Annie atinó a decir con la mandíbula apretada, iracunda.

-Si no hubieras tratado de hacerte la valiente en ese robo, ellos no hubieran muerto.- la rubia luchaba por intentar respirar.- La sangre de tus padres está en tus manos…- Anick reía con saña, sin embargo cuando vio que la semi pelirroja no cedía en aflojar ninguna de las correas ni la sábana en su cuello, empezó a ponerse verdaderamente nerviosa.

Los ojos de Anaksha dejaron de ser de su color violeta característico y daba la impresión que comenzaban a tornarse de un siniestro negro, tal vez ella no lo notaba, pero también empezó a levitar suavemente avanzando hacia la mujer frente a ella que trataba de gritar por auxilio. La presencia de Annie era muy perturbadora, podía sentirse en el ambiente la ira casi asesina que emanaba la NEXT. Las extremidades de Anick empezaban a sangrar debido a la presión en ellas y la sábana que la ahorcaba estaba a sólo un pequeño apretón más de romperle la tráquea. Justo cuando la Leona Siniestra estaba a punto de finalizar con su jefa, sintió un cálido y delicado abrazo que la envolvía por detrás.

-Annie…- decía Ryan con lágrimas en los ojos, mientras sostenía con suavidad a su novia que levitaba.- Es lo que ella quiere, no le des el gusto.-

-Tiene que pagar por lo que hizo… Por su culpa van a morir millones de personas.- respondió Anaksha, aún tentada a asesinar a su jefa frente a ella.

-No si lo podemos evitar. Estamos muy cerca, ella nos dirá todo lo que sabe ¿cierto, Anick?- Ryan miró con inquisitivamente a la rubia, señalándole con los ojos que no tenía muchas opciones, completamente aterrada afirmó con la mirada.

La chica respiró un poco y cayó en cuenta de lo que estaba haciendo. Disgustada consigo misma se obligó a tranquilizarse, liberó de su poder todos los inmovilizadores que controlaba y comenzó a llorar. Ryan la abrazó posesivamente, él mismo aún lagrimeaba.

-Ry… ¿qué hice?- se lamentaba.

-No lo hiciste, eso es lo más importante.- su novio la reconfortaba, acariciaba de arriba hacia abajo el cabello bicolor de la chica y depositó un beso en su frente.

-¡¿Es que te volviste loca, maldita idiota?! ¡Por poco me matas!- reclamó Anick, furiosa. Intentaba normalizar su respiración, y aunque Anaksha ya no apretaba las correas, éstas aun la tenían sujeta a la camilla. Annie no hizo el menor caso a los alaridos de la mujer, pero quién volteó a mirarla de manera violenta fue el Príncipe de la Gravedad Errante.

-Si no te comportas, será de mí de quien tendrás que preocuparte. ¿Entendiste?- bramó enojado. Agnes volvió a entrar a la habitación, había observado toda la situación desde fuera, sin embargo Ryan le prohibió entrar. Empezaba a preguntarse si tal vez los héroes, los doctores y ella misma subestimaban el alcance de las habilidades de Anaksha. El despliegue de poder que había presenciado era escalofriante, pero se alegraba de poder contar con ella, confiaba en que -aunque necesitara algo de ayuda- sabía diferenciar con claridad la bondad de la maldad.

-¿Estamos listos?- preguntó la CEO de HeroTV.

-Habla. Dinos todo lo que sabes.- ordenó Ryan con voz imponente, y aunque Anick estaba incierta de delatar a Frank, se convenció a sí misma de que el autodenominado NEXT Supremo la perdonaría. Después de todo, estaban completamente enamorados ¿cierto?


……………………….


Una vez más, el temporizador sonó de manera escandalosa. El sonido indicaba que el original Apollon Duo tendría que levantarse después de haber cumplido sus cuatro horas de descanso. Kotetsu fue el primero en abrir los ojos, y aunque usualmente él gozaba de un sueño particularmente pesado, ahora se había vuelto muy ligero. Su propio cuerpo le obligaba a estar alerta de cualquier cosa que pudiera pasar. Barnaby le siguió, rápidamente se espabiló y ayudó al moreno a levantarse.

-Gracias por no dejarme solo.- dijo el tigre, tomando el mentón del rubio y besando suavemente sus labios.

-Gracias por dejarme ser parte de la familia.- contestó el conejo, tomó la mano del mentón y devolvió ahí el beso.

Se dirigieron a la mesa de trabajo y comenzaron a ojear entre los documentos. Los demás héroes habían revisado casi la totalidad de éstos, y por más veces que revisaran cada informe, no encontraban nada de relevancia adicional. La frustración empezó a invadir la mente de Kotetsu. Sólo tenían tres nombres de la Brigada 731 y sólo un poder NEXT confirmado ¿qué podían hacer con esa información? Nada, absolutamente nada. La voz de Agnes lo distrajo un poco, por lo menos para evitar seguir sumiéndose en esa impotencia que poco a poco le carcomía.

-Lo tenemos, chicos. Anick nos dio la ubicación de la base de Ouroboros, coincide con la ubicación que nos dio Lunatic cuando se encontraron con él. Lo que también nos dijo es que al parecer ella y él se conocen desde hace años, que supuestamente están enamorados y se ven una vez al mes, también confirmó que ella es quien provee de suministros a la organización.- decía Agnes con aire de esperanza, que ciertamente fue refrescante para los demás.- Nos dijo que mañana un nuevo contenedor va a llegar a la fábrica.-

-Aun así, no tenemos suficiente información para hacerles frente… ¿Mencionó algo con respecto a la Brigada 731? ¿O tal vez si una de estas visitas mensuales ocurrirá pronto? Puede ser que por ahí podamos atacar a Frank solo…- Barnaby se notaba preocupado.- Aunque sepamos dónde a dónde ir, siguen superándonos en número.-

-Sólo nos dijo eso. Creo que Frank tampoco confía demasiado en ella.- respondió la CEO, suspirando con derrota. No dedicó demasiado tiempo en pensar sobre aquello, ya que Mary Rose y Orlando entraron a la sala segura jadeando y con la expresión horrorizada.

-¡Señora! El General Autieri llamó…- decía Mary tratando de recuperar el aliento.- Los suicidios de hoy, ya sucedieron.- finalizó para romper en llanto. Orlando la consoló en un abrazo y él continuó dando las malas noticias.

-Diez soldados cometieron suicidio en el campo de tiro de la Base Militar de Sternbild hace treinta minutos. Hizo mucho hincapié en que no pidiéramos detalles adicionales, la moral de las fuerzas armadas se está viendo gravemente afectada y quieren mantener este incidente lo más discretamente posible.-

-No sólo la moral de la milicia… nosotros no nos encontramos mucho mejor.- respondió Nathan desde el fondo de la habitación, cansado, frustrado… impotente.

-Tengo que tomar un poco de aire, regreso enseguida.- bramó Annie, molesta por todo lo que acababa de pasar en tan sólo unas horas.

-¿Te encuentras bien?- preguntó Barnaby.

-Ha sido un día difícil. Iré a fumar un cigarrillo y estaré bien cuando vuelva, no te preocupes.- respondió con una expresión triste, pero sonriente. Dio media vuelta y la chica salió de la sala segura, Ryan asumió que necesitaba un momento a solas, por lo que no la siguió.


…………………………………..


Un cigarrillo de hoja de limón se quemaba entre los dedos de la chica, quien fumaba fuera de la entrada principal del edificio mientras reflexionaba sobre lo que acababa de pasar. En un plan perfecto capturaron a Anick Lomawien, quien casi resulta muerta a manos de Anaksha, la interrogaron sólo para darse cuenta que era su información resultaba igual de útil que intentar tapar el sol con un dedo. Los documentos de la Interpol con los que disponían habían resultado en un callejón sin salida debido a toda la censura en ellos. Y de nuevo estaban en ceros. Haría falta un verdadero milagro para poder rescatar a las millones de personas que contaban con ellos.

La semi pelirroja pensaba en alguna otra forma de poder abordar la problemática que enfrentaba, pero el ruido proveniente de los guardias del edificio no la dejaba pensar con claridad. Estuvo a punto de retirarse a un lugar más silencioso y olvidarse de todo y de todos aunque fuera por un breve instante, pero cuando vio cómo el jefe de seguridad le gritaba a una chica de no más de trece o catorce años, supo que tenía que intervenir.

-¿No escuchó, señorita? ¡Lárguese!- exclamó el líder de la seguridad del edificio, la niña visiblemente asustada retrocedió y tropezó cayendo.

-¡Hey! ¿Qué le haces, hombre? Sólo es una niña.- reclamó Anaksha al hombre, quien al verla bajó la mirada y ofreció una apenas audible disculpa. La Leona Siniestra miró a la niña que desde el suelo la observaba de manera extraña, como si estuviera analizándola. Annie sabía que el rostro de esta chica le parecía relativamente familiar, sólo que no lograba recordar de dónde.- ¿Te encuentras bien?- la niña de cabello platinado rápidamente rebuscó entre su ropa y sus bolsillos, sacó un pequeño pendrive y se lo tendió a la heroína. Anaksha notó que las manos de la niña estaban enguantadas, sin embargo el clima no estaba frío. Era extraño, le parecía cada vez más familiar…

-No tengo mucho tiempo, tengo que regresar. Por favor, toma esta información y acaben con la guerra.- dijo la chica, mientras dejaba la USB en manos de la heroína con cierta desesperación y apuro.

-No lo entiendo… ¿Quién eres?- preguntó Anaksha confundida. El rostro de la niña empezó a volverse borroso por alguna razón, transformando los rasgos que tenía en unos bien conocidos para la heroína, quien estaba completamente impresionada. Se trataba de ella, la hija de Wild Tiger.

-Soy Kaede Kaburagi.- dijo la niña y regresó al rostro anterior. Todo cobró sentido en un breve instante para Anaksha, recordó que desde las alturas había visto el rostro de esta chica, junto a Lunatic y a otro muchacho que los acompañaba. El parecido entre ella y su padre era inconfundible e irrefutable. Definitivamente se trataba de ella.

-Espera… tenemos tantas preguntas. ¿Por qué no entras y saludas a tu padre? Estoy segura que se aliviará al verte sana y salva.- decía la semi pelirroja, convencida de lo contento que Kotetsu estaría al ver a su pequeña.

-Tengo que regresar. Necesitan atacar ya, nos estamos quedando sin tiempo… me estoy quedando sin tiempo.- decía Kaede con ojos suplicantes. 

-¿A qué te refieres?- pregunto la Leona Siniestra evidentemente preocupada, algo grave debía estar sucediendo para que la hija de Wild Tiger se arriesgara a salir de la base de Ouroboros sólo para llevarles información.

-Deino se muere con cada minuto que pasa y Jason…- Kaede suspiró pesadamente.- Por favor, Annie, dile de mi parte que lo extraño y que lo amo con todo el corazón.- finalizó y dando media vuelta se echó a correr, con una prisa verdaderamente preocupante. Anaksha súbitamente recuperó fuerzas, no podía permitir que Kaede se expusiera a más peligro del que ya estaba. Era momento de entrar de lleno a la acción, y sospechaba que el pendrive en sus manos contenía exactamente lo que dijo Kaede: algo para acabar con la guerra.


……………..


-¡Kotetsu!- Anaksha entró con apuro a la sala segura llamando la atención de todos los presentes. Wild Tiger volteó de su asiento frente a la mesa de trabajo, se levantó rápidamente y se acercó a la chica pensando que estaba herida.

-¡Annie! ¿Estás bien? ¿Qué pasa?- preguntó con paternal preocupación.

-Es Kaede…- dijo recuperando el aliento.- La vi abajo, vino a traernos esto…- la semi pelirroja le tendió la USB al tigre, quien le prestó poca atención al objeto.

-¿Dónde está?- la ansiedad de Kotetsu se disparó en unos cuántos segundos, Barnaby puso su mano en el hombre del moreno para intentar tranquilizarlo, así lo comprendió porque después respiró profundamente e intentó calmarse un poco.

-Se fue, dijo que nos estamos quedando sin tiempo, pero que lo que sea que haya en este pendrive nos ayudará a ganar.-

-¡Saito! ¡Corrobora que las computadoras de la sala estén fuera de línea!- ordenó Agnes, el doctor se apresuró a revisare algunos datos en la pantalla de la PC principal e hizo una señal confirmando.- De prisa, chicos. Hay que ver qué nos trajo Kaede.- decía mientras conectaba el objeto al puerto USB de la computadora.

-Debe ser importante como para que se haya arriesgado a venir sólo a traérnoslo.- decía Barnaby, reflexionando y preguntándose qué datos serían tan importantes como para que Kaede pusiera en juego su fachada para hacer la entrega. Aunque sabía de antemano que valor y coraje era cualidades de las que definitivamente Kaede no carecía.

