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miércoles, 12 de noviembre de 2014

Su Majestad: Rey(na) de los Héroes. Capítulo 7. Deseos.

-... Sí, mis padres eran noruegos, pero yo nací y crecí en China los primeros quince años de mi vida.- explicaba Annie ante el interrogatorio de bienvenida de los héroes.
-¡Vaya! ¿Así que venimos de la misma madre patria? Espero que nos llevemos muy bien.- decía PaoLin con una sonrisa en el rostro.
-Por favor, brinde lo mejor de usted.- Ivan hizo una reverencia mientras decía aquello.
Todos los héroes se encontraban detrás del escenario en sus ropas de civiles, preparados para irse después de haber convivido con sus respectivos jefes y patrocinadores en la fiesta de apertura de la nueva temporada de Hero TV; pero sinceramente todos se sentían animosos y enérgicos para un after-party.
-¡Oigan, perded...!- gritaba Ryan dirigiéndose a sus compañeros antes de ser golpeado levemente en las costillas por Anaksha en señal de que fuera más educado, hizo una expresión de molestia y continuó.- ...Vamos a continuar esto en mi casa, el jardín tiene suficiente espacio y está la piscina, así que los esperamos ahí en una hora ¡Y mas les vale que traigan su traje de baño!-
-¡Ay, si! Hace mucho que no voy a una fiesta de piscina ¿Qué dicen, chicas?- exclamó con júbilo Nathan mientras veía a Karina y a PaoLin. La chica Lyle no estaba muy segura, ya que aún le resultaba molesta la actitud del Príncipe de la Gravedad, pero después de ver que todos se animaban, accedió.
-Yo no podré ir, tengo que continuar con mis estudios mañana a primera hora.- dijo la chica Dragon Kid un tanto decepcionada, pero recordó que en ése tipo de fiesta se consumía alcohol y tabaco, así que prefirió hacerse de lado por esta ocasión.-¡Los veré luego, chicos!- dijo en una jovial despedida mientras se iba corriendo agitando la mano en el aire.
-En ese caso, nosotros los veremos ahí en un rato.- dijo Barnaby extrañamente animoso. Tal vez de verdad le había alegrado que Kotetsu se hubiera quedado, que accedió a ir a una fiesta sin la insistencia de nadie y a la primera sugerencia.
Y de verdad que estaba feliz, estaba progresando bastante en sus relaciones, tanto con sus amigos (ya que ahora no era tan reservado como solía ser) y con Kotetsu; ahora de vez en cuando que se quedaban a solas, Bunny permitía el contacto más.... personal. Algunas caricias por aquí y por allá solamente, pero sí que pensaba en lo que el tigre le había mencionado en el autobús de Apollon aquel día que fueron por el suero. ¿Los roles de cada quién? ¿Quién arriba y quién abajo? No era un tema que le preocupara sobremanera, pero si lo tenía pensativo los últimos días; aunque de una u otra manera, había veces en las que se sentía sobrellevado por la experiencia de Kotetsu. No sentía ni la necesidad ni las ganas siquiera, de tomar las riendas ya que cuando se encontraban en aquellas situaciones, sólo podía dejarse llevar... y vaya que era una nueva (y placentera) sensación.

Cada quién tomó sus cosas, se despidieron brevemente y fueron a sus respectivos hogares para refrescarse y tomar sus trajes de baño, Ryan y Annie tomaron camino hacia la gran mansión del héroe de la gravedad a preparar el ambiente de la fiesta, y Kotetsu y Barnaby se dirigieron al departamento del conejo.
Inconscientemente tomaron camino al hogar del rubio, fue como una reacción normal, pero Kotetsu se sentía un poco intimidado ya que sería la primera vez que el tigre pisaría el piso de Barnaby usando la etiqueta de "novio".
