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-Gakupo, yo estoy sorpren...- se vio interrumpido al momento en que unos labios se unieron a los suyos.
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-Mikuo, tenemos que hablar.-
Mikuo sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Gakupo era relativamente cercano a Miku, y temía que pudiese haberle contado sobre su amor unilateral con Luka.
Aunque eso solucionaria el problema del compromiso con la joven CV01, tampoco quería terminar mal con ella. Después de todo, es su hermana.
-¿Qué pasa, Miku?-
-Toda esta situación, de que no quieres responder al compromiso... ¡Yo estoy dispuesta a lo que quieras! Si lo que quieres, es estar con la persona que amas, hazlo. Pero por favor, no me dejes. Cásate conmigo.- dijo al borde del llanto.
-Miku, ¿te das cuenta de lo que me estás diciendo? ¿En realidad quieres pasar una vida conmigo aunque no te ame?-
"Aunque no te ame..."
Esas palabras retumbaban en la mente de Miku, como si hubiera sido apuñalada directamente en el corazón.
Pero, tal vez si el pasaba más tiempo junto a ella, podría enamorarse. ¿Pero y si no? Se habían criado juntos, así que ya se conocían hasta lo más mínimo.
Y si aún así, no había conseguido que Mikuo la amara... tal vez ya había perdido desde hace mucho.
-Yo seré feliz si tu lo eres. No importa cómo...-
-Yo no seré feliz si te casas conmigo, Miku. No podré vivir sabiendo que te casarías conmigo por amor no correspondido, o yo contigo por compasión.-
-¿Por compasión? ¡¿Compasión?! Por mucho que te ame no necesito tu compasión... ¡Yo sólo quería que me amaras, idiota!- dijo Miku llorando desconsoladamente.
-Perdona, yo no quería que nada de esto terminara así... Yo sólo quería ser feliz, pero de una manera egoísta.
Pero, ¿y Kaito? Es obvio que el te quiere.-
-¿Tu sabías lo que Kaito sentía por mi?-
-Creo que todos lo saben, menos tu. Espera... ¿"sentía"?-
-¡No entiendes nada! Yo lo rechacé para estar contigo. ¡No lo amo, te amo a ti!-
¿Por qué le pasaba esto? Mikuo se sentía terrible. Su hermana había rechazado una oportunidad de vida con un muchacho amable por estar con el, que sólo la había hecho sufrir.
Mikuo conocía lo suficiente a Kaito, habían salido algunas veces de fiesta con los demás chicos (excepto Akaito, que el siempre los consideró fracasados en su afán de su imagen de chico malo).
Se podía dar cuenta que Kaito era un buen prospecto para Miku, era todo lo que ella necesitaba.
Kaito amaba a Miku igual, o hasta más de lo que el mismo amaba a Luka.
-No te lo quería decir. Quería ver si notabas que no voy a estar... Me voy.
Gumi y yo vamos a Rusia a grabar una canción nueva... y otro ambiente no me caería mal. Necesito pensar.-
-Nunca fue mi intención hacerte sufrir de.esta manera, pero voy a compensarlo.-
Dicho eso, Mikuo se dio la vuelta y salió de la habitación, dispuesto a buscar a Kaito.
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-... después tomó sus cosas y se fue.-
-¿Y no te ha vuelto a buscar?- preguntó Meiko.
-Creo que ahora si no me va a perdonar.- dijo Luka con tono de haber perdido un juguete.
-¿Y si te disculpas otra vez? ¿Por qué no lo vas a buscar?-
-No se en dónde está, y no contesta mis llamadas. Probablemente esté con Kaito, es su amigo más cercano... ¿sabes en donde vive?-
-Creo que los únicos que saben es Miku y su hermano, Akaito.- dijo Meiko rascándose la cabeza.
-Ugh, ya no quiero tener nada que ver con los Hatsune... por lo menos no ahora, jaja.- se tapó la boca para reír burlonamente.
-Por eso no te perdonan jajaja.-
-Bueno, supongo que Rin todavía tendrá el número de Akaito. La llamaré e iré a recuperar a mi samurai.-
Después de hacer algunas llamadas, y de haber chantajeado un poco a Akaito (con decirle a Rin que seguía enamorado de ella), Luka consiguió el domicilio del azulado, tomó las llaves del convertible púrpura de Gakupo y salió a buscar lo que le pertenecía por derecho.
Llegó al edificio que señalaba la dirección que Akaito le había dado, nada más faltaba llegar al piso 25, al departamento con "Shion Kaito" en la puerta.
Caminó al elevador que se estaba cerrando.
-¡Detengan el elevador!- gritó.
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Mikuo iba llegando a un edificio alto, con departamentos muy grandes y lujosos. Buscó en el directorio "Shion", encontró el nombre en la fila del piso 25.
Se dirigió hacia el elevador, y presionó el respectivo botón, las puertas se iban cerrando cuando escucho un grito.
-¡Detengan el elevador!-
Mikuo puso una mano en la puerta del elevador hasta que vio una cabellera rosa ondular entrando al cubículo.
-Graci... Oh, Mikuo. ¿Qué haces aquí?-
-¿Tu que haces aquí?-
-Vine a ver a Kaito.-
-Yo igual-
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