-Me pidió que te dijera que te extraña.- dijo Annie a Kotetsu, con una mirada suave y reconfortante.- Y que te ama con todo el corazón.-

-Estoy seguro que sí.- dijo el moreno con una sonrisa triste y lágrimas cayendo de sus ojos, añorando a su pequeña.

-No puede ser…- decía Agnes boquiabierta. Si algo podía dejar estupefacta a la CEO de HeroTV, aquella que creía haberlo visto todo, tenía que ser algo verdaderamente importante. Los héroes la miraron expectantes.- Tu hija, Kotetsu, nos acaba de dar las identidades y expedientes de cada uno de los integrantes de la Brigada 731.-

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 33: Verdad y Reconciliación – Parte I

 Día 3 después de la primera aparición de la Brigada 731.

El plan de Agnes, Anaksha y Ryan para capturar a Anick Lomawien e interrogarla en las instalaciones de HeroTV había sido bastante improvisado, pero era simple y eficaz. Teniendo en consideración el alcance de la Brigada 731, cuando Annie subió a su vestidor en la Corporación SkullBunny (mientras Ryan seducía a Anick en el estacionamiento y Agnes le inyectaba un poderoso sedante), se aseguró que las cámaras de seguridad captaran todos sus movimientos. Desde el momento en el que ingresó, hasta en el que bajó de nuevo al estacionamiento –donde sabía de antemano que las cámaras no servían-. Fue muy meticulosa en que quedara grabado cómo subía con su maleta, cómo guardaba su ropa y que los micrófonos la escucharan decir claramente “Creo que traje una maleta muy grande para tan pocas cosas que tenía aquí” mientras se encogía de hombros de manera indiferente.

Después de ello, al llegar a HeroTV también se aseguraron que las cámaras que seguían activas en el edificio los grabaran ingresando al inmueble arrastrando la maleta de Annie tras de ellos, entrando a la sala de juntas que se encontraba desconectada de todas las redes, “la sala segura”. Como medida preventiva, y a partir del incidente que sufrió Cain, Agnes hizo que Saito y Halsey adecuaran otra sala segura, una junto a la otra; esta serviría para brindarle atención médica y monitorear constantemente los signos vitales de Cain. Sin embargo, cumpliría otra función. También ahí permanecería en observación la CEO de la Corporación SkullBunny para interrogarla una vez que el efecto del sedante pasara.

Anaksha entró a la sala, que más bien parecía un muy pequeño hospital improvisado, abrió su maleta donde inconsciente yacía su jefa, roncando de manera bastante desagradable y dejando caer un poco de saliva a través de las comisuras de la boca. Fastidiada, la Leona Siniestra se encendió en su aura azul característica y con sus poderes colocó a Anick con absoluta carencia de delicadeza sobre la camilla designada a ella, la vio por unos segundos y rodando los ojos, bufó molesta y se marchó para volver con los demás héroes.


Por su parte, los integrantes de la Primera Liga de Héroes aún revisaban los documentos que se habían recuperado de la Base Militar de Sternbild; sin embargo, además del descubrimiento de Vaako Kovalevskaya como líder de la famosa triada NEXT de Hong Kong -los Sun On Yee-, y la identidad de dos de los miembros de la Brigada 731, los héroes no habían hecho ningún hallazgo adicional. La cantidad de censura en los documentos era inquietante y frustrante, ya que como Barnaby lo había señalado, significaba que el nivel de peligro al que se enfrentaban era mucho mayor del que esperaban.

Otro factor que también influía en la velocidad con la que revisaban los materiales, era que el cansancio ya estaba pasando factura. El equipo rápidamente elaboró un itinerario en el que señalaba quién podía dormir a qué hora y por cuánto tiempo; dormir por turnos les brindaría la oportunidad de espabilarse un poco y permanecer alerta a cualquier cosa. El primer turno correspondía a Ryan y Anaksha, ya que al salir lastimados del desafortunado confrontamiento con los militares el día anterior, los doctores les indicaron reposo. Una vez regresando de la Corporación SkullBunny, ambos héroes se recostaron en el sillón al fondo de la sala segura y se perdieron en sueños casi de inmediato. Cuatro horas ciertamente no serían suficientes para reponer dos días de estrés, ansiedad y cansancio, pero por lo menos era un buen inicio.


…………………….


En la profesión que manejaba, el cansancio era un factor que a Agnes Joubert ya no le incomodaba. Incluso se podría decir que era un aspecto constante en su vida. Mantener el rating de HeroTV, además de presidir la empresa (administrativa y operativamente) y coordinar a la Primera y Segunda Liga de Héroes de la megalópolis no eran tareas sencillas; estaba más que acostumbrada a jornadas de trabajo excesivamente largas, y por eso se permitió estar hasta el final del itinerario de descanso. Aún estaba lo suficientemente espabilada como para seguir buscando pistas en los documentos, pero había algo que no la dejaba terminar de concentrarse en dicha labor; sentía mucho remordimiento, el día anterior había sido muy hiriente con Antonio, y aunque el toro no parecía ni molesto u ofendido por ello, Nathan tuvo razón al señalar que Rock Bison había demostrado en más de una vez ser digno de una absoluta confianza.

Dejó de lado por un momento la carpeta que tenía frente a ella, intentando ordenar sus pensamientos para hacer algo que no hacía con frecuencia: disculparse. Se levantó a servirse una taza de café y mientras esperaba que la cafetera terminara de llenar el contenido, Antonio tomó un par de sándwiches de la mesa de alimentos a un lado de ella.

-¡Tonio! Yo… me preguntaba si tendrías un par de minutos. Quisiera hablar contigo.-

-Claro, ¿qué pasa?- preguntó un poco desconcertado. Intentaba no acercarse mucho a ella, no porque estuviera molesto, sino porque la reacción que tuvo Agnes cuando lo vio sostener a Cain lo tomó por sorpresa. No la culpaba, por ahora los NEXT en general representaban una amenaza, y aunque deseaba que la CEO no generalizara, no podía juzgarla.

-Quiero disculparme. Lo que te dije ayer… cómo reaccioné cuando te vi, no fue correcto. Estaba muy nerviosa, y tú y los demás no han hecho nada más que demostrarme una y otra vez que no importa cuántas veces los golpeen, siempre se levantan por nosotros, los indefensos. No tengo justificación alguna.- dijo la castaña, suspirando pesadamente.

-No te preocupes por mí, yo entiendo que tienes miedo de todo esto que está pasando…- decía el toro con una sonrisa levemente triste.

-No, Antonio. Lo que hice no estuvo nada bien. Y no me quiero justificar con el miedo que siento, ustedes están bajo la misma amenaza por defendernos. Si fallamos, todos moriremos, sin embargo tú sigues aquí.- Agnes sentía cierta desesperación. ¿Por qué Antonio era tan condescendiente con ella? Debía estar molesto… tenía qué.- Dios, enójate conmigo, dime algo, lo que sea... ¿Por qué eres tan bueno?-

-No soy bueno, Agnes. Soy un cobarde…- el toro meneaba la cabeza, ahora evidentemente molesto, pero consigo mismo. “Eres un estúpido” era lo único que escuchaba en su cabeza.- Me paso el tiempo alejando todo lo bueno de mi vida, y ahora que hay una buena posibilidad de que el mundo que conocemos se vaya a la mierda es cuando me doy cuenta. Nathan me ofrecía algo que siempre quise, y lo rechacé como el estúpido que soy… un completo idiota por permitir que mis prejuicios heredados me impidan ser feliz.-

La castaña suspiró triste, aunque ella quería disculparse sabía que lo que Antonio necesitaba en ése preciso momento, era alguien que lo escuchara, alguien con quien hablar de estos sentimientos que casi siempre mantenía reprimidos. Tomó del brazo al moreno y lo llevó a tomar asiento a otra parte de la sala, una que les diera la suficiente privacidad. Agnes adoptó su semblante usual, ahora ella sería quien apoyara a su amigo.

-Escucha, si de algo estoy segura es que todos ustedes son absolutamente las mejores personas que he conocido. Sé que interiormente estás luchando contra toda una serie de principios que creías tener, pero permitirte amar hará que todas estas dudas que te planteas pierdan relevancia. El amor y el derecho de expresarlo son las únicas malditas cosas que hacen que la vida realmente valga la pena.-

-Mi familia… seré una deshonra para ellos. Mi madre no para de llamarme para decirme lo mucho que quiere nietos, prácticamente me exige hijos. De por sí, cuando se enteraron de mis poderes les llevó años siquiera acostumbrarse a la idea. Por años fui un “anormal” en mi casa y en mi escuela. Por eso me mudé a Sternbild, conseguí un trabajo mediocre que me permitió asistir a la Academia de Héroes… pero nunca pude superar ser la decepción de mis padres, aun cuando tengo este asombroso trabajo que me permite ayudar a las personas.- decía el toro con dolor en el pecho, recordando todas las veces en las que sus padres lo despreciaron por ser diferente.

-¿Puedo darte un consejo?- preguntó Agnes, mientras limpiaba una pequeña lágrima del rostro de Antonio, quien asintió con una sonrisa melancólica.- Sternbild es una ciudad generalmente problemática, es de hecho bastante insegura, y afortunada o desafortunadamente es eso lo que nos permite mantener el negocio. Y aún con todo eso, es un lugar bellísimo, con muchas cosas que ver y hacer, pero lo mejor de todo es que las personas que se mudan aquí tienen la oportunidad de empezar de cero. Es una pizarra en blanco en donde podemos construirnos la vida que queremos, deshacernos de todo aquello que nos retiene. Sé libre, Antonio. Date la oportunidad de ser feliz sin cumplir las expectativas de nadie, sólo las tuyas.-

-No es fácil, Agnes…-

-Nadie dijo que lo fuera. Necesitas hacerte de mucho valor, y por más que lo digas, ambos sabemos que tú no eres ningún cobarde.-


……………………


El temporizador sonó de manera escandalosa, o por lo menos así le pareció a Anaksha, sus cuatro horas de descanso se habían pasado espantosamente rápido. Ryan aún dormía como tronco a un lado de ella sin percatarse de ningún sonido o movimiento, ella lo movió un poco para intentar despertarlo.

-Ry… tenemos que levantarnos.- dijo con suavidad, y recordó lo que su novio le había dicho a Agnes esa mañana en el estacionamiento de SkullBunny. Saber que de igual manera, él se permitía descansar y ser vulnerable con ella a un lado. Le dio un beso en los labios, y como en un cuento, el Príncipe de la Gravedad Errante despertó, talló sus ojos y vio a su novia con ojos enamorados.

-Si no fuera porque el mundo se está acabando y porque no estamos solos, te haría el amor una y otra vez.- respondió Ryan, la chica reía suavemente, divertida. Asintió y se levantó, seguido de la semi pelirroja quien se estiraba un poco, intentando que se le quitase lo adormilada. Segundos después, las dos personas del segundo turno de descanso se encontraron con ellos, ansiosos por recostarse y dormir un poco.- ¿A intentar descansar, eh, Junior?-

Barnaby asintió, con violentas ojeras debajo de sus ojos, Kotetsu no se encontraba mejor. La preocupación, la impotencia, la ansiedad, el estrés… todo en un mar de emociones que lo tenían exhausto, incapaz de poner toda su atención en los documentos que revisaba. Ryan y Annie se marcharon a seguir trabajando, dejando aquel pedazo de la sala segura sólo para el original Apollon Duo. Los hombres se acomodaron en el sillón, mirando a través del ventanal a la ciudad, esperando pronto cerrar los ojos.

-No hemos tenido mucho tiempo de hablar.- dijo Barnaby recargado en el pecho del tigre, disfrutando de cada segundo que podía estar cerca de Kotetsu.

-Es cierto, toda esta crisis avanzó justo cuando tú y yo también lo hacíamos.- respondió el moreno, pasando sus dedos entre los rubios cabellos del conejo.- A pesar de todo, te lo agradezco tanto…-

-¿Qué cosa?- preguntó confundido.

-Eres lo único que me mantiene cuerdo, Barnaby.- el rubio se estremeció al escuchar su nombre.- A estas alturas, estoy seguro que ya me hubiera vuelto loco.- Kotetsu se aferraba al cuerpo que se recargaba en él, incapaz de separarse de él, aprovechando el tacto del hombre.