No tardaron demasiado en llegar, el conejo abrió la puerta y Kotetsu la cerró como lo hacía habitualmente cuando se encontraba en el papel de visitante; Barnaby entró a su habitación y comenzó a buscar entre sus cajones su traje de baño, mientras Kotetsu se sentó al filo de la cama a observarlo con ternura. Lo recorría con la mirada, ese perfil tan delicado, cada uno de sus rubios cabellos cayendo levemente sobre sus hombros... esos anchos hombros bien trabajados, bajando hasta una hermosa cintura y unos bien firmes y totalmente perfectos glúteos. Hace tal vez una semana, todavía estaría demasiado avergonzado por pensar lascivamente con su compañero, pero se dio cuenta que sólo se complicaba y que lo mejor era aceptar las cosas como eran. Barnaby notó que estaba siendo muy observado así que volteó, sosteniendo un par de trajes de baño, en una pose dubitativa y preguntó:
-¿Qué miras?-
-A ti, Bunny.- contestó el tigre, clavando su profunda mirada en las bellas esmeraldas del rubio.
Barnaby se encogió ante la respuesta de Kotetsu, sabiendo a la perfección lo que el veterano estaba pensando, aunque le extrañó que no se sintiese incómodo ante la lasciva mirada que le era dirigida. Inconscientemente se acercó a el, dejando caer de su mano las prendas que sostenía a un lado de la cama, el tigre lo acercó hacia él apresándolo en un posesivo abrazo; con una de sus manos, desabotonaba progresivamente la camisa del conejo y comenzaba a besar su abdomen cubierto de piel suave y perlada. Las manos de Barnaby tomaron la cabeza de Kotetsu, sonrojado y reprimiendo un pequeño gemido de su garganta.
-Bunny...- le llamó. Barnaby bajó su mirada a Kotetsu, quien tenía en sus ojos un atisbo de preocupación o ansiedad... no sabía definir con exactitud qué era, pero lo que sí podía asegurar era que el tigre se sentía intranquilo.- Bunny, yo... te deseo...-

Aquellas palabras borraron todo sentido de sensatez en el rubio, ¿Qué más daba? Al principio se resistía, pero ya no podía negar que su cuerpo pedía a gritos sentir de cerca el del veterano. ¿Quién arriba y quién abajo? En ese momento ya le daba igual siempre y cuando pasara lo que tenía que pasar; pero Kotetsu comenzaba a tomar el control de ambos cuerpos con algunas suaves presiones y embelesando totalmente la boca del conejo. Aquella experiencia sobrellevaba los sentidos de Barnaby quien no podía hacer más que dejarse llevar y ayudar al tigre a desprenderse de las estorbosas prendas que cubrían sus cuerpos.
Kotetsu estaba siendo despojado lentamente de sus prendas superiores, el rubio desanudaba la corbata del hombre para seguir con los tirantes y llegar a los botones de la camisa del veterano; dejando a la vista ese totalmente varonil pecho moreno, los dedos del tigre habían retirado también toda prenda superior para dedicarse a besar y succionar de vez en vez la deliciosa piel de Barnaby.
Los besos y caricias fueron tomando forma y ganando intensidad conforme tenían contacto, había cierta presión molestando la parte baja de los dos hombres, y Kotetsu con la ansiedad de poseer al conejo fue el primero en desabrochar con algo de desespero la hebilla del pantalón de Bunny. Aquello sin duda le sorprendió al rubio, pero dado que él mismo ya se encontraba lo suficientemente excitado, hizo lo mismo con el cinturón del tigre.
Con un poco de torpeza y entre besos y risas, terminaron en paños menores sobre la cama, el veterano guiaba con ternura al conejo sobre qué puntos tocar mientras él hacía lo propio y le enseñaba sensaciones nuevas, que el chico estaba gustoso de aprender; muy poco tiempo pasó para que decidieran que era suficiente de juego previo y prácticamente se arrancaron la ropa interior, luciendo orgullosamente su desnudez. No sabría decir muy bien qué había pasado o cambiado, pero la vergüenza ya no tenía cabida en esa situación.