-Es lo que se hace por la familia. No hablo sólo por ti… desde la vez que estuvimos en casa de tu madre y le contamos sobre lo nuestro -a pesar del incidente que tuvimos con Kaede- me sentí extrañamente acogido. Cuando murieron mis padres siendo sólo un niño, estaba tan inundado de soledad y mi tía Samantha era lo único que me quedaba, pensaba que esa sería mi vida por siempre. Igual y podré sonar muy atrevido al incluirme así como así dentro de tu familia, pero daría la vida por cualquiera de ellos de la misma forma como lo haría por ti. Por tu madre, por Muramasa y por Kaede.- dijo el rubio. Kotetsu sonrió de manera divertida, mientras le daba un beso en la cabeza y levemente reía, cosa que desconcertó un poco al conejo.- ¿De qué te ríes?-

-Me parece divertido que pienses que eres atrevido por considerarte parte de una familia que te acogió desde mucho antes de que estuviéramos juntos como pareja.- dijo el moreno con suavidad. Barnaby abrió los ojos tanto como pudo y una cálida sensación empezó a recorrer sus interiores.- ¿Recuerdas el incidente con el androide de Maverick? Aquella vez que ambos pensamos que iba a morir.- Barnaby asintió con pesar.- Cuando llorabas junto a mí, empecé a darme cuenta que sentía algo. Neciamente quise convencerme de que sólo era un cariño amistoso, pero fue cuando me aceptaste de vuelta como tu compañero a pesar de mis poderes en declive que lo supe. Estaba totalmente perdido por ti, irremediablemente enamorado. Y nada me hace más feliz que me consideres tu familia, porque tú ya lo eras para mí desde hace años.-

Los dos hombres ya no dijeron palabra alguna, reafirmaron que el vínculo que los unía estaba más fuerte que nunca. Se permitieron dormir a pesar del estrés causado por la amenaza enemiga, intentando reponerse lo más que pudieran. Durante todo el rato juntos no se soltaron, la calidez de sus cuerpos era reconfortante uno con el otro, y la tranquilidad que Barnaby emanaba era todo lo que necesitaba Kotetsu para poder descansar.


……………………….


-¿Has encontrado algo?- preguntó Anaksha a Ryan, quien sostenía frustrado un documento lleno de líneas de tinta negra en donde deberían haber letras.

-Aún no, pero tal vez lo haga si continúo revisando. Lo que me preocupa un poco es el tiempo, ya es bastante tarde y si no conseguimos algo pronto, diez personas también morirán hoy.- contestó el rubio evidentemente consternado. La chica asintió, y con apuro revolvió entre los papeles frente a ella, intentando encontrar algo de información útil. El Doctor Halsey entró a la habitación y se inclinó entre los dos héroes para murmurarles en voz baja.

-La señora Lomawien ya despertó. Agnes está con ella, pero me pidió que les avisara para que realicen las preguntas que requieren junto con ella.- la serenidad de la voz de Halsey tranquilizó un poco la rabia que Anaksha sentía. Se limitó a asentir y agradeció al doctor para ponerse en marcha junto con Ryan, quien la veía con cierta preocupación.


Anaksha intentaba tranquilizarse, era momento de enfrentar a aquella traidora. Y de nuevo su mente empezó a divagar en todo aquello que quería hacerle. Incluso ella misma se asustaba al tener esa clase de pensamientos, pero su ira era tanta que le impedía pensar con claridad. Ryan se dio cuenta de la lucha interna a través de los ojos de la chica, y la abrazó fuertemente.

-No te preocupes. Estoy aquí contigo, todo saldrá bien.-

-Sólo no olvides tu promesa. Si algo sale mal, no dudes en detenerme como sea…-

Ambos dejaron escapar un suspiro tan pesado que dolía, se miraron uno al otro, dejándose saber que tendrían el apoyo unos del otro sin importar qué, y entraron a la sala segura conjunta.

lunes, 7 de septiembre de 2020

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 32: Vínculos sibilinos

 Día 3 después de la primera aparición de la Brigada 731.

La noche para los héroes había sido larga y tediosa, revisando el material recuperado de la base militar de Sternbild: archivo por archivo y documento tras documento con especial escrúpulo en cada detalle que pudiera representar aunque fuera una pequeña pista sobre los paramilitares que acechaban la ciudad como frente primario de batalla de Ouroboros. 

-No puedo creer que nos hemos pasado la noche entera revisando estos documentos y no estemos ni cerca de saber quiénes son la Brigada 731.- dijo Karina en un suspiro claramente exasperado, mientras daba otro sorbo a su taza de café y revisaba con hartazgo la hoja de papel en su mano.

-¿Qué? ¿Ya amaneció…?- preguntó el héroe tigre con sorpresa en el rostro, mirando con incredulidad a los grandes ventanales de la sala de juntas que dejaban pasar sin recelo los rayos de sol y viendo su reloj de muñeca marcar las 6.48 de la mañana.- No hay que rendirnos, chicos. Vamos muy bien, ya revisamos casi la mitad del material, no nos falta mucho.- decía animosamente a los cansados rostros que lo contemplaban mientras se ponía de pie y palmeaba sus manos un par de veces. Aunque él mismo tenía más de una razón para tirar la toalla y rendirse, necesitaba ser el rayo de esperanza para sus compañeros. Si él, quien tenía a su propia sangre infiltrada tras líneas enemigas como doble agente mostraba una buena actitud, los demás héroes tal vez verían un panorama esperanzador, en lugar del desolador que tenían enfrente.

-Es verdad, hasta ahora tenemos varios datos de interés que nos pueden servir…- dijo Barnaby, acompañando el entusiasmo de Kotetsu mientras se dirigía a una pizarra de corcho donde tenían varios datos vinculados unos con otros mediante hilos rojos y anotaciones.- Según los reportes que hemos leído hasta ahora de los incidentes en los que se involucra a Vaako Kovalevskaya, identificamos que nunca hace el trabajo por su cuenta.-

-Al parecer ocupa a otras personas para hacer el trabajo sucio, es muy cuidadoso. No hay nada en los reportes sobre sus poderes, así que suponemos que no hace uso de éstos para evitar registros, en su lugar utiliza a los NEXT con los que se involucra para que ellos cumplan con el atentado y luego los asesina para no dejar cabos sueltos.- puntualizó Agnes.- Al principio, como todos sabemos, dudamos que de verdad se tratara de un individuo con capacidades NEXT, pero dado el principio de Ouroboros de “purificación” de Frank Martínez, descartamos la idea casi de inmediato.-

-Por el momento únicamente hemos identificado a dos NEXTs que han aparecido en varios de los informes de actos terroristas que ya revisamos, por lo que asumimos que se trata de dos miembros de la Brigada 731; Susie Wolff y Nico Rosberg. Con base en lo que pudimos revisar en los documentos y al compararlo con el video de seguridad de la base militar de Sternbild, estamos casi seguros al afirmar que fueron ellos dos de los tres NEXT que se infiltraron para robar los cañones antiaéreos.-decía Annie mientras tomaba lugar a un lado de Barnaby en la pizarra, haciendo un par de marcas sobre los nombres de los NEXT que recién describía, tomó una carpeta y ubicó el dato de interés que buscaba.- En el video de la base militar vimos que era una mujer la que se convertía en el humo tóxico ¿cierto? En un incidente de hace cuatro años hubieron víctimas con el mismo patrón de mortalidad, entonces tenemos que la señorita Wolff es dueña de este poder. Lo que nos deja a Nico Rosberg con la posibilidad de ser nuestro habilidoso hacker o el sujeto de los rayos que encogen cosas.-

-Lo que no entiendo es por qué está trabajando junto a estos NEXT ahora y a los demás los asesinó para silenciarlos…- Nathan reflexionó muy interesado en un momento de lucidez, muy a pesar del cansancio que sentía.- Estos NEXT son recurrentes en más de una misión, pero veíamos en los demás informes que Vaako ubicaba con precisión a las personas que utilizaba para luego exterminarlos. ¿Cuál es el sentido en eso? ¿Creen que una vez terminado el trabajo los asesine a ellos también?- Karina y PaoLin asintieron en concordancia a la pregunta.

-Sinceramente, lo que realmente me preocupa ahora es que nos asesinen a nosotros y a toda la raza humana…- decía Barnaby, mientras caminaba en círculos, intentando encontrar otro ángulo para ver la situación con otra perspectiva.- Otra cosa que estoy encontrando particularmente molesta es que muchos de los reportes de incidente que tienen que ver con ellos están tachados con tinta negra.-

-¿Censurados?- preguntó el héroe tigre con incredulidad, a lo que el rubio asintió con una expresión de disgusto.- ¿Por qué la Interpol habría de censurar estos archivos?-

-Significa que el índice de peligro que representan es muy elevado y prefieren dejarlo en alto secreto, por lo que las conjeturas que estemos haciendo ahora son sólo eso. Si quisiéramos revisar los archivos sin censura necesitamos autorización de la ONU y viajar al cuartel general de la Interpol en Lyon, Francia. Y no sobra decirles que no tenemos manera de abandonar la ciudad y mucho menos contamos con tiempo.-

-Esperen un momento…- Anaksha interrumpió brevemente, con cierto resplandor en los ojos y el ceño fruncido. Claramente pensaba en algo.- Cuando salimos de la base militar vi que había algunos DVD en alguna de las cajas. ¿Aún no revisamos esos datos, cierto?-

-¿Es seguro reproducirlos? ¿Los de la Brigada podrían saber lo que estamos viendo?- preguntó Keith con cierta preocupación.

-No debería haber problema, toda conexión de esta sala está aislada de cualquier red, pública o privada. Es seguro revisar lo que hay en los discos.- respondió con firmeza la CEO de HeroTV y se dirigió junto con Ivan a buscar dentro de las cajas los pequeños contenedores con los discos. Al cabo de unos minutos encontraron el estuche con tres discos, Agnes no perdió ni un segundo y rápidamente colocó en el reproductor aquel que estaba marcado como “V. Kovalevskaya – Interrogatorio 1/3”.


La imagen del proyector mostró un cuarto muy sobrio, con una mesa y una silla; sentado se encontraba aquel hombre cuyo rostro ya conocían, con una intensa mirada en esos ojos negros como ébano y expresión indiferente, miraba fijamente sus manos frente a él esposadas sobre la mesa. Al cabo de unos segundos, dos hombres entraron por la puerta del cuarto pero sus rostros no entraron en cuadro. Se colocaron a la altura de la cámara y comenzaron a interrogarle de manera muy agresiva, uno de los hombres le golpeó directamente en el rostro a la primera pregunta lanzada y sin esperar por la respuesta, el segundo hombre apagó su cigarrillo en la frente de Vaako, quien con absoluta disciplina reprimió cualquier señal de dolor o molestia. Fue una escena muy cruda de ver para los héroes, en especial para PaoLin, sin embargo respiró profundamente y se obligó a tranquilizarse. Vieron minuto y medio del metraje y concluyeron con pesadez que no entendían ni una sola palabra del lenguaje en el que se comunicaban los hombres y Vaako, se miraron unos a otros con evidente confusión, pero las dos personas que aún estaban prestando atención al video eran Dragon Kid y Black Xiaji.

-¿Están entendiendo a lo que dicen?- preguntó Agnes con asombro. Las chicas se miraron con extrañeza y después de reflexionar la pregunta por un par de segundos, asintieron con un poco de ingenuidad por no haberlo pensado antes.

-Disculpen, cuando PaoLin y yo hablamos a solas, procuramos hacerlo en nuestra lengua materna... ya saben, para practicar.- respondió Annie, a lo que Ryan suspiró con obviedad y dejó escapar una pequeña sonrisa al entender de qué hablaba su novia, pero al ver las expresiones de los demás igual de confundidas que antes, explicó.

-PaoLin es de China, y no sé si recuerdan que Anaksha les explicó en alguna ocasión que aunque sus padres eran de Noruega, ella había nacido y crecido en China hasta la adolescencia.- los héroes soltaron una expresión unísona de obviedad.

-Así es.- afirmó PaoLin.- En este video están hablando en cantonés, más específicamente, por lo que muy probablemente se trate no de China, sino de la Región Administrativa Especial de Hong Kong. De lo que hemos visto, los agentes le están pidiendo que confiese la ubicación de su base, supongo que desde ahí dirigía sus operaciones.-

-Agnes, ¿podrías rebobinar la grabación unos 30 segundos? Congela la imagen a mi señal, creo haber visto algo…- pidió Barnaby, a lo que la castaña hizo lo que se le indicó, intrigada de la posible observación del conejo. Esperaron todos atentos durante unos segundos y entonces el rubio dio la señal.- ¡Ahí, alto! ¿Qué es esto?- se acercó a la pantalla y señaló la muñeca izquierda del hombre. Tenía una marca tatuada donde claramente se veían un par de símbolos pertenecientes al idioma que no entendía: 大佬

-Dai Lo.- dijo Annie por lo bajo y PaoLin asintió con una expresión amarga, la semi pelirroja se volteó y explicó a los demás.- “Dai Lo” significa jefe o hermano protector en contexto de la mafia. Hong Kong está regida por dos triadas, los Sun On Yee y los 18k. La diferencia radica en que los miembros de los Sun On Yee son exclusivamente NEXT. Piénsenlo como Ouroboros pero locales. En realidad no son violentos, se dedican al contrabando y fraudes, pero por tratarse de NEXTs la policía los ha estado cazando desde hace años, aun cuando los 18k se dedican a la trata de blancas y el narcotráfico. Aunque… esto es muy extraño.-

-¿A qué te refieres, Anaksha?- preguntó Kotetsu.

-Algo no hace sentido. Los Sun On Yee son famosos en Hong Kong por atender zonas de pobreza, no sólo en la ciudad sino en toda China, incluso teniendo células en Taiwán e Indonesia. No son gente violenta a menos que su gente sea dañada. Me parece extraño porque tienen fama de ser “los chicos buenos”. ¿Por qué su líder es el único que comete actos terroristas en nombre de Ouroboros cuando es bien sabido que castiga de manera implacable a cualquier Sun On Yee que decida perjudicar?-

-Así es, suena extraño. Todos los documentos que hemos revisado hasta ahora indican mucha violencia, pero es él únicamente quien la comete junto con los de la Brigada 731. ¿Será una organización independiente?- Antonio rompió el silencio que hasta ahora mantenía y rascó su frente evidentemente confundido.

-Sigan buscando en el material que nos está pendiente de revisar, tal vez encontremos ahí las piezas que nos faltan para tener una imagen más completa. Tenemos que darnos prisa antes de que hayan diez víctimas más hoy. Afortunadamente, Saito y Halsey me informaron que Cain ya está fuera de peligro y se encuentra descansando. - dijo Agnes, mientras se levantaba de su asiento y tomaba las llaves de la camioneta de HeroTV.- Ryan y Annie, vengan conmigo. Tenemos trabajo en la Corporación SkullBunny, aprovecharemos que es temprano para traer “amigablemente” a Anick Lomawien y hacerle unas preguntas.-


……………….


Agnes al volante conducía con determinación hacia el gran corporativo alternativo, con un plan simple pero que esperaban fuera efectivo. Anaksha se notaba visiblemente molesta, iba en silencio y perdida en sus propios pensamientos sin prestar mucha atención a nada. Se sentía enojada… furiosa; se permitió dudar de ella misma y de todos sus logros al enterarse que su empleadora era parte de la conspiración del enemigo. Era algo que jamás estaría dispuesta a perdonarle a Anick, de algún modo u otro quería que su jefa sintiera lo que ella y los héroes: apatía, enojo, desesperación, miedo...

-¿Estás bien?- preguntó Ryan con la expresión más dulce que alguna vez cualquiera que conociera al Príncipe de la Gravedad Errante hubiera visto jamás. El rubio posó su mano sobre el rostro de Anaksha, quien súbitamente cambió de expresión, ahora su rostro reflejaba cierto arrepentimiento.

-Saca estos pensamientos de mí, por favor…- decía la chica, sollozando y con un nudo en la garganta, incapaz de ver a su novio a los ojos.- Sólo puedo pensar en hacerle daño, que experimente todo lo que nosotros hemos estado pasando, esa impotencia que nos tiene buscando desesperadamente cualquier indicio de esperanza.-

-Escucha, sé lo que estás pensando y la respuesta es no. No eres una mala persona, y tienes todo el derecho de enojarte con ella por traicionar tu confianza y utilizarte para sus propios intereses; pero sé que aunque quieres lastimarla -y con justa razón, no lo voy a negar- sabes que no es lo correcto. Nuestro deber como héroes es preservar la vida de las personas, sean buenas o no y muy a nuestro pesar.- Ryan la tomó de las manos y la hizo mirarlo.- Puedo ver en esos hermosos ojos violetas la bondad que te caracteriza como héroe, y estoy completamente seguro de que cuando llegue el momento, sabrás qué hacer.-

-Espero saberlo… pero si pasa algo, lo que sea, cualquier señal que veas de que me esté descontrolando, promete que me detendrás. No me permitas convertirme en el monstruo que creen que somos, por favor.- pidió la chica con ojos suplicantes, y aunque el rubio no dijo palabra alguna, ella supo que podía contar con esa promesa.

Pasaron tan sólo un par de minutos cuando Agnes acercó el vehículo a la entrada del estacionamiento subterráneo de la Corporación SkullBunny, emparejó la ventana del conductor a la caseta de vigilancia para pasar la tarjeta de empleado de Anaksha por el sensor, pero la voz de un hombre la sorprendió brevemente.

-¿Qué puedo hacer por usted, señora?- preguntó muy amablemente un señor mayor, quien se miraba con ojos cansados pero animosos pese a todo.

-Disculpe, no lo vi.- respondió la CEO con una sonrisa de alivio.- Vine a recoger unas cosas, papeles y algo de ropa.- el hombre le devolvió la sonrisa y miró el pequeño monitor de datos en su caseta. La identificación que leyó el sensor no coincidía con la persona al volante.

-Señora, ¿por qué quiere ingresar al edificio con la identificación de Black Xiaji?- el hombre la cuestionó, aunque no de manera amenazante, sino con preocupación y hasta cierto punto, miedo.

-Viene conmigo, Bob. No te preocupes.- la voz de Annie sonó desde atrás de la van, se levantó del asiento posterior y pasó al del copiloto.- Vine a recoger mis cosas del vestidor, por ahora los héroes estamos trabajando desde el edificio de HeroTV y necesito la ropa que dejé aquí.-

-Entiendo, señorita. Bienvenida.- respondió el hombre con una sonrisa algo melancólica. Anaksha se percató de ello.

-¿Estás bien, Bob?- preguntó la chica con preocupación a lo que el guardia suspiró y una pequeña lágrima recorrió su mejilla.

-Es sólo que me gustaría estar ahora con mi familia, señorita. No es que desconfíe de los héroes, pero la situación en la que está la ciudad es muy peligrosa y sólo quiero abrazar a mi esposa, a mis hijos y a todos mis nietos.- respondió pesadamente. Annie cayó en cuenta. ¿Qué estaba haciendo el hombre ahí, trabajando? Con bastante enojo reprimido, lanzó otra pregunta.

-¿Anick te está obligando a venir a trabajar pese al peligro que involucra?- Bob asintió con pesadez.

-Sólo al personal de vigilancia y limpieza. Dijo que si no nos presentábamos a trabajar, nos despediría. Usted conoce mi situación, señorita. No puedo darme el lujo de perder mi empleo.- dijo sollozando.- La señora Lomawien no ha faltado al trabajo en estos días, el resto del personal administrativo trabaja desde casa, pero nosotros de vigilancia y limpieza no podemos hacer lo mismo.-

La semi pelirroja sintió una punzada en el pecho y un nudo en el estómago. ¿Cómo era posible que el mundo se estuviera acabando y Anick obligaba a la gente a estar alejados de sus familias? Sabía que la responsabilidad de arreglar las cosas era de ella y de los demás héroes, pero seguía sorprendiéndose de la falta de empatía y humanidad de la CEO de SkullBunny. Bajó del vehículo y entró a la caseta de vigilancia con Bob, quien la veía con asombro y lágrimas en sus cansados ojos… La Leona Siniestra imponía en su andar pero sus acciones rompían con la imagen ruda e implacable que los medios le habían otorgado. En un suave y cálido abrazo envolvió al hombre, quien sorprendido rompió totalmente en llanto y le devolvió el abrazo de manera desesperada.

-Ve a casa, Bob. No te preocupes por tu empleo, me voy a asegurar que tu familia esté bien. Y te prometo que no falta mucho, vamos a acabar con esto. ¿De acuerdo?- el guardia limpió su rostro y asintiendo tiernamente tomó una mochila con sus pertenencias, agradeció a la heroína tomando su mano y se marchó. La chica se detuvo por un momento antes de volver al vehículo, suspiró pesadamente mientras meneaba la cabeza con reprobación y miró a una expectante Agnes.- El lugar de estacionamiento de Anick está a un costado del mío, lleva la van ahí y espera a que llegue. Yo me llevaré la maleta para traer algunas de mis cosas del vestidor. Ella llegará en aproximadamente 15 minutos, subiré por 20 y bajaré para irnos. ¿De acuerdo?-

-¿Estás bien, Anaksha?- preguntó la CEO de HeroTV.

-Tengo que estarlo. Por Bob y por todas las personas que están sufriendo… necesitamos acabar con esto, Agnes.- dijo con zozobra y se dirigió a la puerta frontal del edificio.

……………..


Las calles vacías y las vías de tránsito despejadas eran lo que más disfrutaba Anick de los últimos días. Eran casi las 8 de la mañana, y aunque para esa hora las calles del distrito Central Comercial y Financiero de Sternbild debieran estar en plena hora pico, se podía transitar con mucha calma con apenas un par de vehículos a la distancia.

El ambiente le parecía un tanto pesado, pero la mujer estaba convencida de que si Frank quería así el renacer del mundo entonces ése era el mundo en el que Anick quería vivir. Porque era obvio, si llegara a haber un trono por supuesto que sería ella quien se sentara a un lado del NEXT supremo ¿cierto? Convencida de sus propias ideas, se repetía una y otra vez que Frank Martínez la amaba con pasión y locura.

Con eso en mente, estuvo apenas a tres metros de pasar de largo la entrada al estacionamiento subterráneo de su corporación; a las 8 de la mañana en punto del reloj Anick pasó su tarjeta de acceso por el sensor de la entrada para darse cuenta que no había nadie ahí. En un instante, se olvidó de todas sus ilusiones y fantasías con el líder de Ouroboros sólo para gritarle a la cabina de vigilancia vacía.

-¡Maldita sea, Robert! ¡Juro que te vas a quedar en la calle! ¡Y cuando regreses a rogarme por tu miserable empleo voy a pagarte 20% menos! ¡Infeliz!- chilló escandalosamente al aire, revoloteando las manos. Entró con su vehículo al estacionamiento conduciendo de una manera muy poco segura y con furia desprendiéndose de cada neumático, rápidamente llegó su lugar designado pero encontró un vehículo estacionado en el lugar de Anaksha Kjolsrud.- ¿Y esa camioneta? ¿Será de ella…? ¿Qué hace esa perra aquí, no debería de estar en HeroTV?-

Molesta emparejó su auto al vehículo desconocido, tomó su bolso y salió. Inmediatamente la puerta trasera de la camioneta se abrió, dejando ver una figura bastante conocida para Anick. Inmediatamente la rubia dejó de fruncir el ceño, todo su enojo y molestias desaparecieron y sonrió de manera pícara.

-Vaya, pero si es Golden Ryan… ¿A qué debo el placer, señor Goldsmith?- preguntó la CEO de SkullBunny quien se acercó a la camioneta, donde el hombre dentro la miró con ojos seductores. Ella intencionadamente se cruzó de brazos para realzar el volumen del busto y que se apreciara a través de su escote.

Aunque Ryan había aceptado y contribuido en varias partes del plan no pensó en lo incómodo que sería seducir a la jefa de su novia. Esto incluía factores cómo que ya no tenía ojos para nadie más que para su Leona Siniestra, que inclusive ya se había olvidado de cómo seducir a una desconocida (a pesar de ser todo un experto hasta hace unos meses), y sobre todo, el hecho de que la mujer a la que tenía que seducir era una traidora y no sentía nada más que desprecio por ella.

-Vine a verte, Anick.- respondió con voz grave que embelesó los oídos de la mujer frente a él, ella se estremeció un poco.

-¿A escondidas?- preguntó divertida, a lo que recordó un pequeño gran detalle.- ¿Y tu novia?- su expresión cambió, su rostro reflejaba disgusto, asco inclusive.

-Ella no está aquí ¿cierto?- la calma con la que respondió le produjo náuseas, pero el rubio siguió con una impecable actuación.- Además, tú tienes algo que ella no tiene, algo que necesito…- la mujer se acercó con un caminar felino excitada ante tal comparación, Ryan la ayudó a subir al vehículo, con una mano en la cintura acercó su cuerpo al de él, y dejó que Anick respirara de su aliento.

-¿Qué es lo que tengo y ella no?- susurró mientras pasaba su mano por la entrepierna de Ryan, tocando con firmeza la protuberancia; el rubio se concentró en su papel, no permitiéndose mostrar su incomodidad. Acercó sus labios al lóbulo de la mujer.

-Información sobre Frank Martínez.- Anick se frenó en seco y miró con falsa sorpresa a Ryan. Justo cuando se disponía a mentir y decirle que no sabía de lo que estaba hablando, sintió una punzada en el cuello. Llevó su mano al lugar de donde provenía el dolor y reconoció la figura de una jeringa, al voltear vio cómo el rostro de Agnes Joubert se hacía cada vez más borroso, hasta que cerró los ojos.

-Lo hiciste bien, Ryan.- dijo Agnes con una sonrisa un tanto triste, especialmente al ver la consternada expresión de Ryan que sostenía su rostro con los ojos bien abiertos, enrojecidos y acuosos. El rubio suspiró pesadamente, bajó un poco la mirada y respondió con tristeza.