Kotetsu se movía de forma hambrienta por la boca de Barnaby, devorando con pasión esos rosados labios, el tigre hubiera podido pasar horas explorando cada rincón del cuerpo del conejo, cuando descubrió esa piel perlada y perfecta Kotetsu se dio cuenta de que Bunny era justo tan perfecto como lo había imaginado; de cierta manera lamentaba que su urgencia de poseerlo le impidiera no tener más tiempo aquella primera noche para adorar aquel cuerpo bajo él, pero se prometió a sí mismo que habría muchas más. Así que poco dispuesto a parar y arruinar el ambiente, bajó una mano para preparar al rubio, quien se estremecía con cada toque y después de unos momentos, ambos estaban tan ansiosos que le costó trabajo entrar en el cuerpo del otro sin lastimarlo.
-Bunny... - le susurró al oído.- ¿Quieres que lo haga?- Barnaby, con los ojos un poco llorosos contempló los ojos del moreno, aquellos que se clavaban directo en él. Kotetsu hundió un poco más sus caderas, haciendo que el rubio gimiera y arqueara la espalda.
-Si... ¡hazlo!-
Así fue todo el permiso que necesitaba el moreno para no perder más tiempo mientras se movía ansiosamente sobre la hambrienta carne que había debajo de él. Ahora sus mentes estaban en un completo blanco, se guiaban por instintos carnales dejándose dominar por las exigencias de sus cuerpos, toda idea de lo correcto o incorrecto se esfumó para dejar un torbellino de pasiones a rebosar entre aquellos varoniles cuerpos. Kotetsu aumentaba la velocidad de las embestidas y besó a Barnaby apasionadamente hasta llevarle al orgasmo con su cuerpo y su mano, derramándose dentro de él.
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-¿Deberíamos avisarles que no iremos?- preguntó el rubio, apoyándose sobre el pecho del moreno.
-¿No quieres ir? Aún podemos alcanzarlos, no es tan tarde...-
-Sí quiero ir, después de todo, en parte es tu fiesta. Celebramos que ya estás de nuevo en el juego, viejo.- dijo bromeando un poco.
-¿Qué dices, pequeño Bunny? ¡Nunca me fui!- replicó el tigre, siguiendo la broma.
-Danos pelea, Kotetsu. Esta temporada espero mucho de ti.- dijo Barnaby con una media sonrisa totalmente encantadora.
-No voy a decepcionar a nadie, te lo prometo.- dijo con una seriedad confidente. Después alzó su brazo y tomó gentilmente el mentón del conejo, lo acercó suavemente a él y con toda intención de depositar un suave beso en sus labios, fue interrumpido por el sonido de su teléfono anunciando una video-llamada entrante, con número proveniente de su hija.
-¡Es Kaede!- exclamó mientras se levantaba con torpeza de la cama. Podía contestarle siempre y cuando no bajara la cámara del teléfono de más y notara su obvia desnudez.- ¡Hey, Kaede! ¿Cómo estás?- dijo en su habitual tono, intentando disimular sus nervios.
::¡¿Porqué no me avisaste que recuperaste tus poderes, papá?! ¡Me enteré viendo la apertura de temporada en la televisión!:: recriminaba molesta la niña.
-¡Eh...!¡Perdón, Kaede... te quería dar la sorpresa pero lo olvidé por completo!- dijo moviéndose un poco y rascando su cabeza.
::¡No es excusa! ¿Eh...? ¿En dónde estás? No parece tu departamento...::
-¡Ah! Este...- no sabía qué decir y sintiéndose incapaz de dar alguna buena excusa, contestó con la verdad.- Pues... en casa de Bunny.-
::¿Y por qué no traes ropa?::
-¡¿Eh?!- se dio cuenta que había movido el ángulo de su teléfono lo suficiente como para que su hija notara la parte alta de su abdomen desnuda.- Es por que... bueno, pues... lo que pasó fue que... en la fiesta derramé sobre mi camisa una copa de vino ¡Sí, eso! Y la casa de Bunny quedaba más cerca del evento y vine a cambiarme.- dijo aliviado de encontrar una coartada creíble.