-No quiero volver a hacer eso jamás. Ni siquiera pensar en hacerlo…-

-Descuida, la tenemos. No tendrás que volver a tratar con Anick.- la castaña tomó asiento a un lado del héroe y puso su mano en su hombro, intentado confortarlo.

-No es sólo Anick…- bramó con cierto desespero.- Sé que hoy fue parte de un plan, pero no quiero que una situación similar me aleje de Anaksha.- Agnes sonrió levemente, eran hermosos los sentimientos que Ryan y Annie se tenían a pesar de no tener tanto tiempo de estar juntos. La química y dinámica de pareja que ellos habían conseguido en tan sólo unos meses era algo de lo que carecían incluso algunos matrimonios longevos.

-Dime la verdad, ¿estarías con alguna otra mujer que no fuera Annie? Físicamente, me refiero.- el hombre volteó a verla con sorpresa, ofendido inclusive.

-¡¿Qué dices?!  ¡Claro que no!- respiró brevemente y se tranquilizó un poco.- Quiero decir, modestia aparte, sé que hay muchas mujeres muy atractivas que quisieran dormir conmigo, y no te voy a negar que en más de una ocasión me he sentido tentado… pero hay algo que no me deja hacerlo. Es extraño, pero siento algo parecido a un vacío… Me pongo a pensar ¿qué voy a hacer después de tener sexo con ellas? ¿Irme y ya? ¿Qué hay de lo que viene después? Ver dormir a Anaksha me encanta, verla junto a mí descansando, saber que soy lo suficientemente digno de su confianza como para permitirse ser vulnerable. Es un alma rebelde, independiente, fuerte… Hay veces en las que siento que no soy suficiente para ella, pero me niego en dejarla ir. Me esfuerzo en ser mejor, por ella. ¿Quién más me puede ofrecer eso? -

Anaksha escuchaba con atención cada palabra que decía Ryan, mientras permanecía inmóvil detrás del vehículo. Sus ojos violetas no lo soportaron y lloraba con una gentil sonrisa dibujada en su rostro. Ésa fue la personalidad de la que se enamoró. Ella no era muy diferente a Ryan de antaño, la semi pelirroja nunca se involucraba con nadie e incluso la consideraban una “come-hombres”. Nunca prestó mucha atención a los rumores sobre ella, porque aunque resultaran verdaderos, ella sabía que disfrutaba de su vida sin hacer daño a los demás. Fue después de conocer al Príncipe de la Gravedad Errante que por fin se permitió abrirse ante alguien. ¡Y cómo le alegraba que Ryan la amara tanto! Porque entonces sus sentimientos eran totalmente recíprocos. Se sentía agradecida por contar con el apoyo incondicional de su novio, que incluso con todo su pasado y demonios, la amaba incluso en aquellas ocasiones en la que ella no podía amarse a sí misma. Y en palabras de Ryan, ¿quién más podía ofrecerle eso? Incluso si hubiera alguien, Anaksha escogería a Ryan cada vez que fuera necesario.


viernes, 22 de mayo de 2020

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 31: Dentro de las fauces

Día 3 después de la primera aparición de la Brigada 731.

 

-… ino. Deino… ¿me escuchas?- a la distancia se escuchaba el sonido de una angelical voz, un delicado bálsamo… ¿acaso así se sentía tocar el paraíso? La sensación recorría su cuerpo inundándolo de serenidad, inclusive podía oler con claridad cómo un suave pero embriagador aroma a caramelo se impregnaba en la refrescante brisa que chocaba contra su rostro.

-Soy yo, Creador.- respondió el chico, con una leve y genuina sonrisa. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras lograba vislumbrar una luz y el rostro de su amada, la sangre que escapaba de su nariz goteaba en el piso con un sonido hermoso y relajante. Alzó levemente su mano y estiró la punta de sus ya muy escarmentados dedos, como si quisiera alcanzar algo; con una voz suplicante llena de esperanza y dicha, hizo su petición.- ¿Podrías… llevarme con ella?-

El desayuno que Kaede le había llevado al platinado quedó esparcido sobre la bandeja en el piso de la habitación en el momento en que se abalanzó a socorrerlo, encontró a Deino semi consiente, delirando palabras sin sentido con la mirada perdida en las luces que colgaban del techo. La chica intentaba sin éxito que se reincorporara, y así como cuando ella misma experimentaba ocasionalmente ataques de ansiedad, hizo lo que su abuela Anju hacía para relajarla con la esperanza de que funcionara; daba palmadas gentiles a las mejillas del muchacho y soplaba a la altura de los ojos y nariz. El semblante de Deino se compuso, pero aun no recobraba la conciencia.

-Por favor, cariño… respóndeme.- suplicaba alarmada la chica, mientras seguía palmeando y soplando sin éxito, sus propias lágrimas empezaban a humedecer el rostro que reposaba incoherente en su regazo. Vio que los rasgados ojos grises del muchacho empezaban a cerrarse cada vez más  en una cálida pero cansada expresión de paz.- No… no, no, no, no me hagas esto ¡Por favor! ¡Despierta!- la chica abrazó con recelo y desesperación la cabeza del platinado, meciéndose hacia atrás y adelante pensando en mil cosas y a la vez en ninguna, la impotencia se apoderaba de ella.

-¿Qué está pasando aquí?- una gélida voz resonó con estruendo, los pasos del hombre se escuchaban firmes con cada desplante. Kaede se heló, la voz había penetrado sus oídos de manera violenta y una sensación de temor le empezó a inundar.

-Jason… traje el desayuno para Deino pero lo encontré en este estado y…- explicaba con la expresión angustiada de una joven Origa Petrov, pero el segundo al mando de Ouroboros (quien ni siquiera había hecho contacto visual con ella) la interrumpió dirigiéndose exclusivamente al chico.

-¿Crees que esto es aceptable, Deino? El Maestro me envió para hacer un conteo del nuevo tipo de cambio, pero esto...- recriminó mientras se acercaba al contenedor más cercano, hundió su mano entre las brillantes y casi cegadoras monedas sólo para hacer un conteo aproximado.- Esto es inaceptable. Llevas desde ayer cumpliendo una única función y no has fabricado ni cien monedas. ¿Qué explicación esperas que le dé al Maestro sobre tu mediocre desempeño?- la voz de la chica sonó por lo bajo por detrás de él, temerosa de hablar.

-Jason, creo que es mejor si…- la mano del castaño tomó impulso desde su lugar y se dirigió perniciosa hasta la mejilla de Kaede, quien con veloces reflejos alcanzó a cubrir su rosto con ambas manos, evitando a toda costa el contacto de la mano desnuda del NEXT que la violentaba aunque el impacto dolió de igual manera.

-Es mejor si te callas y te limitas a tus actividades. No creas que tienes el derecho a opinar sólo por haberte ofrecido como una furcia con él.- bramó con desprecio mientras señalaba al chico, aún convaleciente.- No sé cómo es que te convertiste en el pequeño proyecto personal de Lunatic, pero escúchame bien: Si Deino no cumple con su deber en tiempo y forma, me voy a asegurar de que el Maestro les entierre a ambos una de sus espinas venenosas en lo más profundo de ese asqueroso e ingenuo saco de células que tienen por corazón. Muy romántico ¿cierto?- Kaede estaba paralizada sin saber qué hacer, el miedo recorría cada centímetro de su cuerpo y sólo pudo atinar a asentir levemente; Jason se volteó con paso firme hacia el cuerpo de Deino quien batallaba por espabilarse, y tomando el impulso suficiente, la espinilla del castaño golpeó con malicia hacia la boca del estómago del platinado.

Se escuchó un terrible crujido y el dolor hizo que Deino recobrara la conciencia mientras se retorcía de dolor a causa de una costilla fácilmente rota. La chica simplemente apartó la mirada, incapaz de ver al muchacho sufrir pero los gritos le parecían ensordecedores. Ahogó su llanto lo más que pudo hasta que los alaridos cesaron, entonces se acercó a Deino y lo ayudó a que tomara asiento de nuevo mientras él le sonreía agradeciéndole con la mirada.

-Reciban esta nueva era que favorece a los fuertes, o mueran igual de indignos que los débiles. ¡Pónganse a trabajar!- finalizó el castaño marchándose y azotando la puerta tras de si.

-Lamento que hayas tenido que pasar por eso, princesa. ¿Estás bien?- preguntaba Deino entre murmullos.

-No te preocupes por mí. Sólo sigue resistiendo, ¿de acuerdo? Te prometo…- decía con ferviente enojo.- … que esto se terminará muy pronto.-

 

……………

 

Dos horas habían pasado desde lo sucedido, el medio día no lucía radiante sino más bien frío y sombrío desde la fábrica abandonada al oeste de Sternbild. Kaede se encontraba más tranquila pero no menos furiosa, mientras hacía sus deberes repasaba mentalmente una y otra vez las opciones con las que contaba para poder acabar con la organización lo más pronto posible, pero todas eran demasiado arriesgadas. Pero si no se arriesga, no se gana ¿cierto? Después de todo, ese mismo sentimiento fue lo que la llevó a infiltrarse tras las líneas enemigas y descubrir al enemigo antes que los héroes mismos. Tal vez tomar un riesgo era la mejor opción… la única opción para desbaratar al enemigo desde dentro. La chica sabía muy bien que la Brigada 731 tenía acorralada a la ciudad y a los héroes paralizados, así como sabía que si los héroes contaran con información precisa y de primera mano sobre estos paramilitares NEXT sabrían cómo atacar.

Frank Martínez, líder de Ouroboros tenía toda la información que necesitaba la Primera Liga, ¿pero cómo conseguirla sin levantar sospechas? Además, todos los días en punto de las 12:30 del día el autoproclamado NEXT supremo daba un sermón obligatorio a sus feligreses/militantes. Kaede estaría ocupada verificando la lista de asistencia con más de 1.600 personas veinticinco minutos antes de iniciar cada sermón. Deino había hecho este proceso mucho más sencillo al integrar cada 20 personas a un grupo con el nombre de una letra del alfabeto radiofónico acompañado de un número; este sistema también servía para clasificar a los NEXT que participarían en las filas de combate primarias, secundarias, terciarias y de apoyo. Por ejemplo, Lunatic y Jason pertenecían al grupo Alfa 1, los NEXTs con capacidad destructiva considerable  estaban repartidos entre los grupos Bravo, Charlie, Delta y Echo; Deino y Kaede en cambio, fueron asignados a Whiskey 3, junto con Joseph de Lavandería y Carl de Vigilancia.

La pequeña Kaburagi miró su reloj de pulsera, la hora para empezar a cotejar a los asistentes se aproximaba por un par de minutos. Se dirigió a la puerta del acceso subterráneo, donde los militantes sabían de antemano que debían de organizarse en sus respectivos grupos, ya que la asistencia se tomaba en consideración siempre y cuando el grupo estuviera completo.

-¿Alfa 3? Uno, dos tres…- la castaña contaba a las personas con mucha concentración.- … diecinueve y veinte. Adelante. ¿Bravo 1?- procedió mientras palomeaba en la lista al equipo anterior, el grupo avanzaba con velocidad para tomar su lugar correspondiente dentro del Vínculo. Kaede era muy rápida y observadora en esta labor a pesar de ser su segundo día como asistente general. Sólo le tomó veinticuatro minutos de los veinticinco habituales hacer la toma de asistencia. Sabía que tenía poco tiempo antes de que apareciera en escena el NEXT supremo acompañado de su fiel esbirro, aprovechó el movimiento de gente y rápidamente bajó por las escaleras; pasó la lavandería y los almacenes del primer nivel, siguió por el comedor en el segundo, hasta llegar a la zona prohibida para la mayoría de los integrantes de Ouroboros: el tercer nivel donde se encontraba la división de investigación y la oficina central.

Caminó con cautela aunque decidida hacia la oficina de Frank Martínez, pero a dos escasos metros de quedar frente a la puerta vio cómo el picaporte giraba y la puerta se abría lentamente. Kaede sin embargo, mantuvo la compostura y entró sigilosamente a la habitación que estaba inmediatamente cercana ella, dándose cuenta que se refugiaba dentro del ala de investigación; afortunadamente estaba vacía y sin ninguna alma, ya que todos esperaban impacientes el sermón de su Maestro en El Vínculo. Escuchó algunas risas y uno que otro murmuro, la chica pegó su oreja a la puerta para oír con claridad.

-… lo juro, sólo estoy esperando que se empiecen a matar entre ellos, Jason.-

-Los acorraló brillantemente, Maestro.-

-Lo sé, creen que estar atrincherados en el edificio de HeroTV les va a comprar tiempo, pero con Vaako pisándoles los talones, es cuestión de un par de días para que se entreguen.-

-La moral de la organización crece con cada día que pasa. Su victoria ya está asegurada, Señor.-

-Así es, mi buen amigo. Creo que hoy me saldré del discurso y alentaré a nuestros seguidores con algo motivador previo a nuestra inminente victoria…-

 

Las inconfundibles voces de Frank y Jason fueron atenuándose gradualmente y Kaede comprendió que el tercer nivel estaba despejado; antes de salir del ala de investigación, recordó que el día anterior programó en la mensajería una entrega de un paquete a esta área, algo que tal vez le resultaría muy útil en esos momentos. Vio la pequeña caja que afortunadamente ya estaba abierta (y así no levantar sospechas), tomó una memoria USB completamente nueva y salió discretamente de la habitación.