::¡Oh, papá! Deberías dejar de causarle problemas a Barnaby.::
-¡¿Eh?! ¡Yo no le causo problemas a Bunny!- "Hablando de..." pensó- Por cierto, Kaede... iré a visitarlos en dos o tres días, depende de cómo estén las cosas por aquí... tengo que hablarles de algo.-
::¡Siempre dices eso y nunca vienes!:: refunfuñó la chiquilla, cruzando los brazos y apartando la mirada.
-Esta vez si iré, incluso Barnaby me acompañará.- dijo recordando una charla que había tenido con el rubio, en donde éste le decía que si le iba a anunciar su amorío a su familia, lo tendrían que hacer ambos y en persona.
::¡¿Barnaby vendrá?! ¡Cocinaré el especial de la abuela, seguro le encantará!:: el ánimo de la niña subió y los ojos le brillaban.
-¿Qué...? ¿Y cocinarás para papá?- preguntó el tigre en un tono juguetón, a lo que su hija recuperó el semblante irritado.
::Tu siempre comes arroz frito, papá. Tengo que hacer mi tarea, si no vienen me enfadaré mucho. Adiós.::
-¡Kaede!... ¡Ah! Esa niña... se parece tanto a su madre. ¡Qué carácter que tenía!-
-Ahora que lo pienso bien, salir contigo me convierte en su padrastro ¿cierto?- preguntó Bunny, aún recostado en el lecho con una sábana cubriéndolo hasta la cadera. Kotetsu no había pensado en ese asunto, y muy seguramente a su hija no le habría pasado por la cabeza esa posibilidad tampoco... pero ni por equivocación.
-Supongo que sí... pues ya veremos qué tal lo asimila.- Tiger se sentó al filo de la cama y tomó su cabeza con una de sus manos, masajeando su frente. Bunny, por su parte, se levantó y tomó camino hacia la ducha.
-¿Vienes? No podemos ir así a la fiesta. Talla mi espalda ¿Quieres?- preguntó por encima de su hombro, en una pose malditamente sensual, haciendo que el veterano se sonrojara más de la cuenta y balbuceara un innegable "Sí".
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"¿Qué... demonios... está... pasando... aquí?" fue el pensamiento en común que tuvieron Tiger y Bunny al ver el festejo masivo que estaba tomando lugar en la casa del Príncipe de la Gravedad.
Para empezar: al acercarse a la mansión de Ryan, vieron una enorme fila de gente esperando entrar a la susodicha fiesta; un par de hombres enormes vestidos de negro custodiando la puerta, regulando la entrada y salida de los invitados. Cuando estos hombres los dejaron acceder a la propiedad (no sin antes haberlos detenido y pedirles sus nombres para verificar que estuvieran en la "lista") se fijaron en varios aspectos: La música que ambientaba era un estilo bastante pesado ya que la banda de Annie estaba tocando a todo lo que daba en un escenario portátil (casi como en los que se presentaba Blue Rose), ella cantaba con unos guturales impresionantes y poderosos, y lucía un traje de baño tipo bikini negro con algunos adornos cadavéricos estampados en él. Mientras los músicos hacían lo suyo, personas iban y venían de una mesa al fondo del ENORME jardín, ya que ahí había un barman que preparaba incesantemente bebidas y cócteles. Ryan se encontraba hablando con un grupo de gente al filo de la piscina, todos en sus respectivos trajes de baño, algunas personas aventándose al agua desde el tejado, otras bailando, otras tiradas de ebriedad... el ambiente no faltaba; sus compañeros héroes por su parte, se encontraban en una parte techada en el jardín (zona VIP) conviviendo alegremente ya con unos tragos encima.