Fijándose que no hubiera nadie en las proximidades, se dirigió con extremo sigilo a la puerta de Frank; se percató que en la parte superior del marco de la puerta de la oficina central había una especie de dispositivo con una tenue luz clara, pero al ver que cuando abrió la puerta no sonó ningún tipo de alarma o pasó algo siquiera, no le dio importancia. Quizás sólo era un sensor de movimiento para activar la luz al entrar, eso sonaba más lógico considerando que eso sucedió… sus pensamientos entintados con paranoia no estaban ayudando mucho en el momento. Se sacudió un instante y se concentró en lo que tenía que buscar: la información sobre la Brigada 731. Había muchos documentos sobre el escritorio de Frank, y aunque pensó que le tomaría una eternidad revisar cada uno para encontrar lo que necesitaba, había un expediente que estaba marcado con un color verde fluorescente. Imperdible. Nombre del archivo: “CONFIDENCIAL: Perfiles B731”.

Kaede estaba perpleja, no lo podía creer. Mientras revisaba superficialmente el documento, se percató de que tenía en sus manos el expediente con la biografía de cada integrante de la Brigada 731 (la versión extraída por las investigaciones de la Interpol y la versión “real” del investigador de Ouroboros) y su clasificación en DR (Danger Rate - La tasa de peligrosidad). ¡Tenía en sus manos el poder de acabar con esto de una vez por todas! Salvar a la humanidad, a su padre, a Deino… Un sentimiento arrasador de esperanza inundó completamente su cuerpo y se puso manos a la obra. Tomó el expediente y lo puso directamente sobre el escáner de la oficina de Frank, conectó la memoria USB al puerto de la máquina e hizo una sencilla configuración. De ese modo, mientras el documento se escaneaba, se guardaba automáticamente en el pendrive.

El documento se escaneó y guardó completamente en pocos segundos, la chica guardó la memoria USB y se aseguró de dejar el expediente tal y como lo encontró en primer lugar. Tomó su tabla de anotaciones, cuando se dispuso a abandonar la oficina central, optó por esconderse rápida y sigilosamente al notar que el picaporte estaba girando y la puerta tenía intenciones de dejar a alguien entrar. Se arrastró debajo del escritorio principal, intentando tranquilizarse… en el peor momento estaba empezando a sufrir un ataque de ansiedad por lo que comenzaba a hiperventilar. Llevó sus temblorosas  manos hacia su rostro, haciendo presión en su boca y nariz, ahogando el ruido que quería escapar y conteniendo las lágrimas. No podían descubrirla, no ahora, no con la clave para terminar la guerra.

-Dijo que la taza de té estaba sobre el escritorio…- se decía Jason, mientras buscaba con la mirada sobre el escritorio.- ¡Ah! ¡Aquí está!- tomó con indiferencia el recipiente y sin más se dio la vuelta. Kaede se relajó, creía que la habían descubierto cuando en realidad, Keyes únicamente bajó a la oficina central por la taza de Frank, casi era gracioso. Pero soltó un sutil suspiro de alivio antes de tiempo.- ¿Qué fue eso?- preguntó Jason al aire, mientras volteaba indignado y con evidente furia en su voz. Sus ojos eran los de un maniático.

Como un balde de agua fría, la chica cayó en cuenta de su falta error y volvió aprisionarse el rostro con ambas manos. Jason buscaba con acecho en la mirada y lanzó una terrible amenaza:

-Si no te muestras en tres segundos, usaré mis campos de fuerza para reventar cada uno de tus órganos y lo que reste de tu cuerpo sólo podrá ser comparado con comida para perros. ¡Uno!- comenzó a contar, su voz era atronadora y siniestra.

::¿Qué demonios voy a hacer ahora? No puedo entregarme…:: pensaba la chica, quien batallaba por mantenerse oculta y en silencio, pero el miedo la carcomía violentamente.

-¡Dos!- Jason se empezó a iluminar en su azul fluorescente característico y se sintió la energía recorrer la habitación. Aquello no iba de farol.

::… pero si me entrego mi castigo será aún peor, me asesinará y no podré darle la USB a los héroes, a mi padre…:: la chica temblaba violentamente.

-¡Tres!- gritó finalmente el castaño.

::Papá…- Kaede cerró sus ojos y esperó el trágico desenlace.

 

Pasaron unos segundos, todo estaba en calma… “¿Así se siente morir?” pensó la chica. Se preguntó a sí misma si estaría en el cielo o en algún tipo de vida después de la muerte, pero confirmó que no era así cuando volvió a escuchar la voz de Jason Keyes, asegurándose de que estaba más que viva y al parecer, intacta. Abrió los ojos dándose cuenta que seguía escondida debajo del escritorio de Frank.

-Creo que fue una falsa alarma.- la voz del esbirro sonaba mucho más tranquila, aunque igual de indiferente que al principio. Paso firme atravesó la puerta de la oficina, regresando con premura junto a su Maestro. Kaede quitó sus manos del rostro y dejó caer sus hombros, inhaló fuertemente y lloró como nunca lo había hecho en su vida.

 

………..

 

-¿En dónde carajo estabas, Kae?- preguntó Jason con disgusto en la mirada a la chica cuando ésta se incorporó siete minutos tarde al sermón de Frank en el Vínculo, tomando su lugar como asistente junto al castaño y supuestamente a Lunatic, quien no se había presentado al ser el único militante que tenía permitida la inasistencia.

-Fui con Deino para saber si necesitaba algo.- respondió la chica, con evidente desdén, desafiante y de mala gana. Se supondría que mantendría una personalidad complaciente y de bajo perfil para no comprometer su fachada, pero lo único que deseaba en ese momento y desde la mañana, era tirar un par de dientes de la horrible sonrisa de Jason. El rostro de la joven madre de Lunatic portado por la joven Kaburagi estaba tenso y asqueado.- Le estoy llevando un suplemento mineral para que no se agote y cumpla con su deber. ¿Preferirías que no lo hiciera?- el castaño hizo una mueca bastante difícil de descifrar, pero el comentario ya estaba hecho, no había vuelta atrás.

-Veo que te estás armando de carácter. Eso me agrada, he de confesar que incluso me excita un poco.- dijo con una media sonrisa, mientras arqueaba escéptico una ceja. Con esa misma expresión se agachó llevando su rostro frente al de ella en una incómoda y poco apropiada distancia; pasó su mirada por el mentón de la chica, después por sus labios y hasta llegar a sus ojos. Kaede se sintió terriblemente intimidada, la mirada lasciva de Jason era una que nunca antes había visto, sin embargo ella no se doblegó y mantuvo el desafío en su mirada.- Pero si vuelves a hablarme de esa manera, voy a hacer algo más que darte sólo una advertencia.- la mano del castaño rozó suavemente la cadera de la chica, y aun así no cedió ante la intimidación muy a pesar de que quería explotar en llanto.

-¿Estás consciente que sólo tengo catorce años y tú más de veinticinco?- Kaede golpeó la mano de Jason al contacto; replicó sarcástica, asqueada, profundamente asustada y ecuánime en su expresión.

-Veintisiete, de hecho. Además, ya eres lo suficientemente mayor, y si Deino ya te mereció ¿por qué yo no habría de hacerlo?- dijo el esbirro con una sonrisa malsana pintada en su rostro.

-Porque te odio.- fue lo último que la chica atinó a decir. Reincorporó su postura, ignorando la mirada del hombre quien soltó un muy desagradable suspiro.

-Pronto te mostraré que es así como se siente mejor.- finalizó con una breve y malévola risa.

 

……………

 

El reloj estaba por marcar las 6 de la tarde, faltaban sólo tres minutos para que sonara el toque de queda. Qué día tan más largo y abrumador… definitivamente el peor día que la chica había pasada dentro de Ouroboros, aun considerando la muerte proyectada en vivo el día de la aparición de la Brigada 731. Kaede sabía que tenía que ser fuerte, sólo tenía que salir rápida y sigilosamente de la fábrica para buscar a su padre y darle la USB. Gracias a Frank ahora sabía en dónde se refugiaba, esperando que aun así hubiera podido recibir la carta que le había dejado unos días antes.

Disponía únicamente de una hora, ya que a las 7 la cena se servía y debía tomar de nuevo la asistencia, además de llevar alimento al confinamiento de Deino. Pensar en su estado actual le preocupaba sobremanera, pero esa era precisamente la motivación para acabar con esto de una vez por todas. El toque de queda sonó, el personal de vigilancia en las puertas les indicaba a todos los que estaban en los alrededores de la fábrica que tenían que regresar, y mientras todos entraban vieron a Kaede salir, sin embargo no le prestaron mucha atención ya que como asistente general, tenía permitido saltarse el toque. Aunque sí era obligatorio que les dijera con qué propósito saldría, uno de los vigías la llamó con la mirada.

-Hola, Carl.- Kaede saludó muy amable a aquel de quien había copiado uno de sus poderes. El hombre asintió devolviendo el saludo, sacó una licorera de su gabardina y le dio un buen trago para después ofrecérsela a la chica, quien la rechazó educadamente.- Voy a dar un paseo por los contenedores, tal vez me quede por allá un rato. Regresaré para la cena ¿de acuerdo?- Carl sólo agitó su mano con indiferencia y se sentó en su habitual puesto de vigilancia, junto a un bote que desprendía fuego para iluminar.

Una vez que se aseguró que no había cámaras o gente cerca, transformó su rostro al de una chica que vio en un cartel de goma de mascar y con paso firme tomó camino al edificio de Hero TV; al caminar, simultáneamente contaba en su mente del uno al cien, y cada vez que llegaba a la centena volteaba hacia alguno de los espectaculares que iluminaban el atardecer de la ciudad, encontraba algún rostro y lo cambiaba. Supuso que de esa forma las cámaras intervenidas no podrían rastrear su movimiento tan fácilmente.


La entrada de HeroTV no se veía heroica en lo absoluto, había indicios de quemaduras en el suelo y restos de vidrio y papel. Una barrera de corpulentos hombres impedía el paso hacia la recepción del edificio, en cuanto la chica se acercó uno de ellos alzó un brazo y colocó su mano a la altura del rostro de la chica.

-No hay acceso al público. Haga el favor de dar media vuelta y retirarse.- bramó bruscamente.

-Necesito hablar con los héroes, es urgente.- pedía la chica con ojos suplicantes.

-¿No escuchó, señorita? ¡Lárguese!- dijo mientras acercaba su imponente cuerpo a Kaede, quien retrocedió sintiéndose levemente amenazada y tropezó con algún escombro cayendo sobre sus cuartos traseros.

-¡Hey! ¿Qué le haces, hombre? Sólo es una niña. ¿Te encuentras bien?- una voz familiar sonó por detrás de la barrera de guardias, abriéndose paso entre los cuerpos que salvaguardaban el acceso al edificio. La figura se acercó a ella, agazapándose para tenderle la mano y ayudarla a levantarse del pavimento.- Me llamo Annie, pero aquí me conocen como Black Xiaji. ¿Y tú?-

Kaede recordó haber visto a esta mujer que tan amablemente la ayudaba a levantarse en los programas de Hero TV, no la había conocido en persona sino hasta ese momento, pero la última vez que vio a su padre en aquella reunión organizada por Lunatic éste dijo que ella y Golden Ryan tenían su absoluta confianza. Lunatic incluso consintió que se les revelara su identidad como Yuri Petrov. Confiando ciegamente en esta chica alta y de cabello bicolor, buscó rápidamente el pendrive en su bolsillo y se lo dio a la heroína.

-No tengo mucho tiempo, tengo que regresar. Por favor, toma esta información y acaben con la guerra.- dijo mientras depositaba en las manos de la heroína el dispositivo y las presionaba con sus propias manos enguantadas.

-No lo entiendo… ¿Quién eres?- preguntó Anaksha confundida. Kaede transformó por un brevísimo instante su rostro al verdadero.

-Soy Kaede Kaburagi.- Annie no necesitó más pruebas. En el par de segundos en el rostro de la niña se reveló, pudo ver claramente el mismo espíritu que veía en Kotetsu. No dudó por un instante que se trataba en carne propia de su hija.

-Espera… tenemos tantas preguntas. ¿Por qué no entras y saludas a tu padre? Estoy segura que se aliviará al verte sana y salva.- decía la semipelirroja, con una mezcla de sentimientos encontrados, entre los que destacaban la emoción y los nervios de por fin conocer a la pequeña Kaburagi. Por su parte, Kaede sabía que eso era lo que más quería hacer en el mundo, correr a los brazos de su padre, abrazarlo y decirle hasta el cansancio cuánto lo amaba, pero debía regresar o todo por lo que se había arriesgado se perdería. Revisó su reloj con tristeza.

-Tengo que regresar. Necesitan atacar ya, nos estamos quedando sin tiempo… me estoy quedando sin tiempo.-

-¿A qué te refieres?- pregunto la Leona Siniestra evidentemente preocupada.

-Deino se muere con cada minuto que pasa y Jason…- la chica suspiró pesadamente, intentando no decir nada que provocara que su padre fuera a buscarla en un impulso.- Por favor, Annie, dile de mi parte que lo extraño y que lo amo con todo el corazón.-

Kaede dio la media vuelta y corrió de vuelta a la fábrica, el tiempo no era su aliado en ese momento; contaba del uno al cien, cambiaba de rostro, corría más rápido. Quería deshacerse a toda costa de la sensación que le provocó Jason, ese contacto de la mano del esbirro en la cadera de la chica era repugnante, sus ojos mirándola con un asqueroso deseo desnudándola con la mirada, la joven Kaburagi sollozaba en un desesperado intento de olvidarse de la amenaza que el castaño había lanzado en su contra, hasta que una fría sensación vino a ella: ¿Amenaza o sentencia? Jason… quería violarla.

-¿Kae?- la chica venía inmersa en sus pensamientos, que no se dio cuenta que ya había llegado a la zona de contenedores, muy cerca de la fábrica. La voz que la llamaba era suave y protectora.- ¿Te encuentras bien? ¿Por qué tienes otro rostro? Si no fuera por el traje, debajo de tu ropa, no te hubiera reconocido.- Kaede cayó en cuenta que no había regresado al rostro de Origa Petrov, así que se concentró y lo hizo.

-Lunatic… yo….- la chica inhaló y suspiró profundamente, tomando valor.- Necesito contarte sobre hoy… todo lo que sucedió.- dijo, y al fin, rompió en llanto.


lunes, 18 de mayo de 2020

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 30: (des)Esperanza


Día 2 después de la primera aparición de la Brigada 731.

-Están en la Base Militar de Sternbild, Vaako.- decía Nico, vigilando de cerca uno de los monitores en donde se veía claramente el patio principal de la Base. La riña que había tomado lugar hacía unos escasos momentos entre los elementos militares y algunos de los héroes de la Primera Liga de Sternbild aún se encontraba disipándose.
-¿Qué quieren?- preguntó el líder de la Brigada, curioso y alarmado a la vez.
-Según el satélite y los micrófonos externos, hablar de la ciudad y qué hacer si pierden la lucha.-
-Vigílalos hasta que salgan, quiero saber con detalle cada palabra que salga de sus bocas.- espetó fríamente.
-Están entrando al edificio.- el líder moreno se levantó de golpe de su asiento y acompañó a su rubio subordinado hasta su estación de control.
-Dame visual, Nico.- ordenó Vaako, acercándose al monitor.- Necesito saber qué hacen.-
-Destruyeron las cámaras al interior, no puedo conectar la imagen.- dejó escapar un suspiro frustrado, intentando concentrarse.- Espera, trataré de ver si hay alguna cámara de celular o algún lente que nos de algo.- dijo para empezar a teclear varios códigos en su consola, iluminándose en su aura azul respectiva y concentrándose con la mirada algo perdida.- Rayos, no tengo nada… lo único que puedo conseguir por ahora es el audio de los micrófonos al interior.-
-Aumenta la calidad de la onda, limpia la frecuencia y sube el volumen.- ordenó Vaako, se encontraba intranquilo y preguntándose por qué los héroes irían con los militares intentando idear algún tipo de plan de contingencia. ¿Acaso sabían ya que la batalla estaba perdida? Vaako sí, lo sabía muy bien; que desde el momento en el que Frank tocó a la puerta de su triada, los Sun On Yee, no habría vuelta de hoja, que Ouroboros haría con ellos lo que quisiera, que tendría que reunir a sus mejores elementos y formar la Brigada 731 para defender aquello que ellos conocían como “familia”. “Estoy condenado… pero no condenaré a mi gente” se repetía una y otra vez, intentando convencerse de que la abrasadora culpa que carcomía sus interiores era pasajera y que todo valdría la pena al final, que encontraría su redención una vez terminado el trabajo.
-¡Lo tengo!- exclamó Nico y giró el indicador de volumen de su consola. Vaako regresó a su cruda realidad, se espabiló y escuchó atentamente. Todos permanecieron en silencio, concentrándose en las voces que se transmitían por la radio.

::Los pilares de la ciudad están fortificados, señor Brooks, no podemos hacer una maniobra contra-ofensiva sin comprometer la ciudad o su estructura.::
::Lo entiendo, General Autieri. No estamos considerando ninguna clase de maniobra, sabemos que no nos es posible. Dañaríamos mucho los cimientos de la ciudad con una pelea de esa escala, además de que la única vez que nos hemos enfrentado a Frank Martínez, Sky High salió herido de gravedad. Y con la Brigada 731 peleando a su lado, sinceramente no creo que tengamos alguna oportunidad. El despliegue de poder que muestran nos sobrepasa, algo que muy a nuestro pesar nos cuesta admitir.::
::¿Entonces cuál es su plan? Si no tienen la intención de pelear ¿qué se supone que harán?::
::Planeamos hacer algo más discreto ¿Es posible que nos pueda proveer de los planos arquitectónicos de la ciudad? Nos gustaría estudiarlos para ver si podemos hacer una evacuación civil si todo se sale de control.::
::¿Discreto? Una evacuación nunca es discreta, señor Brooks. Además, ¿a qué se refiere con “si todo se sale de control”?:: se pudo escuchar un gruñido de Chester Autieri, máxima autoridad militar de Sternbild. Ahora una voz femenina tomó la conversación, era seguro que se trataba de Agnes Joubert.
::-No planeamos iniciar una guerra, General. Pero sabemos que Ouroboros es implacable, no sabemos cómo detenerlos y los civiles están pagando por ello con sus vidas. Queremos intentar una evacuación civil a gran escala pero sólo si vemos viable algún salvoconducto por la ciudad, de lo contrario, lamento informarles que sólo nos queda esperar al día del juicio y ver cómo la humanidad se extingue desde Sternbild para seguir con el resto del mundo. ::
::Y yo lamento informarles que nuestros mejores ingenieros ya han estudiado las posibilidades, aun cuando contáramos con poderes NEXT aliados, no hay caminos seguros sin que nos detecten, e intentar crear un salvoconducto no es posible dado la estructura de la ciudad. En la Defensa Nacional sabemos que nos enfrentamos a la extinción… y que no hay nada que hacer.:: el hombre volvió a gruñir:: Llévense los planos, no encontrarán la solución que buscan, pero si eso les da esperanza…::
::Gracias, General. Nos gustaría llevárnoslos ahora si no le molesta. Son nuestra última oportunidad de salvar al mayor número de personas que podamos.:: agradeció una voz que no había hablado sino hasta ahora, una voz ronca y madura, Wild Tiger sin duda.
::Esto no se los digo como militar, se los digo como persona, como amigo si ustedes me lo permiten: Reúnanse con sus familiares y pasen sus últimos días rodeados de sus seres queridos. Esta lucha, no hay manera de ganarla.::
::Permítanos intentarlo, General.:: dijo otra voz femenina, Black Xiaji.
::No lo lograrán.::
::Lo sabemos.:: dijo en un suspiro Golden Ryan, uno que se escuchó con pesadez.

-Nico, confirma la información. ¿Es posible que la Primera Liga encuentre este llamado "salvoconducto" para una evacuación a gran escala?- preguntó preocupado Vaako, intentando idear cuantos planes de contingencia pudiera.
-Es correcto lo que dice el General, no podrían intentarlo, ni siquiera una evacuación pequeña. Tenemos todos los puntos cubiertos. Su mejor posibilidad es en el puerto de la Base Militar, pero tengo visual y sensores de movimiento en esa zona, además de que a dos kilómetros se situó uno de los antiaéreos. No hay posibilidad a que se arriesguen, no lo conseguirían.-
-Dame números, ¿cuál es la probabilidad?- Nico lo pensó un momento, mientras tocaba su consola en su aura azul.
-Según los cálculos, la probabilidad de éxito es de .015 sobre 100.-
-De acuerdo, no lo intentarán. No serían tan estúpidos, además, vaya discurso de Chester Autieri, sí que los alentó.- bramó el líder de los brigadistas con un tono sarcástico en su voz.
-Los veo, están saliendo de la Base. Llevan cargando varias cajas a la camioneta en la que llegaron.- advirtió Nico, después de ver claramente en uno de sus monitores la imagen de los héroes saliendo al patio, directo a su vehículo, allí donde ya tenía una señal de video precisa. Kovalevskaya miró con detenimiento la pantalla, vigilando con acecho cada movimiento de los héroes.
-¿Puedes acercar la imagen y definirla? Quiero ver el interior de las cajas.- el rubio hizo lo propio, aplicó un zoom a la imagen en tiempo real que veían en el monitor y aclaró los pixeles que distorsionaban el cuadro. Podía leerse un código en el lateral de una caja y en otra se leía otro código en una de las pestañas de un archivo. SB-502 y SB-785.- Investiga los códigos, ¿a qué están asignados?-
-SB-502 está asignado a la estructura del primer nivel del noroeste de la ciudad, SB-785 corresponde al alcantarillado de la zona adinerada del Distrito Sur. Son secciones de los planos de la ciudad, Vaako.- el moreno calló por un momento, pensando en mil cosas a la vez.
-¿Valtteri y Susie ya regresaron?-
-No, pero se reportaron hace unos minutos. El trabajo está hecho y ya están en camino para acá.- suspiró amargamente el rubio.
-De acuerdo… Dejaremos ir a los Apollon con Xiaji y Joubert, es sólo cuestión de tiempo para que se den cuenta de que nunca hubo esperanza para ellos.- bufó el moreno, Nico quiso disimular una expresión de incomodidad sin éxito, esto no pasó desapercibido por su líder.- ¿Qué sucede?- preguntó en un tono mucho más reconfortante y genuinamente preocupado, a lo que el rubio tuvo que espabilarse para tener el valor de preguntar.
-¿Y para nosotros?- su tono fue demasiado amargo.
-¿Para nosotros qué?- replicó Vaako, no entendiendo la pregunta de su colega.
-Para nosotros... ¿sí hay esperanza?-

Kovalvskaya terminó de entender, soltó un muy pesado suspiro y sintió en carne propia la desesperación de su compañero, era obvio y él mismo sufría por todas las cosas que hacían en nombre de un amo despiadado; Frank y el líder de los brigadistas no compartían la misma visión de la vida, y si bien Vaako tenía sus propias razones para preferir a NEXTs antes que a humanos, no les odiaba. Sin embargo, una muy mala racha de decisiones y un conjunto de "estar en el lugar equivocado en el momento equivocado" le habían llevado hasta donde se encontraba; lo único que podía hacer era tomar a la bestia por los cuernos y ser valiente, no por él mismo ni mucho menos por el falso autoproclamado Dios que ocupaba el mando de Ouroboros, sino por algo que le importaba más que él mismo o que cualquier otra cosa en el mundo: su familia, su tríada, los Sun On Yee.
-Sigo trabajando en ello, Nico.-
-Vamos a ciegas, ¿cierto?-
-Sí.- fue lo último que atinó a decir para retirarse a buscar al brigadista Kimi Räikkönen. Necesitaba poder conciliar el sueño de alguna manera, y si su conciencia no le dejaba dormir, al menos la cegadora luz que producía la habilidad NEXT de su subordinado le causaría la alucinación que necesitaba para descansar, aunque fuera un poco, tomando el consejo que Nico le había dado un par de días antes.
……………...