Karina se encontraba frente a una pantalla, sosteniendo un vaso rojo con algún tipo de licor, dejando el alma y la voz en el karaoke, cantando el más nuevo éxito de Blue Rose. Nathan bailaba al ritmo de la música, sosteniendo a Antonio para que lo acompañara en algunos de sus pasos; normalmente Rock Bison se habría negado y reído, pero ahora sus movimientos reflejaban soltura, de vez en cuando cargando el delgado cuerpo de Fire Emblem al compás de la melodía, el héroe de fuego haciendo algunos de sus usuales toques inapropiados en el trasero del toro, a quién ya no le incomodaban del todo. Ivan se encontraba lanzando unos dardos al techo mientras Keith los desviaba con algunas suaves corrientes de viento; de vez en cuando soltando una risa tonta y fuera de lugar al ver las imitaciones que hacía el joven Origami al convertirse en cada uno de los héroes presentes.
-¿Por qué tardaron tanto, guapos? ¿Habían empezado la fiesta sin nosotros, verdad?- decía Nathan con un tono insinuador, ya un poco sonrojado y desorientado a causa del alcohol. Kotetsu y Barnaby se miraron buscando algún tipo de respuesta, pero lo mejor que pudieron hacer fue reír nerviosamente y evadir el tema; al ver que sus amigos se la pasaban tan bien, decidieron conseguir un poco de ambiente para ellos mismos también, yendo así al lugar del barman y pidiendo un daiquirí para el rubio y un poco de clericot para el moreno.
Ryan ya estaba arriba del plató pidiendo más aplausos para su querida novia, quien tenía absolutamente toda la actitud y presencia de una rockstar en el escenario. Al cabo de un rato, la banda de Anaksha se retiró del proscenio y se dedicó a gozar de la fiesta; El Príncipe de la Gravedad y una recién ingresada Black Xiaji se unieron a los demás héroes en el VIP, al igual que el conejo y el tigre.
Curiosamente, con todo el desorden de la masiva fiesta, los dos héroes de Apollon estaban divirtiéndose con la música y el ambiente, incluso Barnaby se animó a bailar un poco cuando en el karaoke, Karina y Annie tomaron una canción a dueto. Todo mundo disfrutaba del ambiente, porque en aquel caos de fiesta, había algo muy íntimo uniéndolos a todos; tal vez era la amistad que se tenían, o la confianza de poder embriagarse a gusto frente al otro... pero algo era seguro: Así era como una fiesta se celebraba.

-¡Chicos! Keith va a intentar tomar de un solo trago una yarda de cerveza ¡Tienen que ver eso!- decía Antonio, un poco "feliz" señalando al héroe del aire que preocupado medía desde todos los ángulos posibles el enorme contenedor de bebida que estaba por ingerir.
-¿Listo? A la cuenta de tres...- contaba una emocionada joven Karina.- Uno...-
-¿No les parece que está temblando?- preguntó Nathan entre risas.
-¡Creo que ya has bebido suficiente, Nate!- contestó alegremente Antonio mientras ponía unos de sus brazos alrededor de la espalda del moreno.
-... Dos...-
-Esperen... yo también lo siento.- dijo un desconcertado Tiger.
-Mira la copa de Keith...- señaló Bunny al punto más alto de la yarda, donde la cerveza del tope comenzaba a temblar un poco más de la cuenta.
-¡Tres!- y justo antes de que el héroe del aire pudiera dar siquiera un pequeño sorbo del líquido, algo atravesó de golpe las rejas que marcaban la división entre la propiedad de Ryan con el resto de la calle.
De entre los escombros, emergió una figura que les era bastante familiar al Apollon Trío y a Annie.
Una figura medianamente alta, delgada y atlética, cabello castaño obscuro corto; casual, con una camisa roja a cuadros, jeans y zapatillas del diario. Se veía que era una persona que mantenía un bajo perfil socialmente, pero al reconocerlo bien, y con sus poderes regenerados... supieron que iba a ser un gran dolor de cabeza.
-¿Me recuerdan, desgraciados? Les traje algo de compañía...-

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