-¿Cómo te sientes? ¿Duele mucho?- preguntó Annie con angustia en el pecho, viendo el herido brazo de Ryan a causa de una bala de origen militar. Afortunadamente, una de las tantas cualidades de los seres NEXT era sanar más rápido que un humano promedio (especialmente con el tipo de habilidades de Kotetsu o Barnaby), por lo que la herida se veía con buen progreso, así como las lesiones causadas en la breve pelea entre Ryan y Tiger en la mansión Goldsmith-Kjolsrud.
-Estaré bien, no te preocupes por mí, sólo fue algo superficial. ¿Tú cómo estás? Ese maldito militar…- decía Ryan con la expresión furibunda, recordando cómo aquel hombre al que el General se había dirigido como el Capitán Deon, golpeaba a su novia sin misericordia alguna.
-Ya no vale la pena que te enojes, estoy bien, Ry. Además, conseguimos lo que necesitábamos, y considerando que no estamos muy lejos del edificio de HeroTV, creo que la Brigada no sospechó nada.- dijo satisfecha, mientras revisaba la herida en el brazo del Príncipe de la Gravedad Errante.
-¿Cómo se te ocurrió la idea, Anaksha?- preguntó Agnes intrigada.
-Cuando Kotetsu mencionó que podríamos revisar los expedientes físicos de la Interpol, tuve una idea muy similar a la que tuvo su hija, hacer las comunicaciones con los militares de otra manera. La idea principal era que Barnaby llevara toda la conversación en código morse, pero tuvimos suerte de que en el interior de la base no hubiera cámaras en funcionamiento.- respondió la semi-pelirroja, a lo que Kotetsu no pudo evitar que una pequeña sonrisa que denotaba orgullo se asomara entre sus labios y Annie no lo pasó desapercibido.
-Y así nos fue más fácil hablar mientras pasábamos notas escritas pidiendo lo que realmente necesitábamos. También hay que reconocer el mérito del General Autieri para seguirnos la pantomima, además de que su asistente fue muy atento al etiquetar los expedientes con los nombres de los archivos de los planos de la ciudad.- asintió Barnaby, con una sutil pero clara luz en sus ojos: esperanza. Tal vez sí había forma de ganar esta guerra, y como los héroes de Sternbild, por supuesto que lo intentarían.
-Pienso que tenemos toda la información que necesitamos revisar, solicitamos todos los expedientes de la Interpol concernientes a atentados NEXT y Vaako Kovalevskaya. Ahora lo que tenemos que hacer es revisar cada expediente para cotejar con la información que ya tenemos sobre la Brigada, repasar sobre la información concreta y que nos puede servir, y con suerte dar con algo que nos ayude a vencerlos.- decía Agnes con una leve sonrisa asomándose en su rostro, compartiendo el mismo sentimiento de Barnaby. Salir de la Base Militar de Sternbild con información de valor sin haber sido detectados por la Brigada 731 representaba una pequeña victoria en esta guerra que los había tenido acorralados por los últimos días, y ver a la distancia el edificio de HeroTV les llenaba de cierta tranquilidad. Pero fue precisamente esa misma tranquilidad la que gradualmente se perturbaba mientras se acercaban a la fortaleza del corporativo.
-¿Eso es… fuego?- preguntó temeroso el tigre, mientras se asomaba para ver con más claridad por el parabrisas de la camioneta.
-Eso parece, viejo. ¿Qué estará…?- preguntaba Ryan con desconcierto hasta que pudo vislumbrar con certeza aquello que su mente le insistía en negar, callando poco a poco su voz y generando un nudo de creciente angustia en la boca del estómago.- Son ellos, la brigada. Ahí están los diez civiles de hoy…-

Agnes aceleró el vehículo en un impulso y mientras se acercaba a la entrada principal pudo ver al resto de los héroes aglomerados en el lugar, había cadáveres incinerándose justo enfrente de la puerta del edificio y uno con hielo quemándole la piel; pancartas con mensajes recriminatorios dirigidos hacia la Primera Liga y justo en el centro de todo, Antonio inmovilizando a alguien debajo de su pesado cuerpo y armadura.
La CEO estacionó bruscamente cerca de la escena del desastre y bajó del vehículo con desespero seguida de los cuatro héroes que la acompañaban, corrió hasta el héroe y cuando vio quién era la persona a la que López aprisionaba, trató de forcejear con el héroe.
-¡¿Qué haces?! ¡Suéltalo!- gritaba mientras intentaba quitar sin éxito alguno la enorme mano del toro del brazo de su asistente. Blue Rose y Fire Emblem la sostuvieron por detrás, intentando calmarla y repitiéndole que necesitaba calmarse.-Rock Bison, te ordeno que liberes a Cain en este preciso momento ¡Ahora!- la mujer forcejeaba, pero los brazos de Nathan no cedían.
-No puedo hacer eso, Agnes. Cain está bajo los efectos de la Brigada 731. Podría intentar hacerse daño.- Joubert asomó un poco la cabeza sólo para comprobar que los ojos de su subordinado compartían la hórrida expresión que la del especialista de cuchillos de la Compañía Circense Nacional. Destensó su cuerpo dándole la confianza al héroe de fuego de que la soltase.
-De acuerdo, esto es lo que haremos: Anaksha y Antonio, asegúrense de que Cain no pueda moverse, que Anaksha lo inmovilice telequinéticamente y Antonio llévalo con Saito y Halsey, corran las pruebas necesarias para investigar todo lo que puedan sobre el estado en el que se encuentra. Los demás, ayúdenme a bajar estas cajas y llevarlas a la sala de conferencias. Necesito un reporte de lo que sucedió aquí, vamos contrarreloj ¡a trabajar!- bramó enérgicamente y todos hicieron lo que se les indicó. Mientras Kotetsu y Barnaby organizaban las cajas de expedientes para subir, Nathan se acercó a la CEO, tenía en su rostro una expresión extraña, una mezcla de frustración y decepción.
-Agnes, ¿por qué atacaste a Antonio de esa manera?- la voz del moreno sonaba cautelosa.
-No lo ataqué, Nate. Sólo… no sabía qué estaba haciendo con Cain.- dijo firme, pero por dentro la realidad era otra, se sentía profundamente apenada.
-¿E inmediatamente supusiste que lo estaba atacando? Porque somos NEXTs, y todos estamos en contra de la raza humana, ¿no es así?- recriminó el moreno evidentemente ofendido, a lo que Agnes replicó.
-No pongas palabras en mi boca que nunca dije.-
-No tuve que hacerlo, nos lo demostraste justo ahora a todos.- Nathan resopló molesto.- Escucha, si regresamos a la pelea es porque no todos los NEXTs somos iguales, nosotros estamos dispuestos a morir por aquellos que no tienen cómo defenderse. Y si te parece que por compartir cierto tipo de genes nos hace igual de viles que Ouroboros, quizá la que tiene que cambiar eres tú. Fue de muy mal gusto lo que hiciste, Agnes. Y le debes una disculpa a Antonio.- finalizó y se dirigió al vehículo a cargar los expedientes que le correspondía trasportar.
La castaña suspiró pesadamente, concediéndole absoluta razón al héroe de fuego. Reflexionó un momento, y se dio cuenta de que si fuera un problema de especies, los humanos le habían hecho por mucho más daño, hace apenas unas horas militares humanos habían arremetido contra ella misma y sus colegas; pero comprendía que el asunto no iba por ahí; NEXT o no, hablaban sobre personas, individuos. Y aquellas personas con las que convivía diariamente, su equipo de producción y los héroes le habían demostrado en más de una ocasión su lealtad incondicional como para que sospechara de las intenciones de cualquiera de ellos. Se dijo un par de insultos murmurados por lo bajo, tomó una caja de expedientes y se dirigió hacia la sala de conferencias para empezar a trabajar, prometiéndose hacer lo que Nate le había exigido, ofrecer una sincera disculpa al héroe toro.

..........

-… y así terminé asesinando a ese pobre chico.- decía Blue Rose con pesadez y lágrimas en los ojos, recordando el desafortunado accidente con el líder de los suicidas, que atendieron a las puertas de HeroTV camuflados de manifestantes.
Los héroes, una vez instalados y asegurándose de que Cain estuviera en especial observación por Saito y Halsey, se reunieron para ponerse al tanto de los sucesos recién ocurridos; el Apollon Trio junto con Anaksha y Agnes relataron toda la experiencia dentro de la Base Militar de Sternbild y el contenido de la carta de Kaede, explicando así el origen de las heridas de Kjolsrud y Goldsmith. Los demás procedieron a brindar un muy triste reporte de los nueve –casi- diez suicidas de aquel día.
-No fue tu culpa, Karina. Hiciste todo lo que pudiste para salvarlo pero ya estaba bajo la influencia de la Brigada. Ellos son los responsables, no te culpes por sus crímenes. Vamos a atraparlos, vamos a ganar, y vamos a hacer que respondan por todos los daños que han ocasionado.- la voz de Kotetsu era reconfortante, Lyle subió la mirada que había mantenido baja, con vergüenza y vio aprobación a esas palabras en los ojos de todos los presentes, agradeció con lágrimas el consuelo a lo que PaoLin la envolvió en un fuerte abrazo.
-De verdad, lamentamos no haber estado desde el principio con ustedes. No pensamos que nada de esto fuera ocurrir tan pronto.- dijo Ivan en una expresión amarga y triste, tomando de la mano a Keith, quien compartía el mismo tortuoso sentimiento.
-Fuimos irresponsables, nos dejamos llevar por el breve instante de tranquilidad que estábamos teniendo antes. Lamentamos nuestro comportamiento tan egoísta y les aseguramos que esto no volverá a ocurrir. Lo sentimos, y de nuevo, lo sentimos.- añadió el monarca.
-Esto iba a suceder de todos modos, la Brigada 731 nos está pisando los talones, nos está llevando a nuestros propios límites para rompernos desde dentro. Es algo que no pienso dejar que suceda, y para lograrlo tendremos que ser más cuidadosos, por favor. Y esto va para todos.- espetó Agnes pasando sus ojos por la totalidad de personas en la habitación, aunque de manera cálida y comprensiva.- Me incluyo en este llamado de atención. Debemos ser igual de veloces, asertivos e implacables ¿de acuerdo? Afortunadamente lograron detener a Cain antes de que pudiera hacerse daño, lo que nos puede dar una ventaja si Saito y Halsey logran encontrar la manera de revertir los efectos de la influencia a la que se encuentra sometido.-
-Por ahora, necesitamos empezar a revisar todos estos documentos. Fíjense en todos los reportes que incluyan a Vaako Kovalevskaya y que coincidan con la información que tenemos hasta ahora, una de las prioridades es saber cuál es su habilidad NEXT: vinculen todo aquello que tenga que ver con el NEXT que tiene intervenidas las comunicaciones, el que influencia humanos al suicidio, los que aparecen en la cinta de seguridad de la base militar; la mujer que se vuelve humo y el que reduce cosas con el rayo de la palma de sus manos, información sobre Frank Martínez, cualquier cosa de la que sospechen que pueda darnos indicios o pistas de su estructura para que podamos comenzar a mapear.- decía Barnaby mientras se levantaba de su asiento y escribía una lista en el pizarrón de la sala.- Pongan mucha atención, tal vez con esto podamos saber con precisión cuántos son y dónde se esconden. Todo lo que nos permita identificar al enemigo.-
-Tenemos al enemigo en casa, no lo olviden. Necesito tener una muy interesante conversación con mi jefa.- bramó Anaksha, con una mirada tan sombría que le hacía honor a su apodo de “Leona Siniestra”, provocando incluso un escalofrío a más de uno en la habitación.
-No te preocupes, de eso nos encargaremos Ryan, tú y yo el día de mañana. Estoy segura que posee información relevante que nos ayude a la investigación.- afirmó Agnes, la semipelirroja pensó por un breve instante.
-Si se supone que Anick es quien solventa todos los gastos de Ouroboros y además, ya desde hace tiempo, no creo que lo haga por transferencias bancarias.- decía Anaksha al momento que se levantaba de su lugar y caminaba a lo largo de la habitación, pensando profundamente y haciendo conjeturas lógicas.
-¿Por qué lo dices?. Preguntó Ryan intrigado al ver la expresión de su novia, sabía que había descubierto algo.
-Para empezar, si fuera una cuenta bancaria a nombre de Frank eso sería darnos una pista demasiado obvia, y sinceramente no creo que deje la gestión de los recursos esenciales a otro NEXT, por más confianza que le tenga. El sujeto es un ególatra asqueroso, eso lo hace más cuidadoso; esto le generaría un historial crediticio y de gastos, algo a lo que por supuesto no se arriesgaría ya que dejaría un rastro, un hilo del que podríamos tirar. Sin contar que si está manteniendo a 1.600 personas, ese dinero debe de salir directamente de las utilidades de SkullBunny, por lo que el Ministerio Fiscal ya habría dado alerta de presunto fraude por transferencias de flujo de efectivo a una cuenta externa.-
-¿Crees que manejaría sus cuentas a base de puro efectivo? Si dispone de efectivo de la Caja Mayor, tal vez el fisco no lo vería como fraude, sino sólo mala administración de recursos financieros.- preguntó Barnaby, siguiendo con claridad la lógica de Annie.
-No, porque si está usando al chico, Deino, para hacer un tipo de cambio nuevo, significa que ve las finanzas actuales como algún otro tipo de sistema humano al que te aseguro que se negará ser parte. Los billetes de los Sternbild dólares vienen impresos con personajes históricos y hasta donde recuerdo, ninguno de esos personajes es NEXT. No usará dinero o moneda de ningún tipo que lleve símbolos sobre la humanidad.- la chica suspiró, confidente de tener al fin una respuesta que era perfectamente lógica y probable.- Ella compra los suministros para enviárselos después… Anick sabe en dónde está la base de Ouroboros.-